En "El Jarama" aparece un personaje muy curioso que a las 8 de la mañana del domingo se sienta en un taburete al fondo del bar y pide al dueño que levante la cortina de la puerta para ver el paisaje, triste paisaje que hay detrás de la puerta. Y así se tira hasta las 12 de la noche sin ir a comer ni nada, nada más que fumando y renegando de sí mismo cada vez que habla con los parroquianos. Es un ser bastante misterioso, del que sabemos que tiene una hermana en San Fernando de Henares que le ha hecho de comer pero no va. El caso es que es el último en retirarse del bar y ya cuando se va, le confiesa a Mauricio, el dueño: voy a trabajar por las ferias de los pueblos un mes, voy a hacer pasteles para un tipo. Y sale al campo y mea y sigue la luz de la luna para regresar andando a San Fernando.

Personajes, personajes, personajes:

de lo que está hecha la literatura.