viernes, 31 de octubre de 2014

Hoy es viernes pero no voy a ir a bailar a ningún lado. Ya no bailo, ni voy a sitios con música ni siquiera. Bailar, durante muchos años ha constituido una terapia para mí. Bailando me he olvidado de problemas, de stress, de mí mismo mientras bailaba. Lo hacía en mi pueblo en una vieja discoteca. Yo bailaba intermitentemente desde las doce hasta las siete de la mañana. Me acuerdo de aquellos fines de semana en "El caballo Blanco", dando saltos al ritmo de la música, pasándolo en grande con la peña de mi pueblo... Todo se pasa, todo acaba. Ya casi ni voy al pueblo. Si fuera, ya no habría "Caballo Blanco" ni sitio para bailar. El último día que he bailado con ganas fue en una fiesta de quintos que prepararon los del pueblo y nos lo pasamos genial al son de la gaita y tamboril y luego en la disco nueva llamada "la cantina". Pero todos esos excesos de juventud han pasado a mejor vida. Ya no bailo. Y me hace muy bien bailar. No tengo con quién ir a bailar y  yo solo no sé ir ni a la esquina. Cuando todo pasa, prepara otro rollo.

jueves, 30 de octubre de 2014

La vida transcurre tal cual es, no le demos vueltas. A veces se carga de problemas pero en general, es como una cucaña a la que hay que subir y seguir subiendo. Demos gracias a haber nacido y no habernos quedado en ese limbo de lo que pudo ser. Nuestra vida es preciada y preciosa y así debemos tomárnosla. A veces la vida cae en un tedio insoportable pero lo debemos soportar para que luego, en una chispa de luz, volvamos a disfrutar de la vida como si cualquier cosa.
La vida es áspera, mugrienta pero también ociosa, libertina como una cortesana. Debemos apurar esas veces en que la vida está lúbrica y desinteresada para darnos felicidad. A la barra de un bar, en medio del campo, en la gran ciudad, la vida a veces nos ofrece sus labios apretados para que se los besemos.
La vida es llevar zapatos gastados de andar de aquí para allá, es aprovechar esa oportunidad que nos brinda a veces de hacernos grandes como los dioses, como un dios que brilla al nacer.
Estas noticias de corrupción a mí me dan igual. Al que no deben dar igual es al desahuciado por el banco donde se lo llevaban crudo. La avaricia humana no conoce límites. Si leyéramos historia antigua veremos que los desafueros eran aún mayores y nadie pagaba sus culpas. El oprimido estaba oprimido de verdad y sin poder hacer nada contra los desmanes de los poderosos. Por lo menos, ahora se los detiene y tienen que pagar sus culpas de una manera u otra. De todas maneras, España es el país del despiporre, aquí todo vale, el más granuja es alabado por lo bien que lo ha sabido hacer.
La gente dice: ¿y si tú estuvieras allí, en ese puesto, qué harías?, dando la razón a los corruptos.
El ladrón en España, desde el famoso Candelas es alabado y llenado de un aura especial. Robar a los ricos, vivir de puta madre con lo robado y morir joven ahorcado. Como Bonny and Clyde, como algún otro que pasó a ser un mito, como el Vaquilla. Hay que saber lo que se admira, pensar si es digno de admiración eso que es inmoral.
Se acercan las Navidades. Yo espero pasarlo bien estas Navidades. Me da en la nariz que lo pasaré bien. Es algo que siento desde octubre. Las Navidades pasadas fueron como un presagio de desgracias. Estas Navidades ya no habrá ningún presagio.
Yo rezo todas las noches por mi familia y por Angelito, mi hermano mayor y se te quedan como las manos vacías porque ese ser querido ya no está. Es la cruda realidad. Pero rezo por si está en algún lugar mejor, ese sitio que llaman cielo.
Mi relación con el resto de la familia ha mejorado. El otro día, un sobrino mío que yo creía altanero y chulo, me hizo un regalo y charló conmigo amablemente. Esa chulería de mi sobrino no es tal. No es chulo. Lo que pasa quizás es que está acomplejado, está fuera de sitio y demuestra su complejo mostrándose reacio a los demás. Es buena persona. Y con mi hermana las cosas han cambiado porque ya he olvidado las ofensas. Vive sin sentirte ofendido y vivirás mejor.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Estoy nervioso o presa de la ansiedad. No sé. Perece como si me faltara tiempo de hacer las cosas o la idea de hacer cosas me asaltara y me pusiera mal la mente o los nervios. He limpiado el baño, he barrido, he fregado, me falta hacer la comida, he ido a por fruta al súper. Me molesta que todo lo haga yo. Ojalá mi hermano se ponga pronto a trabajar porque habrá más orden. Mi hermano ahora está muy desperdigado, muy alocado, yendo de acá para allá sin querer centrarse en nada de la casa. Es un vago redomado. En fin.
Estoy deseando comer y tumbarme un rato y olvidarme de todo por un tiempo. No quiero riñas con mi hermano, son estúpidas y no conducen a nada porque mi hermano sabe poner mil excusas baratas que al final, las tengo que aceptar.
Por ahora todo va de la mejor forma posible, aunque haya que aceptar hacer de todo para mi hermano. Comer y siesta y a olvidar.
He limpiado el cuarto de baño y he barrido toda la casa porque ya había pelusas emboscadas. Pero Paco se niega a hacer nada. Ni siquiera cumple con su tarea que es lavar la ropa. Dice que está convaleciente y se va a la calle a hacer el gilipollas. Hasta que no regañamos por las cosas de la casa no se decide a lavar la ropa. Tiene un montón de ropa apilada en su habitación y no hace nada. No quedan ya pantalones que ponerme y el tío no hace nada. Menudo cuento que le hecha al asunto. El baño estaba sucio, el suelo estaba sucio y si no lo limpio yo no lo limpia nadie y encima tengo que ir a la compra y hacer la comida. Ni siquiera me ayuda a poner y quitar la mesa. Parezco su esclavo. Y el que se gasta la pasta en alimentación soy yo. Podría hacer algo a cambio. Pero no. Escoge la vía fácil de no hacer nada. Llegará el día en que se quede él solo a vivir en este piso y se lo tendrá que hacer todo porque yo no estaré. Entonces aprenderá y no estará "convaleciente". Si tienes un vago en tu casa, haz lo menos por él.
El otro día mi novia me asustó con respecto a "Podemos", ese partido político que nació de los indignados del 15M y de un aula de la facultad de Ciencias Políticas.
Dice mi novia que si salen elegidos estos señores, habrá expropiaciones, habrá rebaja de pensiones, habrá nacionalización de las empresas, habrá lo que nos queramos imaginar desde el ala izquierda inspirada por Hugo Chavez en Venezuela.
Son chavistas, no hay que negarlo. Adoran todo lo relacionado con este señor que gobernó en Venezuela e hizo su peculiar reparto de la riqueza. Chavez representa la última voz, el último grito en la expresión política de la izquierda y estos la van a sacar a paseo otra vez en España si llegan a la Moncloa. Pero, ¿llegarán a la Moncloa? Es el partido que más ha crecido y en menos tiempo. Es el partido al que se agarran los indignados y desesperados de este país. Es el partido de la venganza contra los partidos corruptos tradicionales. Puede que ganen. Si el río suena, agua lleva.
Desde el cambio de hora, estoy un poco desorientado. A las seis de lo que antes era la tarde, ahora ya es de noche. No sé muy bien cuando cenar y me acuesto a las once. Así que estoy bastantes horas en que no hago actividad en casa porque ya no hay luz. No me gusta encender la luz a las ocho de la tarde noche. Encima el tiempo que hace es muy engañoso. Puedes sentir frío o calor de la manera más arbitraria. Me vengo levantando estos días cerca de la diez, como yo quería. Escribir en el blog tiene su estímulo pues alguien me lee y es como si publicara los fragmentos estos que me salen de la sesera. Yo creo que mi sobrino me lee y mi prima la del pueblo. Y luego un tropel de gente anónima de varios países, según ponen las estadísticas de blogger. El caso es que me he levantado y voy a ver si aprovecho el día de alguna manera. Hay que comprar jarabe para la tos y no fumar mucho, que es mi perdición. Ayer me sonaba el pito al respirar y me dio la sensación de poder ser yo una víctima del EPOC cuando sea yo un poco mayor y siga fumando. Otra vez el fumar. Cuando tengas miedo por algo, mueve ficha.

martes, 28 de octubre de 2014

El otro día hablábamos mi novia y yo de la generación que viene detrás de nosotros, de los treintañeros. Los calificamos de más egoístas, de más materialistas, de que no mueven nada que no sea en su propio interés. Un día yo leí que los nacidos en los 60 somos la generación x y la siguiente era la generación y. Cada generación ha vivido con una educación diferente pero luego la vida nos pone en nuestro lugar siempre. He mirado en google la "generación y" y dice que son la generación Peter Pan porque se quedan en casa de sus padres demasiado tiempo. Son gente escéptica que no cree en el matrimonio ni en las ideologías. Yo me muevo entre dos generaciones: la de mis hermanos mayores y la de mis sobrinos. En medio estoy yo. Mis hermanos mayores tuvieron menos oportunidades que yo de formarse y vivieron el mundo agrícola y mis sobrinos tuvieron más oportunidades que yo de formarse. El caso es que sí los veo como muy interesados a mis sobrinos y en mi hermana veo el espíritu de sacrificio por mis padres.

Las enfermedades se curan o se previenen. Las enfermedades que acarrea el tabaquismo son una infinidad. El otro día estuve con mi padre a que le sacaran una muela a un ambulatorio nuevo y allí me dijeron que los planes contra el tabaquismo hay que consultarlos con el médico de cabecera, que siempre están sacando cosas nuevas, dijo la auxiliar en información. Cuando me levanto y ya veo el cenicero hasta los bordes de colillas una opresión se ceba en mi corazón, llenándole de preocupación. Ojalá la solución fuera fumar poco pero yo no sé fumar poco, enseguida me disparo en el consumo. O dejo de fumar o me fumo casi dos paquetes. No sé fumar poco. Dicen que la manera de dejar de fumar es fumar poco y luego dejarlo del todo. En mi cabeza ronda la idea de dejar de fumar pero hay otro pensamiento que me dice que es imposible. No sé si sabré imaginarme sin fumar, después de tantos años atado a un cigarrillo. Tengo un teléfono de la asociación contra el cáncer. Quizás llame. Si algo te ronda la cabeza, haz algo con respecto a ello.

lunes, 27 de octubre de 2014

Entre la gente que conozco no hay grandes estudiosos, amantes de la literatura, intelectuales que podrían tirarse horas hablando de la moral o del estilo de un escritor o de la situación contemporánea de un modo vigoroso y sabiendo de qué se habla. Mis amigos no leen el periódico ni los libros, no tiene una formación digna para el diálogo enriquecedor. Sólo saben unas cosillas, como cualquier ciudadano mal informado que hay por las calles.
Pero claro, el 99 por ciento de la gente es así. Lo raro es conocer a un erudito o a un intelectual, pues eso ya no se lleva. El saber está en google y no hace falta ya llevarlo encima de los hombros.
Yo sé bastante de literatura española y algo de literatura extranjera aunque en un mundo globalizado como el de hoy, no se puede hablar de literatura extranjera. Todo nos atañe.
A mí me gustaría pasar ratos hablando de cosas intelectuales pero no puedo porque la gente intelectual debe vivir en otra onda que la mía
Mi hermano, cuando trabajaba, se controlaba más el tabaco y fumaba menos pero ahora que está en casa de baja, fuma como un carretero y yo también. Siempre está el cenicero lleno de colillas. Yo ayer, en El Escorial, estaba tan triste y notaba tanta falta de sentido a las cosas que me lié a fumar. Me daba consuelo estar prendido de un cigarrillo como un niño que está sujeto de un chupete, me daba el compás del tiempo, un tiempo inútil que transcurría con mi novia charlando de cosas intranscendentes, viendo gente intranscendente y estando en un lugar intranscendente dando paseos. Me dio la nausea sartriana o algo así y lo solucioné fumando. Al venir, las cosas adquirieron alguna forma lógica, me bañé, me tumbé en la cama a oír el ladrido de la radio y esperé a que llegara la hora de acostarme, esperando que el día de hoy trajera alguna respuesta a tanto sinsentido. Sólo sé que tengo que hacer la comida y eso me ocupará la mañana, la mañana triste de las horas sin fondo.
Hace tiempo que ni leo ni escribo. Lo que le pasó a mi madre y a mi hermano me han tenido ocupado y me ha descabalado la rutina posible en la que yo podría haber seguido escribiendo. Con el tiempo supongo que volveré a leer y a escribir ocupando un tiempo que a mí me parece importante.
Hoy me he levantado un poco más pronto, será por el cambio de hora. Tengo que hacer una ensaladilla, comprar un pollo y hacerlo al ajillo. Eso será más adelante, cuando avance la mañana. Voy a ver si esta tarde me pongo a leer la segunda novela que estoy escribiendo a ver si tiene algún sentido o es un bodrio infumable. La tengo delante de mí, encuadernada y la tengo en el word. No sé si será novela corta o la puedo alargar. Es tipo confesional, en primera persona pero el otro día leí un fragmento y no me convenció. La tengo que reformar. Esto de querer ser escritor es como llorar porque luego no consigo hacer nada con mis novelas, está muy difícil publicarlas, darles paso, pero me entretengo escribiéndolas y eso ya es mucho. Mi pobre cabeza no da mucho de sí y me salen unas novelas muy chungas, de gente desafortunada y triste.

viernes, 24 de octubre de 2014

Esas personas de mi familia de las que he dicho que me caen mal por haber entrado en mi vida sin permiso una vez me han ayudado mucho con la casa en la que vivo ahora y en otras muchas cosas pero también me causaron muchos nervios gratuitos basados en su prepotencia al no hacerme caso en lo que yo les decía. Ellos me querían ayudar pero no es forma de ayudar no oír lo que necesita la persona a la que vas a ayudar e imponer un criterio basado en un error por no querer escuchar.
De todos modos, yo tengo la idea de ir olvidando lo que sucedió si no lo he olvidado ya pero lo pasé tan mal (una semana medio deprimido y muy cabreado mientras todos se lo pasaban bien y no se daban cuenta de lo que había pasado). Yo dudé de mí mismo gracias a ellos y mi enfermedad salió a relucir con una especie de neurosis. Pero bueno, el tiempo todo lo tiene y tendrá el bálsamo que me ayude a pensar bien de ellos otra vez. Cuando alguien te hace mal o te vengas o perdonas.

jueves, 23 de octubre de 2014

¡Qué gente más mala viene detrás! Mi hermano dice que se han metido farlopa  a mansalva o se han puesto de pastillas hasta arriba. No han fregado un plato en su puta vida, son racistas, no quieren a una mujer por ella misma sino para que les cocinen y les subvencionen. No piensan más que en el puto dinero y en la puta fiesta. Creen más en los amigos que son como ellos, unos superficiales a los que lo humano les da igual, tratan a sus semejantes como de usar y tirar. Son egoístas hasta el punto de haber sacrificado en su beneficio a sus padres y querer sacrificar a quien sea por su puta comodidad. Quiero patatas fritas, dicen, cuando vienen de las discos con sus camisetas de cocodrilo a sus madres o a sus mujeres aunque sean las ocho de la mañana o quizás la una del mediodía. Son los que se divorcian hoy en día porque ninguno de los dos ha frito un huevo en su vida y tiene la casa como una cuadra y no se aguantan sus propios egoísmos. Estos son los que vienen detrás: !Qué bonito nombre el de descerebrados para ellos!
Para hacer más llevaderos los problemas, tenemos que obviarlos y tirar para adelante. Yo, a menudo, me imagino a otros con más problemas y desgracias que yo y así intento relajarme. Como el sabio de "La vida es sueño" que arrojaba hierbas y las cogía otro sabio que estaba peor. Ahora me acuerdo de una cajera que está mal de las cervicales y tiene que estar 8 horas en su caja. Ahora me acuerdo de un hombre que pide en la Gran Vía, un señor mayor, a saber cómo se apañará. Lo que pasa es que las situaciones no son comparables. Uno puede estar rodeado de dinero y rodeado a la vez de coyotes. Uno puede malvivir con cinco euros al día y no tener que preocuparse de la gente que le rodea pero quizás no le rodee nadie y está más solo que la una. A mí me daría mucha pena tener que vivir solo. Las penas las vive uno solo y las resuelve o no en su interior, esa es la verdad. Y sus penas las siente como las peores del mundo, sin compararlas con otras. Si tienes una pena, cuéntala, quizás sea el primer paso para combatirla.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Voy a escribir sobre las malas compañías. Las malas compañías son aquellas que si ven a tu novia te dicen: "llámala y nos la follamos todos". Las malas compañías tienen un código moral tan bajo que en cuanto te despides de ellas, ya te están llamando hijo de puta a tus espaldas. Las malas compañías hay que evitarlas por que son traicioneras, alcohólicas, pedigüeñas, faltonas, murmuradoras de unos y de otros que están ausentes, hijos de puta, malencaradas, mentirosas, putas, sucias de alma y de cuerpo. Las malas compañías son eso: un hatajo de gente mala que se junta con otra gente mala y de la que no se aprende más que triquiñuelas, mentiras, engaños y malas ostias. Como te cojan por banda te ponen fino y si te tienen que hacer un favor, nunca te lo hacen. Y si tú no das dinero, te llaman de todo pero ellos no dan ni un duro nunca y tú no les puedes llamar nada. Son chulos, son perros como los nacidos en un barrio bajo y maloliente. Dan asco las malas compañías. No las frecuentes.
Pienso en la familia y en los grados de ruptura que puede haber en ella. Lo primero es el divorcio ya que el matrimonio fracasa. No han sabido estar unidos los dos sea por fallo de uno o por fallo de los dos a la vez. Lo segundo puede ser un padre o madre autoritario, que hace que los hijos no desarrollen su libertad como personas y crezcan infelices. Otro puede ser un padre vicioso, alcohólico o jugador que trae al traste a toda la familia. Deben darse muchos casos de padres imperfectos que hacen que el matrimonio y los hijos vayan de capa caída. Entre los hermanos también pueden darse disputas. El hermano mayor se cree a veces con más autoridad sobre el menor y hace lo que quiere con él. La familia se puede entender como un grupo de amigos de diversa edad. Si no va bien ese grupo, la familia se va a la mierda. Mi familia yo creo que padece de bastante desapego, como si cada uno fuera por su cuenta y no le importara el de al lado. Ese desapego trae desunión entre los miembros y desconfianzas y murmuraciones que no son buenas porque nadie quiere saber de nadie y que no se sepa de él.
Este tiempo de octubre de 27 grados, de clima veraniego yo no lo entiendo. Y habrá mucha gente como yo, que no entienda por qué hace tanto calor en octubre. Si se debe al cambio climático, que salga alguien en el telediario y lo diga y así nos quedamos más tranquilos. Hubo unas tormentas anteriores a este periodo de calor que parecían propias de otro mes. La temperatura normal de otoño me parece que es 20 grados. El clima está avisando de que algo está cambiando en la naturaleza. Ya no hay insectos. No hay moscas, no hay saltamontes al no haber hierba fresca ya en mayo. Un día subí al Alto del León y allí si había moscas. Hasta las moscas huyen del calor del verano y se refugian en la montaña.
Vamos de culo. Estas son las consecuencias de tantísimo coche, de tantos productos químicos artificiales, de tanta contaminación que sufre la atmósfera y la Tierra en general. "Un mundo que agoniza", escribió Delibes y creo que no le falta razón. Cuando acabe de morir el último río, no beberemos ya más agua. 
Al único que veo que no pierde la compostura es a mi padre. Es un hombre muy tranquilo, que se toma las cosas como vienen. Ojalá fuera yo así. No sufre, acata el destino y el  presente que le toca vivir. Es un gran ejemplo para mí pero inalcanzable porque yo soy muy inestable por mi enfermedad.
Mi hermano está recuperándose de la enfermedad, mi madre también. Como dice ella, estamos para que nos tiren al tren.
Yo veo a la gente sonreír y casi me sorprendo preguntándome de qué se reirán sino yo no tengo motivo alguno para ello.
Me dan mucha envidia esas familias unidas en que todo son parabienes y felicitaciones y cumpleaños y un largo etcétera de pasarlo bien.
Nuestra familia ha dejado las celebraciones a un lado para no vivir más que enfermedades y tristezas. La vida es un asco.
Cuando en la vida pintan bastos, prepara la espalda.

martes, 21 de octubre de 2014

Hay en mi familia seres que no me caen bien. Han hecho gala de una prepotencia que me ha sentado muy mal. No diré en este blog de quién se trata pues no quiero desvelar cosas íntimas en él. Pero cuando a uno le obligan a hacer cosas que no quiere y que no necesita para nada, asistidas esas personas por una ignorancia supina, ¿no son de temer? La verdad es que ya se me va olvidando el episodio del verano de 2012, cuando estas personas cayeron sobre mí como verdaderos ogros. Pero por otro lado no dejo de pensar en cómo son ellos, cómo hacen las cosas y cómo no piden perdón después del daño causado. Al revés, queda la cosa como si yo les hubiera causado algún daño. Porque ellos dicen que tienen razón, negando las evidencias del caso. La cuestión ha quedado en el aire y yo no me hablo con esas personas y me muestro muy frío con ellas porque así me lo pide el cuerpo. Lo que hicieron conmigo no tuvo lógica ni sentido y me pusieron de los nervios. Pero ellos piensan que tuvieron razón.

lunes, 20 de octubre de 2014

He estado todo el día con gripe. En esa situación, se ven las cosas como borrosas y a cámara lenta. Una opresión en la cabeza y en la órbita de los ojos no permite apreciar bien la realidad. Si unimos la fiebre, todo se distorsiona de manera brutal. Y está uno muy cansado de la noche sin dormir.
Había un personaje de novela que estaba afiebrado y todo lo veía entre el sueño y la realidad.
Por lo demás, más de lo mismo. Andar por casa, tomar café en el bar y no hacer nada de las novelas. Hoy por lo menos tengo disculpa.
Bueno, quiera acabar haciendo una reflexión sobre el tiempo que hace. Casi treinta grados al mediodía. Luego dicen que no hay cambio climático y yo me constipado por este tiempo tan raro que hace que no sabes qué ponerte para salir a la calle. esto no hay quien lo entienda.

jueves, 16 de octubre de 2014

Lo tengo comprobado: un enfermo mental tiene muchas ideas raras metidas en la cabeza y no se le puede decir: "haz esto o haz lo otro". Hay que comprender un poco su tesitura, su tesitura mental. Los enfermos como yo tenemos la mente revuelta, intranquila, obsesiva, rara en definitiva y no nos comportamos como personas normales. Podemos estar depresivos, irritados, neuróticos, eufóricos y un sinfín de situaciones más que nos crea nuestra mente. Así que si alguien se pregunta: ¿cómo es que fulano no hace esto o lo otro?, la explicación puede estar en su estado mental.
Esto que he escrito mucha gente no lo entiende porque nuestra enfermedad no tiene visibilidad: sólo se ve cuando un enfermo desatendido mata a su padre. Seguramente ese enfermo no tome pastillas, se drogue, beba alcohol y esté afectivamente hecho polvo, etc y además se suma todo eso a la enfermedad. Los demás enfermos, con las cosas que describo supra, llevamos una vida normal pero no somos normales del todo, no podemos hacer las cosas que queremos muchas veces. Antes de hacer una valoración de algo, conoce a fondo ese algo.
Sol y viento para hoy. En Sevilla siempre hay fiesta. En Madrid, no. En Madrid hay currelas que madrugan para forzar otra vez la máquina, para que todo funcione a todo trapo porque Madrid funciona así: a todo gas. Siempre será así en la gran ciudad: todo irá deprisa y deprisa aunque haya crisis. "Póngame un café rápido que tengo prisa". Luego, en las oficinas se cuecen asuntos importantes que atañen a las vidas de las personas y de las empresas.
Yo estoy del otro lado, del lado del paseante que intenta una novela, que intenta pasar el día dignamente. Yo soy un transeúnte del intento banal de hacerme notar. Y no lo consigo. Mi primera novela ocupa siete páginas web de editoriales; o sea, que ha gustado pero no veo la recompensa. Mi otra novela, la que he escrito durante un año de labor continua sólo la ha leído una amiga mía y me dijo que está muy bien. Ahora se la voy a dejar a otro amigo, a ver su impresión. Tendría que ser yo más incisivo, intentar algo gordo, a ver si me toman en cuenta de una vez.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Ayer di mi quinto paseo consecutivo a Las Rozas. Allí me encontré con un amigo y vinimos andando a Majadahonda charlando de cosas más humanas que divinas. Me vino bien la charla pues hacía mucho tiempo que no conversaba yo tanto rato y tan bien. Este amigo es un tipo muy agradable y razonable con el que el paseo se me hizo muy llevadero.
Cuando llegué a casa, me vino la desesperación, creo que la llamaré la desesperación del invierno y de los malos augurios porque me pongo a pensar en el futuro y lo veo todo mal.
Después vino Paco y después de discutir un rato nos pudimos poner de acuerdo y ya se me pasó la desesperación de la noche, el frío y el futuro sombrío.
Y luego me acosté y eché unos ajedreces en el móvil y escribí a Eva por el wassap. Me prometí levantarme pronto pero me he levantado a las 11. Tengo que hacer un arroz con conejo para hoy, así que ya tengo tarea para toda la mañana.
Cuando me levanto por las mañanas a eso de las once me pregunto obsesivamente, propio de mi enfermedad, ¿sería yo capaz de ponerme a trabajar?, ¿vale algo lo que escribo?, ¿merece la pena el estado en que estoy en que no tengo ocupación alguna?, ¿no estaré yo ya inutilizado para la vida, para una vida plena, con un trabajo? Estas preguntas responden a un estado mental llamado rumia y consiste en preguntarme una y mil veces por la misma cosa. Una vez que me he preguntado todas estas cosas sentado en el retrete, se da paso al día y todo se diluye en las pocas cosas de valor que hago durante la mañana. Por la tarde me viene una especie de desesperación cuando se hace de noche que se disipa hablando con Paco. Yo creo que la necesidad es la madre de la voluntad y que si ahora no necesito trabajar, no lo haré pero si me viera en tal menester, lo haría. La rumia no me deja disfrutar de la vida. Es como si no me creyera que yo estoy pensionado, que algo fuera a ocurrir en mi situación económica. Estate siempre alerta, no se sabe lo que va a pasar mañana.

martes, 14 de octubre de 2014

Este tiempo de lluvias incita a la melancolía, a dejarse llevar por pensamientos tristes. Galicia debe estar llena de pensamientos tristes revoloteando por las cabezas de los gallegos. Luego, uno come lo más fuerte que puede para calentar el cuerpo y llenarlo de grasa y la grasa también opera de la misma manera que la lluvia: te llena de pensamientos flatulentos y sombríos y así vas toda la tarde queriendo morirte o te quedas en casa deseando estar en otro sitio más cálido, por ejemplo, Canarias.
En Canarias, con 20 grados a todas horas, eso sí que es vida. Te bañas en la playa en pleno diciembre, comes moderadamente y el sol te hace esbozar una sonrisa de oreja a oreja y a desear quedarte allí y no volver a estar ni un minuto más en la lluviosa y triste península. Ojalá yo vaya a Canarias otra vez y pase unos días felices de lujo vital, de desobediencia a la rutina y de bañarme en el mar. Cuando llueva, haz como si hiciera sol, sé feliz también.
Me estoy leyendo "Así empieza lo malo" de Javier Marías y en uno de sus primeros capítulos, hace una disección de la Transición española muy buena. Habla de que en ese periodo, se dijo: "Nadie pida cuentas a nadie". En efecto, los represaliados callaron y no buscaron culpables pero por parte de los franquistas, hubo invenciones para apuntarse a la democracia y mentir sobre sus biografías. De todos modos, la Transición fue un hecho. Pero, ¿qué tenemos al cabo de los años de aquella Transición tan venerada? Un montón de vergonzosos actos, una nación desmembrada en Autonomías, una España que no convence a los españoles porque ha derivado en una situación de crisis provocada por la especulación del ladrillo. La monarquía, culpable. Los políticos, culpables o ineptos. Corrupción y lo que viene ahora ya lo conocen los inmigrantes sudamericanos: el populismo y a saber quién nos gobernará de ahora en adelante. Porque los partidos habituales y los sindicatos están desvirtuados por acción u omisión. Menuda mierda. Votes lo que votes, todo irá a peor aunque hay que ser optimistas.

lunes, 13 de octubre de 2014

Vivimos acosados. Esa es la verdad. Las cifras de la economía nos encogen el corazón. La situación de parados o de subvencionados nos ata al poderoso Estado como si fuéramos limosneros. El que trabaja está más que nunca atado al trabajo, también acongojado, no fuera a perderlo o a dejar de pagar lo que debe. Las noticias de corrupción, delincuencia, comportamiento del ciudadano medio nos tienen asustados. No nos podemos fiar ni del vecino. El miedo engendra miedo y eso es bueno para el Estado. Estamos a la merced de la noticia que quieran darnos y si esa noticia sigue engendrando el monstruo del miedo, mejor. Nunca el ciudadano tuvo tanta desconfianza en sus dirigentes y en la gente que le rodea. Nunca la moral estuvo tan baja aunque cuentan de Sodoma y Gomorra. Ahora lo que hace la gente es estar asustada, no sabe cómo va a pasar el mes, no sabe si cualquier incidente derrumbará su pobre economía. No hay fiesta, no hay alegría, no hay sonrisa alguna que destelle un poquito. Pero bueno, si todo va mal, tú muéstrate fuerte y espera a que el sol salga de una vez.
Si me parara a pensar
lo duro que es pasar los días
no pasaría el día.
Por eso cruzo la calle,
entro en el súper,
doy mi óbolo al mendigo
y entro en casa espeluznado.
Y me fumo un cigarrillo 
todo lo tranquilo que puede estar un ser humano en estos tiempos.
Porque la civilización
nos ha conducido a esto:
ladrones, matones a sueldo,
quiebras de la razón y la moral para siempre.
Y yo, que no entiendo de estas cosas,
salgo de casa otra vez a ver qué pasa.
En mis peores tiempos de profesor, en un instituto lleno de alumnos díscolos e indisciplinados, oía yo un disco de Rosendo Mercado para darme ánimos. He vuelto a oír esas canciones y es como si volviera otra vez ese afán de lucha que tuve que emplear con mis alumnos medio delincuentes de ese lugar atroz. A lo mejor es un simple espejismo pero yo me encuentro animado a cambiar mi actitud y ciertas cosas en mi vida para hacerla mejor. No sé si habrá tenido que ver la rememoración, gracias a estas canciones, del espíritu de lucha que yo tenía en aquel tiempo. Ahora tengo que luchar con otras tendencias malas, con otras inercias, con otro modo del mundo que yo vivo pero quizás lo consiga y mis grados de felicidad se vean aumentados por ese espíritu guerrero que yo tuve y que quiero desempolvar a ver qué pasa. Lucho contra mí mismo que es la peor lucha que existe, contra mi inercia, contra mi pereza, contra lo que yo soy ahora. Lucha, la vida es lucha pues lucha.
En el Hospital, mientras estaba con mi madre, me compré un libro actual: "Kassel no invita a la lógica", del escritor catalán Vila Matas. Del mismo, me había leído yo el verano pasado "París no se acaba nunca", que me gustó a medias. Este último va de las andanzas del propio escritor en París mientras escribe su primera novela. Salen una serie de personajes del arte y de la literatura y cómo el joven escritor consigue escribir su novela. En el de "Kassel..." va de otra experiencia personal ya que es invitado por una agencia a escribir en un restaurante chino dispuesto a que todos los curiosos se acerquen a ver qué está haciendo. Esta es la excusa para contarnos los "experimentos" artísticos que hay en esa ciudad alemana. Lo que mola del libro es la prosa: una prosa que me hace pensar que qué fácil es escribir ya que es llana, amena y conversacional. Con ella, Vila Matas hace un compendio de sus pensamientos y de su vida y de su experiencia allí, en Kassel, en ese extraño lugar de las artes: Tu propia vida da para una novela si la sabes contar.
Esta mañana me he levantado con la mente y la voluntad renqueante y ojerosa pero luego no me he sentido mal, he estado contento de mí mismo aunque no he hecho nada de  provecho.
He pensado hacerme un planing (otra vez) a ver si lo cumplo. Podría leer y todo eso, despertándome un pelín antes.
Si lo cumpliera sería feliz porque tendría la sensación de haber establecido una corriente de orden en mi vida y una manera y orden de hacer cosas parecido a un trabajo. Da coraje encontrarte en la calle con gente que va de allá para acá y yo no tengo nada que hacer más que pasear. Es una situación mala, culpable, que no quiero sentir, así que haré algo ordenado y arreglo a un horario para sentirme bien con respecto al común de los mortales.
Y no tengo por qué viajar o largarme por ahí o hacer cosas extrañas sino cumplir con ciertas obligaciones que yo me impondré a mí mismo. Y seré feliz. Con orden y concierto. Sé feliz como puedas, aunque sea escardando cardos.
Ayer por la tarde me la pasé oyendo la radio. Hubo una entrevista a Toni Isbert, hijo o nieto del genial Pepe Isbert, aquel abuelo al que se le pierde Chencho en Navidad. Luego, esta mañana, al leer el periódico me ha saltado a los ojos la historia de Patch Adams, el payaso médico, que ahora tiene 69 años y ha dedicado su vida a repartir "cariño, justicia y amor". Toni Isbert habló de la importancia de una sonrisa en la vida y le doy la razón. Parecía este hombre un ser optimista y dedicado al trabajo y a los demás. Ojalá su ejemplo perdure en mi memoria como modo de conducirme en la vida y el otro ejemplo también es muy bueno pues quiere hacer de la medicina algo humano y lleno de amor. Hay que compartir todo con todos y ser humano, no material y capitalista, no querer ser el mejor y llevarse el premio que siempre consiste en dinero.
Yo no sé que puedo hacer por mí o por los demás pero procuraré ser mejor en el sentido humano del término, no como una máquina absurda en que nos quieren convertir. Sigue buenos ejemplos y serás uno de ellos.



domingo, 12 de octubre de 2014

Extiendo las muestras de mi amor por la vida sobre la mesa y no se me ocurre nada. Oigo música que pareciera estimulante y nada. Voy caminando, oyendo el aire y nada. Tengo vacía la imaginación de armarios huecos, de gilipolleces, de mañanas al tun tun, de vacaciones que no fueron y todo eso y al final, nada.
Nada por aquí, nada por allá, a esta mañana hay que llenarla de algo sutil. Registrando sentimientos como hace Rosendo el inmerso en el lugar, que guay. Qué feliz se es con una guitarra, todos aclamándote, luciendo mil portadas. El que se gana la vida vendiendo seguros no es feliz, según tú, que en un escenario todo lo puedes decir.
Qué listos son algunos que hacen de su trabajo su ilusión de por vida. Haz tú lo mismo, parecen decir, que fácil es, parecen decir, vuelca tus sentimientos en una guitarra y estate contento. Nadie me escucha, parecen decir. No te fíes del que te vende la moto ni de la moto que te vende.
Tercer día que caminé. Por Madrid, esta vez. Fui con Paco y no hablamos mucho. Allí vi un poco de todo: en la Plaza de España se arremolinaban los jóvenes de tendencias más modernas. Luego fuimos a la plaza de la Marina, al lado del Senado y nos sentamos en una terraza. Había allí, tomándose un café en compañía, un hombre de barbita, muy delgado, con los ojos muy vivaces que no paraba de hablar de arte y literatura. Criticaba la literatura actual como sabiéndolo todo. Este tipo tenía una arrogancia en su pose y en su mirada que decía: "lo sé todo", en contra del dicho del sabio Sócrates.
Al lado de la terraza había una peluquería de gays de la que salía un intenso olor a laca.
En la Gran Vía también me senté en un banco y observé cómo va la gente. Chicas guapas, mujeronas, parejitas, ancianos solitarios, etc y se me quitó un poco la pena de mí mismo y se la fui dando a estos que pasaban. Sal a la calle y verás ejemplos de lo que tú eres o no.

sábado, 11 de octubre de 2014

Se me pasan rápidos los días como liebres del campo que no alcanzo. El chatarrero va anunciándose como una metáfora de la vida, de las cosas que sobran y no valen de la vida. Una mujer tose porque fuma los cigarrillos de la mañana. Los pájaros trinan con el trino agudo del despertar. Suena un viento suave que se hace más fuerte junto a mi ventana. Y todo eso.
Pero yo debería estar contento y no lo estoy. Debería estar contento por la seguridad económica de que disfruto, porque tengo cuartos que gastar en el supermercado y en el cine si es que voy. Hace algún tiempo hubiera dado lo que sea por estar en la situación en que estoy pero una vez en esta situación.
Los galimatías de la vida horarios sentimientos familia dolores amigos dinero vicios autoestima prestigio sueños salud mental dulzuras nadie los entiende a veces.
¿Suerte? ¿A qué llaman suerte? Procurar que el día nos satisfaga, eso es suerte.

viernes, 10 de octubre de 2014

Hoy he vuelto a ir a Las Rozas con una novedad: he entrado en la biblioteca de ese pueblo. Me ha recordado este trayecto la vida que llevaba yo de opositor: allí estudié unas cuantas oposiciones. Parece que va a ser mi distracción favorita ya que he estado muy a gusto conmigo mismo allí metido. Me he visto bien. Lo que he hecho es coger unas novelas de la sección de novedades e ir leyéndolas: su principio, al medio y al final. Una me ha gustado mucho, es muy buena. Es de un tal Isaac Rosas. No me acuerdo del título pero he pasado un buen rato leyéndola. Pienso leerla entera al ritmo de mis paseos. También he leído prensa y revistas y me he fumado un cigarrillo a la puerta cuando me venía en gana.
Hoy parece haber sido un día bastante feliz o yo lo he sido y no sé muy bien cómo lo he hecho.
Mañana iré al cine con Eva. Hace un montón que no vamos.
La tristeza está a tu mesa y la alegría en tu cama.
En realidad a mí no me importan los casos de corrupción, ni el ébola ni nada de nada. Me importo yo mismo y cómo salir de mi marasmo. El otro día recibí un estímulo por parte de mi médico de cabecera al que le gustan los libros. Hablamos de libros y de mi afición a la escritura. Fue un pequeño resplandor dentro de la atonía en que vivo. Soy como un pez metido en su pecera, dando vueltas solo, matando su aburrimiento yéndose al fondo y volviendo a subir a la superficie en busca de ese mar que quedó lejos y simbolizaba la vida.
Hoy por hoy, ni escribo la última novela porque Paco no deja con él en casa ni hago nada con la que he escrito. Estoy como paralizado, como entregado a unos ritos torpes y que reducen mi vivir, llenándolo todo de rutina pobre e intranscendental.
Podría hacer más por mí pero no lo hago. A ver si Paco se pone a trabajar y todo cobra su normalidad. Si la rutina te aplasta, dile que ya basta.

jueves, 9 de octubre de 2014

Estoy gordo. Tengo que cuidar mi alimentación y hacer ejercicio. Hoy, aunque estaba lloviendo he ido hasta Las Rozas y he vuelto andando. Así ha descansado mi mala conciencia. Venía sudando y mi hermano, que me ha acompañado, me ha dicho que este tipo de ejercicio (andar) no vale para nada y me ha recordado los tiempos en que mi hermano y yo éramos auténticos deportistas (bicicleta, fútbol, baloncesto, pesca, frontón). Pero esos tiempos son ya del pasado (no podría reunir ni a uno de los que jugábamos al fútbol y ya no voy por el pueblo para montar en bici).
Bueno. Hoy he andado unos cuatro kilómetros. Me voy a bañar y mañana volveré a andar todo lo que pueda aunque llueva y seguiré un régimen de comidas lo más estricto posible.
Tengo que bajar unos cinco kilos, con eso me conformo. Y los bajaré haciendo cosas como las que he hecho hoy pero repitiéndolas a diario. Proponte cosas: es la mejor manera de distraer la vida.
He estado leyendo en un viejo libro de filosofía sobre varios pensadores. Me gusta uno que se llama Giordano Bruno, al que mataron por defender sus ideas en contra de la iglesia. Este hombre decía que el ser humano no debe acatar ninguna autoridad ni opinión creada, debe él mismo crear su propia vida al margen de lo que exista porque es infinito, como Dios. Hubo otros como Mirandola, Luis Vives, etc que lucharon contra las creencias de su tiempo y explicaron otras, más modernas. Luego he leído algo sobre Nietzsche y este sí que fue rompedor con su tiempo: no creía en la sociedad de su tiempo y dijo que Dios había muerto. Nietzsche fue un enfermo mental y fue profesor. Conocía a la perfección la cultura clásica. Yo no lo entiendo muy bien pero fue un hombre que defendió al individuo frente a lo establecido. Lo que yo veo en este mundo es que vamos guiados por el neoliberalismo que yo creo que se basa en la riqueza individual (crea tu empresa) que da riqueza a todos pero el mundo de hoy es mucho más complejo. Los avances científicos y tecnológicos pueden dar un salto hacia la modernidad total pero las contradicciones de la historia y del ser humano siguen ahí.
No puedo hacer nada con panes y peces
pero puedo darlo todo algunas veces.
No sé lo que es morir por amor
pero puedo buscar el perdón.
Al territorio donde yo me encuentro no entra nadie
porque está vacío de fiesta y de actores de Holliwood.
Por donde yo paso no alzan las copas, no gritan enhorabuenas, no bailan las damas borrachas y locas.
Yo sólo voy andando por la misma acera en que murió un profesor.
Yo sólo alucino distracciones baratas como un cigarrillo o una cerveza al aire.
Yo no sé qué es conocer a nadie. Yo no conozco a nadie desde hace muchísimo tiempo. El círculo oprime mis ojos como el hierro.
Lo que pasa es que ha pasado el tiempo, los amigos no están, el fervor murió, la vida se ha cansado.

martes, 7 de octubre de 2014

El invierno, acompañado de su mayordomo el otoño nos hace pasar a sus cámaras de agua, viento, frío: pronto estará aquí. Lo único que hay que hacer es proteger nuestras carnes, comer garbanzos y buenos asados, esquiar, subir montañas nevadas, caminar con bufanda por los andamios de los hielos y confiar en que este invierno no pase nada de rigor que no sea el frío. El frío aprieta nuestras carnes haciéndolas apetecer un caldo, si es gallego, mejor y poco a poco, de la mano de marzo asiremos el sol y las flores de la amiga primavera y todo es así: un pasar.
Enseñoreándose allí enfrente está nuestro destino pero está muy callado, muy quietecito él y pronto nos daremos con él. No significo con ello la muerte, Dios me libre, sino un amor que el sino tiene escondido tras su puerta o un billete de lotería premiado o qué sé yo. El destino es caprichoso, nosotros también lo somos a veces. Menos mal que he acabado ya. Estaba harto. Termina una cosa antes de empezar otra.
Juanete sonreía un poco bobaliconamente pero era gracioso y buen amigo. A Juanete no le gustaba que le llamaran Juanete sino Juan Ignacio. A mí me hablaba de bares y de compañeros de Correos que yo no conocía. Juanete era mayor que yo y se había pasado la juventud en una moto repartiendo cartas.
Me contó una anécdota un día. Me dijo que en Correos había mucha gente inculta y me puso este ejemplo. Había una jefa de Correos que decía: "sacar las amotos". Qué tiempos aquellos. Decía Juanete que para sacarse una oposición había que sudar tinta y que él se sacó la de Correos hace ya mucho tiempo.
Juanete comía muchos bollos y cocacolas, eran los vicios que le quedaban. Juanete era enfermo mental como lo soy yo. Con Juanete lo he pasado bien en "Tú decides", una asociación de chicos con problemas. Ojalá me pudiera fumar un cigarrillo con él y hablar del tiempo, de la política, etc con la simpleza que él aplicaba a las cosas. Adiós, Juanete.

lunes, 6 de octubre de 2014

Los novelistas aspiran a la fama. Así Gustave Flaubert que quiso hacer con su novela "Madame Bovary" un paradigma de las novelas, la novela perfecta y así Tolstoi y así Dostovieski y tantos otros que les han sucedido. Ahora los novelistas no sé muy bien por qué escriben pero yo sí sé para qué escribo: para entretener mi tiempo. A lo mejor el novelista escribe para sacar unos demonios o unas ideas que no lo dejan parar. Escribe por no llorar a moco tendido. Escribe para denunciar este mundo que le oprime, escribe con la idea de dejar flotando en el tiempo una sinrazón que se debatía en su alma.
Yo escribo porque me he quedado sin oficio y he de buscar otro, otro que me ocupe las horas, otro que me haga valorar lo que yo pienso, lo que yo hago en el día. Es como el ama de casa: no puede ver el suelo sucio y los cacharros sin fregar. Así el escritor: quiere poner un poco de orden en su mundo y lo hace en unas cuartillas en la soledad de su inspiración. Ten un oficio. Aunque sea el más vilipendiado. Te salvará del caos del mundo.
Si vivimos nuestra vida deseando otra vida u otras vidas, caemos en el desasosiego, en la angustia y en la depresión. Yo he tenido una vida anterior de profesor y a fe que es bonita: allí donde te mandan de profesor descubres una ciudad, unos amigos, vives una aventura educativa, conoces alumnos, etc. Eso ya pasó. Yo conocí Alcalá de Henares, Villalba junto a mi novia y compañeros, El Escorial, etc. Es muy bonito porque tu vida se une a la de otros y se une a una zona que puede tener y tiene su encanto particular. Por eso yo quizás debo rebajarme a la cotidianidad que me rodea ahora y quizás, con mis escritos, lo que veo difícil, entrar en otro círculo de acción y conocer gente porque por ahora no conozco gente nueva. Quizás escribiendo alguna novela de renombre, yo alcance vivir más, por decirlo de alguna manera. Ya vivo más creando mundos novelescos pero en mi reducido grupo de amigos añoro aquellos tiempos en que cada año conocía gente nueva. La vida del escritor es solitaria, dicen y así me debo conformar. Yo solo no voy a ningún sitio últimamente y eso me deja como algo ortopédico. Mi vida es algo ortopédica por ahora, qué le vamos a hacer. No desees lo imposible pero lucha por lo  posible.
En el pueblo se vive tranquilamente. Se puede tener ordenador y conexión a internet, se puede ver la tele sin ruidos del exterior porque en el exterior no hay nadie, solo algún perro vagabundo que no se atreve ni a ladrar. Los vecinos se respetan unos a otros y respetan sus horas de silencio e internamiento en casa. Del único sitio que salen voces es del bar y a veces, ni eso.
O sea, que en el pueblo en que yo nací, cunde el silencio como una capa de nubes grandísima que se cierne por todos los tejados y casas y hace que la gente esté acostumbrada a eso, al silencio, a la soledad, al recogimiento. Como si todo el pueblo fuera un inmenso convento.
A mí, en Majadahonda, me gusta salir a la calle y encontrarme a alguien con quien charlar y pasar un rato, no digo descojonarme porque es imposible. Si pudiera conseguir eso en el pueblo y luego disfrutar de mi recogimiento silencioso, me iría al pueblo, a pasar unos días. Lo que pasa es que mi hermano se quedaría sin cocinero.
El silencio de la tumba, búscalo de vez en cuando en vida.
Estoy disparando el consumo de cigarros. Compro un paquete por la mañana y a las cinco, ya no tengo tabaco. Pero lo peor es que yo no me conciencio de que el tabaco es malo. Fumo y fumo sin darme cuenta de que me estoy dañando. Y no sirve decir que yo soy inteligente, si lo fuera. No tiene nada que ver. Hay y ha habido gente muy inteligente que se han dejado llevar por un vicio hasta el final. Es una puta adicción. Y es física, no tiene nada que ver con la mente. Es una sustancia que metes en el cuerpo y la necesitas ya para siempre. Es algo tóxico y malo pero que lo necesitas. Es tan adictiva la nicotina como la heroína. Es muy difícil dejarlo. Desde por la mañana, esa llamada del cigarrillo es tan fuerte que si te falta haces casi cualquier cosa por obtenerla. Bueno. Haré algo, tengo que hacer algo para dejarlo. Ya he probado el centro de dependencias que ha funcionado en parte. Para Noviembre haré una llamada, probaré algo, no sé, pero sabiendo que me gusta mucho fumar y no estoy concienciado para dejarlo.
La vida, si lo miramos metafóricamente, es un camino o un río o un sueño o algo que se nos escapa de las manos velozmente, como sería el agua. A cada uno nos toca representar un papel, ya que la vida también es un teatro. Mirémoslo como lo miremos, hay que andar, hay que fluir, hay que hacer cosas absurdas o desagradables como en una pesadilla o disfrutar la vida simplemente como lo haríamos en un bello sueño. Hay que hacer un papel, lo mejor que podamos, sin que se note que estamos representando, para morir dignos del personaje que nos tocó en suerte. Las responsabilidades son las que marcan ese papel. Si las aceptas y las cumples, cumplirás con tu papel vital. Si miras para otro lado cuando la obra está en su escenificación, ese personaje falla, rompe todo el argumento de la obra. Eso puede pasar si nos dejamos llevar por vicios que minan nuestro poder de responsabilidad, no aceptamos el papel de padres, de hijos, de albañiles, etc con que nos toca la vida. Andamos el camino, fluimos como un  río, soñamos, representamos un papel. Pero lo que marca el hacerlo bien y con conciencia son las responsabilidades que asumimos o no en la vida.
En la Puerta del Sol, a estas horas, hay un montón de gente con intereses diversos. Hay unos que se ríen de sus gracias que inventan sean estas sobre otra persona o situaciones que crean las personas que resultan divertidas. Pongo por caso una borrachera, situación típica de ocasión de reír entre los españoles. Otros se ríen de los propios defectos de esas personas, generalmente de torpezas cometidas por otros, metedura de pata jocosas. Yo no tengo esa serie de estímulos. Mi vida orbita entre mis padres y mi hermano y todas estas personas son bastante predecibles para mí. Tengo más razones para preocuparme por ellos que para reír ya que mi madre está muy débil de las operaciones sufridas en el hospital. Mi padre tiene un carácter seco y desabrido que no invita a la risa. Mi hermano tampoco es propicio a la broma. No somos gente que busquemos bromas, hagamos bromas o encontremos bromas fácilmente. Por eso me dan envidia sana esas personas que se carcajean, que se ríen y espantan esta suciedad de vivir enque se convierte la existencia. Ríete inteligentemente, lo disfrutarás más. 

domingo, 5 de octubre de 2014

Que muera la locura y su cuchara enhiesta,
que anden los cojos y sacudan sus piojos con soltura,
que no tengamos que nacer para ver esto,
que la luna nos aguarde sin haber perdido el corazón en una calle mala.
Que la luz del sol mañana purísima Perú nos la ofrezca.
Y lavemos el esqueleto
y cojamos la concha de la paz en el hilo de nuestro pensamiento
y no seamos peces en la mar de aquí dentro
para que no nos confundan con los tristes de los cementerios.
Vengan callados los soberbios
para que su voz no se resienta en los bancos de los mendigos
donde toman el sol gratis y piden para un café que nunca es.
Perdonad todo esto, perdonad para estar sentados con chocolate, perdonad para no tener que tragar el Cañón del Colorado.
Perdonad la insistencia y el pecado porque el pecado es insistente.
Creí que la misa iba a ser muy sombría, con poca gente y que se nos iba a hacer de noche. Y no fue así. Duró sólo media hora y llegamos a casa justo cuando se hacía de noche. Mi padre condujo como un maestro. Yo no hablé mucho pero al ver que había mucha gente, me alegré y al ver el espectáculo de los alrededores de la ermita de San Antonio, me alegré también. Al ver a un vecino de Zarzuela con el que trato bien y cruzar unas palabras con él, me alegré y las palabras que dijo el cura me dieron ánimos. Hay que buscar la paz, decía la Biblia.
Si uno pierde la paz, lo pierde todo, dice un refrán hindú. Yo ayer tuve paz y resulta que estaba enfrentado al hecho de acudir a esa misa.
Mi hermano Ángel murió por una adicción fuerte que tuvo al alcohol y al tabaco pero en el fondo era buena persona. Si hay un Cielo, espero que este allí. He rezado por él desde que murió y he pensado en la muerte. Nos deja solos.La muerte nos deja solos a los vivos. Pero bueno, hay que seguir para adelante.

sábado, 4 de octubre de 2014

El día está bueno. Hace un poquitín de fresco. Ojalá salga todo bien y rápido. Como dijo la tonta al tonto: qué bien y qué pronto. Así será quizás todo. El caso es que a lo mejor he tomado este tema demasiado en serio, no siéndolo.
El caso es que iré al pueblo. Bueno no, iré a una ermita por la memoria de mi hermano mayor y pronto todo acabará. Ha habido muchos dimes y diretes por este asunto y se ha visto que cada vez es más complicado ponernos de acuerdo.
Veré el monte el rato que lo pueda ver y me echaré un cigarrillo en pleno monte.
Oiré misa que no me vendrá mal, a ver si se me pega algo paciencia cristiana para ir aguantando enfermedades, locuras, etc
Luego el viaje de vuelta y quizás vea a mi novia un poco, no sé, si la pillo bien, si llego pronto ya que no la he visto en toda la semana por la mierda de los cursos. En fin: un pequeño incordio.
Cuando hablo a mi hermano Paco de los males de mi familia, mi hermano me dice que todas las familias están así y no quiere oír ni una palabra más de nuestra familia porque dice que el problema lo tengo yo. Es verdad que yo me he llevado palos por parte de miembros de mi familia y hay comportamientos de miembros de mi familia que me han obsesionado porque yo, a lo que no encuentro explicación, logra obsesionarme. Pero bueno: conozco de oídas historias de divorciados que supongo que la familia que formaron fue imperfecta. Conozco otra familias en que hay muchas discusiones. En fin, veo que las familias son fuente de rencor, de riñas y pasarlo penosamente por desavenencias entre sus miembros. Lo que pasa es que yo tengo una enfermedad de los nervios como se suele llamar a esta enfermedad mía y cualquier asqueroso movimiento de uno de los miembros de mi familia pues eso, me da asco y no sé cómo darle respuesta. A mí, la imposición no me gusta. Yo no impongo nada a nadie. Yo no organizo la vida a los demás y no quiero que me la organicen ni me impongan nada y menos si es absurda esa imposición y va guiada por la puta ignorancia de la cosas. Pero reconozco que las familias viene impuestas: el marido o la mujer, los hijos, los padres... Todo viene impuesto y si el hijo o el padre es un hijo puta pues ya la has jodido.
Y eso es lo que hay. Que a la familia no la elegimos y si en ella hay algún elemento que da asco pues te tienes que tragar el asco porque si no, la familia se derrumba por ese lado. Lo mejor es callar la boca y no tener tratos con ese elemento asqueroso y cuando me quieran imponer algo decir: y una mierda para ti.
Cuando alguien impone su voluntad con ignorancia y soberbia a otra persona, lo que hace es humillarla y crearle un problema grave. Cuando alguien impone su voluntad al resto y el resto deja que se la imponga, hay después un rencor por parte de los que tienen que hacer lo que diga esa persona. Pero esa persona, encima, se cree que tiene razón y que lo que ella dice es lo mejor para el resto. Esta actitud se llama arrogancia, chulería, soberbia, cara dura. Pero es que además, lo que impone esa persona, lo impone sin saber sus consecuencias, le importa poco sus consecuencias, porque las consecuencias de la imposición de esa persona ignorante, perversa y soberbia no las paga ella sino el inocente que ha caído en la voluntad de esta hija de puta. Y así va la cosa cuando una persona se cree en la obligación de dictar lo mejor, que nunca es  lo mejor, para el resto, ya sea familia o amigos y así pasa luego que la culpa no va a ningún lado porque esta persona seguirá perjurando que tenía la razón al mandar, al obligar a hacer eso que mandó u obligó a hacer.Y eso es por un privilegio que tiene dentro de la familia, porque se cree alguien y luego no es más que un ignorante.

viernes, 3 de octubre de 2014

¡Por fin respiro a gusto y duermo bien! Pero no todo va a ser felicidad y disfrutar de ella. Este fin de semana parece que nos hemos puesto en danza otra vez para no dejar de molestar al prójimo. Por motivo de un acontecimiento familiar salen a relucir las discrepancias. La mala salud de mi madre no permite grandes alharacas pero como todo se traza sin pensar en los demás, así sale todo. Y todo por una misa en una ermita en medio del monte. Que nos lo podíamos tomar tranquilamente pero no. Es la forma de hacer de mi familia. Líos y más líos para hacer una cosa en común. Unos que organizan, otros que se niegan, otros que tienen que hacer lo que digan unos y al final, todo un rollo que espero que pase pronto.
En fin, se irá a la misa porque hay que ir pero entre horarios que no cuadran y desavenencias y mala salud, lo mejor es que pase pronto, como ya digo. 

miércoles, 1 de octubre de 2014

Hay veces que las cosas de la vida no giran bien, no están lo suficientemente engrasadas para que no tengamos que preocuparnos de cómo va el motor. Oímos unos ruidillos en el coche que nos molestan, oímos unas cosas a nuestro alrededor que nos irritan porque notamos que no van bien las cosas. Y por eso hay que ponerlo por escrito lo que nos confunde e irrita para ver si podemos darle una solución después de haber leído qué es el diagnóstico que hacemos de lo que nos pasa.
Está bien escribir qué es lo que nos pasó, dónde está el fallo, hacernos culpables de eso que no funciona bien para poder encarrilarlo de la manera que sea. Hoy Paco se ha levantado en son de paz y yo no voy a alterar esa paz de ninguna de las maneras porque su paz significa la mías propia. Así que se acabaron las discusiones, los debates más o menos interesantes pero que rompen la paz entre nosotros. Dale mucho a la paz. La paz es el camino.
La verdad es que yo ayer pequé de iluso y de metepatas porque le ofrecí a Paco una serie de temas de los que discutimos. Y discutimos de varios temas que los podíamos haber dejado de lado porque de lo único que sirvieron es de poner a Paco nervioso y a mí también. Hoy no voy a hablar más que del tiempo con él. No hay otra. Discutimos de la familia, de los amigos y de las cosas de casa. Debe ser mi carácter el que lo estropea todo pues mi hermano es más tranquilo y bonachón que yo habitualmente. O sea, que voy a aparcar los grandes debates para otra ocasión.
Hace falta estar tonto hacer lo que hice yo ayer con Paco: buscar la confrontación por el hecho de aclarar yo unas dudas que tenía. Fue totalmente absurdo. Paco no está más que para estar tranquilo y tomarse las cosas con calma hasta que se recupere. Fui totalmente gilipollas por haber sacado temas que sé que a los dos nos enervan. Pero bueno, ya no tiene solución. Hoy, paz y tranquilidad. 
Ya hemos entrado en octubre. A ver qué trae octubre. Lo digo casi con temor. Poco a poco a ver si las cosas se serenan, se van haciendo "comestibles" y pasamos ya a otra esfera distinta de la que estamos. Dicen que el tiempo lo cura todo. A ver si cuando pase este mes algo se ha curado dentro de mí pues estoy harto de lamentaciones, de ir de aquí para allá pendiente de los demás. A ver si todo se consolida y cada uno ocupamos nuestro lugar y todo recobra una normalidad que ya se está haciendo de rogar. Desde que empezó el año, todo han sido desgracias, lamentaciones, enfermedades, líos en general que hemos tenido que aguantar. Ahora,  lo de mi hermano que está alterado. Bueno, roguemos para que esto vaya pasado, vaya circulando, vaya amainando como una tormenta que pasa y ya deja el olor a mojado nada más.
Espero eso, que el tiempo tenga la llave de tanta sinrazón y desatino y abra unos días de tranquilidad para todos. Sobre todo, para mí, que ya estoy un poco harto.
Cuando cunde la desorganización, lo principal es no caer en la debacle absoluta y evitar que todo se vaya al garete. Hay que procurar volver al orden reinante antes del descontrol que vivimos ahora. Yo y mi hermano vivimos unos días así. Como no trabaja ni yo puedo hacer lo que quiero ni él tampoco. Además, nos liamos a discutir mientras la casa está un poco abandonada. Me siento mal porque los dos en casa todo el día y mi hermano aún no muy centrado, la convivencia se convierte en un reto que hay que superar todos los días. Estoy deseando que vuelva a trabajar y todo vuelva también a la normalidad. Mi hermano ha cogido unas manías absurdas a las que hay que hacer caso porque si no, se  cabrea. No es el Paco de siempre sino un tipo raro con sus rarezas.  Todo el día hablando de la dignidad y de la falsedad humana. Es un horror. Está todo el día oyendo las mismas canciones una y otra vez; por la noche se levanta cinco o seis veces. Está insoportable. Pero bueno, yo a lo mío: tratar de descansar y no irritarme con él. Es mi sino, aguantar todo tipo de horrores. A ver si acaba este año de una puta vez.