miércoles, 31 de enero de 2018

El ser humano y todos los animales en general tenemos una tendencia innata a evitar la muerte. Esto nos hace biológicamente aptos. Si no la tuviéramos, en vez de un millón de muertos diarios que hay en el mundo (así calculo yo), habría miles de millones porque no ofreceríamos resistencia ni psicológica ni biológica a la muerte.
Todos los poetas escriben versos contra la muerte que nos aniquila. En el ser humano es más fuerte esta idea de la muerte porque la podemos abstraer gracias a nuestro pensamiento simbólico (lenguaje) y somos más conscientes de ella quizás porque la muerte es algo cultural de la que hablamos y de la que creamos una especie de culto.
Los seres humanos sabemos que vamos a morir y tenemos una historia de muertes y muertos que nos preceden.
Pero demostramos todos los días una resistencia a la muerte; es decir, un continuo esfuerzo por sobrevivir a nuestra propia vida y a no entregarnos a la muerte de forma gratuita.
Otra cosa es lo que sentimos por el paso del tiempo. Sabemos que el paso del tiempo nos acerca a la muerte. Pero no sabemos lo que es la muerte, así que tememos a un sucedáneo de la muerte: la vejez.
Bien es cierto que en las poblaciones occidentales la vejez ya no es sinónimo de una muerte diferida, sino otro paso más en la vida que se puede disfrutar y de hecho se disfruta.
Por lo tanto, el paso del tiempo lo que refiere es  a las oportunidades perdidas, el paso de la horas sin aprovechamiento alguno, la nostalgia de momentos más felices y los días iguales.
Pero el paso del tiempo es inevitable y es tenaz observarlo día tras día y así que ha pasado un mes o un año o veinte años.
En la cárcel los días pasan muy lentos pero los años muy rápidos porque durante el día no pasa nada y el montón de días iguales pasan rapidísimo.
Para luchar contra el paso del tiempo y de paso, la muerte, tienen que pasar en nuestras vidas acontecimientos o etapas vitales en que nos sintamos muy vivos, en que disfrutemos de la vida que vivimos.
Los poetas dicen que la rosa se marchita y que la juventud pasa pero son tópicos muy manidos a los que no hay que hacer mucho caso. Sin arrugas o con ellas, debemos luchar por que nuestra vida sea memorable.
El hombre puede trasladar su recuerdo muy atrás en el tiempo, cosa que no pueden quizás hacer los animales. Recordamos nuestra infancia o adolescencia de modo contundente porque éramos felices por la inconsciencia que había en nosotros.
Quizás debamos apelar a nuestra inconsciencia en nuestra madurez, llamar al desorden en nuestras vidas para que nuestras vidas sean eficaces en el presente y no añoremos un pasado.
Hacer cosas sorprendentes no es un asunto muy difícil cuanto que en nuestra sociedad moderna nos ofrece multitud de entretenimientos, viajes, modas, aficiones, etc. Aprovechemos esta sociedad del ocio para pasar la vida viviendo emociones.
Si lo que queremos es formarnos y aprender o crear arte, esta sociedad también ofrece muchas posibilidades para ello.
Lo malo es perder el tiempo que lleva a pensar el presente y luego el pasado y a sentirnos mayores; aunque la pérdida de tiempo también es necesaria a veces para pensar mejor, curarnos de una herida, etc.
Cada uno sabe más o menos, según sus ideas y su pensamiento, lo que tiene que hacer y lo más probable es que lo haga.

La vida no pasa, tú eres el que pasas.

martes, 30 de enero de 2018

La televisión no es educativa, más bien al revés. La televisión muestra películas de asesinatos, programas feos del "corazón", concursos del dinero, gilipolleces sin fin. La televisión no avisa sobre el consumo de drogas, lo trata como un tabú así como el sexo o cualquier cosa interesante que hay en la vida. Lo que mejor se le da a la televisión es mostrar entretenimientos absurdos para que la gente tenga un comportamiento absurdo o un gusto penoso.
La televisión no muestra arte, idiomas, lugares bonitos. La televisión muestra petardas y petardos haciendo el gilipollas.
La televisión da pena verla por los motivos enumerados. La televisión solo merece la pena cuando da noticias, un partido de fútbol o de otro deporte o una película mínimamente fumable.
La pantalla de la televisión podría tener unas funciones cojonudas para la promoción de la cultura, la educación y la prevención de enfermedades, por ejemplo, pero no las tiene.
Lo que no entiendo es por qué la televisión no cumple esas funciones básicas de conocimiento. La gente quiere seguir tan borrega como cuando era joven.
El gusto de la gente está estropeada entre otras cosas por la bazofia que sale por la tele todos los días.
Me gustaría que saliera DE UNA PUTA VEZ el retrato de Dostovieski en la tele.
Me gustaría que todos fuéramos un poco dostovieskis en la vida y no meros salvamés de mierda.
Quisiera un mundo mejor donde las cosas cumplieran su función como un sustantivo cumple su función de sujeto en la frase. O de Objeto Directo.
Quisiera que todo lo útil de este mundo lo fuera y lo inútil y dañino fuera postergado y olvidado para siempre.

Si no te gusta este mundo, no tienes otro.

Puigdemont es una persona artera, que piensa que la política es engañar. Solo por eso no merece nada de lo que pide. Yo lo que lamento es que los han vuelto a votar y pronto tendremos la retahíla de la república y la independencia, asuntos que son imposibles según la constitución. No puede haber independencia de Cataluña en España. Si Cataluña hubiera estado oprimida por el resto de España, tendría un sentido que pidieran la independencia. Todo viene por el fenómeno del nacionalismo. El nacionalismo hizo que países que no lo eran, como Italia, Alemania o Grecia se unificaran en el siglo XIX. En el siglo XXI, no tiene sentido este nacionalismo a ultranza. Y menos si la mitad de la población de Cataluña no quiere la independencia ni la república catalana. Todo ha sido, pues, un manejo de los políticos a una población que se ha ido fanatizando. Lo que tuvo lugar en el Parlamento con Forcadell como presidenta es un golpe a todas las instituciones españolas y el Estado tuvo que intervenir. Ya digo, ni tienen la mayoría ni tienen la razón para la independencia. Que lo pidan es una cosa, que lo lleven a cabo es otra, aunque los hayan vuelto a votar. Yo creo que deberían limitarse a gobernar Cataluña y no pedir peras al olmo, como han pedido. El nacionalismo, además, en estos tiempos, es excluyente, fanático y de odio, no como el que hubo en el siglo XIX, que estaba guiado por la libertad de los pueblos de mano de líderes como Garibaldi o Byron.
El que quiera cambiar la Historia, ha de tener mucha razón.


lunes, 29 de enero de 2018

Hay personas que te quieren arreglar la vida y no hacen más que ponerte más nervioso de lo que estabas. Ante esas personas que no buscan más que indagar en tus defectos, lo mejor es encajarles una dosis de silencio. Que no sepan nada de ti.
Hay personas que no buscan más que dar luz a su propia persona y creen que cualquier comentario que se haga sobre ellas es un insulto. Es mejor que no seas el espejo de esas personas sino que las obvies.
Hay personas que solo creen en el egoísmo propio y en el de los demás. Creen que todo el mundo se rige como ellos. Es mejor que no des a esas personas más motivos para que sean egoístas.
Hay personas que van de cara, que dicen las cosas como las sienten, que luego sufren por hacer esto. Pero son las que merecen la pena. Yo no conozco ninguna persona de estas características.
Si en la vida eres bueno, no hay peor condena.

Hace un par de años, seguí una terapia para dejar de fumar con una psicóloga que creo que era buena. La dejé quizás porque me salía cara o por mi propio fracaso al intentar dejar. Creo que ahora volvería a intentarlo porque fumo mucho y me como mucho el coco con el hecho de fumar. Fumar es malo, muy malo.
Mis amigos o mis contactos siguen siendo los mismos. No hay novedad en ese aspecto. Es muy difícil conocer a una chica que tenga piso propio. Es muy difícil conocer siquiera a una chica.
El fracaso es algo que va rodando poco a poco hasta que se estrella contra una pared muy fea.
A mí me gustaría divertirme un poco con la gente que conozco pero parece ser que la gente que conozco no está para divertirse.
Pero bueno, yo veo a mi hermano que acepta las cosas tal como son y no se rompe la cabeza en pensar cómo podrían ser las cosas de otro modo.
Quizás debería aprender de aquellos que no muestran disconformidad con su mundo.

La vida se vive una vez. Y a veces, no como tú quieres.

domingo, 28 de enero de 2018

El expresidente Zapatero decía que su acción política estaba dirigida por la muerte de su abuelo, militar, en la guerra civil española. Yo pienso que si su abuelo era militar y hubo una guerra, cabría la posibilidad de morir a manos de su enemigo. Como este enemigo pertenecía al ejército de Franco, que luego fue un dictador que se tiró 40 años sin que ninguna fuerza política le echara se le tiene mucho asco pero nadie fue capaz de echarle de España. Siempre me he preguntado cómo es que en Portugal hubo la revolución de los claveles y aquí en España no hubo nada de eso. No sé si es que Franco era excesivamente poderoso o es que a nadie le importaba vivir en una dictadura. Lo que nos cuentan de que con Franco se vivía fatal, tendrían que matizar, porque si no, no se entiende que durase tanto esa dictadura. Si fuera la vida tan asquerosa con Franco, alguien o algunos se habrían levantado en contra de él. No hubo apoyos ni dentro ni fuera de España para echar a Franco, esa es la realidad. Yo he leído que Franco montó un montón de cárceles y campos de concentración donde el objetivo fue exterminar al enemigo de raíz. Hubo muchos juicios injustos que propiciaron la muerte de muchos vencidos o sospechosos de izquierdas. Hubo una persecución cruel contra todos los de izquierdas en España. Pero, ¿qué hicieron los exiliados, que hizo la oposición a Franco?¿Es que los mató a todos? A mí me resulta difícil creer que si esa época fue malísima, no cayera el tirano. 
Yo tuve un compañero de trabajo más viejo que yo que me contaba cómo ponía una pegatina subversiva en la pared a escondidas y se jugaba la vida por ello. No creo que sea para tanto. La maldad de Franco está más que comprobada por la represión que hizo después de la guerra sobre todo. Pero, ¿si fue "irrespirable" su dictadura, cómo pudieron vivirla tantos y tantos que le odiaban? ¿Por qué no reaccionó el pueblo español y le echó? No sé pero decir en el siglo XXI que estás inspirado en la muerte de tu abuelo en el 36, es mucho decir.

jueves, 25 de enero de 2018

Me doy cuenta de varias cosas al estudiar Psicobiología. La genética nos hace ser como somos. Es muy difícil predecir qué bases genéticas rigen nuestra conducta y qué consecuencias tendría el que algún día sí se sepa qué genes predicen nuestra conducta. Se podrían crear, por transgénesis, animales de una determinada característica conductual. Se podrían crear leones mansos, por ejemplo. O se podría actuar genéticamente sobre la conducta humana, haciéndonos del carácter que convenga a un poder determinado. Las fronteras éticas en este campo no sé cómo vendrían determinadas. Otra cosa que me llama mucho la atención es la teoría de la evolución. No sé si la naturaleza crea la función en el organismo o es el organismo el que cambia y luego es la naturaleza la que ejecuta la selección natural. De todos modos, todos los seres que habitamos la Tierra estamos emparentados. Por ejemplo, todos los cromosomas de todos los seres de la Tierra funcionan con tripletes de aminoácidos con el mismo código. Y luego, hay que ver cómo funciona nuestro sistema nervioso que controla hasta nuestras ganas de mear y el latido del corazón, pasando por todos los sentidos como el de la vista.
Aunque hubo un monje que dijo que en última instancia, es una superconciencia (la conciencia de Dios) la que hace que sintamos, que nuestro corazón lata como tenga que latir, etc, etc. Por eso, yo soy un poco renuente a pensar que somos víctimas de una evolución: hay más, hay una intervención que produce esa perfección que nos asombra tanto cuando pensamos en ella. Y si no, ¿qué es el ojo humano? ¿Puede crear el ser humano la insignificancia de una hormiga? Nunca la podrá crear y Dios sí lo hizo. No solo fue la evolución y un big bang. Fue algo más.
He empezado a ir a la biblioteca a estudiar Psicología. En la biblioteca me encuentro bien, con su silencio que parecen sonar los sesos de la gente memorizando apuntes. Hoy tengo que hacer unas patatas con bacalao. La vida parece más amable porque tengo un objetivo que es presentarme al examen de Psicobiología y Psicología Social. Será una nueva experiencia. Ya sé donde tengo que presentarme al examen. Fui ayer. Hay una placita pequeña al lado de la carretera de Extremadura, un pequeño bar antiguo, una tienda de estética, un locutorio, un estanco. Y el edificio donde me examino.
La vida adquiere un color distinto cuando sabemos lo que tenemos que hacer y nos aplicamos para conseguirlo pero tampoco me llevo tanta ilusión ya que sigo sin tener muchos amigos, no bailo los fines de semana ni hago un viaje duradero a una ciudad como Barcelona.
Ayer vi un señor que iba hablando solo. Tenía barba, era delgado, quizás era de mi edad. Parecía un poco intelectual. Se notaba su soledad que le calaba las entrañas. Me dio pena. Yo, por lo menos, tengo a mi hermano y unas amistades. En fin, dicen de un sabio que un día/tan pobre y mísero que estaba/ que solo se sustentaba/ de las hierbas que cogía.

lunes, 22 de enero de 2018

De nada sirve pensar que llevamos una vida insulsa si no hacemos nada. He estudiado en Psicología que si tenemos unas actitudes diferentes de nuestra conducta, se produce un hecho que se llama disidencia y crea malestar psicológico. A mí me gusta conocer gente, tengo una actitud positiva a la gente pero no conozco mucha. Si mi conducta no va en ese sentido, conocer gente, tendré malestar psicológico por disidencia. Mi disidencia provendría por omisión ya que no hago cosas tendentes a conocer gente. Puedo disminuir esa disidencia justificándola, diciendo que la única vía de conocer gente es internet, cosa que a mí no me gusta. Pero puedo incidir en mi incoherencia actitud/conducta si pienso que los viernes y los sábados no salgo. Y eso es culpa mía.
La conducta parte de una necesidad o motivación y la disidencia se plantea como una motivación como puede ser el hambre, el sexo y otras necesidades más palpables.
El malestar psicológico que produce la disidencia hace que cambiemos la conducta para aplacar ese malestar.
Creo que un viernes me decidiré a ir a Madrid si ese es el medio de conocer gente, hecho para mí fundamental en esta vida que llevo.

viernes, 19 de enero de 2018

Habría que definir en qué consiste una "encrucijada vital". Yo creo que es cuando estás en la vida que no vas ni para arriba ni para abajo, que estás siempre en un sitio de una existencia pobre. Así que el que está en medio de dos caminos y no tira para ninguno de los dos, está quieto, está en potencia siempre y no gana ni pierde.
Pero la monotonía que supone estar siempre lo mismo incomoda la vida.
Y se buscan soluciones en la mente y el deseo que pasan por pensar si el conocimiento de otra persona, de otro lugar o de un acontecimiento vaya a cambiar ese estado de cosas.
Es como en las novelas en las que ya se ha hecho la introducción del personaje y el lector quiere que pase algo, el conflicto.
Yo no tengo conflicto en mi pasar de los días.
¿Quién o qué procurará en mi vida un conflicto del que se siga una acción determinada? No lo sé. Quizás, hasta que me muera, estaré en esta encrucijada vital en la que nada pasa, en la que nada trasciende.
Si me quejara, haría mal, pues hay otra gente que vive peor vida que yo. Pero todo en esta vida es subjetivo y sujeto a juicio y si yo no me siento feliz, por algo será.

La vida es eso que pasa o que nos pasa.


jueves, 18 de enero de 2018

He creado un personaje que es igual que yo. Y ya he contado su malestar existencial y su rutina. Me falta buscarle una novia antigua con la que ha cortado pero sigue viendo y es como una rémora sentimental. Y después, ya no sé qué contar de él, como no sé contar más de mí en este blog, solo que me siento incompleto y cosas así. Pero mi personaje no puede estar incompleto existencialmente hablando y necesita un conflicto que le haga salir de esa situación rutinaria que también es la mía. Si yo no puedo sustraerme a la vida que llevo, mi personaje sí que podrá. ¿Y cómo lo haré? Pues por medio de un viaje o una mujer.
O quizás la solución sea metafísica, o sea que mi personaje cambie de actitud y vea la vida de otro modo. Pero para eso se necesita un cambio. ¿Qué cambio va a operarse en mi personaje? Pues no lo sé, pero deberá vivir la vida que él merezca, no una de tres al cuarto como vivo yo.
Mi personaje es bueno, es sencillo pero está atribulado por una sociedad que no entiende y una vida que no le satisface. ¿podría una mujer cambiar este estado de cosas? No sé. Probaré a inventar otro personaje hembra a ver qué tal.

La literatura es invención pero se sujeta en la realidad.

miércoles, 17 de enero de 2018

Si hubiera ligado con aquella chica, si hubiera ido a París a vivir, si me hubiera hecho pintor, si hubiera aprobado aquel examen, si me hubiera tocado la lotería. Tantos hubiera hay en la vida que no merece la pena enumerarlos. Lo importante es que si estamos vivos podemos disfrutar de un futuro sin hubiera si nuestra voluntad nos asiste. Y la suerte. Y la casualidad. Todo se junta en el horizonte para que nos levantemos siempre con la idea de que tras ese horizonte hay algo más bonito que el presente que vivimos si ese presente no es todo lo bonito que nos merecemos.
Por otro lado, cada uno de nosotros somos buenos en algo, se nos da bien algo con lo que disfrutamos. Al Don Juan, se le dan bien las mujeres, y habrá mujeres a las que se les dé bien los hombres. A los poetas, se les da bien los versos. Y a los que pasamos por allí, se nos da bien la vida, si es que la sabemos vivir. Yo espero algo del futuro y no sé qué es que me haga pensar que la vida que llevo cambiará para bien. Cifro todo bien en el futuro quizás en una mujer, no sé muy bien. Quizás el descubrimiento de algo, el hombre no hace más que descubrir desde que nace, me haga ver algo más que este camino que llevo todos los días. Quizás en esta rutina que llevo salga algo que ignoro, que está por debajo, latente y salga a la luz y me dé una sorpresa.

En el camino hay paisajes; en el destino, una plaza.


lunes, 15 de enero de 2018

Hoy me he levantado a las 8 y media para estudiar Psicología. Es apasionante estudiar esta disciplina ya que instruye sobre aspectos de la persona y de la sociedad y su evolución. Yo no sabía que la teoría de la evolución tuviera tanta importancia como para explicar la realidad biológica del ser humano y que la genética nos defina tanto en la conducta y en otra serie de cosas.
Estudio Psicobiología y Psicología social. La primera es bastante difícil pues engloba genética, evolución y la estructura del sistema nervioso.
La segunda es más atractiva. Ver cómo el ser humano se incorpora a grupos que le definen su conducta y su valor como persona es interesante. Aunque yo creo que en la sociedad en que vivimos todo está muy atomizado y los grupos no son muy numerosos sino que hay grupos de dos y de tres miembros que están más o menos aislados.
La sociedad a la que vamos es en extremo individualista y, pasado el proceso de socialización, viene la soledad del individuo, cuando han pasado ya los años de haber encontrado o no pareja.
Yo pertenezco a un grupo de personas con mi misma enfermedad pero los lazos que nos unen no son muy profundos.

sábado, 13 de enero de 2018

Hoy ha sido un día bonito porque ha nevado. Los copos transitaban el aire hasta disolverse en el suelo con toda la mierda que hay en él. Los cafés estaban vacíos porque la gente se quedaba en casa mirando por la ventana cómo caían esos trocitos de hielo blanco y dulce como un susurro frío. La gente tenía miedo de caerse en la calle, tenía miedo del frío que se cuela por la piel un día como estos. Yo tenía un acontecimiento con unos amigos (ver una película en el cine) pero ante tanta adversidad atmosférica, he decidido quedarme en casa y así, encantado y calentito, he visto cómo nevaba sobre la tierra negra, asfaltada, de la ciudad.
He mirado en internet temas sobre la guerra civil española, sobre los republicanos, que la perdieron, y sobre la terrible dictadura que masacró a esos vencidos.
No ganaron los que legalmente estaban en el poder sino aquellos que se dejaron llevar por la jauría que azotaba Europa esos años, esos años de extremismos y odios acérrimos. Odios religiosos, odios políticos, de clase, de raza. En fin, asquerosos odios que llevaron al peor desastre de la historia de España y también a Europa.

viernes, 12 de enero de 2018

Había algo en la novela "El tedio" de Moravia que me gustó mucho. La acción avanzaba según avanzaban también las reflexiones del pintor que gozaba del amor de aquella chica. Quizás fuera eso lo que me gustó. Pero he leído otra novela que me ha conmovido literariamente en gran manera. Esa novela ha sido "El idiota" de Dostovieski. ¿Cómo consigue el autor ruso mantener nuestra atención de tal modo que lo único que se cuenta es sobre la forma de ser de un personaje central que no pareciera tener tanta importancia? "El tedio" se titula así quizás por el aburrimiento del protagonista y la falta de sentido de su vida y de su amor por la chica, lo que le hace vivir en un estado de eterna reflexión sobre lo que hace. En "El idiota", lo que hay es una serie muy grande de conversaciones en las que se desarrolla el carácter raro del protagonista y una acción dada en dosis muy pequeñas con respecto a esas conversaciones. La mezcla de poca acción y reflexiones en la primera novela y las conversaciones en la segunda es lo que hace que se mantenga una intriga grande en las dos.
Una vez oí hablar a Gabriel García Márquez de la importancia del estado hipnótico que hay que producir en el lector mientras lee la novela. Ese estado hipnótico se procura mediante la intriga y el lenguaje a la vez. Dostovieski consigue que las páginas pasen sin darse uno cuenta, consigue ese estado hipnótico en el lector y Moravia también lo consigue. Luego leí "El conformista" pero allí no se consigue tal estado hipnótico, esta novela no llama tanto la atención del lector como "El tedio".
Las novelas que son como un hilo invisible que va tirando de ti son muy buenas, consiguen la abstracción lectora de un modo irreal, consiguen que no te apartes del hilo narrativo nunca. La experiencia de leer esos libros es muy gratificante ya que el lector olvida su vida y vive la del libro.
A mí me gustaría escribir una novela con estas dos condiciones: intriga que va avanzando muy lentamente y lenguaje que atrape al lector desde la primera línea. Márquez, en "Cien años de soledad" acaso consiga con su lenguaje este ritmo hipnótico pero el tema que trata (la vida fantasiosa de una familia en la selva) a mí no me acaba de gustar. Me gusta más la novela centrada en un solo personaje sobre el que se atraen más personajes o conversaciones o reflexiones que nos hacen pensar.

miércoles, 10 de enero de 2018

Hoy hace mucho frío en la casa por la mañana al levantarme. Tendría que estudiar Psicología pero me he levantado muy tarde. También tengo que hacer unas lentejas. No sé si en esta vida tengo lo que merezco pero yo voy haciendo lo que puedo por merecer más. Al ver el pasado me doy cuenta que mi relación amorosa con Eva ha sido un fiasco. Podría haber durado si no fuera por su actitud negativa que me demostró. Pero bueno, lo que me fastidia es que con la vida social que llevo es muy difícil que surja otro amor y dudo ya de que este amor que surja sea bueno, si es que surge. Tengo que ir a Madrid por recetas de la Muface. Iré mañana y veré  a la gente de Madrid, las calles, los edificios y las aceras.
Ayer precisamente hablé con Eva que está desalentada, aburrida de la vida que lleva. Está muy sola con su madre y no le gusta la gente que la rodea. Sus amigos se han portado mal con ella y ella no lo entiende. No se fía de nadie en este mundo.
En fin, yo estoy mal pero ella está peor. La soledad trae estas cosas, estas concepciones tristes sobre los demás.
Espero que Eva encuentre algún amigo que merezca la pena, alguien que la haga caso y la quiera de verdad para que no piense mal de todo el mundo.

martes, 9 de enero de 2018

El sábado pasado vi una película que se llama "Asunto real", basado en un rey en Dinamarca en el siglo de la Ilustración que tuvo como regente o mentor  a un médico que se lió con su mujer, la reina Catalina. Esta película me hizo pensar en el destino por la figura de ese médico que se mete en la corte, se hace amante de la reina en secreto y acaba con la cabeza cortada. Pensé mucho después en mi destino, en el amor que yo he tenido a las mujeres, en la importancia o no de lo que hago día a día y en la posibilidad de que algo cambie en mi modo de vida.
En mi mente empezó a revolar la idea de que estoy como empantanado en una situación que no es muy querida por mí, a la que no valoro, a la que deseo cambiar pero no sé cómo. Mi destino, o el destino de mi presente, por lo tanto, no es de mi gusto.
El médico se lo pasaba bien y era feliz dictando leyes para el pueblo de Dinamarca y folgando con la reina. Ser sentiría feliz pero se pasó en sus atribuciones y en su desahogo sexual. Lo pagó caro. Pero yo, ¿qué he hecho para llevar una vida aburrida? ¿Me merezco el destino que tengo? ¿Es mi destino como el de otra tanta gente y por ello no he de quejarme? Pensé, después de hacerme estas preguntas que a mí me hubiera gustado tener más fortuna en el amor o tenerla algún día.

sábado, 6 de enero de 2018

Ayer vi tres películas, ninguna desde el principio pero me gustaron mucho las tres. La primera fue "El verdugo" de Berlanga que va de un verdugo que se jubila, en los años de Franco y cede el puesto al yerno, que no quiere serlo. Se suceden escenas de comicidad negra, todo por un piso. Luego vi "Rita y Chico" que va de un amor cubano y musical, cosmopolita y un poco triste. Luego recordé "Forrest Gump" y me gustó la parte en que este se pone a correr. Ojalá pudiéramos hacer lo mismo todos cuando tuviéramos algún problema existencial o de otro tipo, descubriríamos el mundo a golpe de zancada y se nos irían los problemas a la porra por un tiempo. Son magníficas las escenas en que Forrest corre, corre y corre seguido de gente o en solitario, con las panorámicas de montañas y lagos norteamericanos de fondo. Y cuando conoce a su hijo en la película me embargó una emoción honda. Forrest se hacía el tonto pero no lo era. Yo leí el libro por encima pero no me gustó mucho.
Con ese tropel de imágenes me fui a acostar ayer y hoy me he levantado un tanto más prosaico, sin la ingeniosidad que suscita la pantalla y el cine.
He estado charlando con mi familia y he hecho el chiste de que me había tragado la haba del roscón. Después apareció aunque alguno de familia sí se creyó que me la había tragado.
Ya acabó la navidad. En fin, vienen tiempos quizá tortuosos o ambiguos pero habrá que hacer por sortearlos como se pueda.

viernes, 5 de enero de 2018

Mi mayor o menor conformidad con el día en que me levanto (siempre tarde) depende de la sensación que tenga yo de que debería viajar, conocer algo nuevo ese mismo día o cambiar completamente mi modo de vida aunque no sé cómo. Hoy parece que estoy contento con lo que me depara mi existencia, que no es una cosa del otro mundo. No lo paso mal, no; no trabajo, por lo tanto, no tengo que madrugar. Tengo suficiente dinero, etc. Pero suelo estar descontento conmigo mismo o con la vida que llevo. No hay ningún aliciente especial en mi vida. Hago siempre lo mismo. En fin, me canso de decir siempre que estoy descontento.

Me gusta pasear por la tarde hasta Las Rozas. Mucho. Mientras paseo voy despejando la mente y ejercitando un pensamiento libre, podríamos decir.

Pero me gustaría ir a una isla, me gustaría ver un río o el mar. Me gustaría pasear por un camino de montaña, ver pájaros volar. Me gustaría bañarme en una playa paradisiaca. En fin, lo que a cualquiera.

miércoles, 3 de enero de 2018

Estos días son un poco tontos porque se dejan ya los festejos pero hay que esperar a que vengan los reyes magos, estrelleros, según se los llamaba en la Edad Media. Alfonso X el Sabio fue un rey estrellero que miraba el cielo buscando alguna respuesta astrológica o astronómica, que tanto daba en aquellas fechas.
Este rey compuso tratados de Historia y para ello usó poemas épicos con rima y todo. En España no se conservan muchos poemas épicos pero los que se conservan son de un realismo atroz. En Inglaterra y Francia conservan el ciclo artúrico, el de Carlomagno y otros ciclos de los caballeros de la Tabla Redonda. En Italia no sé si hay poesía épica de la Edad Media pero luego vino Ariosto y compuso el Orlando, que fue fuente de inspiración en toda Europa.
En fin, que cantar a los héroes es muy común pero en las épocas en que vivimos no se canta a los héroes. O estos son anónimos o se tiene entre la sociedad otros valores que cantar. El periodismo no es épico, no trasciende las capas sociales, se queda en tinta fría. Las novelas que se escriben hoy en día son de fracasos y tristezas, no de héroes. ¿Quién conoce a un héroe hoy en día, un héroe cantado? Superman y todos esos héroes son fantásticos, no nacen del pueblo. ¿Cuándo habrá un héroe como el Cid del que se decía: Dios que buen vasallo si hubiese buen señor? ¿O Roldán o tantos otros de los que sus aventuras iban de boca en boca? Claro, estamos en otras épocas, no orales, en que la información no iba en el papel. Quizás los géneros que se amparan en unas páginas de un libro o un periódico no son tendentes a la épica, a cantar hazañas sino ruindades y crímenes abyectos. Qué asco de narraciones hay hoy en día en tinta impresa. Ojalá surgiese un caballero o heroína de los que nos supiéramos sus cantares por todo el mundo conocido.