viernes, 29 de enero de 2016

Por fin es viernes. Qué emoción. Se deja de trabajar para pasarlo bien el fin de semana. Las parejas planean ese viajecito aunque sea de pocos kilómetros y en el trayecto se van armando los proyectos de futuro y las explicaciones convenientes para que la cosa rule.
Que bien. Ya es viernes. Y la gente piensa en el sábado y el domingo para esparcirse en centros comerciales o quizás ir a una playa de levante a tostarse al sol.
Qué bien. Ya es viernes y la gente charla más de la cuenta con los que conoce y se explaya y parece muy contenta de haber nacido.
Qué bien. Ya es viernes. Y todos nos podemos dar por satisfechos porque ha llegado el modo de ser felices por un par de días.
Ya es viernes pero yo no tengo nada que planear ni hacer el fin de semana, no por que no tenga dinero ni nada sino porque me lo monto fatal.
Ya es viernes y un día es un día. Y siete, una semana.

miércoles, 27 de enero de 2016

Bueno, pues el pseudococido que he preparado ha estado muy bueno. El rollo que he metido sobre mi enfermedad no pretendía aburrir sino despertar una sensibilidad hacia los que son esquizofrénicos o bipolares. La palabra esquizofrénico suena como una piedra, durísima. Pero se llama así a la enfermedad.
"Esquizo", en griego clásico, quiere decir partir y "frenós" quiere decir mente. Sería mente partida. Habitualmente se usa la palabra enfermo mental o discapacitado mental para hablar del tema o de los pacientes.
Yo oigo la expresión, por ejemplo, de "la esquizofrenia del gobierno", dando a entender que el gobierno tiene dos tendencias contrapuestas. Habría que decir algo así como el bifrontismo del gobierno pues un esquizofrénico es aquel que siente, ve u oye cosas que le alejan de la realidad. Igual un bipolar. Se llaman alucinaciones.
Le expresión coloquial, "tú alucinas", se emplea cuando una persona, en sus pensamientos, se aleja de la realidad. Como si dijera en agosto: "mañana va a nevar".
El enfermo mental alucina pero de manera seria, alejándose de la realidad, y esa nueva realidad que su mente le crea le hace hacer cosas raras o extrañas, de loco.
También están los delirios: son otro tipo de pensamientos, como los de grandeza, que alejan al enfermo mental de su realidad.
Pero los medicamentos como  las benzodiazepinas, el litio, los tranquilizantes, los ansiolíticos hacen que el enfermo se mantenga en la realidad de todo el mundo y no sea nadie malo ni peligroso ni nada de eso que se imagina la gente cuando oye la palabra esquizofrénico.
Generalemente, el esquizofrénico y el bipolar, cada uno a su manera, somos unos pobres diablos que nos hacemos daño a nosotros mismos, que nuestra mente nos hace daño. Nada de que somos peligrosos.
A lo mejor, en una crisis, nos mostramos violentos pero no solemos hacer daño a nadie.
Las noticias amarillistas de los periódicos hablaban de enfermos que mataban a su madre. Puede pasar pero pasa con unos pésimos condicionantes (droga,  malas costumbres, mala situación familiar, no medicación, enfrentamientos, etc). Es como si a un cojo le mandas bajar una cuesta abajo.
Los enfermos necesitamos atención como un enfermo del corazón. Nosotros somos enfermos de nuestra mente.
En fin, menudo rollo me ha salido. Espero no reincidir.
Además, la característica del bipolar es estar con un bajón anímico durante un tiempo para luego remontar y estar medio eufórico durante otra temporada. Cuando yo estoy de bajón anímico se me figuran todos los males posibles y mi mente sufre.
Luego, todos esos fantasmas, que son absurdos mirados a la luz de la lógica (aunque algunos sí tienen su fundamento por comportamientos ajenos malos o situaciones que se crean que me dañan y no olvido), se esfuman si son eso: ilógicos. Y ya vuelvo a funcionar con normalidad.
Pero siempre se da esta pauta: que mi mente fabrica figuraciones absurdas ya sea en el sentido negativo o positivo.
Por eso, los enfermos mentales estamos siempre con un pie cojo en el estado anímico de la metáfora o no estamos centrados del todo.
Por eso tomamos pastillas de todos los colores: para la ansiedad, para dormir, para estabilizar el ánimo...
A veces, la gente del entorno del enfermo mental se cree que ese enfermo mental es normal. Pero no. Es aparentemente normal. Nunca es normal del todo. Y hay que comprenderle un poco y saber que está enfermo, ya que la enfermedad es crónica y nunca se cura uno del todo. Un poco de comprensión y paciencia no está mal a la hora de convivir con un enfermo mental, aunque parezca normalizado.
No os hacéis una idea los que leéis este blog lo que significa para un enfermo mental que en su vida haya inestabilidad emocional por culpa de las personas que le rodean,  por culpa de situaciones que a los demás les parecerían normales o por cualquier tema que pueda afectar al ánimo. Lo que estas situaciones, para una persona normal le duran un cuarto de hora de estar nervioso, para un enfermo significa estar todo el día con los nervios en tensión.
Te tumbas pero no estás relajado, tu mente va de un lado a otro o está fija en una idea obsesivamente. Te vas a dar un paseo durante el cual no descansas la mente y al volver no has parado de rumiar y rumiar la misma idea que te tiene obsesionado.
Coges manía a la gente, a las cosas, a las situaciones, a la tele, a  los amigos, a los familiares por temas tan absurdos que cuando pasan te preguntas, ¿y por qué yo estuve así? No lo entiendes pero te pasa y lo pasas mal. Intentas comportarte como una persona normal y que no se te note pero por dentro una red de pensamientos absurdos van y vienen y no te dejan parar. Lo pasas muy mal y es que la gente ni se da cuenta. Es porque mi cerebro funciona mal.
No sé si yo tengo una imaginación que me da mucho de sí o es que esa imaginación me complica la vida pues a veces me levanto por la mañana y no paro de imaginarme de viejecito y cómo me irán las cosas entonces y no paro ya en todo el día. Se me representan escenas de mí mismo en una silla de ruedas o con un bastón por la calle, yo solo y triste y me pongo triste todo el día.
Otro día me imagino trabajando o en situación de tener que trabajar porque me quitan la pensión y ya estoy otra vez triste e imaginándome las peores cosas.
¿Será mi imaginación o mis manías que me entran que no me dejan respirar en algunas épocas y me ponen malísimo de la mente?
Tienen que ser y hasta que no se me pasa no paro de dar vueltas a situaciones más o menos inverosímiles pero muy difíciles de vivir en teoría.
Los enfermos mentales tenemos estas cosas. Que nuestra mente nos juega malas pasadas y se sufre y se siente mucha angustia sin motivo aparente.
He puesto a cocer dos lonchas gordas saladas de lacón, unos garbanzos previamente remojados toda la noche y medio repollo. En la olla rápida. Yo ya no ando mirando en internet recetas que salen muy bien por las fotos pero son muy engorrosas de hacer. Lo hago a mi manera. Lo importante es que los garbanzos se cuezan, que son los más duros de cocer. Mientras se cuecen escribo esto para entretenerme pues si no, estaría venga asomarme a la olla a ver qué tal y como no se ve nada pues qué pinto yo asomándome a la olla. Hay que dejar trabajar a esa pequeña máquina de vapor. Si me sale bien, comeremos bien, después de aliñar el cocimiento con pimentón y ajos. Si sale mal, igual nos lo comemos Paco y yo pues en mi casa no se tira nada.
Es una especie de cocido del que espero aprovechar el caldo de primer plato. A y veinte empezó a cocer y yo creo que a menos cuarto lo puedo sacar y ver qué tal está. Por lo demás, estoy un pelín agobiado por tanto rollo político y por unas manías mías recurrentes. Espero que se pasen pronto.

lunes, 25 de enero de 2016

Tanta primavera, tanta primavera, ¿no será mala tanta primavera? ¿Cómo estarán las cabezas allá por agosto? Temo mi enajenación mental tanto como la de otros. ¿Y esta primavera política tan desordenada? ¿Qué dará de sí? A lo mejor se crea un gobierno que no atiende a la Constitución sino al pueblo. Pero, ¿no fue el pueblo el que votó la Constitución existente? Ya no somos pueblo o la cosa del pueblo la debe definir un energúmeno como Pablo Iglesias. En fin, si no respetan la Constitución, ¿qué van a respetar?
Quieren acabar con el sistema ahora que el sistema parecía salir a flote. ¿Qué querrán imponer en vez del sistema? ¿Una revolución chavista o a la iraní?
Bueno. Parecía que habían ganado los del PP pero ni eso está ya claro o casi es mentira o sea que no sabemos a qué atenernos. Aquí gana el que más jeta le echa y no el que más razón o votos tiene. Y yo me apunto a la moderación siempre. Prefiero un gobierno de gente amable y educada, quitando a ese macarra del doctor Sánchez, que no unos lobos asquerosos que quieren imponer las cosas como hacían antes los falangistas o los de la CNT por las calles.

sábado, 23 de enero de 2016

Podemos es un partido o un conglomerado principalmente activista. O sea, que siempre estará cambiando, agitando, crispando, etc. A mí esa manera de actuar no me gusta. No creo que sea el heredero del 15 M. Yo estuve en Sol en ese tinglado y no vi más que gente que no tenía trabajo pero que no pedía plurinacionalidades ni usaba la demagogia constantemente. Pedían cosas. Y protestaban. No eran demagogos. Los de Podemos mienten mucho y cambian sus postulados cuando les interesa y agitan y presionan a los demás partidos. Eso no es el espíritu del 15 M. Podemos ha dicho en el hemiciclo que solo ellos representan al pueblo. Eso es una gran mentira y es propio de un grupo fascista. Podemos es leninista y tiene intereses con el régimen de Irán y de la Venezuela de Chaves, ese que decía, delante de una propiedad privada: "exprópiese".
Lo malo del caso es que lo han votado 5 millones de españoles. O Pablo Iglesias es un mago de la invención y de la palabra o España no se ha recuperado de su adanismo político.
Pero el paso ya está dado. Iglesias es diputado. Y no se sabe cuántos cuentos se sacará de la manga.

viernes, 22 de enero de 2016

Esta mañana, Sánchez, al ser preguntado, siempre decía: "esperemos a que fracase Rajoy y la democracia tiene sus tiempos, bla, bla bla," y ha repetido tanto eso de que fracase Rajoy que Rajoy, una vez conocido el gobiernito con vicepresidente y todo que les ha montado Iglesias a los socialistas, ha dicho que a qué va a ir a un debate de investidura a que le digan rotundamente que no. Y hace de puta madre para mi gusto. Y le deja el balón a Sánchez que tanto y tan bien quiere triunfar a costa de los demás. Y ahora, el PSOE es un pim pam pum porque lo ha querido Sánchez, que con 90 diputados, el peor resultado de su historia, ha hilado tanto que se le ha ido la costura.
Y ahora va a salir el peor gobierno posible hecho de hilvanes y de gente radical del 15 M o de su madre y de su padre que no quiere ni constitución ni quiere a España ni quiere nada. Quiere romper con todo lo establecido y veremos en que depara tanta disparidad mental. El Psoe se ha encerrado con los leones y el domador es muy malo.
Hoy he visto cómo el líder de Podemos en España se postulaba como vicepresidente en un gobierno socialista. Los socialistas vuelven por sus fueros: llegan al poder. Los socialistas creen desde siempre que ocupar el poder es un hecho que en sí mismo ya genera cambios. Yo no lo creo así. Los socialistas españoles idolatran el poder. A mí, el poder me da bastante asco. Yo lo que quiero ver son hechos, no palabras. El gobierno que se formará con Podemos y IU va a ser de extrema izquierda. La extrema izquierda en España tradicionalmente trae desmanes. Aunque esta vez no tiene por qué ser así si esta coalición sabe gobernar. El PP lo único que ha hecho tras las elecciones, como fuerza ganadora, es decir que con ellos, la tranquilidad y que con los demás, el desorden. Tampoco eso es muy lógico. Pero quiero hechos, no palabras. Quiero ver la primera acción de gobierno que toma Sánchez y así ir juzgando. Me informaré de todos los ministros de este gobierno. Si hay algún ministro o ministra que pronuncie la palabra "miembra" u otra de esa clase, ya me parecerá que ese gobierno es otra mierda zapateril.
De todas formas, como decían los árabes ocupantes de aquella España de hace mil años, España es tan hermosa, tan hermosa, que no se merece también un buen gobernante. Y nunca lo hemos tenido. No creo que Sánchez fuese la excepción. Desde Felipe para acá, parece que los presidentes han salido de una cloaca. Y en eso seguimos.
A mí me dijo uno del pueblo estas pasadas elecciones: "si votas con la cartera, votas al PP". Pero luego he visto a un Rajoy derrotado que no las ve venir y no ha estado nada activo para buscar coaliciones y ni para dar la cara ni para salir en los telediarios. Solo se ha quejado y en un tono de tristeza. Rajoy no vale para estos casos. Se le ha adelantado Sánchez por mucho, que ha ido a Portugal, que ha dialogado con todo el mundo y que tiene unas ansias de poder inmensas. Sánchez huele a Moncloa, desea la Moncloa. Pero, una vez en la Moncloa, ¿qué? ¿Nos ha dicho qué va a hacer? ¿Tiene un proyecto de algo? Solo se mueve por el poder. Como pasó con ZP y las bombas. Las circunstancias le pusieron ahí. Sánchez se lo va ganando paso a paso, maquiavélicamente. Pero insisto. Luego, ¿qué? Esperemos que no sea un flux que nos tengamos que tragar aunque saldrá un gobierno muy débil y muy absurdo. Yo, cuando veo a los de Podemos me parecen adanes, se creen que no es más que llegar y besar el santo. Veremos a ver pero me huele a chamusquina la falta de experiencia política y este socialismo de chicha y nabo que inauguró ZP.

A lo que yo entiendo, cuando Zp vio que la deuda del estado era galopante y el paro se disparó a causa del derroche y la mala previsión en todos los ámbitos, dijo: "que lo arreglen otros". Y se fue. Y ese fue el legado que dejó a los españoles. Para pagar la deuda se hicieron recortes. Y los socialistas se quejaron. Ejercicio de hipocresía pura y dura. Para arreglar el paro pasará mucho tiempo pues eso afecta al tejido productivo del país. Si ahora Sánchez, el más activo en la búsqueda de la Moncloa, gana y hace lo mismo que Zp o parecido (esto es, dar dinero del estado a mansalva en vez de mejorar el sistema productivo) pues más deuda y más paro tendremos. Los socialistas de nuevo cuño (Zapatero) hacen del ejercicio del poder una exhibición. Y derrochan lo que no hay. En los países más inteligentes que el nuestro, los partidos principales se unen y hacen un gobierno de coalición para seguir adelante con la recuperación económica. Aquí no, aquí hay un personalismo (Zp, Sánchez) que luego se convierte en cesarismo (hago lo que me da la gana). Y luego hay que contar con la corrupción galopante que se desata en este tipo de gobiernos cesaristas-personalistas. En fin. Veremos lo que tiene en la cabeza Sánchez pero yo creo que nada bueno porque se le ve demasiada ansia de poder y demasiado exhibicionismo.

jueves, 21 de enero de 2016

Hoy he ido a la ciudad de al lado andando y he vuelto a pie. He visto la cara de una joven que me ha llamado la atención. No era de preocupación. Era de desolación. Tendría veintisiete años. A esa edad iba yo por la vida con una ilusión bárbara, la única manera de enfrentarme a los niños de los institutos. Me comía el mundo.
He pensado que yo viví los últimos años del felipismo cuando iba a la universidad. En esos años había, fundamentalmente, tres cosas: paro, delincuencia, droga y muertes de Eta. La heroína hacía estragos y veíamos muertos andantes por las calles. Mi padre, cuando arrancaba el taxi, pagaba para veinte y así todos los que tenían un puto negocio. Hoy en día hay paro, hay coca y droga y hay esas jóvenes desesperadas que yo he visto hoy.
Las crisis hunden a la gente hasta volverla loca. El puto dinero, que no está. El puto no hacer nada que te hunde en la miseria. La puta desolación, que los griegos pintaban como una diosa feísima y triste.
Aturde ver tanta ignorancia. Y aturde más que esos ignorantes quieran llevar la razón en vez de escuchar a los que saben. Yo no sé nada, yo no doy lecciones pero hay que ver con qué arrogancia te dicen: "esas que tú viste no eran inglesas", tratándote de necio o de mentiroso, como si tú no distinguieras el inglés y ellos sí; tú, que te has tirado toda la vida aprendiendo inglés; tú, que por poco que sepas, sabes más que ellos, los ignorantes, que si tienen un título de economía o de lo que sea es simplemente para tenerlo, no porque les interese la economía o lo que sea.
Ellos, los ignorantes, no leen nunca el periódico, no han leído nunca un libro, no saben cuando se fundó la ONU ni saben qué quieren decir esas siglas, solo leen el marca y dedican el tiempo a hablar de tal jugador de fútbol o de qué trapito llevará a la fiesta.
Fiestas que no falten pero media hora para leer un libro sí que falta. Y luego quieren tener la razón esos malditos ignorantes. Lo quieren todo esos indecentes ignorantes de hoy en día. Quieren cultura a la fuerza, diciendo que dejaron callados a un licenciado. Claro, dejaron callado a un licenciado a base de voces y dejándole por mentiroso. Así cualquiera. 

martes, 19 de enero de 2016

Mi cerebro es anormal. Mi cerebro crea obsesiones. Me obsesiono con el comportamiento de los demás, con el comportamiento inadecuado de los demás. Yo, entre gente educada no me obsesiono pero con gente autoritaria, que no respeta la leyes conversacionales o que abusa de su poder o de su status para despreciar a los demás, me obsesiono. Yo he sido educado para estar con gente que me respete. No soy un energúmeno que manda a tomar por culo a quien me molesta. Yo me callo y aguanto. Pero luego viene la obsesión.
La obsesión consiste en pensar en una cosa o persona durante mucho tiempo sin poderlo evitar. Esa obsesión me produce insomnio y tengo que tomar pastillas para dormir. El sueño placentero parece que me quita las obsesiones. Si me hacen daño, yo no sé responder, yo no he sido educado para responder sino para callarme. Si yo digo que he visto un caballo y me dicen que no era un caballo lo que he visto me tratan de mentiroso o de tonto. Pero yo me callo. Y luego viene la obsesión porque la gente es bestia, autoritaria y quiere imponer su voluntad y su criterio a los demás a costa de lo que sea. A Paco no le pasa esto. Paco es más neutral. Cuando estoy entre gente autoritaria, soberbia, me callo. Es lo mejor. Como y callo. Y que se vayan y que hablen con la pared de enfrente.

lunes, 18 de enero de 2016

El azul del cielo no tiene fin. Las maravillas del mundo tampoco lo tienen. Hay personas que vigilan a personas y lo hacen porque ellas mismas son medio personas. La estupidez no tiene fin, como el cielo azul de esta mañana.
Bueno, voy a poner un poco de rigor en lo que digo y diré que los delfines de los mares del sur viven una vida alegre hasta ahora, en que no han sido ultrajados sus mares. Hay un mar de plástico vagando en los océanos pero los delfines aún son felices.
Lo malo son aquellas personas que no piensan en sí mismas sino en el de al lado. Esas personas son dignas de todo el aborrecimiento que la vesícula pueda segregar. Dejad a las personas en paz, que hagan su vida y puedan ser felices como los delfines de los mares del sur. No es tan difícil. Lo único que hay que hacer es ponerse a lavar las propias bragas y a limpiar los mocos a ese chiquillo que viene pidiendo pan. Eso es todo. No creo que sea tan difícil. Sin embargo, es más fácil estar pendiente del vecino y joderle la existencia, ¿a que sí?

domingo, 10 de enero de 2016

La locura no tiene fin. Hoy aquí; mañana, ¿dónde? Una lluvia fina cae como besando levemente el aire. He abierto la ventana para percibir mejor la atmósfera tibia. El pajarito en su jaula pía a la mañana. Quizás hoy quede una plaza vacante en el interior de un coche que vaya no sé dónde y tenga como ocupante la más tierna flor que da mi jardín.
Pero todo lo que pasa alrededor nada importa. Lo que hunde la raíz hasta empaparla entera es un suelo hecho de espuma tierna.
Las hormigas deben estar todas arracimadas en el lecho de la tierra como pequeños cuerpecillos que se dan calor y hambre.
No habrá más triste historia que la que pasó.
Me acabo de despertar de la noche y ya lleva unas horas el día dando nubes y lluvia a la ciudad.
He fregado el cuarto de baño. He barrido el suelo. Hay pan de hace dos días encima de la mesa y muchas migas sin limpiar.
Una moto ruge y se aleja. Lo lejano me apabulla y me hace pequeñito. Estamos en enero pero parece primavera.

lunes, 4 de enero de 2016

Me estoy leyendo "Las moradas", "La insoportable levedad del ser", "Real Sitio" y "las novelas de Torquemada". También "El tedio", de Alberto Moravia. O mejor sería decir que me las estaba leyendo porque con las Navidades, he perdido el hábito y se han quedado todas mis lecturas en el limbo. He salido demasiado de casa porque hacía bueno y me dejaba llevar por la conversación. Ahora que hace malo creo que reiniciaré la lectura porque no me queda otro entretenimiento en casa, aparte de escribir.
Por lo demás, creo que tampoco saldré los fines de semana por la cuestión de la sórdida postura de mi novia, que me hace desagradable su presencia y no volveré a "tú decides" pues siempre somos los mismos y yo ya me aburro mucho y así no tengo que soportar comportamientos inadecuados hacia mi persona.
En fin, espero y deseo que los libros sean mis aliados en esta época de ruptura con algunos elementos que me son hostiles.
Sopla el viento fuera y solo de oírlo apetece quedarse en casa y no sentirlo.