jueves, 30 de marzo de 2017

Con esto del cambio de hora, me ha venido un cierto descontrol. La novela la tengo aparcada, que es un modo de decir que no se me ocurren cosas que escribir. A lo mejor, también este cambio de tiempo (calor impropio de la estación y luego nieve) también me ha afectado. El caso es que ando como desorientado.
Tengo que hacer un diálogo que dure siete páginas para explicar ciertas cosas de mi novela, como por ejemplo, cómo consigue un hombre mantener durante una hora atentos a un montón de indigentes por medio de sus palabras. En mi novela, hay un hombre que acude cada noche a una plaza y se pone a hablar a unos indigentes pero luego acuden más y más por la fama de "curandero" que tiene ese hombre. Pude haber motivos psicológicos en esos "sermones" que el hombre dirige a los mendigos o puede ser todo una falacia y en ese diálogo intento explicar por qué le siguen todas las noches.
He leído cosas de la psicología existencial o humanista para ver si me daban alguna pista. He leído sobre algunos autores desde Maslow a Perls para ver si lo que he inventado tiene algún encaje en esa invención que he hecho en mi novela. Pero creo que debe ser el argumento mismo de la novela el que explique los sucesos de la propia novela.
Después de este rollo, yo creo que cualquier grupo humano es susceptible de dejarse llevar por un discurso, como pasa en internet, en que cada gurú, como se llaman ahora, tira de miles de seguidores por muy absurdo que sea lo que diga ese gurú.
En fin, voy a ver si me decido a volver a mi novela pues es la manera de dar sentido al día: escribir una o dos páginas diarias de lo que sea para quedarme tranquilo y orgulloso de lo que hago.

El trabajo diario, si no es excesivamente costoso, es un aliciente.


sábado, 25 de marzo de 2017

Ayer viernes estuve a la asociación bipolar de Madrid con mi hermano. Salimos a las cuatro de Majadahonda y empezó a llover. Cuando llegamos a Madrid, llovía mucho. Nos metimos en el metro y llegamos a Prosperidad. Dimos unos paseos hasta que se hizo la hora y luego pasamos a una sala, allí, en el centro, donde un psicólogo nos habló de inteligencia emocional. Estuvo muy bien. Me hizo pensar y remover las ideas que tenía sobre ciertas cosas.
Luego echamos un cigarrillo y charlamos con otros enfermos y volvimos a la misma sala. Hicimos una terapia de grupo. Estuvo bien también pero a mí se me hizo un poco pesado. Luego fuimos a un bar a por un bocata de calamares y luego nos encaminamos a Moncloa andando, que es un recorrido largo. En Moncloa nos tomamos una cocacola y nos vinimos a casa en autobús. Ya no llovía. La cosa es que yo veo que esta asociación presta un servicio muy bueno con buenos profesionales. Está muy bien. Te quitan temores y te ayudan a entender ciertas cosas psicológicas y de la enfermedad.
El paseo hasta Moncloa estuvo muy bien. Ejercité las piernas. Lo malo fue que en la cama di unas cuantas vueltas antes de dormirme pero hoy me he despertado a las doce.
Ahora estoy en dos asociaciones de enfermos mentales: el tu decides y la asociación bipolar de Madrid. Junto con mi hermano.

No es el lugar lo que nos gusta, sino la sensación que deja el lugar.


lunes, 20 de marzo de 2017

La corrupción está instalada en España como una puta costumbre. Roban todos los políticos todo lo que pueden. Y luego dicen que es por el común del ciudadano que se lleva folios de la empresa. Menudos aprovechados hemos tenido en bancos, partidos políticos y cargos públicos de todo tipo. Como dice Rosendo: dale a la matraca y raca y luego yo no he sido. Qué mierda de país. Qué poca justicia, que de dineros han salido de España rumbo a Suiza. Qué rumbosos han estado todos para trincar de las arcas públicas y para untar a amigos, amiguetes y amigotes. Cómo es la política en España. El que no roba es un gil, deben de decir todos los que se apuntan  a concejales. Cuando no es el amiguismo vergonzoso, es el trincar el 3% o lo que salga. Qué ganas me dan de vomitar encima de ellos. Menos mal que todavía debe quedar para hacer un colegio o tapar los baches de alguna carretera. Y a mí lo que se me ocurre pensar es en la vida que llevan con tanta pasta que trincan. Vivirán en Ritz temporadas larguísimas, se irán de safari, se acostarán con putas de lujo, comerán en el Bulli y luego dirán que no tienen nada ya porque se lo han gastado. Normal. Si es que el dinero público es inmenso. Viene de todos los españoles que cotizan. Y somos muchos españoles. Lo peor es que la gente exige que devuelvan el dinero y no lo devuelven. Porque se le han gastado en cosas de lujo. Si es que los corruptos tienen unos gustos especiales, difíciles de saciar. A mí me gustaría ser corrupto por un día, a ver de qué va la cosa. A lo mejor hacen un concurso y todo: corrupto por un día porque España está que da verdadero asco. Ni la política funciona, ni la justicia, ni la monarquía. Los estancos funcionan: voy a por un paquete de tabaco y voy a echar un poco de humo.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Si uno consigue un orden en su vida, esa vida va a pasar más felizmente. Porque a la vida hay que domarla un poco como a una yegua informe y salvaje. Vale que la vida pase, en algunos momentos de la misma, como algo que nos sobrevuele, que nos mande el paso que hay que llevar pero pasado un tiempo, hay que procurar que seamos nosotros los que le digamos a la vida: de cuatro a cinco, voy a hacer esto y de once a doce, voy a estar de fiesta. Los que viven la vida loca sin horarios de ninguna clase acaban por verse vacíos al ver pasar las horas como huracanes con prisa. He estado leyendo un poco la vida de los cínicos, que fueron unos reformistas de los platónicos y que eran todos mendigos que se mofaban de las convenciones de la sociedad de aquel entonces. El más claro representante era Diógenes. Los cínicos se pasaron su vida haciendo una performance continua de sátira contra la sociedad en que vivían. También excitaban la piedad de los ciudadanos para conseguir limosna y haciendo esta serie de cosas construyeron una filosofía de crítica a lo que estaba instaurado y era indiscutible por todo Atenas. Hasta ellos siguieron un orden en el desenmascaramiento de esa sociedad contra la que iban. Eran unos pequeños revolucionarios pero que tenían bien clara su doctrina. Algo quedó de ellos: unas anécdotas y una teoría. Porque actuaron con el orden de saber qué querían. Y supongo que tendrían un horario según fueran las horas de calor o de la noche y el día. La vida sin orden es confusa, alarmante y nos pilla a contrapié siempre. Es mejor embridar las horas un poco hasta que llegue la hora de la fiesta que para mí ya es un café en una cafetería y unos cigarrillos a la puerta de la misma.

De día, las horas para hacer algo. De noche, el sueño.


martes, 14 de marzo de 2017

Hay mucha desigualdad en España y los sueldos son bajos y el empleo precario pero se está avanzando al 3%, más que en toda Europa. Se podría emplear esa subida de la economía en acabar con la desigualdad. En fin, yo veo menos mendigos que en 2013 y la gente parece que ha resucitado algo quizás debido a la economía sumergida, que es la que realmente hace que se nivelen las rentas. En España hay un mito que dice que uno de cada dos euros es negro. No ha habido gobierno capacitado para hacer fluir todo ese dinero negro que existe en la nación. No lo pueden hacer porque se cargarían la forma que tiene una familia de salir adelante. Cuando decían que existían cinco millones de parados, todo el mundo se daba cuenta que esos parados seguían perviviendo gracias a la economía sumergida, no a la benevolencia de sindicatos y gobiernos. Las chapuzas y el trabajo encubierto estaba ahí, no se ocultaba a la vista de nadie. Pintores, albañiles, fontaneros en paro se ofrecían para hacer arreglos. Y esto seguirá por mucho tiempo porque es una forma de vida que se asentado en la economía de muchos hogares.
Además, hay mucha gente que no tiene esa salida a la chapuza y lo está pasando mal, con contratos de pocos días. ¿No podía el gobierno hacer algo al respecto y crear un sistema sólido de trabajo en España?
La comunidad europea ya ha avisado de la inestabilidad de la economía española.
Pero los españoles, como siempre, vivimos un poco en precario, un poco viva la virgen, un poco como Dios nos da a entender.
Y no es malo del todo que sigamos así porque yo creo que si viene la izquierda, por tradición en este país, se revuelven las cosas para ir a peor: de ejemplo, ZP.

lunes, 13 de marzo de 2017

Los acontecimientos quedan detrás por otros que vendrán. El viernes fui al pueblo y vi las gentes que lo habitan. El pueblo está muy muerto, muy apagado. Siempre que voy allí, entablo las mismas conversaciones: cómo es vivir en Majadahonda, mi exnovia, mis padres, anécdotas de la mili del que me habla, etc. Pero he respirado una paz que no se respira donde vivo, siempre lleno de coches y ruidos. Luego fuimos a Villalba. Estuvimos en la biblioteca. Hay un montón de novelas. Al salir de ella, nos estuvimos un rato sentados mi hermano y yo en un banco contemplando una plaza. No hay plazas de esas en Majadahonda donde pueda descansar la vista a lo largo. Lo notamos enseguida, la diferencia entre una Gran Vía larga de nuestra ciudad y la existencia de esa plaza ancha donde tender los ojos. Luego, las aceras son anchas y sin obstáculos como aquí, donde vivo, donde se confunden los caminos de los coches y de los peatones. Nos sentamos en una terraza, de esas que están en aceras anchas y leímos los periódicos. Descansamos del ajetreo de gente y de coches por una tarde y nos sentimos dichosos. En Majadahonda, quitando la Gran Vía, todo son incomodidades y falta de descanso para el viandante.
Después de cenar, nos vinimos a casa. Nos acostamos pronto, pues la película no era de nuestro gusto. Yo ya la había visto.
Hay que buscar el descanso del alma después de haber trabajado. La novedad de un lugar ameno y descansado es ideal para el descanso de días de estar pendiente de vivir sin tregua.

En el viaje está la incomodidad pero también el descanso.

jueves, 9 de marzo de 2017

Me acuerdo de que el año pasado por estas fechas cayeron unos aguaceros muy buenos para los pantanos y el campo. Este año, está haciendo calor en desuso y no llueve ni gota. A mí me gustaría que cayeran unos chaparrones inmensos para que la gente no saliera a la calle a investigar al vecino ni a dejarse ver. Así, por un tiempo, la gente estaría en casa, en severa introspección. Me gusta imaginarme los campos que yo conozco recibiendo ese agua bendita. Y los pantanos llenándose para un verano de mucho calor, como cabe esperarse. La lluvia trae ese pensamiento tranquilo y amable a los corazones mientras que el calor exacerba las pasiones bajas y altas y hace sudar la gota gorda.
Los pájaros ya se persiguen buscando su unión amorosa. Los cielos son límpidos de azul transparente.
Yo quisiera verme en el pueblo donde nací y vivir allí durante un año a ver qué pasaba pero no voy porque no hay cine.
El ring ring del teléfono es como un grillo cosmopolita y lejano.
Los gorriones son los pedigüeños de las ciudades.
Me estoy hartando de escribir así que diré que hoy he estado leyendo "El extranjero" de Camus y me parece una novela de estilo muy reposado e inmanente. Capta Camus el sentimiento y lo que le rodea.
Luego he leído el Quijote: la quema de libros. La verdad es que los libros no nos vuelven locos a nadie. Solo pretenden enseñar deleitando.

La vida es bella a veces.

miércoles, 1 de marzo de 2017

A mí me da igual que lo que escriba aquí no sea atractivo. Lo único que quiero es desahogarme un poco. Yo sé que hoy viviré momentos de inutilidad vital, de no saber qué hago en el mundo, de no tener dónde emplear las horas pero lo tengo que vivir, no me queda otra en mi situación. Lo que me importa es que los momentos que tengo válidos, que merece la pena vivirlos, los aproveche y me siente bien.
Siempre pienso de mis novelas que son malas, que no tienen interés, que nunca triunfarán en el mercado literario pero mientras las voy escribiendo, las voy moldeando como un pastel que quiero que por lo menos a mí me gusten.
La vida te pone en determinada situación y has de vivir en esa determinada situación, mal que te pese. A lo mejor a mí me hubiera gustado levantarme hoy a las 7 de la mañana, haber cogido el autobús y luego el metro o el tren y haber ido a un instituto a dar clase pero eso ya pasó. Hoy vendrán horas inútiles, cansadas de no hacer nada, de pensar que mi tiempo lo estoy tirando.
Y solo si soy capaz de aprovechar los tiempos que vienen buenos en el día es como voy a ser capaz de decir: este día ha tenido algo de miga, algo de interés.
La vida es algo incomprensible a veces por múltiples factores pero no debo quejarme pues hay mucha gente, muchísima gente peor que yo así que voy a  ver si me salen unas líneas de mi novela y en paz.

La vida no es como uno querría.