viernes, 29 de agosto de 2014

En esta vida, estar triste es fácil. Más difícil es buscar esa primera sonrisa que te devuelva la felicidad.

Quizás haya que esperar a que llegue septiembre, se caigan las hojas, se vengue este mes del mes de agosto en que no queda nadie, en que todo se detiene, en que no funciona nada. En septiembre vuelven, como vuelven las golondrinas por junio, toda la gente al trabajo y parece que todo funciona otra vez y la sensación de calma es grande porque todo se normaliza, todo va por su paso, se acaban las vacaciones, los chapuzones, las aventuras veraniegas.
Septiembre es como un tobogán al que somos arrojados todos los que hemos vivido el verano felices o tristes. Yo he tenido un amago de tristeza en agosto por tantos días aburridos sin saber dónde ir, con quién hablar. La gente me parecía de trapo; la vida, un sinsentido pero no amargo sino hecho de aire, de algo insustancial, de humo de cigarrillo encendido sin motivo. Casi me fundo yo en el humo de lo inconsistente cuando me viene una depresión leve a la mente, me empiezo a preocupar, a verlo todo negro, a caer en una desesperación que yo solo sabía. Pero me recuperé no sé cómo, con la llegada de mis padres y ya soy un poco feliz. Desocupado, sí, pero no triste. Voy a hacer planes para septiembre y me apuntaré a algo, lo que sea, para estar ocupado y lleno de emoción.
Voy a reflexionar sobre una circunstancia, sobre un estado mental sobrevenido por una serie de circunstancias. Empezaré cuando Paco y yo nos vinimos a Majadahonda desde el pueblo. El primer día yo fui al supermercado e hice la comida. Era viernes. Comimos jamón con melón y hamburguesa. Por la tarde ya no recuerdo bien qué hicimos pero yo creo que me aburrí. Empecé a aburrirme. El sábado comimos rebozados: jamón york, plátano y huevo frito. Por la tarde no recuerdo nada especial, así que probablemente me volví a aburrir, esta vez quizás con Eva. El domingo hice la paella que tanto me costó ponerme a prepararla. El domingo me aburrí en El Escorial por la tarde con Eva y Paco. El lunes comimos de la paella que sobró y no sé que hice por la tarde; probablemente, deambular por la calle, intentar escribir mi novela pero la imprimí y la leí y me di cuenta de que estaba muy mal y no fui capaz de seguir con ella, me falló la novela. El martes comimos un yogur líquido de litro y el miércoles comimos lentejas. Estos dos días fueron los peores. Yo empecé a sentirme mal (muy confuso e inseguro) porque estaba deprimido. La gente que veía me daba la sensación de ser de mentira o algo así. Pasaba muchas horas sin hacer nada más que fumar. No quería ir a ningún sitio pero en casa tampoco podía estar. Tenía la sensación de estar encerrado en mi propia casa. Todo se solucionó cuando vinieron mis padres por la tarde y fui a verlos. Se me quitó el mal rollo. El miércoles me levanté a las 8 de la mañana para hacerme un análisis. Esto pudo influir en que estuviera mal esa misma tarde. No me tomé la pastilla de litio esa mañana. Pudo influir. Pero yo creo que lo que más influyó fue estar solo y aburrido tanto tiempo. No lo pude soportar y mi cerebro reaccionó deprimiéndose.

miércoles, 27 de agosto de 2014

No sabemos lo que nos pasa. Porque si lo supiéramos, ya lo habríamos enmendado por nosotros mismos. Cuando la tristeza, ese termómetro del alma, cunde, hay algún problema rondándonos. Y quizás nosotros, los tristes, no tenemos solución para ese problema que hace surgir nuestra tristeza. Hay espíritus tristes en la vida que no se recuperan nunca de su tristeza, llamémosla, congénita.
Yo, hace mucho tiempo, era alegre quizás porque no pensaba, porque no me daba entera cuenta de cómo era la vida de mezquina y agria. Luego, no sé  por qué, me he vuelto triste; apelmazada mi sonrisa en un rictus forzado, casi ya no se reír, no digamos soltar la carcajada. Ya no me río. Lloro todos los días que contemplo lo mismo con variaciones tontas que da el tiempo: calor, agua, frío. La gente que veo me parecen trapos andantes sin sentido. Pero soy consciente de que otras personas están en otra onda: se ilusionan por las cosas que hacen, ríen, son vitales pero esa onda la he perdido yo hace mucho. Vivo a traspié de la vida y un día tropezaré con ella o asentaré el paso.
Por la mañana temprano me he ido a hacer un análisis de sangre y aprovechando, me he dado un paseo. Durante el paseo me he dado cuenta de que si apareciese junto a mí un alienígena, mi aburrimiento consumado de horas y horas le habría considerado uno más del triste panorama actual de mi vida. Este E.T. se iría a llevar una sorpresa ante mi abulia, ante mi indiferencia melancólica y se iría a su planeta con una pobre impresión de los terrícolas. De forma que he sentido sobre mi cara el airecillo suave de la mañana y caminando, he llegado a las Rozas. No he observado nada digno de atención pero he visto en un banco un abc del día anterior y me lo he leído con gusto. El alma caritativa que lo dejó allí me ha sacado de la abstracción estúpida en la que vivo. Venían noticias de los ERE de Andalucía, un pastón para la corrupción. Luego he estado ojeando un artículo sobre historia: los países del este que apoyaron a Hitler y luego he leído sobre un diálogo que tuvo lugar entre dos filósofos: el papa Benedicto y Habermas. Chesterton decía que no es que haya falta de fe, lo que hay es falta de razón. Habermas decía que del diálogo surge la verdad y Benedicto decía que de la verdad surge el diálogo. A lo mejor ambos tenían razón. Chesterton acierta de pleno: cada vez veo más sinrazón en el comportamiento y pensamiento humano.

martes, 26 de agosto de 2014

Hoy me he levantado sin ganas de hacer nada y no lo he hecho. He estado todo el día en casa arrastrándome y con una desgana que no me dejaba concentrar ni en la lectura ni en nada. He notado que el tiempo ha estado muy caluroso y por la tarde se ha levantado aire. Quizás agosto ya anuncie un septiembre de calor y viento. Vaya mierda. Me ha levantado el ánimo la radio, un programa de tres a seis que es muy participativo y curioso. Luego, para entretenerme, he ido viendo biografías de escritores de ciencia ficción. Solamente para pasar el rato y ver si a alguno le va o le ha ido peor que a mí. También me ha preocupado esta mañana esa desgana que sufría y he pensado seriamente que tenía una depresión.
Mientras que todos los que conozco piensan que yo debería estar dando saltos de alegría por mi situación, yo estoy en un pensamiento negativo que no veas. No hago nada que me merezca la pena a mí mismo y de ahí, el estado de aburrimiento que sufro.
Lo que es bueno para el espinazo es malo para el bazo.

Mirando en internet me he dado cuenta de que si "la energía de la casa no fluye, no fluye usted". La energía de la casa está llena de mierda y polvo. Llevo posponiendo el barrido y limpieza de mesas y baño por tres días y de hoy no pasa. Pero da una pereza grande. La limpieza de la casa dice mucho de sus habitantes. Si hay muchísima limpieza, los habitantes son algo maniáticos y un poco gente rara. Si hay bastante mierda, los habitantes son depresivos, dejados, abandonados y si hay muchísima mierda, los habitantes no son personas de fiar, llevan una vida desordenada cercana al crimen. Mi hermano podría ayudarme en limpiar la casa pero no mueve ni un dedo. Dice que las cosas de cocinar pertenecen a mi gobierno pero también parece que limpiar la casa también es de mi jurisdicción. Tiene mucha cara mi hermano Paco. Todo me pertenece a mí. El, con lavar la ropa se cree que ya hace un montón de cosas. Ayer vi un blog de un tipo de Almería muy divertido que debía vivir solo y se lo montaba muy bien. Yo, con mi hermano, no tengo más que obligaciones.

lunes, 25 de agosto de 2014

Hoy me está costando más aguantar hasta las 12 para fumar pero creo que lo voy a conseguir. Dejar de fumar es duro y por ahora he de contentarme con estos intentos de fumar menos. Cuando leo historias de gente que ha patentado un método de dejar de fumar, siempre dicen estos señores que se sintieron muy felices cuando dejaron de fumar, que se sintieron renacer y cosas por el estilo. Yo no creo que sea para tanto pero ojalá algún día yo experimente esa sensación de dejar de fumar de forma duradera.
Ayer fui a El Escorial pero allí me sentí de un modo descontento, triste. No me sentía bien, quería estar lejos de allí, estaba cansado de todo. Estaba medio deprimido. Una vez en Majadahonda, me animé un poco pero me fui deprimido a acostar.
Hay personas que se conforman con pasar el día sin sobresaltos y disfrutan de lo que ofrece el día a día. No debo yo ser de esas personas y siempre estoy buscando tres pies al gato. Bueno, los inconformistas a lo mejor llegan lejos pero no disfrutan del camino.

domingo, 24 de agosto de 2014

En la novela "Los miserables" de Víctor Hugo, se plantea un dilema moral sobre el bien y el mal en las carnes de un personaje presidiario al que todo el mundo desprecia y abandona excepto el obispo de la ciudad. Este presidiario no ha conocido de sus semejantes más que el odio, el mandato, el castigo, etc.
Yo también me he planteado a lo largo de mi vida por qué hay gente mala y buena en el mundo, cuál es el origen del mal, el malo se hace o nace, etc.
¿Por qué roba por primera vez una persona? ¿Por qué hace el mal por primera vez una persona? ¿Hay gente mala por naturaleza? ¿Y buena? Ser bueno lo vemos normal. Todo el mundo debería ser bueno, la familia lo impone así pero, ¿se puede ser bueno después de ser malo o no? Las personas lo resolvemos todo con tópicos y con dichos que juzgan, sin parar a analizar la vida de los demás lo más mínimo. Se dice: "esa es una puta" y ya está todo sentenciado y liquidado, ya no hay más que averiguar. Es sorprendente el montón de cuestiones que se resuelven porque oímos de una persona que merece nuestro respeto, o parece saber mucho, un juicio moral sobre un hecho o una persona. Juzgar a los demás es muy fácil y muy difícil restituirles de ese juicio después.
La paella, según Paco, muy buena. A mí no me sabido tan bien porque me he hinchado de gambas de las que han sobrado para la paella y ya no tenía mucha hambre. Ha quedado para mañana, por lo tanto, mañana no cocino que es lo bueno. Tampoco hoy me he podido dormir la siesta y he quedado a la 5 y media para ir a El Escorial con Eva. Por muy monumental y guay que pueda parecer El Escorial, a los tres días que vas, aburre. Lo bueno es un paseo que nos damos por el campo que es como matamos la tarde y de paso, dejamos las calles resonantes y vacías de Majadahonda a un lado de nuestras vidas por unos momentos.
Hoy he sabido esperarme a las 12 para fumarme el primer cigarrillo, como ayer, y creo que llevo pocos cigarrillos fumados. Es bueno ir probando trucos para fumar menos y a lo mejor dejarlo.
Aparte de la "amiga" que he dejado en el bar cuando me he ido a hacer la paella, he estado hablando con un amigo con el que quizás pueda hacer mejores migas. Ya veremos.
Si alguien pone en internet, en google: "escritores noveles" salen un montón de páginas que quieren ayudarte a publicar un libro, el que sea. Da igual que se titule "El dragón rojo" que "Mi dulce madre", te lo publican. Juegan estos "editores" con el deseo de publicar de un montón de escritores que a lo mejor se hacen la ilusión de que su libro es una maravilla y lo va a leer un montonazo de gente. Yo no quiero herir a nadie sobre su capacidad de escribir. Cada uno que escribimos pensamos que lo que escribimos es muy bueno y digno de leerse, si no, no escribiríamos. Pero estos métodos de publicación son tan poco selectivos que se publica de todo. Yo he tenido que hacer una carrera para darme un pelín de cuenta de lo que significa un personaje, un argumento, un capítulo, un párrafo bien escrito, etc porque he analizado obras enteras y he hecho comentarios de textos. Creo que para escribir hace falta o escribir millones de líneas malas o haber estudiado un poco de literatura. Luego miro el montón de obras que se publican y me entra un vértigo que no veas pues debe haber como un millón de escritores en España.
Tengo que hacer una paella. La voy a hacer diferente a como la hago habitualmente. La que hacía yo se la suele llamar del señorito o ciega pues no hay que espulgar nada. Los ingredientes que voy a echar son chipirones, cola de rape y gambas. Escribir esto me anima a prepararla porque no tengo ni puta gana. También me anima el hecho de que si estoy haciendo la paella no estoy con gente indeseable que siembra cizaña criticando a unos en su ausencia y luego discriminando amigos como si fueran melones. Es deporte nacional, cuando uno sale por la puerta, ponerle como un trapo y si a mano viene, luego tomarse unas cañas con él. Somos de lo que no hay. Así le va a la nación con estos ciudadanos tan ejemplares. Lo digo por una "amiga" que presume de educación y se la exige a los demás y luego va haciendo esta serie de cosas. Pero bueno, con su pan se lo coma, ya caerán del burro los que la hacen caso. Me he largado de su vista y me he subido a casa a hacer la trabajosa paella. Paco no me ayuda en nada, dice que es cosa mía la cocina y así me va, siempre liado. Tenía que haber hecho un filete y listo pero bueno. Por lo menos Paco ha ido por pan, algo es algo.

sábado, 23 de agosto de 2014

En estos días de agosto es cuando escribo más en el blog porque me aburro horrores. Doy unas vueltas por casa y no encuentro qué hacer y pienso: "voy a escribir en el blog" y hala. Me he bañado y sentado en la bañera (con poca agua) he oído las discusiones de los perros flauta. Como  en su casa no debe haber nada que amortigüe el ruido pues suena algo fantasmal, un sonido hueco, retornado por la vacuidad de la casa y da un poco miedo. Parece que están haciendo planes para ocupar una casa. Otro ejemplar de la vecindad es Manuela. Es una señora que se parece al mudo de los hermanos Marx. Un día me dice que tomemos un café y luego no tenía dinero. Joder, dije yo, ya he tropezado con otro mangante. En su conversación mezclaba la vida de su padre con la enumeración de sus hermanas, con el lugar de su nacimiento y así, en una narración alocada y surrealista. Una vez dijo que trabajó en una revista con Vargas Llosa y me extrañó. Luego caí en la cuenta de que yo le dije hacía cinco minutos que estaba leyendo una novela de ese autor. Más rara que un perro verde esa Manuela. Últimamente no doy más que con indigentes y gente rara.
Resulta que se me ha acabado el tabaco, no por lo mucho que he fumado, como cuento, sino porque solo tenía 6 cigarrillos. Al venir de comprarlo, me he cruzado en el  patio con una pareja de esas que llaman perro flautas que de vez en cuando se meten en el piso vacío de al lado de nosotros. He dicho hola pero ellos como si yo no existiera. Entonces, al irse Paco, mi mente ha empezado a imaginar una serie de ideas fantasmas como que acabarían ocupando mi casa y yo me veía peleándome con ellos. Tienen un aspecto fiero y de pocos amigos que no veas y la otra noche venían dando voces a su perra, a la que llaman "bomba" o algo así y decían "bomba, no hagas esto" o "bomba, no hagas lo otro" a grito pelado aunque eran ya la una de la madrugada. Yo creo que están como cabras y creo que el piso está en unas condiciones pésimas. No creo verdaderamente que me puedan causar algún daño pero mi mente se pone a imaginar y no para. Es lo mismo que la siesta de esta tarde: mi mente ha creado un médico hijo puta y no paraba de darle vueltas al tema. Ojalá llame pronto Eva y nos vayamos cuanto más lejos mejor para olvidarme de imaginaciones e inventos que no me dejan parar.
Creo (aunque también puede ser una mera ilusión) que hoy he fumado menos y puede deberse a que he empezado tarde a fumar. Mañana procuraré hacer otro tanto, a ver si da resultado. Voy a hablar de lo que había por el pueblo. Aunque a mi hermano casi todo le parezca muy divertido porque es un iluso tontainas, en el pueblo sólo estaba un hombre que tiene cierta gracia, sí, pero que se quedaba solo todas las veces con sus cánticos y sus chistes. Jugando a las cartas yo no me entretengo mucho y han sido tan pocos días los que he estado (a veces, solo uno) que no me ha dado tiempo a organizar un paseo o una vuelta en bici. Dice mi hermano que se lo han pasado muy bien "vacilando a la gente". Me pregunto a qué gente han vacilado y qué diversión sacan de eso pero creo que todo es un rollo del que no surge la risa. Las conversaciones con los parientes, insulsas porque insulsos estaban los parientes y no me extraña con la que está cayendo. Eso sí, una tranquilidad que me ha permitido leerme dos libros. Nunca el mal es completo, siempre hay alguna dicha.
Como digo, estos días de últimos de agosto en que mis padres se han quedado en el pueblo y estamos mi hermano y yo en Majadahonda, pueblo antiguo de pastores, son muy sosos y faltos de aliciente. Quizás por eso me ha dado por escribir en el blog.
Me acuerdo de estos días pasados en la carretera y me da mucha pena haberlos abandonado. A mí me gusta casi más estar en la carretera que en el lugar de llegada, donde a veces me aburro. Así me ha pasado en Portugal. Me gusta moverme cuando estoy de vacaciones, no quedarme días en un sitio concreto. Creo que la próxima vez voy a organizar el viaje de manera que nos movamos más, como lo hacía con mi hermano Paco. Me gusta hacer kilómetros y ver el paisaje por la ventanilla y parar en un sitio y sorprenderme y parar en otro y volverme a sorprender. Un sitio en el que estás más de dos días pierde mucho atractivo. Encima en Oporto sólo nos pudimos bañar un día y el agua estaba congelada o sea, que es como si no nos hubiéramos bañado.

Hoy me ha dado por escribir en el blog. Los rebozados han tenido éxito. Me he ido a echar la siesta pero ha recorrido mi mente una obsesión: me he imaginado a un médico que me cambiaba todas las pastillas y me hacía la vida imposible así que no he podido dormir. He escuchado un programa de Radio Nacional que trata diversos temas. El otro día habló de Castroviejo, un oftalmólogo español que fue inventor del transplante de retina. Vivió en EEUU y era de Logroño. Hoy han hablado de los jesuitas que es una formación religiosa que da obediencia al papa y que tiene entre sus miembros personas de una gran formación (saben varias lenguas, son abogados, teólogos, psicólogos etc). Supieron llevar la fe a las colonias, dominaron la educación y crearon conflictos políticos. Esta orden se la alinea históricamente con la aristocracia y el poder pero sus miembros luchan como el que más en defensa de los intereses de la iglesia católica. Su fundador fue un español de Navarra, San Ignacio de Loyola. Ha estado interesante la narración de esta historia y creo que esta orden ha sido mal vista históricamente precisamente por su poder pero yo que he leído de algunos escritores, los que se han formado con los jesuitas, que sabían de todo.
Ha surtido efecto lo de fumar a partir de las doce. Me he fumado cuatro cigarrillos. Generalmente, me podría haber fumado 10 solo por la mañana. He hecho dos cosas más aparte de fregar: rallar pan para los rebozados e ir por pan. A las 14 horas me pongo ya a hacer la comida. Paco ha venido ya. No he ido a ver al padre de Eva porque se me amontonaban las cosas y no me gusta. Mi plan es rebozar jamón york y unos plátanos junto con unos huevos fritos. A ver qué resultado da. La comida ha de resolverse imaginativamente y con lo que hay por casa, no queda otra. Lo de los plátanos lo he visto en Oporto y me lo anoté. Me parece que son indigestos pero...
Luego me echaré la siesta y barreré la casa que está sucia y limpiaré el cuarto de baño.
A ver si fumo poco hoy y no toso tanto y no noto ese calor terrorífico por la garganta que hace temer de todo.
Bueno, ya he llenado unas páginas, ahora espero que me lean y se entretenga el que lo lee. Tampoco pongo gran cosa. Matar el tiempo es oficio de los sabios.
He logrado fumarme solo dos cigarrillos esta mañana. Me he mentalizado para fumar a partir de las doce. Por otro lado, cada vez me cuesta más hacer las cosas y eso que no hago nada obligatoriamente, estoy toda la mañana sin hacer nada. Ahora comprendo a las amas de casa que hacen cosas en casa y luego hacen la comida y otros quehaceres. Tiene que ser brutal la fuerza de voluntad. Aunque las amas de casa se saben trucos para hacerlo todo rápido y bien, creo. Yo ya he fregado pero la idea de hacer la comida me pone un poco nervioso y mañana quiero hacer paella y me pongo nervioso solo pensarlo. Esta tarde tengo que comprar para la paella. El trajín que trae la casa a veces me supera porque no la quiero ver sucia y quiero hacer cosas buenas para comer, no solo frituras pero cada vez es más esfuerzo de voluntad el que hago para ponerme a preparar cualquier cosa. La paella te toma una hora mínimo para prepararla. Solo sé que todo cuesta, no solo en dinero.
El otro día leí en un periódico sobre la autora israelí Bayta Gur, a la que llaman la Agatha Christie israelí. Resulta que fue profesora y empezó a escribir sus novelas a los 41 años y a los 57 murió de un cáncer. No ponen en ningún sitio si ese cáncer fue motivado por el tabaco. El caso es que esta autora me ha hecho reflexionar sobre el arte.¿El arte es un entretenimiento del que lo hace o es algo más? ¿El arte comunica cosas o no las tiene por qué comunicar? Pienso en Benito Pérez Galdós, mi autor modelo, veo que este hombre escribió casi cien novelas y todas de una trascendencia grande. ¿Quién lo lee? El arte de Galdós ha muerto en cierto sentido porque ya nadie lo lee. ¿Perdurará Galdós en la memoria de los españoles o dejará de hacerlo? El estilo de Galdós está enmarcado en cierta época, ¿ha perdido validez el estilo de Galdós? El arte, yo creo, es algo que nace de una persona que tiene sensibilidad para crear algo y luego lo puede comunicar o no con los demás, dependiendo d circunstancias muy variadas. El arte tiene que gustar crearlo y disfrutarlo. Ars longa, vita brevis.
Ya se va aproximando la hora de fumar un cigarrito, el cigarrito retrasado. Quizás, algunas veces, hay que poner las cosas difíciles para que tengan un interés, nos tenemos que poner retos aunque parezcan de chicha y nabo a ver si los cumplimos. Por ejemplo: yo fumo mucho, fumar menos; yo critico mucho, criticar menos y comprender más. En fin. Me resulta difícil comprender formas de vida que las veo tan erróneas que no hay por dónde cogerlas. A mí me educaron muy estrictamente, mis padres ya eran muy mayores cuando nos tuvieron a mi hermano gemelo y a mí y una mirada suya bastaba para que nos quedáramos quietos por horas. Eso yo no lo veo ahora; al revés, veo el caso contrario de niños que no respetan nada a sus padres y la palabra de los padres no vale nada con ellos. Esa permisividad que veo en todos los órdenes de la vida nos ha llevado a decir: "Ha pegado a una vieja pero hay que entenderle, es que era así". Pues vaya unos cojones. Ahora hay que entender hasta al más hijo de puta porque la cosa va de entender todas las conductas, de no coartar ninguna por mala que sea. Viva Franco.
La gente hace las cosas mal y no se da cuenta porque precisamente las hace él o ella y como dice el refrán: a nadie le huele mal el pedo de su culo. Yo veo gente que persevera en hacer una vida confusa, alocada, sin orden y si no la veo me la imagino. Y si alguien le dice algo al respecto, el alocado dice. ¿cómo? ¿que esto está mal? ¿y por qué? ¿qué he hecho yo?, etc etc. Al que le meten un gol no tiene perspectiva para ver por dónde ha entrado el balón y no se da cuenta si ha sido un error del propio portero o un acierto del delantero. La vida es así. Uno está maleducando a sus propios hijos y se cree que es la mejor manera de educarlos que existe. Uno no lee nunca ni un libro y se cree que es la mejor manera de ser culto. Uno lleva veinte años en la cultura del cubata y se cree que es la mejor vida posible. Pero hay muchas cosas en el mundo a Dios gracias que están ahí y se pueden ver, otra cosa es que los que se miran el ombligo y creen que lo suyo siempre es lo mejor no las vean pero están ahí para disfrutarlas y decir: yo hago esto que es diferente a lo tuyo y creo que tú estás equivocado. Aunque al final no hay nadie equivocado: cada uno hace la vida que quiere y en paz. Eso sí: no pidas peras al olmo.
Estos últimos días de agosto están resultando un poco tediosos, solitarios, feos. En Majadahonda no hay apenas nadie por la calle, no hay pálpito alguno de la gente. Parece como si hubiera habido una guerra y estos fueran los restos. Resuenan las calles de lo huecas que están, de lo vacías, de lo tristes.
Ayer vi el fútbol pero a Paco le resultó tan aburrido (con razón) que se fue a acostar. Ya ni el fútbol mantiene frente al televisor a la gente. La verdad es que el partido fue un bodrio mayúsculo. Yo lo vi entero y fumé un montón. Ayer por la tarde tuvimos que recurrir al paseo hasta Las Rozas para matar el tiempo. Paco y yo parecemos dos viejos aburridos.
Los días van conduciendo al final del verano pero la gente ya lleva tiempo sin pensar que está en verano. Muchos no tienen dinero para vacaciones que son el símbolo del verano; otros es que ni se lo piensan el hacer un viaje y otros buscan trabajo en verano, el verano es una oportunidad para ellos, no una ocasión de pasarlo bien. Yo cada vez me aburro más en verano. Este verano he estado ocupado con mi madre enferma y con la novela y con irme a Oporto. Pero no me he divertido demasiado.
Todos tenemos algún vicio, nadie se libra. Unos vicios quedan más a la vista que otros pero todos tenemos vicios, hasta las monjitas y ese señor tan serio y tan viejo que nos mira por encima del hombro con aires de superioridad. Mis vicios podrían ser el fumar, que es un vicio físico pero que repercute en el espíritu, y el criticar. Yo critico mucho a los demás hasta el punto de cogerlos manía. A veces está un poco justificado este acto de criticar por mi parte pues los demás hacen cosas criticables pero otras veces yo critico por criticar. Soy un gruñón, una persona que no está a gusto en el mundo en que vive y lo dice y lo critica abiertamente. Si eso me hace hostil y antipático lo siento pero soy así. Elijo este blog que supongo verá poca gente para criticar y así no lo hago del todo público sino que es como un alivio a mi carácter criticón. Otra cosa que hay que contemplar es que yo no critico sin razones: las razones están hay, lo que pasa es que pueden estar un poco exageradas o facilonas por mi manía de criticar. Pero si alguien hace algo que salta a a la vista que es una mala conducta, yo enseguida me fijaré y la criticaré pero con datos y tratando de no ofender, pues aunque yo sea criticón, también trato de ser correcto con los demás, desarrollando el tema crítico con toda la delicadeza que puedo y si alguna vez he sido grosero, no creo que les pille de nuevas a ese criticado la crítica que le hago pues ya se lo habrán dicho otros antes. Los vicios saltan a la vista y duelen a los ojos que los mira.
En este blog me las doy de listo y doy consejos en él que nadie me ha pedido. También me quejo de formas de vida que van en contra de lo que yo opino o pienso. Son formas de vida que yo he visto o deducido de ciertas personas que me rodean. Si no escribo de aquellas personas que me rodean, ¿de quién voy a escribir? Yo no cito nombres y personalizo solo de vez en cuando pero salvando, creo, la identidad de quien escribo. Nadie sabrá por este blog de quién es la persona de quien hablo, digo con nombres. Solo cito veladamente. Lo peor de todo es que hablo de vicios, como lo haría un articulista del XIX en un periódico para tratar de reformar la sociedad y los que se vean reflejados en esos vicios dirán que yo hablo directamente de ellos pero no es así: yo hablo de vicios en general como el gusto por el gasto, por el dinero, la incultura que puede convertirse en un vicio, la envidia, el mal gusto etc que la verdad que no me invento sino que veo en aquellos que conozco pero que veo también de forma general en la sociedad entera de modo que no concreto en ninguna persona sino que hablo en general y deseo que se me entienda que es para sacar una lección, no meterme con nadie por gusto. O sea, que lo que me molesta lo escribo y así me quedo a gusto, ese sería el esquema. 
Fumo demasiado. Esta noche me he tocado la garganta porque he tosido mucho y la tenía ardiendo. Es una pena que sea tan difícil dejar de fumar, fumar es muy adictivo. Uno quiere dejarlo pero el cigarrillo se impone de forma rigurosa todas las mañanas. Hoy, sin embargo, me he levantado muy preocupado y no voy a fumar hasta las doce del mediodía. Tengo que barrer, fregar cacharros, fregar los suelos de cocina y baño, etc. Me mantendré ocupado hasta las doce, es lo único que puedo hacer pues dejar de fumar no puedo; al menos lo prorrogo un poco. Son pequeños gestos que si se cumplen parece que dominas algo el vicio, te quitan un poco de dependencia o carga que te produce la adicción. A mí una psicóloga me dijo que era importante retrasar el momento del primer cigarrillo, parece ser que luego se fuma menos pero de eso no estoy seguro. Escribiré un rato para que pase el tiempo y luego me dedicaré a esos asuntos engorrosos de la casa y por fin me fumaré el primer cigarrillo del día bien tarde, ya parece que lo estoy deseando, así no funciona nada bien esto de retrasar el cigarrillo si se desea tanto pero bueno. En fin. Contra el deseo del vicio, abstención.

viernes, 22 de agosto de 2014

Vaya con el fútbol. El Real Madrid ha tirado a puerta una sola vez. No ha habido ni una sola jugada de gol. Normalmente, cuando el fútbol era fútbol habríamos dicho los que nos gustaba este deporte que el atleti habría ganado de suerte pues me parece que habrá tirado a puerta cuatro veces en todo el partido. La verdad que las aficiones tienen mucho mérito pues tragarse este rollo en que no ha habido más que faltas y ni tres pases seguidos tiene bemoles. Lo malo de todo esto es que antes había el Madrid y el Barcelona y ahora hay que aguantar también a los del Atleti, a los que se les está subiendo el pavo que no veas y son tan señoritos como el que más. Por otro lado yo veo que aunque el fútbol ahora sea muy físico, con esto quiero decir que hay mucha fuerza física en los jugadores por un gran entrenamiento y preparación, a mí me parecen todos ellos un poco maricas que buscan la falta, el engaño al árbitro, etc y son muy marrulleros y buscan al árbitro en cada jugada quejándose y todo eso. No me gusta mucho el fútbol últimamente pero he disfrutado este mundial con algunos partidos sueltos. La falta de sentido de algunos equipos se ha visto con España y Brasil. La liga cada vez es más rollo: se la reparten los grandes equipos y se especula demasiado con el resultado, con lo que pierde el espectáculo y la falta de goles. Ya no se arriesga nada. Cada gol vale muchos millones. ¿Y qué sentido tiene ver un Madrid - Granada?

martes, 19 de agosto de 2014

Al llegar de Oporto, mi escritura se ha vuelto más suelta y llevadera y ayer estuve escribiendo tres páginas en el ordenador. Cuando uno se obsesiona con algo o está en ello todos los días, el asunto empieza a oler, a cansar, a aburrir. Este descanso de mis escritos me ha venido bien por lo tanto. En Oporto, en ratos libres también escribí en un cuaderno algunas historias que surgieron de ver cosas nuevas y pueden ser esos escritos material para algún cuento o relato posterior aunque no creo que tengan mucho fundamento pues son impresiones sobre la marcha que no tienen hilo argumental, ni personajes claros ni nada de nada. Solo lo hice para entretenerme.
Las tres páginas que escribí son un desarrollo pequeño sobre lo que me parece esta sociedad en la que vivo que tiene sus cosas buenas y malas pero tiene una filosofía de vida generalizada que yo no comparto. En este mundo que vivimos hay demasiado amor por las cosas, los ídolos, los aparatos y menos espacio para las personas, la familia, etc. Al menos, así lo creo aunque puede que esté equivocado. Deja la lectura. Date un paseo.
Hay personas que les da igual ganar 100 que 1000: todo lo gastan. Y a mí no me importaría que todo lo gastaran y todo lo disfrutaran, lo que pasa es que dan que hablar y el tema recurrente sobre el que se habla de ellos es: "nunca tienen un puto duro". Si les pasara algo gordo a estas personas, no tendrían ni un pequeño remanente de dónde tirar pues se lo han gastado todo en vacaciones y otros gastos que ya digo, a mí no me importan.
Pero la inseguridad que crean es grande en los que les conocen o en sus familiares porque estar a la cuarta pregunta no es la situación ideal para una persona que está expuesta a algún peligro, a los peligros de la vida o los imprevistos que en esta vida son muchos y muy variados.
¿De que le vale a una persona levantarse todos los días a las seis de la mañana para trabajar duro si nunca tiene dinero?
En esta vida hay que tener siempre algo de dinero para capear el temporal cuando venga.
El futuro no le tenemos, el ahorro sí lo podemos tener.
Antes de estar pendiente del vecino, pon orden en lo tuyo y te irá mejor. Yo suelo estar atareado con mis cosas que pueden sonar a raro a más de uno pues leer y escribir suena raro en España y entre la gente que me rodea. Pero yo, leyendo y escribiendo paso muy buenos ratos y no me meto en vidas ajenas que me importan un comino. O sea, que leer y escribir puede parecer una tontería a más de uno pero a mí me sirven para estar centrado en mis cosas y no preocuparme de las del de al lado. A mí el vecino o el primo o Perico el de los palotes me importan un rábano. No celebro cumpleaños de nadie, no visito a nadie, solo me lo paso bien con mi novia y con mi hermano y con mis padres. Y con mis escritos y con mis lecturas. Tengo algunos amigos con los que paso el rato pero ya digo, no tengo nada que celebrar con ellos para pasarme la tarde rajando sobre fulano o sobre mengano. Entre mis escritos y lo poco que hago para comer y hacer algo en la casa como barrer o limpiar los muebles, ya tengo con quien meterme. Al que no hace nada, se le enciende la lengua y la puta curiosidad.  
Al que está pasando dificultades hay que ayudarle pero si no está minímamente organizado o no te dirige la palabra, ¿cómo le vas a ayudar? Yo intenté dar clases de inglés a un amigo mío pero lo primero que hizo es ponerse la radio en la mesa de estudio para oír los goles y a cada ocasión de peligro que había en el partido decía: "espera, espera, que ha tirado el delantero" y así continuamente con lo que me levanté y le dije que lo dejara para otro rato que nunca llegó. Yo di clase a la hija de una mujer que está casada con un primo mío pero como en esa casa había un desbarajuste de la leche y además la madre estaba regañada con la hija pues tampoco hubo manera de dar nada de nada. La hija se desesperó con la madre y no quiso dar clases con lo que no sé a qué fui yo a esa casa. La predisposición de ánimo para que te ayuden es tan importante como la ayuda misma pero si vas a estar de una manera que no hay forma de que te ayuden por el caos que tienes encima, ¿quién ta va ayudar? Ayúdate y te ayudarán.


lunes, 18 de agosto de 2014

Quizás critico mucho un estilo de vida que consiste en "papá pan" y "quiero una horchata" y "hazme patatas fritas" pero es lo que veo por ahí. Jóvenes que no se hacen nunca la cama porque no valen ni para tacos de escopeta, no tan jóvenes que se creen que el dinero lo es todo y el dinero tapará sus viles torpezas de adultos de treinta y cinco años que siguen sin valer para nada, gente que ni ha estudiado ni ha trabajado lo suficiente para estar a gusto consigo mismos porque se fijaban en cómo vivían los que salían en los programas de famosos y creían que todos deberíamos ser como ellos; digo, como los famosos, esos famosos estúpidos y maleducados que son la hez de la sociedad,  con sus trampas, con sus engaños, con su imagen que venden.
Los modelos de estos jóvenes son modelos de pereza y de insensatez. No hagas nada provechoso en tu vida, gástatelo todo y no te formes como persona, sólo cuida tu imagen hueca y plana de estúpido frustrado. La imagen solo llega donde no llega el ser humano. Yo no critico. Cuento lo que veo.
Hay muchas cosas envidiables en esta vida pero el que envidia al que tiene un ferrari y un chalet, le va de puto culo. Yo envidio al que sabe y estos que envidian el chalet y el ferrari y el título de conde no saben ni de la misa la media porque generalmente son unos ignorantones parecidos a las urracas, que llevan al nido trozos de cristal creyendo que son piedras preciosas. 
Pásate la vida envidiando al que tiene y no tengas nada, ya verás que larga se te hace pues nunca tendrás aquello que envidias y joderás al prójimo pidiendo dinero para tus caprichos, ya que serás un caprichoso pues así te han educado mientras que te han echado de todos los institutos del mundo porque nadie te ha enseñado a estar cinco minutos leyendo un libro.
La paciencia es la madre de la ciencia y el estudio es amargo pero dulces sus frutos.
Los envidiadores de cosas ajenas ni tienen paciencia para hacerse un puto huevo frito y piden y piden sin rubor alguno. Ni han estudiado en sus vidas ni un folleto y todo eso de leer creen que no va con ellos. Así salen, que casi hay que llevarlos a mear de lo finos que se hacen. Me voy de compras y lo paso guay.
A los que de pequeños y de jóvenes todo se lo han dado, se lo han dado sus padres o se lo han dado un marido o una mujer y no les ha hecho falta ni trabajar ni estudiar ni nada, nada más que pedir y ya estaba todo hecho, ahora llegan a una edad o una circunstancia en que querrían que eso continuara: pedir y me dan. Pero se acabó el asunto pedir y me dan y hay que esforzarse. Y estos que se creían que la vida les iba a llevar a tener un ferrari y vivir como Dios pues así eran las expectativas que el marido o la mujer o los padres les habían dado, ahora envidian al que se lo ha trabajado desde siempre, a los que han estudiado y trabajado mientras ellos disfrutaban de la vida. Y ahora estos aspirantes al conde Lequio y la Obregón no tienen nada: ni una profesión que les guste aunque tengan que vivir de ella, ni un ferrari ni una vida ideal que sus padres o marido o mujer, como tontos, les han hecho creer que así sería. Y están frustados con su familia y sus vidas porque están más huecas que un canuto. Yo no las aborrezco a estas personas sino que me dan pena pero sí son aborrecibles porque crean malestar mental en las personas al no saber lo que quieren. Mamá, caliéntame las patatas fritas y pélame una manzana.
Hay gente que es muy pesada y hay gente que está asqueada de su trabajo y de su vida y como está así, molesta a los demás con sus actitudes y sus insidias torpes que no hacen más que incordiar a los que sabemos más o menos lo que queremos y no nos quejamos tanto de la vida. Hay gente que está en casa aburrida y desearía montar en globo o conducir un ferrari y como no puede, se dedica a envidiar y a inquirir en la vida de los demás a ver si se le pasa el rato. Podría esta gente coger afición a la lectura o alguna cosa así pero no, esta gente está insatisfecha porque quiere ser rica o quiere vivir otra vida y entonces hace dos cosas: interesarse constantemente por la vida de los demás y olvidar su vida propia o envidiar a los demás y dedicarse a no hablar, a estar irritado con los demás o directamente molestar a los demás llamándoles chivatos y gilipolleces de esas de niños pequeños. Porque estas personas han nacido para ser condesas o condes pero como no lo son, se frustran y cargan sobre los demás. Yo les pediría a esta clase de gente que se entretuviera en algo o que viviera su propia vida que no es tan mala como ellos se la imaginan, que es como la de los demás, pero esta gente siempre pensará que su vida es peor que la de los demás y siempre estará que trina y pegará y morderá al que tiene al lado por su frustración. Muchas personas no saben en qué consiste su propia vida.
Estoy deseando que se acabe este verano maldito. Mi madre ha estado parte de él enferma en el hospital, no sabíamos si nos íbamos a poder ir de vacaciones o no. El asunto de las pastillas que se tenía que tomar mi madre nos ha tenido de cabeza, también el de la cuidadora. Por fin nos hemos ido de vacaciones pero yo no tenía la disposición de ánimo muy buena para irme, no he mirado nada del viaje y casi no me ha dado tiempo pues en el pueblo todo ha sido un ir y venir de allí a Majadahonda, no tenía yo mucha ilusión de irme y sin ilusión me he ido. Ye he vuelto y espero que llegue septiembre y lo ponga todo en su sitio para empezar a hacer nuevos planes y cosas que me tengan entretenido gran parte del año. Entre las idas y venidas al hospital, las idas y venidas del pueblo a Majadahonda y el rollo de siempre de todos los veranos que no sé qué hacer, estoy deseando que todo esto acabe y me ponga a la tarea de escribir la novela con toda la tranquilidad que da el hecho de que cada persona está en su puesto y en su trabajo sin incordiar al de al lado. Me tengo que proponer una actividad que me llene el tiempo pero lo tendré que pensar.
Ya he venido de vacaciones. Oporto es muy bonito. Las cosas que me rodean me causan escozores. Mi hermano está muy levantisco y contestón, a mi novia le crecen los enanos, le sale todo mal. Los amigos se muestran muy extraños, dando pena para que les des algo o unos días te quieren mucho y otros, te dan la espalda.
Majadahonda en agosto está muy triste: casi no hay gente porque está de vacaciones, las calles solitarias casi resuenan de huecas que están. Mi blog está triste también porque no he escrito en él. Espero que este parón de vacaciones que he tenido me sirva para coger con más ganas la novela que estoy escribiendo.
La gente en el pueblo, en el que he estado unos días, también está como el tiempo: amuermados, aburridos. Un amigo me ha dado la lata porque no he ido al bar a verle. Menudo cansino: Yo, en el pueblo, no voy a ver a nadie, nunca he ido a ver a nadie y no iré a ver a nadie. Si no me ve el amigo en cuestión, es que no ha estado cuando he estado yo y que no sea tan inoportuno con eso de que tengo que ir a verle. Le he dicho que si estaba enamorado de mí y él se ha resignado a ver el alcance de su tontería. En fin, tienes dos carreras: una pa verte y otra pa no verte.

sábado, 9 de agosto de 2014

Estoy sudado por un calor callado que se ha colado en casa. En estos días de vacaciones en el pueblo mi hermano se ha tirado las horas muertas en el bar. Yo he estado leyendo un par de libros a la sombra de los soportales del ayuntamiento. Uno ha sido sobre la guerra civil española y otro titulado "Fiesta" de Ernest Hemingway. La educación de Hemingway fue muy libre y aprendió antes a cazar que a escribir. Las horas en el bar han dejado en la mente de mi hermano un poso de estupefacción y estupidez. No se puede pasar ocho horas al día en el bar sin que tenga sus consecuencias. Mi madre está muy débil y flaquita pero logra divertirnos a todos con sus cosas. Espero que se vaya recuperando de todo lo que ha sufrido. Hace calor aquí en el piso, yo sudo como un condenado y hay un aire calentorro que recorre la ciudad. He visto a unos sentados en un banco fumando porros que dice que así se evaden de la realidad. ¿Cómo me evado yo de la realidad? Me evadiré de aquí físicamente, me iré a Oporto, a la playa y al bacalao.
Un día antes de irme a Oporto, Majadahonda está desértica. No hay con quién pasar un rato de charla. Llevo toda la mañana metido en casa oyendo las noticias, todas malas como siempre, y acompañado de mi hermano. Parece haberse parado la actividad humana en la calle tanto por los que se han ido como los que se quedan que da la impresión de estar atados a un banco a esperar a ver qué pasa. Y no pasa nada. Luego veré a mi novia que estará exultante por irse de vacaciones pero yo estoy un poco apagado por el marasmo que hay en mi casa y fuera de ella. Una serie de historias mal contadas por mi hermano colapsaron mi estado de aburrimiento; hoy, sigue en ese plan de contar cosas que le han dicho que no tienen ninguna base real. Mi hermano es así. Estos días del pueblo le han trastocado los ritmos de sueño y todo el biorritmo y trastoca todo lo que cuenta. Una por exultante y otro por alterado, no sé cómo van a resultar las vacaciones. Espero pasarlo bien junto a los dos ya que son lo único que tengo.

martes, 5 de agosto de 2014

Hoy he leído en el periódico una entrevista a Caballero Bonald, escritor andaluz autor de "Ágata, ojo de gata" y "Dos días de septiembre". También es poeta. Yo no he leído a este hombre a ver qué es lo que escribe y cómo lo escribe. Me gustaría leerlo.
Este hombre ha dicho que ha naufragado dos veces, que corrupción rima con cabrón y que desea solo ver pasar la vida debajo de un árbol.
Es un hombre anciano, serio e irónico. Tiene esa ironía de los que han vivido.
También he leído en ese mismo periódico un artículo que ensalzaba la obra y la visión de la vida a través de la poesía de Claudio Rodríguez. Ha estado muy literaria la lectura del periódico hoy.
Yo de Claudio Rodríguez no sé apenas nada pero conocí a un profesor en un instituto que había escrito una tesis sobre él y decía que era un genio. Con el impulso que producen estos ejemplos de autores sabios voy a escribir yo mi parte de la novela de hoy a ver si puede ser.
En este mes de agosto parece precipitarse todo lo sucedido desde febrero. La densidad de las lágrimas ahora cae deshaciéndose en dulce agua en el suelo.
Me he quedado más solo, viendo el corazón de los que valen, viendo alejarse la sombra del que fue sombra a mi lado, esperando que todo lo malo se olvide. Me he quedado solo junto a los corazones que siempre latieron con fe al lado del mío.
Los que me quieren, ya me quieren más. Los que no me quieren siguen una guerra suya y podrida para mí porque esa guerra exige quemar su propia vida en cuentos que cuenta la televisión todos los días en forma de anuncios. Yo sigo el cuento que me contaron mis padres porque nunca he rehuido de ellos sino que los he hecho caso porque eran la voz de la experiencia. El que solo hace caso de su gusto, allá él. Ya caerá de su gusto en la tierra algún día.
Y nada más. Vivir es ir diciendo lo que te han dicho cuando eras pequeño. Si eres tan listo de inventarte la vida, cuidado si el invento no explota entre tus manos.
Unos sucedidos que han llevado a la incomprensión de las partes, unos comportamientos absurdos que también son incomprensibles y me han causado malestar, un sentirme raro no por mi culpa sino por la estúpida embriaguez de chulería por parte de otro y otras anómalas conductas de gente cercana ha hecho que haya dejado de escribir sobre el dulce trino de los pájaros y el sol que luce.
Dicen que el tiempo todo lo tiene en su seno. Ojalá estos comportamientos lleguen a un término total de sí o no; o sea, deje yo de preocuparme de si me quieren o no me quieren y mande ya de una vez al carajo tantas preocupaciones vanas por unas cosas que me sucedieron o por la manera de tratarme de una persona que se ha desacreditado bastante. Que se desacredite totalmente y me deje en paz. Que me olvide yo y la otra parte de lo que sucedió y en paz. Que no sea yo el malo de la película por culpa de otro y que me dejen escribir y vivir a gusto por fin siendo claros de una vez por todas.
Parece que la soledad nos va midiendo la dosis de paciencia que podemos ir depositando en la vida, aguantando. Uno se puede sentir solo aun rodeado de los seres queridos o estar solo de verdad, al arbitrio de uno mismo. Ahora me voy al bar a ver si encuentro alguien con quien charlar, ahora me voy a casa a matar unos momentos haciéndome la cena, a ver si se llega pronto la hora de oír un poco la radio tumbado en la cama, a ver si me entra pronto el sueño. Parece que en soledad todo es una tentativa a ver si esto o lo otro. Porque cuando uno está solo depende de muchas cosas, muchas cosas son las que tuercen el día para bien o para mal. En soledad son muchas cosas las que se le ocurren a uno pero no tiene a quien contárselas. En soledad hay un perro que te acompaña siempre como una suerte, como la aleatoria forma de pasar el día.
En la soledad, uno encuentra amigos, caminos, luces y sombras que se agitan como en un teatro dispuesto tristemente para el que lo quiera ver.

lunes, 4 de agosto de 2014

Las personas chocamos en nuestros intereses porque a veces son opuestos. Otras veces unas personas pretender mandar sobre otras en un intento de ayudar y lo que hacen es fastidiar. Otras veces hay unos intereses que alejan a unas personas de otras por lo dispares o egoístas que son. Unas conductas que no se entienden provocan el rechazo de la persona que las practica. La vida debe ser clara: me quieres o no me quieres. No andes con que hoy me das la mano muy afectuoso y mañana ni me saludas. A mí me gusta mucho el agua, beberla, bañarme en ella. Quizás porque es transparente y clara. Las posturas ambiguas o la ocultación de ciertos sentimientos no me gustan. Hay gente que en público da una cara y en privado da otra distinta. Hay gente que te trata de una manera hoy y de otra manera mañana. A mí me gusta la gente que permanece en sus valores, no que cambia de modo de ser sin saber nadie por qué. La gente que cambia y no da una explicación suena rara, extraña, ajena, enemiga. Sé claro en tus sentimientos y tendrás a tu lado a los de siempre.
A veces pienso que soy un tipo raro o que lo soy para determinadas personas. El caso es que cuando dejé de ser profesor tuve un comportamiento raro con los demás. Estuve huidizo, no quería hablar, las reuniones familiares me hartaban, etc.
Así pasó un año o dos en que yo estuve huraño, de mal humor, no queriendo mostrar mis sentimientos. Luego la vida me pareció mucho más aburrida sin mis exámenes, mis clases y todo lo que lleva aparejado ser profesor. De todos modos creo que hay a mi alrededor ciertas personas con las que no me entenderé nunca haga yo lo que haga o haga lo que haga esa persona en cuestión. La culpa de ese mal entendimiento no la tengo yo siempre sino que los demás también son raritos por unas razones o por otras. El caso es que ya parece que me voy adaptando a mi nueva vida y espero ser agradecido con los que me han hecho bien y poder no resultar tan raro a ojos de aquellos que me ven alejado de sus puntos de vista.
Intelego te, amo te.
A veces pienso que escribir es una actividad propia de gente rara o que no tiene otra cosa mejor que hacer. La gente que me conoce no suele dar mucha importancia al hecho de que yo escriba. Incluso yo mismo no le doy mucha importancia pero he averiguado que en la vida los esfuerzos al final son recompensados aunque a los que hacemos el esfuerzo nos parezca que lo que hacemos no vale un pimiento.
Cuando me pongo a escribir, veo que la historia que avanza tan lentamente, tan esforzadamente no tiene grandes atractivos comparada con otras historias de mayor importancia literaria pero luego leo algunas novelas de esas que se venden mucho y no veo que la mía no tenga algún mérito. Yo se lo quito continuamente a mis historias. Hasta la fecha no me considero escritor ya que no he ganado nada con mis novelas. Este otoño probaré suerte con una o dos novelas que tendré acabadas y ese será el fiel donde yo saldré fortalecido o desesperado. Litera omne continet.