miércoles, 31 de octubre de 2018

Esto de la política es ahora sí, luego no. O ahora digo esto, pero hago esto otro. También es cuestión de fichajes. Hay cada elemento en el gobierno capaz de cualquier locura y hay ayudantes del gobierno que, para salir en la foto, también hacen sus travesuras. El caso es que el congreso español está muy dividido y eso confunde al elector, que no sabe ya a quién votar. A mí me parece muy divertido observar a aquellos que votan siempre a los mismos: se tragan muchas ruedas de molino y van y las repiten ante el auditorio, quedando como los bobos que votan a ese partido.
En Italia, Salvini se ha atrevido a discutir los mandatos de la UE hasta ir en contra de la misma UE. Pero la UE es más grande que Italia e Italia tiene que recular. Aquí en España, hay la idea del reparto social, del gasto a todo trance y así va a salir. Pero esto ya lo hizo el irrepetible Zp, no viendo cómo venía la economía, esa que se aprende en dos tardes y a Sánchez le servirá de tumba ese gasto desbocado que pregonan. Ojalá no se pongan a hacer otra vez polideportivos donde no hacen falta y gilipolleces de esas (o sea, el gasto por el gasto) porque ya sabemos dónde va a parar eso. Aquí, en España, lo que se debería hacer es favorecer a la pequeña y mediana empresa para que haya empleo y subir los sueldos pero no los subsidios a gente que no se lo merece. La legión de vagos chupópteros que crea el PSOE desde los tiempos egregios de González ya nos los sabemos, aunque tampoco me gustan las burbujas de Aznar en que el ladrillo daba sueldos locos y falsos a una construcción que luego, se vino abajo. Yo recomendaría moderación y reparto pero dentro de un mercado de trabajo justo y que se dejaran de subvenciones de esas que ya engordan al que ya tiene, como ha pasado en Andalucía.

Socialismo: yo doy al que me vote y sigo y sigo.
Cuando dos o más personas se unen en la desgracia y la superan, quedan como hermanos o más que hermanos. Porque la desgracia une mucho. El éxito también une, pero más falsamente. En el éxito se ve la envidia y la competición para alcanzar una meta. En la desgracia es casi el propio pellejo  o la salud los que están en juego, así que la gratitud al que sufre contigo un mal, ya dura para toda la vida. En el éxito, lo que está en juego es el triunfo y el dinero y el placer que lo acompaña después de conseguidos, los cuales no son más que corruptores del espíritu.
Se dieron casos, cuando el Imperio Español conquistaba y conquistaba tierras por todos los mares conocidos, de náufragos que habían pasado tales penalidades que estuvieron en el brete de morir si no fuera por el auxilio de los compañeros de infortunio. Después de rescatados, estaban tan unidos como hermanos o más.
Se han dado casos de bandas de rock que han alcanzado un éxito a base de mucho esfuerzo, mucho trabajo y conciertos pero quizás, al repartir el éxito ha habido divisiones y malos humores por ver quién llevaba la batuta o protagonizaba todo aquello.
En la política, es el presidente, si este no es humilde, el que se quiere apuntar los tantos y los ministros bregan con todo para que el jefe reluzca en las elecciones.
Me he enterado de lo de la ministra Carcedo: la sustituta de Montón en Sanidad. Es un caso de avaricia personal muy fuerte. Me he quedado alucinado de lo que ha "chupado" esa señora al frente de donde ha estado. Me he enterado de lo de la ministra de Hacienda, la Montero. Un caso de trepa que no veas; y lo de la Celaá, otra que oculta pertenencias: con estos mimbres no se puede hacer un buen gobierno. Chupópteras, trepas, mentirosas: esto no es una conjunción para superar dificultades, sino un conjunto de satélites penosos que no quieren más que montar en el Falcon y comer de lujo a costa del Estado.

domingo, 28 de octubre de 2018

A mí me gusta desmontar lo que la gente cree o por lo que tiene una ilusión falsa. Yo no me la he dado con ninguna cosa ilusoria porque siempre veo el lado malo de las cosas antes que el bueno. Soy así. Cuando veo una persona  que se cree que todo el mundo le debe hacer la venia, como si fuera el zar de Rusia, pienso en lo equivocado que está. Así como aquellos que trazan planes muy bonitos o celebraciones pensando que a todos nos gustan sus egoístas celebraciones o sus planes fantásticos. Repaso mucho las relaciones nuevas que tengo y las que posiblemente tendré así que voy sobre aviso. Además, lo apunto todo y saco mis conclusiones. Alguna vez me la he dado con alguna persona pero lo he solucionado pronto, cortando de raíz antes de que aquello fuera a peor y me pillara por delante. Soy bastante rencoroso y cuando me dan una hostia en la cara no la olvido y rompo relaciones sin pensármelo dos veces y encima, me sale el odio. Dicen que las mujeres tienen un punto masoca y se juntan con hombres malos que les hacen putadas y les gusta ese rollo. Puede ser un mito pero yo lo he comprobado varias veces en personas que conozco. Otro rollo es ese de que a las mujeres, ahora, les gustan los hombres sensibles y cariñosos, esos que se depilan y se tiñen el pelo como maricas. Pero luego, esos tíos son igual de hijos de puta que los que decimos las cosas a la cara y no hacemos regalos. Las mujeres tienen muchos problemas en el cuerpo, en el sistema nervioso y en el menstruo que las recorre y encima se equivocan muy a menudo de hombre. He visto muchas mujeres equivocadas en los restaurantes y en los supermercados que van con sus parejas para no darme cuenta ya de ese tema. Debe ser que esas características hormonales de las mujeres las hace equivocarse una vez y otra. El otro día me junté a tomar un café con mi antigua novia porque está más sola que la una y porque me daba pena y me dijo: "hay que ver lo que me tuviste que aguantar". Porque mi novia tenía más problemas que un libro de matemáticas y los rollos que le he aguantado pocos lo harían, estoy seguro. Pero bueno, ahora estoy más solo pero más tranquilo y no estoy oyendo la monserga de la falta del sentido de la vida con que me "obsequiaba" mi ex novia y solo tengo que lidiar con la falta de sentido de mi propia vida y a ver si le doy una solución o no hay solución: tengo que vivir así.

Si eres sincero, te ven de lejos.

Ayer leí una entrevista en El País a Mariano Antolín Rato. Fue un traductor y un escritor. Según cuenta, probó drogas. En las fotos, en blanco y negro, salía fumando. Al final de la entrevista, pedían donativos. Yo ya he dado muchos donativos. Estoy harto de dar donativos.
Hoy por la mañana, Paco me ha levantado la manta y me ha obligado a levantarme. Dice que se venga así de ayer, que le desperté a las siete de la mañana.
Han bajado las temperaturas pero no hay nubes en el cielo, así que no nevará.
Ayer fuimos a escuchar al grupo musical "k del desierto" y consistía en un hombre calvo y bastante mayor que cantaba canciones bastante extrañas y desasosegantes. Decía: hay muchas maneras de vivir y yo soy tu faquir, tu pincho moruno, tu faquir.
Otra canción fue "Tiene que llover". El cantante imprimía mucha fuerza en sus canciones. Las letras eran enrevesadas y metafísicas, muy extrañas. A saber qué tiene ese tío en la cabeza.
Hay gente que no piensa más que en celebraciones, como si no hubiera otra cosa en el mundo que cumpleaños y comuniones. A mí no me gustan ya esas celebraciones donde tengo que ver a quien no quiero. Yo solo celebro el día a día, eso sí que es duro de celebrar.
Bueno. Hoy es domingo y voy a comprar la prensa. Me reiré con Carmina un rato de las tonterías de la actualidad y punto. Y cuando quiero decir punto, digo punto y quizás, pelota.

sábado, 27 de octubre de 2018

Ya sabía yo que Almudena Grandes tenía mucho asco al PP, al que creo que considera franquista, facha, fascista y el colmo de todos los males de este país. Lo que no sabía yo es que Almudena Grandes no considerara que una monja es una mujer. Qué pena. Qué falta de empatía por su parte. En fin, Almudena Grandes no respeta a la iglesia porque a lo mejor, Almudena Grandes es comunista y ya se sabe que los comunistas tienen ese aura fanático que todo lo muele, todo lo vuelve del color rojo de la revolución. Ay qué ver, qué cosas pasan. Y tiene muchos premios esta señora tan simpática, muchos premios literarios, que humanos debe tener pocos porque con tanto odio que destila no me la imagino muy humana sino loca por ver algún facha rompiéndose las narices con la hoz o con el martillo.
Hoy sábado, he mirado la lotería y solo me han tocado 18 euros. Bueno, tengo para invitar a los amigos después de ver la peli en la asociación. En documentos, de radio nacional, ha salido la historia de la madre de Ramón Mercader, otro ejemplo de lo bonita que fue la revolución soviética. En fin, ver para creer.
He estado mirando someramente en internet la historia del cine dedicado a la guerra civil española. A mí no me extraña que la perdieran aquellos que la debieron ganar porque eran el gobierno legítimo. Se odiaban entre ellos, qué se le va a hacer. Y a lo mejor perdieron mucho tiempo en asambleas y quemando iglesias y violando monjas en vez de ir al frente.

viernes, 26 de octubre de 2018

Una dentellada en la boca del estómago me ha hecho despertar a las 7 en punto de la madrugada. Me he sorbido agua con bicarbonato y el temor a sufrir otra, ha hecho que me levantara y empezara el día como pudiera. Me ha dicho el horóscopo que hoy voy a tener mucho sentido del humor y seré el centro de atención. Hay hoteles en Madrid que cuestan casi doscientos euros. Son muy luminosos y bonitos por dentro. Si yo fuera multimillonario, a lo  mejor me pasaría la vida de hotel en hotel, desayunando en terracitas y fumando cigarrillos después de tomarme un cruasán a la plancha o una barrita con aceite y tomate. Así todos los días. Escribiría en la habitación y después de un par de días me iría a otro hotel y me quedaría mirando por la tarraza el tráfico de una gran arteria de la capital, yo muy tranquilo, allí, rodeado de gente de pasta, con mi americana azul marino y mi camisa de cuadros muy pequeños. Y todos se preguntarían ¿quién es este?, no dándose cuenta de que sería un gran escritor conocido en todo el mundo por la gente que lee. Habría alguno que sí me conocería y entonces, hablaríamos de libros y de Valle Inclán. Y ese que me conociera sabría más de Valle Inclán que yo y me gustaría tanto hablar sobre ese escritor que le invitaría al tipo a comer allí en el hotel para que me siguiera hablando de los libros de Valle Inclán y de la vida de ese insigne personaje. A lo mejor resulta que era un gran catedrático de literatura o un doctor de los de verdad. Y ya no escribiría de putas y de mendigos, como vengo escribiendo, sino de toreros, de gente bien que duerme y come caro y tiene vicios que cuestan un riñón.

Es fácil soñar. Lo difícil es despertarse.

jueves, 25 de octubre de 2018

Por un consejo que leí en internet para cuando un escritor está en un parón creativo, hoy me he puesto a escribir libremente, al buen tun tun. En unos párrafos cortos he ido creando una especie de historia que ya no tenía solución. El proceso ha durado dos folios y medio. Luego he pensado que en la vida llegamos a una calle sin salida, a una situación vital en que no nos es posible seguir, continuar, mejorar, hacer un conocimiento. Así le ha pasado al personaje que he creado hoy. ¿Dónde vas, bala perdida, dónde vas triste de ti?, como dice la canción. Pero a mi personaje no le pasaba como a Dolores que llegaba a tragar la hiel de la vida y se tiene que meter puta sino que llega a un punto de no retorno o de no avance.
Otra vez me sucedió que yo estaba creando la historia de un personaje un poco raro y ya llevaba unas treinta páginas con sus correrías por la ciudad. Me identifiqué tanto con ese personaje que yo creía que me estaba pasando como a él, pues este personaje llegó a un punto muerto en que ya no le podían pasar más cosas. Pensé que le podría crear una aventura amorosa para que aquello tirara hacia adelante pero me cansé y dejé la historia así. Tan influido estuve yo por lo que inventé de ese personaje que yo me creía también en un marasmo de mi existencia tan malo y tan triste que me llegué a sentir agobiado y deprimido de pensarlo.
Y es que mi vida actual yo la considero también un parón del que una mujer buena que me quisiera quizás podría arrancarme y lanzarme a una buena ventura, como dicen la gitanas. Pero, ¿qué pasaría con mi hermano? Se quedaría solo y la soledad es mala consejera y peor para un enfermo.
A ver si me decido a romper el hielo con la historia del matón y me pongo espontáneamente a escribir mañana la continuación de esa historia que ya se va convirtiendo en maldita e irredenta; casi incapaz me siento de renacerla o recuperarla o acabarla de una maldita vez.
Sea una mujer o una aparición sobrenatural o un hobby, como aconseja tanta gente, me tendría que sacar de este rollo vital en el que me encuentro. Quizás la escritura sea el sucedáneo de la mujer, de la aparición o del hobby pero yo ya querría practicar el hobby que más me gusta y que practicaría con el miembro que me cuelga de la entrepierna.

Si no hay sexo en tu vida, otra cosa habrá acompañada de la paciencia.
Ayer pasé un día malo. Mi cabeza no iba bien. No estaba centrado. No estaba armonizado con el mundo, con lo que me rodeaba. Todo me parecía mal. Y yo creo que es porque he perdido la fe en lo que hago o más bien, en lo que no hago. Porque no escribo nada. He perdido las ganas de escribir y es esta actividad lo que más me motivaba. El gobierno que hay y ver a ese hombre dañino de la coleta a todas horas en el telediario también me sienta mal. Escuchar todo el rato los líos de los putos catalanistas y a ese engendro de barbitas en camisa, creyéndose alguien me da asco. Ojalá perdiera tantos votos que se quedara como un idiota en el parlamento. Pero lo votan 5 millones de personas. Yo alucino con el tipejo ese. Lo que no hago (escribir) me va minando poco a poco y me va haciendo pequeño en un mundo que ya te hace pequeño de por sí. Las grandes cosas son las que salen en los diarios, como este pequeño hijo de puta o como el presidente y las ministras, que tanto dan que hablar. Pero al fin y al cabo, a esta morralla política se la tragará la historia por su ineptitud. Peor me va a mí, que no tengo un horario, que no se me oye, que no tengo afición alguna, que pierdo las ganas de escribir, que casi no me relaciono con nadie nuevo, que no salgo en la noticias, que me pierdo en la mañana y en la tarde por las calles y que leo el periódico y me dan ganas de cagar.

Si no te hacen caso, quizás es que valgas poco.
Mensaka. Así se titulaba la película basada en un libro del mismo título de José Angel Mañas. Y la echaron por la 2 una noche que hacía un poco de frío y no salimos. Si "Historias del Kronen" ya reproduce un ambiente hostil, de pocos o ningún sentimiento bueno en los personajes, en esta otra película pasa lo mismo. Además, la historia transcurre en un ambiente de dejarse llevar de todos los personajes, de no ser nadie con voluntad. En fin, ¿de dónde saca tanta miseria humana Mañas para escribir sus libros?
¿Es que la gente es así en realidad, que no puede darse el lujo de dar un poco de cariño a su pareja o a su hermano o a su amigo? Porque si vi algo en la película, aparte de que no conduce a nada argumentalmente hablando, es que ningún personaje de los tres que aparecen que forman un grupo musical es capaz de levantarse de un ambiente gris, feo, oscuro, aburrido y egoísta.
El que busca un poco de cariño en una camarera, la lleva a su casa y allí le roba y sale corriendo también parece que hace las cosas por inercia. Por cierto, como en "Historias del Kronen", la droga idiotiza de una manera especial a todos, convirtiéndoles en muñecos estúpidos de la vida. Solo ese título, tan despectivo: mensaka, ya dice mucho de la mierda humana que nos quiere transmitir Mañas. Pero yo me pregunto: ¿es así la gente? ¿es así la vida? Y digo: no. Hasta en el hombre o mujer más hijo puta puede haber un rasgo amable que en esa película no lo hay. Es casi increíble presenciar esta falta de sentimientos en todos los personajes que salen en esta peli.

Si eres escritor de la realidad, no la desfigures.

martes, 23 de octubre de 2018

Esta mañana he estado a hacer unas gestiones y se me ha pasado el tiempo. Parece todo muy complicado hasta que se saca el hilo del que tirar del ovillo. Pero los papeles son confusos. Lo importante es que no sepan nada de papeles aquellos individuos que no quieren más que saber de papeles para interrogar y complicar más la cuestión. También hay gente que no piensa más que en celebraciones pero yo paso de celebraciones. Si el salón del pueblo hay que pedirlo con 7 meses de antelación es que en el pueblo se lo pasan bomba venga y venga celebrar eventos, comidas, bailes y demás. Y luego se quejan. Y están siempre de cuchipanda. Yo no he visto cosa más hipócrita. Cuando voy en verano, están siempre con el soniquete de "es que estos de Madrid". Y resulta que en pueblo tienen de todo. Un medio primo que yo tengo, cuando iba al pueblo me dijo: " no sé que se creen estos del pueblo pero aquí tienen taberna donde reunirse y charlar y hacer un alto en el trabajo. Se creerán que en Madrid, yo estoy todo el día tomando chatos". En Madrid, lo primero, nadie conoce a nadie. Y en el pueblo, se trabajará, claro, pero se trabaja de otra manera. Y ese dato de la petición del salón del pueblo es muy revelador. O sea, que el salón del pueblo está todos los fines de semana requerido para una fiesta u otra. Y se quejan. Menudos pollos los del pueblo.

lunes, 22 de octubre de 2018

Yo creo que a las minorías que padecen algún mal pues hay que ayudarles en lo que se pueda y arreglar sus problemas y ya está. Pero pretender todos los días que los particulares empaticemos (como se dice ahora) con cada problema que hay ahora con las minorías que sufren es imposible. Ya deben los políticos hacer una buena política migratoria, una buena sanidad, una buena educación para prevenir males, etc. No se puede venir con la matraca: yo tengo cáncer de mama, yo soy drogodependiente, yo soy inmigrante, yo soy mantero, yo soy sordo, yo soy gay. ¿A mí qué cojones me cuentas? Cada uno ya tiene bastante con lo suyo. Como si vivir no fuera difícil para cada hijo de vecino. Ya está la sanidad, los subsidios, los alcohólicos anónimos, los centros de desintoxicación, los centros para inmigrantes y todas las cosas sociales del mundo que pagamos todos para que te atiendan y no des la varita, majo.
Si no digo que no informen y todo eso pero, ¿cómo me voy yo a solidarizar con una mujer con cáncer de mama o a empatizar con un inmigrante en alta mar o que me preocupe un señor que ha estado haciendo el gilipollas y el irresponsable toda su vida y ha acabado de mendigo? Cada uno sabe su vida y su remedio y doctores tiene la iglesia y médicos que curen males. Yo, ¿qué coño quieres que haga? Compraré agua de recipiente de color rosa y pagaré a ACNUR pero nada más.
Además: cuando a mi hermano y a mí después nos diagnosticaron de esquizofrénicos, ¿Quién ostias nos ayudó? ¿o no fue al revés? Que la gente nos miraba con cara rara cuando pasábamos un verano depresivos o un fin de semana hacíamos cosas raras por nuestra enfermedad. Nos ha jodido. La que se solidarizó fue mi madre que fue la que nos ayudó. No nos iba a ayudar un tío de Huelva, no te jode. Pues lo mismo digo con un drogodependiente o una con cáncer. Que busque remedio allí donde la quieran, no haciendo propaganda absurda de que me pasa esto, me pasa aquello y que me den dinero. Que no digo que no den dinero, que lo dé el que quiera pero que no nos martiricen con males ajenos pues ya tenemos nosotros los nuestros.
Y ahora es que hay día de esto, día de aquello y todos a pedir. ¿Es que no se dan cuenta de que en este mundo todas las personas sufrimos por una causa u otra? ¿Por qué unas causas tienen que ser especiales y más cacareadas que otras?¿Y por qué a un alcohólico por lo general se le echa de lado como un apestado y a una del cáncer de mama se la trata como si se fuera a romper? ¿Es que no hay alcohólicos que se mueren de cirrosis y ven arañas y se mean encima? ¿O es que no hay que hacer campañas de información sobre lo malo que es el alcohol?¿O es que no hay que subir el precio de los cigarrillos y el alcohol o prohibirlos totalmente para que no haya unos cáncer rosas o cáncer negros? No te jode. Yo veo un chaval al que ha dejado su novia y no ponen el día de la ruptura amorosa o algo así. O veo una mujer que no tiene para comprar carne y no ponen el día internacional de la carestía para que todos nos solidaricemos con ella. Y sí los rollos de los síndromes de esto y de aquello. Y los cánceres de mama. Y no sé qué de las mujeres. Las mujeres tienen todos los problemas del mundo.

Pero no nos olvidemos que cada día nace con un problema para cada uno que nos levantamos.
Mi hermano Paco se pone a rememorar los días de atrás de modo que siempre ocurren cosas en esos días que le afectan físicamente o anímicamente. Lo suele hacer muy a menudo por culpa de su hipocondría pues mi hermano siempre está afectado de algún mal o enfermedad. Empieza esta tarde a recordar los días de vacaciones en septiembre y se queja agriamente del viaje en coche, de lo mal que lo pasó conduciendo. Luego recuerda un día de octubre que comió algo en un bar que le sentó mal. Después echa la culpa de su malestar cercano a la actualidad a una visita que hizo con nuestro padre al pueblo porque le obligó a coger unas cuantas manzanas de unos frutales que tenemos allí. Más cercano en el tiempo está una comida con los sobrinos en que se sintió mal (yo también me sentí mal) porque precisamente a los sobrinos no los vemos apenas y tuvimos que compartir unas horas en que casi nadie sabía de qué hablar y cuando se hablaba se creaba una especie de confusión conversacional que no me gustó ni a Paco tampoco. Añadamos a este conglomerado rememorativo que ayer no pudo dormir bien y tenemos un cóctel de la memoria psíquico-patológico que va de un mes atrás al presente, de modo que mi hermano se siente muy mal por acumulación de estados indeseados o comidas que le sentaron mal también. Es que, cuando mi hermano se siente mal, como esta tarde, se tiene que remontar al mes pasado para explicarse lo mal que se siente. Y esto le ocurre cada dos por tres, así que no es raro oírle decir: es que el martes pasado dormí mal y por eso me siento mal hoy sábado porque arrastro malestar y dolor y falta de sueño.
Así que después de escribir el anterior blog sobre el Quijote, pues me puse a leerlo, siguiendo la aventura de estos dos locos que dejan sus casas y haciendas buscando aventuras. Y en una primera y lejana lectura, los dejé saliendo de la venta, manteado Sancho por no pagar D. Quijote al ventero y llenos los estómagos del bálsamo de Fierabrás y sacudidos los cuerpos por Maritornes y su amante el acemilero. Y me he reído bastante oyendo a Sancho despotricar de la andante caballería que profesa su amo porque todo se trueca en manteamientos y molimientos. Viendo como una peladilla de río le atraviesa a D. Quijote la boca por meterse a matar ovejas de un pelotón de ellas que cruza la llanura manchega, me río porque estos dos personajes van de mal en peor. Lo más gracioso del caso es notar cómo Sancho va dando la nota real de todas las invenciones que se le ocurren al hidalgo loco. Es de notar cómo Cervantes conocía al dedillo todas estas invenciones de las novelas que quería combatir, sacando a relucir todos los nombres y aventuras que ellas contenían y cómo Sancho no ve más que ovejas y malhadados pasos que su amo va dando. Es de notar el lenguaje riquísimo conversacional que tiene lugar entre los dos. Es de notar cómo se le bautiza al héroe de la novela, tras la aventura del comité funeral en medio de la noche como "el caballero de la Triste Figura" y cómo sueña ya nuestro triste caballero loco con un historiador que está contando ya sus aventuras y pone en boca de Sancho este nombre. Mi hermano puso este nombre, el de la triste figura, a un hombre del pueblo seco y desdentado que salía del bar un día de verano de los que íbamos al pueblo y causó cierta gracia pero pesó un poco en el respeto que se debía a un anciano, pues anciano de los respetados era este hombre que ya murió hace tiempo. No vale la literatura para la realidad o sí, si esta se aviene a la realidad que vivimos. Hemos hablado mucho en España del esperpento y de los quijotes y celestinas y por qué no, de los Fígaros y de los lazarillos, de los don juanes y de Melibeas, de putas y Fortunatas que deban andar por ahí porque los escritores las sacaron como una copia de la realidad que no se consume todavía y ahí andarán ellos y ellas para protagonizar otras historias.

La literatura es esa que ves en la calle a todas horas.
Yo vivo al lado de la travesía Cervantes en Majadahonda. Y con ese motivo, el ayuntamiento ha puesto unas láminas de metal imitando páginas de la novela celebérrima sobre el hidalgo de la Mancha puestas en un pedestal. En una lámina, habla Don Quijote y dice: "dos linajes hay en el mundo, Sancho, el tener y el no tener". En otra lámina, más allá de la calle, al lado de unas plantas, dice otra vez D. Quijote, que era el sabio de los dos personajes de la novela: "Gracias debe dar a Dios aquel que de lo que come solo debe agradecérselo al cielo o a su trabajo y a nadie más". Y así otras láminas historiadas, una de las cuales lleva inscrito el comienzo de la novela inmortal. Y yo que lo veo, pienso que Cervantes debió escribir todas esas páginas que son 1105, todas de corrido pues el papel era caro y no creo que empezase a hacer, como hacen los escritores de hoy en día, un esquema ni argumento preparatorio para ponerse a escribir sino que lo hizo con todas las ideas en el cerebro ya muy bien pensadas y dio a luz a este personaje inmortal de modo casi súbito aunque dicen que primero debió ser de esas novelas ejemplares que escribió él y luego le dio continuidad porque vio que el tema era bueno y le servía continuarlo para acabar con las novelas de caballería, a las que tanta tirria tenía pues no las consideraba más que invenciones que volvían la cabeza loca a la gente analfabeta, que era mucha por aquel entonces y a mí, hoy en día me dan asco también las películas que no tratan más que de violencia gratuita y mentirosa y escribiría una novela yo en contra de ellas pero me faltan fuerzas. Lo que sí se sabe es que entre la primera y segunda parte del Quijote hubo la parte apócrifa llamada el Quijote de Avellaneda y tan desfigurados salen los personajes Quijote y Sancho en esa novela mal hecha que Cervantes se dio prisa, casi con el pie puesto en el estribo, en acabar su verdadero Quijote.
Y sin embargo, me imagino a Cervantes, en una cárcel o donde fuera, que se saliera del tiesto literario; o sea, que la narración se le fuera por donde no quería y tuvo que rectificar y romper unas cuantas hojas de papel. 
Ahora está de moda presentar las correcciones de los escritores para que la gente vea cómo el escritor luchaba consigo mismo al querer expresar aquello que quería expresar y no le salía y hay algunas hojas de estas llenas de tachaduras y enmiendas que dan pena pues hacen ver que el escritor no tenía ni claro ni dominado el idioma ni lo que quería contar y luego, como resultado, sale un churro que no veas. Modernamente, está el sistema Word en el que si te sales de madre escribiendo, de un botonazo lo borras y ya está pero en aquellos tiempos de Cervantes, la gente, creo yo, tenía las cosas más claras y todo era más caro y dificultoso pues se escribía con una pluma y en papel, que era carísimo. ¡Cualquiera emborronaba páginas como si fuera un iniciado en esto de la literatura! Le salía la novela por un ojo de la cara. Por eso yo me imagino a Cervantes escribiendo de corrido y a buen paso. Incluso cuando pensaba que no era su gran obra, pues siempre pensó que su gran obra fue el "Persiles y Segismunda" que se ajustaba a los cánones literarios de aquel entonces y no la historia de un loco que se dejó embaucar por los libros de caballería. Pero creó el pobre manco la novela moderna, con todas sus técnicas y grandiosidades, de modo que autores como Galdós, en el siglo XIX, dos siglos más tarde, se mostró deudor de esta obra y no solo Galdós, sino todos los escritores llamados realistas de ese siglo y luego, los posteriores hasta hoy. Y la prueba de que el Quijote es un gran libro, viene en el prólogo de la II parte, en que dice Cervantes algo así como que le gusta a los jóvenes, a los niños y a los adultos y ancianos y todos la leen o mandan leer y todos se regocijan con ella. Así que no tuvo más remedio que acabarla, con una tercera salida de estos dos personajes tan opuestos, ya digo, porque un enemigo literario se atrevió a continuarla zafiamente y porque en la II parte ya no hay tanta aventura y sí una reflexión honda sobre la vida porque Cervantes era ya más viejo que la tos y por ello, sabio y lleno de mataduras de la vida como Rocinante.
Y a mí lo que me jode es que me da la sensación que no muchos la leen y sí hablan de ella a cada rato no diciendo cosas de ella nada más que la aventura de los molinos de viento y poco más. convertido el Quijote, con toda la sabiduría que guarda en sus páginas, en el anuncio de quesos y de tabernas manchegas.

viernes, 19 de octubre de 2018

A mí no me extraña que a los socialistas de este país se les llame los sociolistos. Habría que llamarlos los sociosabios y al PSOE, el Partido Socialisto Omnisciente español (aunque esto de español vaya con un poco de reparo ya pues apoyan a los nacionalistas que odian a España). Solo hay que ver con qué lumbreras está dotado este gobierno: esas ministras tan listas como la Carmen Calvo, que se levanta un día de la cama y le pide al director de la Real Academia de la Lengua Española que haga el favor de hacer un lenguaje español más inclusivo para todos los españoles (inclusivo es la palabra elegida para que del Diccionario de la RAE desaparezcan palabras como mariconez, zorra y puta). El director de la RAE le contesta a la vicepresidenta Carmen de Cabra: el Diccionario recoge usos. Vaya usted a la calle y diga a la gente lo que le parezca que tenga que decir. A mí déjeme en paz. Y luego, lo de la mezquita, lo de los restos de Franco, lo de que "a los españoles no les conviene votar" y luego, como son tan listos, pues quieren que los periodistas pregunten lo que haya que preguntar, oiga, y no lo que se les ocurra. Y es que son tan inteligentes, tan brillantes, tan exclusivamente cultos que nos es difícil entender tanta luz intelectual que arrojan estos ministros y este presidente Sánchez que va camino de superar la inteligencia del otro gobierno, sí, el de ZP. Son tan listos que saben lo que piensan y piensan lo que saben. Son tan listos que quieren que los españoles nos conduzcamos a la manera feminista y progresista y nosotros, los españoles, no aprendemos. Es que son unos profesores high level, con sus tesis, sus másteres y yo qué que cosas que han ido aprendiendo en las universidades españolas de postín. Son verdaderamente, los sociolistos, los sociosabios de la nación y entonces van y se juntan con el coletas, que es otro listo, otro sabio para la colección que quiere cambiar el sistema, porque este sistema no le gusta y montar otro más digno y reluciente. Y hacen unos presupuestos de quita y pon, rectificables. Y, ya se habrán preguntado ustedes por qué rectifica tanto este gobierno. Porque rectificar es de sabios. O de sociolistos.  

jueves, 18 de octubre de 2018

Últimamente no creo mucho en la literatura, que es algo en lo que podría creer pues creo que sé escribir y soy lector asiduo de novelas. Bueno, es que últimamente no creo ni en mí mismo ni en la vida que me es dada vivir. Se podría decir que yo no tendría que tener ningún problema (con todo cubierto) pero cuando a mí me da por decir abundantemente "qué rollo", es que algo no anda bien. La vida me parece un rollo, un aburrimiento, un sinsentido, una tristeza, una tortuga que va despacio y encima, tiende a esconder la cabeza debajo del caparazón. Mi proyecto vital, mi mirada al futuro es muy desalentadora. Y el presente no es más bonito. Quizás se deba a una curvatura de mi enfermedad que me tiene en un bucle triste y hay que esperar a algún acontecimiento que haga que se despierte la ola optimista o alegre de la enfermedad pero es que me siento no muy satisfecho con lo que tengo en mi vida y lo que he hecho hasta ahora. Es como la crisis de los cuarenta repetida una vez más. Una que trabajaba de camarera en el último instituto donde estuve y que sabía mi historia, me dijo: "a disfrutar de la vida". ¿Por qué no sé yo disfrutar de la vida adecuadamente? ¿Seré tonto o incapacitado para disfrutar de los placeres de la vida? ¿Será la enfermedad y sus altibajos y sus miedos los que me retienen en un presente triste? Mi hermano Paco ni se preguntaría estas cosas. Mi hermano Paco vive la vida según viene. Yo no soy capaz de vivir la vida según viene, sino que quiero que sea siempre mejor o de otra forma que ni yo mismo me imagino pero no me gusta la vida que llevo.

Si deseas cosas que ni tú mismo sabes qué son, estarás insatisfecho.

miércoles, 17 de octubre de 2018

A la luz lechosa de la madrugada me voy dando cuenta de que tengo que mojarme las ganas en el café con leche de las mañanas. Hoy me he despertado a las cuatro y treinta por una digestión difícil que me ha hecho revolverme en la cama como una lombriz.
No tengo proyecto vital, si proyecto vital es casarse y tener hijos con una mujer. No tengo tampoco otro proyecto vital al casamiento y la paternidad. Ojalá yo estuviera casado y con hijos y así no daría vueltas en la cabeza a este tema un día sí y al otro también. Me consuelo pensando que aunque no sea la norma, hay cada madre y cada padre que no merecen tal nombre.
Yo, si no hubiera sufrido una enfermedad mental y la gente no lo hubiera sabido nunca, quizás sí habría encontrado una mujer con la casarme o arrejuntarme, como se dice ahora, y haber tenido un churumbel o dos. Es lo que tiene sufrir de la mente: que te hace hacer cosas de las que el público en general se entera y dice: ese tío es muy raro y te clasifican de por vida. Aunque los raros, en realidad, somos todos o ninguno.
En fin, tampoco puedo ver mis libros en una librería publicados, eso que hace todo el mundo. Ahora escribe el menos pintado, el que menos te lo esperas escribe un libro. Pues yo no puedo. Aunque un día voy a ir al ministerio de la cosa a preguntar si puedo o no puedo para despejarme esa duda.
No sé siquiera si encontraré a una mujer con la que compartir mi vida. Ya la comparto con mi hermano y a lo mejor es la mejor manera de compartirla. En fin.

Proyecto vital: eso que nos planteamos mientras pasan los días.
Andalucía=PSOE o PSOE=Andalucía. Llevan gobernando los del PSOE esa autonomía cuarenta años con el resultado de unos 4000 millones de euros repartidos de arriba a abajo para que los voten. ¿Se puede permitir este escándalo en una democracia? ¿La compra de votos descarada durante decenios? A nivel nacional, ya sabemos lo que es capaz de hacer el PSOE para alcanzar el poder: de todo. Pero, ¿esta sinvergonzonería que ha habido en Andalucía? ¿No es para tirarse de los pelos y dejárselos en los dedos? Este dinero, en pesetas, es casi un billón. Y resulta que el PSOE se queja de la Gurtel y demás corrupciones del PP. Yo digo: los de la Gurtel y todas esas corrupciones era a título personal. No es justificable tampoco. Lo han pagado caro ellos y Rajoy, al que han sacado del gobierno. ¿No tendría que estar Sánchez esperando otra moción por esto de los Eres? ¿No es una vergüenza que dinero que debería haber pagado parados, sanidad, escuela, etc haya ido encaminado a untar a toda la población para que votaran al PSOE? Tan descarado era que Chaves, el presidente de la Junta de Andalucía dio por todo el morro 10  millones de euros a su hija. Por la cara bonita. Con todo el descaro. Pobre Andalucía. O habría que llamarla, como hace un periodista, ERElucía.

lunes, 15 de octubre de 2018

Hoy me he levantado a las 8: 30. Después de desayunar, he leído la prensa. "El País" dice que vivimos malos tiempos porque la extrema derecha está triunfando en Europa y en Brasil y en España un poquito (Vox). Bueno. El socialismo quizá ya haya triunfado antes o lo esté haciendo tan mal que le salen los extremos de derecha. A ver en qué para todo eso de la extrema derecha.
Después de leer la prensa, he ido al médico a que me mirara unos tapones en los oídos. Me ha mandado unas gotas y me quitarán los tapones el viernes (eso espero). Luego, he ido a la tienda de los colchones a decirle que el día 25 de septiembre encargué un canapé y aún no me lo han traído a casa. La dueña de la tienda me ha dicho que me llamará este mediodía. Luego, he venido a casa y he seguido leyendo "La forja de un rebelde" pero saltándome párrafos aburridísimos que no contaban más que cosas burocráticas de la censura de prensa del Estado. Es de notar que en noviembre del 36, el gobierno de la República se marchó a Valencia y los tanques de Franco estaban en la cuesta de San Vicente. Si no es por los rusos y por las Brigadas Internacionales, la guerra hubiera durado meses. Este libro se está convirtiendo en un rollo. A ver si se acaba pronto.
La vida va avanzando y vamos pasando días, días de paz, días de frío, pues llegó ayer el frío. Se acabó el verano definitivamente. Se acabaron los días de azul intenso. Ojalá vengan las lluvias que es lo que yo quiero.
Hoy como carne que no nos pudimos acabar el sábado en el restaurante de Brunete. Paco pidió que nos lo guardaran en un táper y me lo voy a comer. El día está tonto como un pato que anduviera por la acera de la ciudad. A ver si termina como Dios manda.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Vino por fin la lluvia. He visto menos gente por la calle. Yo solo he ido a comprar pan y me he metido en casa, a leer. La lluvia produce el placer de estar en casa. Me he leído las dos partes de "La forja de un rebelde". Me queda por leer la tercera parte. Mi novela empieza de forma cruel, muy cruel, con un asesinato brutal, pero esta tarde haré que ese comienzo se suavice porque el asesino forma parte de una rueda infame, del esquema del poder en el que él es solo una ruedecita. Haré que el asesino resulte simpático al lector y que el crimen solo sea una especie de espoleta que inicia la acción de la historia, una acción global de explicación política sobre España.
Hay cosas en la política española que son absurdas, que casi hay que tomarlas a broma para entenderlas, como el procés y tantas idioteces que ha parido la política española estos últimos tiempos.
Y así hago en mi pequeña novelita: reírme de tanto despropósito político. Ahora que llueve no tengo excusa para estar en casa escribiendo y creando un mundo absurdo e irreal como el que vivimos hace tiempo.
Yo me había radicalizado un poco hacia la derecha pero ahora veo a la izquierda chapucera y a la derecha quisquillosa y quejica y ya no leo ni un puto periódico porque todo es la misma mierda: no saben gobernar, no saben hacer oposición: solo piensan en las próximas elecciones y en sus propios partidos. España les da igual.
Y además, que España les dé igual da igual. Los españoles vivimos de acuerdo a unas obligaciones y unos compromisos y no somos como los políticos, que los incumplen a la primera de cambio. Menos mal que los ciudadanos somos fieles a nuestras esencias. Ojalá no nos manejen unos políticos como han hecho con los catalanes esa ralea de sinvergüenzas que han fracasado y siguen erre que erre con personajes viles como los fugados y el presidente actual de la Generalidad. Menuda pandilla de filibusteros.

martes, 9 de octubre de 2018

Ayer fui a Madrid con mi hermano y lo pasé bien paseando por las calles. Estuvimos cerca de la glorieta de Quevedo, lugar por el que pasa mucha gente diversa. A lo mejor es a causa de la diversidad de las gentes que veo por lo que me lo paso bien en Madrid. Es como si mi espíritu se esponjara o se hiciera más ligero al ver tanta gente quizás como yo, peor que yo o mejor que yo instaladas en la vida. Y así, juzgando por el aspecto de la gente que veo pasar, se me pasa el rato amablemente porque me gusta mucho observar a las personas. También me gustó mucho hablar con mi hermano mientras andábamos, coincidiendo y sacando a relucir ideas que yo no pensaba que mi hermano pensaba. La diversidad de gentes también hace aflorar comentarios la mar de entretenidos y útiles, además de recuerdos, vivencias pasadas que surgen al ver una cosa novedosa, al recapacitar sobre algún asunto llevados por la visión de algo o de alguien, una crítica, un refrán que se cruza en la conversación como si fuera la clave del buen vivir o lo más razonable que tendría que ocurrir en el mundo para que este fuera justo y no como lo es. Aunque siempre derivamos los dos en que las cosas que ocurren es que tienen que ocurrir y nadie es quien para que no ocurran. Hay mendigos en nuestro camino, chicas guapas, señores trajeados, parejas enamoradas, despistados, enfermos mentales, gordos cuyo problema precisamente es su gordura, revolucionarios de camisetas gritonas que no hacen la revolución quizás porque no existe ya tal posibilidad; siempre, en Madrid, te encuentras todos los tipos posibles, del oficinista al empollón, del pasota al niño pijo, todos con su uniforme que salta a la vista, todos haciendo su papel. Comimos, nos tomamos una coca cola hablando de lo que sabemos acerca de los escritores latinoamericanos y cogimos el autobús de vuelta a casa. Un buen día pasado en Madrid.

lunes, 8 de octubre de 2018

Dice la sabiduría china que si estás tres días sin leer nada, la mente se te embota, se pierde agilidad mental. Hoy voy a Madrid con Paco a comprar un libro de Psicología. Ya tendré en qué entretenerme hasta febrero que me examine de ese libro. El libro se llama "psicología de la motivación" y espero aprender cosas prácticas de él.
Me he puesto gordo estos días y la única manera que puedo bajar de peso es pasear.
En una casa de fados está Juan Arcos de Villena y un hombre descarga en su cabeza el cargador de su pistola. Así empieza mi novela del matón. Luego transita la historia por caminos menos violentos.
Tengo que crear para mí un horario. Esta determinación me salvaría de hacer el oso durante el día y cobraría algo de lucidez e importancia. La importancia de estar haciendo algo de tal a tal hora.
Mientras tanto, seguiremos esperando, como dice la canción. ¿Qué es lo que podemos hacer?
Cuando se ha recorrido todo el mapa de la decepción y se ha salido adelante, se sabe qué hacer con el tiempo.
Hay que poner en marcha el reloj y saber lo que se hace con las horas, porque si no, la mente se despista, se inhabilita para la función que está creada.
En tanto que de rosa y azucena, decía el verso clásico.

jueves, 4 de octubre de 2018

El objeto de este blog es pasar un rato. Al final he ido a Las Rozas y he vuelto andando, no en autobús. Si no hubiera ido, me habría lamentado ahora de no haber ido. He matado una o dos horas sentado en el Rodilla y luego, andando de vuelta. No he visto cosas excepcionales sino gente que pasaba. Me he sentido un poco solo, con la sola compañía de mi hermano, a la vuelta. Pero he matado un rato largo de mi estancia en la Tierra y he hecho ejercicio. Grasa que no se quema queda dentro del cuerpo y es malo.
He estado esta mañana mirando y remirando mi novela. No es muy buena pero puede mantener la atención lectora porque hay numerosos cambios en ella, muchas situaciones nuevas que captan la curiosidad cuando se lee. La tengo que acabar de todas maneras y no voy a tener mucho miramiento en buscarle un final adecuado. Me interesan más las otras dos historias que tengo también sin acabar. Creo que están mejor hechas. Esta historia del matón la escribí un poco para pasar el rato y surgió muy espontáneamente de mi cabeza, sin mucha reflexión. La acabaré también sin mucha reflexión, a la buena de Dios, a ver qué me sale.
La vida también a veces discurre sin mucho sentido, sin saberse bien a dónde va, como si la escribiera un borracho o alguien que se distrajera con nuestros avatares, riéndose a carcajadas al vernos en situaciones penosas. Pero luego, pensamos que esos momentos que tuvimos de verlo todo negro tenían un sentido que vamos descubriendo después.

La vida se estira y se encoje como un acordeón: unas veces es dulce y cercana y otras no parece nuestra de lo lejos que está de nosotros.
Esto que escribo no tiene más sentido que pase un poco de tiempo hasta que me vaya a Las Rozas, así que da un poco igual de qué escriba. Ya no voy a la asociación de enfermos mentales. Me parece ya un camelo del que participamos los que vamos, haciendo bulto, en beneficio de los que cobran de la asociación, que no sé muy bien quién son. A mí ya no me conviene ir. Ya no saco nada en claro. Ya no me ayuda la gente que hay allí sino que sirven solo para luego discutir de ellos. Hubo un tiempo en que estaba bien, venía gente nueva y tal. Hoy en día es una excusa para perder el tiempo a base de bien.
Me molesta este tiempo. A la sombra te quedas frío y al sol te cueces. Puedes coger un resfriado muy fácilmente. Quiero que se quite ya este manto solar de una vez por todas.
En Las Rozas habrá lo de siempre. Me sentaré en Rodilla a ver pasar gente. Me siguen sudando las manos y no estoy del todo bien, del todo sereno y a gusto.
Si escribo este blog y voy a Las Rozas, parecerá que hago algo, útil o inútil, pero hago algo, y a lo mejor, me puedo dar por satisfecho.
Voy leyendo "La forja de un rebelde". Es lectura que se pega y da gusto leerla. A ver si la acabo y me leo otro libro igual de bueno.
No estoy del todo bien pero si hago algún esfuerzo por pasar el día de modo más o menos productivo, puedo darme por satisfecho.

Cuando estás mal, cualquier esfuerzo te parece mucho.
Estos días me levanto con la boca seca y la garganta rasposa y lamento haber fumado tanto el día de antes. Ando por la casa y me siento lento de mente y de cuerpo. Lo que me espera hoy no es gran cosa, pero aún así, lo veo difícil. No tengo ganas de vivir este día. Si pudiera pasarlo dormido todas las horas, me lo pasaría. Estoy deprimido. Pienso, mientras me fumo un cigarro que me consuela del estado lamentoso en que estoy, en escribir las novelas, en ir a Madrid a hacer unos recados y me parece demasiado.
Pienso también, en forma de obsesión, que no me sería posible ganarme la vida en estas condiciones. Luego pienso que por eso me dieron la pensión, porque yo era un enfermo de la mente, pero no me consuelo. Solo me consuelo fumando cigarros. Pienso en el dinero que tengo ahorrado y aún así, no se me quita la obsesión: no valdría para trabajar en estas condiciones de abatimiento y depresión. No paro de pensar en ello. Luego, pienso en mis novelas; no sé si tienen la suficiente tensión narrativa en su interior como para interesar a un posible lector. Pienso en leerlas y ver si tienen esa tensión, pero mi mente no me deja centrarme en su lectura. Solo de pensar en su lectura, mi mente se cansa.
Me sudan las manos y la primera novela que quiero acabar está sobre la mesa, pero no me animo a leerla, a ver si es buena. Y me quedan tres por acabar. Tendré que esperar a estar en mejores condiciones para ponerme a la tarea. A lo mejor mis novelas me darían de comer; o sea, las publicaría y se venderían bien y me reportarían un dinero, pero ese pensamiento y ese deseo se ve pronto arrasado por un pesimismo hondo: mis novelas no valen nada, no las puedo publicar.
He leído el periódico gratuito muy por encima pues no me centro en nada. He tomado un café para hacer tiempo. He visto a mi madre. He vuelto a casa y la novela del matón (porque el protagonista es un matón a sueldo) sigue quieta e intacta a mis ojos de lector crítico. Además, tengo que ir a Madrid por recetas y  por un libro de Psicología y no tengo fuerzas ni para pensar en hacerlo. Me siento como atrapado en una mente perezosa y lenta, cansada y apática que cualquier cosa que piensa, le echa para atrás.
A ver si este fin de semana me recupero y empiezo a hacer cosas que me entretengan aunque no valgan para nada más que para matar el tiempo. A ver si me monto un horario de hacer cosas y esta maldita depresión se va lejos. Me sudan las manos. La angustia no ha aparecido aún pero me canso de estar en este estado.

martes, 2 de octubre de 2018

Este asqueroso sol de octubre me pone nervioso. No llueve, no se nubla el maldito azul del cielo. Me gustaría que lloviera por fin, que cayeran inmensas cortinas de gotas gordas y mojaran el suelo de asfalto y la tierra y el césped. No sé dónde he leído que este otoño iba a ser lluvioso. ¿Y cuándo empezará a llover? Estoy hasta los cojones de veranos que empiezan en abril y terminan el 30 de octubre. Que asco de días de sol, todos iguales, todos terribles y paralíticos, no se mueve nada en el cielo, ni una puta nube lo oscurece.
Me levanto tarde porque no trabajo y ya está ahí el sol y el cielo azul como dos compañeros torpes que no paran de darse compañía todos los días. No llegan las nubes ni el agua, no llegan los nublados que tanto bien hacen al espíritu. Está ya uno harto del mismo espectáculo sordo y feo de calor y sol, calor y sol.
Es como ver todos los días la misma puta película: añil deslumbrante y amarillo de ictericia en el cielo. Todos los putos días. Todos los putos días. Ya no veo ni la previsión del tiempo. No amanece con lluvia ningún día, solo esta sábana impenitente y cegadora siempre, siempre, siempre.
Qué ganas de que llueva y de que haga frío y dejemos el verano atrás, esos días sucesivos y asquerosos de calor. Y que todo el mundo se meta en casa y deje de hacer el gilipollas por la calle.
!Dios! Qué ganas de que llueva.

lunes, 1 de octubre de 2018

Los cambios de estación son malos para los enfermos mentales. Estamos pasando del verano al otoño y yo lo noto: estoy deprimido. No tengo ganas de hacer nada. Es como una especie de cansancio de la voluntad. Tengo una expresión neutra en mi rostro que transmito a los demás, de tristeza, de desgana, de abatimiento. También estoy un poco nervioso. No sé qué hacer durante el día y eso me pone nervioso. He ido a andar a Las Rozas a ver si se me pasaba pero no se me ha pasado. Otras veces que he estado así, me he tumbado en la cama y no he hecho nada y he procurado no pensar en nada, no pensar en cosas malas, en cosas negativas.
No noto que sea alarmante este estado de mi mente y de mi ser pero me impide hacer cosas porque no tengo fuerzas para hacerlas. Se las encargaré a Paco. No tengo ilusión por vivir, todo me parece sin sentido. Días atrás, tenía unas pesadillas muy malas en medio de la noche y durante el día, no veía sentido a mi vida ni a la de los demás. Todo me parecía una ilusión, como en la obra de Calderón, "La vida es sueño". Estaba cansado, estaba medio irritado y solo deseaba que se le llegara la noche para dormir.
Voy a ver cómo gestiono este estado mental. Parecería cómico decirlo así, pero voy a gestionarlo tumbándome en la cama y descansando mentalmente de todo lo que me rodea y pienso, para no pensar en nada y no hacer nada.
Quizás si no pienso ni hago nada, volverá mi cabeza a su sitio natural.