viernes, 29 de junio de 2018

No sé si debido al calor reinante, la semana pasada estaba yo muy insatisfecho conmigo mismo. Las invitaciones al hedonismo que salían por la televisión, con anuncios de cruceros por todas partes, con invitaciones a disfrutar del verano como sea, me tenían por los suelos pues yo no disfrutaba sino que el calor inmenso que hacía fuera me retenía en casa por horas y horas y luego no aprovechaba la tarde como decían que había que aprovechar la tarde. Yo veía gente en las terrazas charlar animadamente y yo estaba solo, sin una compañía agradable con la que pasar el rato. Mi hermano iba a su bola. Los pocos amigos que conozco no me daban la compañía adecuada. Me sentía solo, abandonado a un verano atroz, hecho polvo. Pero luego han venido unos días de calma en que el sol ha atenuado su fuerza y me he recuperado de ese estado de soledad y abatimiento. He empezado a disfrutar de los días estudiando Psicología después de comer y luego, con los pocos amigos que tengo. No sé si ha sido este cambio de temperatura el que ha propiciado este cambio de humor en mí, pero me encuentro mejor, no tan cabreado conmigo mismo, teniendo un poco de confianza en mi mundo, en el espacio vital que me rodea y valorando lo poco o mucho que tengo. El calor provoca violencia e irritabilidad y creo que ha sido esa la causa de la infravaloración de mi vida y el motivo de mi discusión con Paco el martes por la tarde. Ahora estoy mejor. Espero que dure este clima bueno y mi voluntad de vivir bien y acorde con lo que me rodea.

Lo que te rodea te hace ser bueno o malo, estar alegre o contento.

miércoles, 27 de junio de 2018

Si uno no tiene confianza en sí mismo, la vida se vuelve dura porque en esta vida nadie es imprescindible. Cada uno vale lo que se valore él mismo, no en referencia a los demás. Más vale estar uno contento con lo que es y con lo que uno espera de sí mismo que estar esperando la aprobación de los demás, que nunca llega pues a los demás les importamos un comino. Puede haber amistades o amores muy hondos y sinceros en que los dos miembros se profesan un amor que les vale a cada uno por separado o viendo la unión de los dos pero aún en ese caso, cada uno vale por lo que vale cada uno; después de muerto, serás sustituido por otro amor y otros conocimientos y ya solo serás un recuerdo muy bonito pero un recuerdo. Por lo tanto, lo que hay que hacer es fomentar el amor propio, quererse uno mismo mucho y pensar que eres único pero porque tú mismo crees en tu unicidad, no porque te lo digan unos que están a tu alrededor pero que no sufren si estás triste o tu moral decae. Lo más importante para una persona es su consideración propia, el sentido personal de su propio yo para ir avanzando y que todo lo que uno haga tenga un valor por sí mismo, no pensando en que lo valoren otros.

lunes, 25 de junio de 2018

Hoy me he despertado a las siete de la mañana. He oído a Jiménez Los Santos. Dice que se están cargando la Constitución los que deben el poder a los votos nacionalistas vascos y catalanes. Reuniones del presidente de gobierno con Urkullu y Torra. Torra dice que quiere otro 1-O. Bueno. Entre la inmigración que está llegando, el feminismo rampante y el catalanismo y vasquismo nacionalista, esto es un sinvivir. 
Parece que irse de vacaciones es una obligación. Anuncios y más anuncios que te brindan la oportunidad de un crucero o unos días en los fiordos noruegos por muy poquito dinero. A mí ya me harta tanto anuncio. La selección española no juega ni a la taba. Contra Rusia no hay nada que hacer. Palmaremos como está mandado.
Habrá que verlo el domingo a las 4:00. No me entran ganas de leer ni de estudiar ni de escribir. A lo mejor me piro a Las Rozas andando y así ya no voy por la tarde. Leeré El País y el ABC. La vida no surge de lo cotidiano sino de lo milagroso o de lo inaudito, conceptos que me están vedados pues vivo en la rutina más completa. Tengo que hacer unas doradas al horno cuando vuelva de Las Rozas y debo comprar pan y ver a mi madre.

Si no tienes nada que hacer, no te entran ganas de hacer nada.

domingo, 24 de junio de 2018

Aprieta tanto el calor que con huir de él ya tenemos bastante. Las horas centrales del día son un tormento si no estamos bajo techo y con el aire acondicionado enchufado. Yo he pasado el día medio aburrido. La repetición de las cosas del domingo me aburren, me aburren las conversaciones, me aburro yo mismo.
Después de echarme la siesta (dormido es como se está mejor en estas condiciones) busco en internet los temas de Biopsicología que he suspendido y procuro entenderlos pues el libro los explica bastante atropelladamente.
Es lo que haré estos días, además de leerme los otros libros que tengo de otras asignaturas.
La vida va lánguida como un río seco. Las cosas pasan a la velocidad de un caracol. No hay día que no lamente este verano de calor inmundo. No escribo ni un línea que cuente ni un minuto de la vida de un personaje cualquiera. La gente me aburre con sus conversaciones de siempre. Procuraré andar a Las Rozas todos los días porque es la única manera que tengo de romper la monotonía.
Fumaré a ver si fumando mato ratos de larga espera a que no pase nada.

Los veranos ya no son los veranos de hace unos años.

miércoles, 20 de junio de 2018

Los libros pueden llegar a ser grandes amigos y desvelarnos grandes verdades, sí, pero también aburrir y cansar si no los entendemos o si nuestra necesidad no consiste en estar encerrados en casa leyendo historias que nos son ajenas. Yo, que he vivido de los libros, que han sido mis grandes aliados toda mi vida, quizás ya no los necesite tanto y sí respirar aire fresco o descender por un río en una balsa a ver qué paisajes me encuentro.
No es que odie a los libros en su conjunto pero sí en determinadas ocasiones en que el clima es caluroso y nocivo para respirar. El aire se vuelve dañino y hay que estar en casa las horas de calor y cualquier invención de cualquier autor la juzgo como la autoría de un papanatas que ha ido poniendo un rollo de personajes a los que les pasaban cosas peregrinas y estúpidas en esas horas de calor en que leo. O sea, que los libros leídos como por imposición del calor y de no poder hacer otra cosa; los libros leídos por la imposición de tener que estar en casa a cubierta del calor; los libros que rondan la mesa del comedor y los coges por puro aburrimiento a ver qué ponen o qué cuentan. Esos libros son penosos y las historias que hay en ellos me parecen tan ajenas a mi problemática de hombre aburrido que no me sacian sino que me ponen de mal humor. Una chica que pelea con un chico y descubre el sexo tumbada sobre él. Por favor, eso ya está muy visto. Un club de gente rara en París que oye jazz. Incluso la historia de un amigo que le dice a otro amigo, después de mucho tiempo sin verlo: te voy a matar. Menudos rollazos y lo peor es la literatura por la literatura y presumir de cultura en una novela poniendo nombres y más nombres de calles de París y de jazzmen y de descubridores de las américas. Menuda mierda. Me gustaría estar en el metro esperando un tren o por una calle de Toledo u oyendo una canción de Sabina en una taberna rancia donde va a haber un inminente crimen o en Segovia con algún amigo segoviano riéndome de algún chiste y no ver esos libros absurdos con sus historias muertas más que muertas esperando a que las resuciten mis ojos que no tienen ganas de que les cuenten que un personaje habla muy culto o a otro le pasan cosas extrañísimas pero que a mí me importan un rábano. Y es que los libros deben ser para el invierno, creo yo.

Los libros, esos desertores de la vida.

Vamos a llamarla memoria histórica-térmica, la que me ha permitido comparar el calor que hizo el verano pasado con el calor que está haciendo este estío. Dicen que cuando el alzamiento de los generales contra el desgobierno de la II república, el 18 de Julio, hacía muchísimo calor también. Pero también dicen que ya el Psoe, con ayuda de anarquistas, nacionalistas y comunistas dio el primer paso de golpe de estado de la mano de un impresentable que se llamaba Largo Caballero. Entonces, ¿qué?, ¿culpable el ejército? Culpables la patulea de políticos de mierda, empezando por Azaña, que había en ese gobierno que siempre tenía que ser de izquierdas y si ganaba la derecha se decía "bienio negro". Menudos "bienios negros" y aún más, caóticos y penosos tuvimos con la gentuza de izquierdas que quería desmontar España en aquella época como lo están intentando hacer ahora los descreídos de izquierdas, que no creen en la unidad de España, lo primero. No creen en la iglesia, no creen en el Parlamento, no creen en la Constitución que es de todos, no creen en el liberalismo, no creen en la Transición, que fue ejemplar para mí, no creen en nada de los valores patrios que conforman esta nación. Y así nos va, dependiendo de los hijos de Sabino Arana y de otros locos que hubo por Cataluña que decían que los españoles éramos qué se yo, algún monstruo con el que justificar su estúpido nacionalismo. Y así nos irá con estos partidos de izquierda, más falsos que un duro de seis, que un día dicen una cosa y mañana la contraria según los convenga.
Bueno. Este verano hace menos calor según mi memoria histórica térmica. Así que van a tener que encerrar por insulto a la meteorología todo el aire veraniego del año pasado como harían con un hombre o mujer que gritara Viva Franco en la Puerta del Sol.
Y es que hay que reparar a los represaliados, pero solo del bando enemigo; entiéndase: de los fachas, del montón de fachas que hubo y habrá o se los inventan todos los partidos de izquierdas que viven encogidos y tristes por haber perdido la guerra cuando la tenían que haber ganado por ser el gobierno legítimo de aquel entonces. Pero digo yo: igual que hay ahora la moda de los populismos estos, ¿no quieren entender que en Europa hubo la moda de los fascismos? Y eso ya es historia. No hace falta que se remueva la historia. La historia ya pasó y está pasando.
Lo que me jode es que saquen a relucir la república como si hubiera sido un dechado de virtudes y fue una mierda. Estudiando un poco de historia de España, se da uno cuenta de que la república fue una mierda de arriba abajo en la que no se entendía ni Dios y muchos lo pagaron caro esa mierda de gobierno que fue desgobierno desde que empezó.
Y no saquen a Franco de culpable y de brutal cuando la república dio muestras de brutalidad sangrienta en más de una ocasión. Ya se estaba cociendo el golpe de estado por ambas partes. Entonces que no culpen a una sola o es la izquierda la que tergiversa la historia para hacernos ver lo malos que eran los fachas. ¿Y los de la checa qué? ¿Y los anarquistas y comunistas eran unos benditos o qué? ¿Largo Caballero no fue un hijo de la gran puta o no? Entonces.

El calor de hoy trae la mala ostia de ayer.
Estas noches de verano salen unas lunas que iluminan toda la noche como candelas flotantes y no dejan dormir a gusto porque hay que tener la ventana abierta para que entre aire.
La insatisfacción es grande. El desasosiego que siento a causa de esa insatisfacción también es grande.
No sé si debería estar en mi casa tranquilo o en algún lugar donde yo me sintiera si no más libre, más lleno de vida.
Este año, el calor ha venido más tarde y el verano parece más llevadero, como que al empezar más tarde, también va a acabar más pronto y lo sufriremos menos. Por lo menos, no lo sufriremos desde primeros de abril y algún chaparrón yo creo que caerá en julio o en agosto.
Tengo que estudiar. He suspendido. Es normal porque estudié con una depresión encima. A ver si en septiembre enderezo el entuerto.
Es curioso ver tanto fútbol estos días. Ves las representaciones de las naciones que juegan entre ellas y no puede ser más dispar: Japón contra Colombia.

No se sabe dónde está la respuesta pero sí dónde está el engaño.

lunes, 18 de junio de 2018

Dejé tres proyectos de novela sin completar. Uno de ellos, el más antiguo, que escribí casi de un tirón hasta la página 50, lleva por título "el matón" y ve de eso, de un matón no al uso que mata sin saberlo a un líder político. Esta novela, o proyecto, que no sé si tendrá su final pues lo he ido postergando mucho, va de política, de la política loca que hay ahora en España, en un tono extraño y creo que divertido. Me lo pasé bien escribiendo sus 50 páginas. A ver si me animo a rematarla aunque solo me salga un relato más o menos largo. La otra historia se llama "la parada de autobús" y va de un jubilado que vive en una residencia y se medio obsesiona con una parada de autobús cercana. En esa parada encuentra su leiv motiv y sus ganas de enfrentarse a los días que le quedan. La última historia es la de lo que se llama en cine una road movie en la que dos profesoras de instituto se evaden del mundo recorriendo el Mediterráneo europeo. Esta historia de carretera la uno a la historia del punki en una segunda parte en que el punki debe arrostrar la realidad de una inadaptada al mundo.
Pero, ¿qué pasa? Que yo las historias que escribo y que tengo escritas no las puedo publicar. Si hubiera trabajado para una empresa privada sí podría renunciar a parte de mi pensión para publicar lo escrito hasta ahora y lo que vaya escribiendo pero como he sido un empleado público no puedo hacerlo. De todas formas consultaré con Antonio, mi amigo, que ya es abogado al acabar derecho, que me ha aconsejado renunciar a mis derechos de autor y consultaré con clases pasivas para ver qué se puede hacer.
La verdad es que no motiva mucho la idea de que yo escriba y escriba y no pueda publicar. No es la cuestión de hacerme famoso y eso sino que el recorrido final de un escrito es su publicación y por lo menos que luego le digan a uno: pues esta bien esta historia y he disfrutado leyéndola. Si me hago notorio por mis escritos yo creo que no renunciaré a llevar una vida discreta.
Mi padre me ha dicho que siga como estoy pero yo no me resigno y quiero ver mis escritos publicados por ver si tienen algo de valor entre un público y lo que se publica hoy en día.
Tendré que enterarme bien de mi situación legal ante la idea de publicar y luego, si puedo, publicaré, aunque no pueda ganar un duro con mis historias.

domingo, 17 de junio de 2018

No recuerdo un domingo más aburrido que este. Menos mal que he visto empatar a Suiza con Brasil, que no es ya el que era o es que los equipos ya se parecen mucho unos a otros.
El verano se ha presentado de sopetón, con 35 o más grados todo el día hasta las 9 de la noche que empieza a refrescar.
El mundial de fútbol entretiene unas pocas horas; luego me tumbo; luego, me echo un cigarro. Es lo que tiene este calor, que no permite acción física alguna.
Hablaré un poco de libros: he cogido de la biblioteca de Las Rozas una historia que me sorprendió desde el primer momento: un amigo que ve a otro desde hacía mucho tiempo y le comunica que le va a matar. Estoy deseando ver qué hay desde ese anuncio tan temible para el personaje principal, que es el narrador.
Este nuevo gobierno morirá engullido por ahora por las altas temperaturas, por las piscinas y las playas y el arrocito de mediodía. Después del verano, se hablará más de él.
Sigo sin conocer a nadie con quien hablar de libros pero el jueves quedo con una amiga que es muy literata en Villalba, en la heladería de al lado de la biblioteca.
La vida pasa lenta, muy lenta, metido en casa a la sombra. La televisión me trae el mundo en una pantalla. El periquito enseguida se sube a la barra para que le lleve a la cocina a dormir. Pero luego, por la noche, no me entra sueño y oigo la radio hasta tarde. Me voy a afeitar a ver si mato el rato.

El aburrimiento es esa masa de tiempo que se te viene encima sin forma ni atractivo alguno.
Este nuevo gobierno ha hablado de restaurar en los planes de estudio las humanidades. Ya me parece muy bien eso y de ese modo se ha ganado mi simpatía. Este gobierno no hará grandes cosas pero las pequeñas cosas que haga las hará bien. Los ministros, o mejor dicho, las ministras de este gobierno son verdaderos cerebritos. Este gobierno subirá los impuestos para ver si paga las pensiones. Lo veo bien. Este gobierno tiene que lidiar con un gobierno mostrenco en Cataluña. Ojalá se le dé bien hacer recapacitar a los nacionalismos vascos y catalanes que son el dolor de cabeza continuo de España.
Ayer vi "Erin Brokovich", una película muy buena en la que funcionan muy bien como personajes un abogado y esa mujer que da título a la película, interpretado por la novia de América. Es tan bonita la relación que Erin Brokovich tiene con ese abogado y con otro hombre que cuida de sus hijos incondicionalmente, que la película agrada mucho moral y estéticamente.
El otro día, hablábamos Paco y yo de los profetas de la Biblia. Son gente bastante misteriosa pero que eran enviados por Dios a su pueblo (Israel) para denunciar el estado social y moral corrompido que este había alcanzado y avisar de que se reformase. Había profetas menores y profetas mayores. Sabían hablar muy bien ante el público y más que decir el futuro, lo que hacían era analizar un presente chungo.
Jonás fue un profeta que desobedeció a Dios, que le mandó a una misión y no fue. Fue castigado a ir en el vientre de la ballena.

jueves, 14 de junio de 2018

Después de lo que ha pasado en España estos días, ¿a quién no le interesa un poco la política? Lo curioso del caso, un gobierno tirado abajo por una moción de censura contra toda natura, ya que el Psoe ha tenido que pactar con aquellos a los que hacía poco combatía al lado del PP, es un ejercicio de oportunismo vil. Pero ha pasado. Y ahora se ve la debilidad de un gobierno hecho a toda prisa y de retales y de deudas con otros partidos de poco respeto por las leyes (léase los partidos catalanes y Bildu y Podemos). Resulta que me ha dado por ver el gato al agua por las noches y ayer salió Margallo, exministro de Exteriores, hablando muy bien y otros más que hablan también muy bien. Pero el programa acaba a las doce y luego yo no caigo dormido hasta las dos o dos y pico; por lo tanto he de dosificar ese programa y a las once, esté interesante o no, debo irme a acostar por el bien de mi descanso nocturno. Y es que ese programa está muy bien porque va gente que sabe, no chiquilicuatres de la información. Suelen ir doctores en derecho, historiadores competentes y exministros que saben mucho de la situación mundial. Da gusto oírles porque te haces una idea de la política que hay en España y en otros sitios y se relativiza un poco, al calor de las palabras de esa gente la situación preocupante de la política española.

La política es un arte. Pero hay pocos artistas de la política en España.

martes, 12 de junio de 2018

Estoy estos días centrado en libros que tienen una repercusión especial. Sobre todo, estoy centrado en dos libros: el Quijote y "Cien años de soledad". Son dos libros muy reconocidos por la población mundial pero también lo son algunos de Dostovieski, como "Crimen y castigo" u otros de Hemingway, que parece el escritor por antonomasia, con una vida plena, con suicidio incluido. Hay libros y autores que parecen ser conocidos por toda la población, aunque sea sin querer. Hoy en día, la televisión y otros medios hacen famosos a algunos escritores pero no de la talla de esos dos gigantes: Cervantes y García Márquez. En mi  pueblo, este fin de semana, me he leído la introducción al libro de los Buendía y me he dado cuenta de las influencias literarias tan vastas que tiene ese libro. Además, he entendido el uso del tiempo y del espacio narrativo tan complejo en el libro. Pero a mí me superan tantas referencias a esos libros y lo poco que se leen. Es mi impresión. Todo el mundo habla del Quijote como una creación singular del genio humano, casi como de la llegada del hombre a la luna y me sorprende lo poco que se ha leído ese libro, casi se ha leído por obligación en la mayoría de los casos (es que es muy gordo).
Bueno. También me sorprende la poca actualidad que tiene el tema del libro de García Márquez, que es lo que retrae de ese libro. Porque cuenta la historia de una familia antigua y eso no me gusta. Pero dicen que es universal el tema y por ello, de todos los tiempos. En fin. Son dos libros actuales por lo universales pero son antiguos.
Estoy a la espera de los resultados de mis exámenes de Psicología. Una idea que me divierte es que si me hago psicólogo a lo mejor puedo dejar de fumar aplicándome a mí mismo una terapia. O mejorar mis estados de ánimo si aprendo a observar y cambiar mis conductas y pensamientos hacia mi realidad pero para eso debo avanzar y aprobar exámenes e investigar en la Psicología a ver qué aprendo. Los días parece que mejoran y podré ir a Las Rozas sin riesgo a que me moje de un chaparrón. Ayer estuve en casa mucho tiempo y vi dos concursos con los que aprendes. Luego, por la noche, vi un programa de política y me lo pasé bien.
También ayer leí muchos blogs antiguos en los que reflejo una forma agonística de vivir la vida: muchas horas por delante sin ocupación ninguna. Me pasa lo mismo hoy en día solo que hoy me impuse hacer una carne guisada para comer.
La política de los socialistas ya va dando cuenta del despilfarro, la improvisación y el cesarismo de un Sánchez que hace las cosas sin consultar si están bien o mal, como hacía el ínclito Zp, de infeliz recuerdo.
Espero que mi vida este verano esté marcada por el estudio de unos temas que he suspendido y de otros que quizás también haya suspendido, pues creo que estos últimos exámenes me salieron mal.
Entre pitos y flautas nos estamos comiendo junio y ya llega el verano. Me lo tengo que montar bien y volver a escribir novelas que tengo empezadas y acabarlas como sea. Y dar una salida a las que ya he escrito y no se duerman en un cajón del olvido y que la gente las pueda leer. Es tarea que veo un poco complicada pero se irá haciendo con el tiempo y con una caña.

La vida te dice adiós todos los días para siempre jamás.

miércoles, 6 de junio de 2018

Ayer viví un día feliz no porque mi vida había cambiado a mejor, hubiera pasado algo que me hiciera sentir bien, sino por omisión: es decir, se acabó el estado de depresión que me tenía medio inválido de la mente. La semana pasada estuve realmente mal. No tenía ganas de hacer nada, no hacía más que reprocharme mi estado de vida que llevaba y todo eran malos pensamientos. Pero ayer y hoy, la claridad mental en mi cabeza ha hecho que vea de otro modo la vida. Me conformo con lo que soy, me acepto aun cuando veo que mi vida es bastante triste y aburrida. Ya no me lamento constantemente de mi vida y de mí mismo. Yo mismo me he dejado en paz.
Hoy me examino de Psicología y voy a comer pronto pues el examen es a las cuatro. Después, ya puedo relajarme totalmente y esperar las notas. El lunes me examiné también y puede que la presión de los exámenes hizo que yo me sintiera así de deprimido.
Poco a poco me iré sacando esta carrera ya que mi vida no va por otros derroteros más lúdicos o de fiesta.
El gobierno de Sánchez parece que va bien aunque aún no han tomado demasiadas determinaciones. Ya veremos a ver cómo lleva lo de Cataluña.
En fin, creo que ya soy capaz de leerme cualquier libro de trescientas páginas y de escribir un poco mis novelas en cuanto me examine del todo.

Cuando sales de la depresión, te sorprende tu estado de optimismo.