sábado, 29 de marzo de 2025

 Ayer estuve en el "cien montaditos" con un amigo. Qué guirigay de gente, bebiendo cerveza sin parar. Qué floración de rosa y azucena. Qué vistas tenía esa mesa en la que estábamos comiendo bocadillos. La algarabía era inmensa: un run run todo el rato, voces, gritos, amontonamientos, cola para pedir cerveza y montados. No me había visto yo en otra hace muchísimo tiempo. Sobre todo había dos chicas que lo tiraban. Lo tiraban por los pantalones y por el escote de top que llevaban las dos. La madre que las parió, qué guapas las dos y  que cuerpos lucían. Eran inmensas en su sexualidad. Los pechos se les movían como dos energúmenos con vida propia. Qué delicia, pero había muchísimo ruido, muchísimo ruido y dos palomas agitándose, balanceándose, dándose besos la una a la otra.

Crimen en los "cien montaditos".

Alguien mató a alguien.

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