martes, 31 de marzo de 2020

No bien la rosada aurora tocaba el cielo con sus dedos y los pájaros cantaban sus notas melodiosas sujetos a las altas ramas de los árboles... No , así no. El sol salía para todos y todos estaban en la misma línea. Así amanecemos todos los días en casa los que nos quedamos en ella y solo un rayo de luz que pasa por la ventana nos despierta. Luego, a ver la tele cómo ha ido este día la desventurada cifra de muertos (ancianos casi todos, ancianos me los imagino desorientados en su última hora. Recemos por ellos y por que pronto el número de infectados se vaya reduciendo y así poder estos ancianos tener una atención como les corresponde), nos asomamos a internet a ver cómo va la gestión de la crisis, cómo los sanitarios luchan contra el virus como buenos profesionales que son, nos aburrimos a ciertas horas, salimos a aplaudir a esos sanitarios, cenamos y nos acostamos con la esperanza de que esto vaya disminuyendo, que rija cierta lógica en lo que se hace, que cada vez haya menos sufrimiento, que haya menos muertos, que los contagiados sean los menos que ayer y que todo el mundo obre con verdad, con coherencia y con caridad.
Hoy llueve. Llueve con una lluvia mansa pero paciente en el tiempo, Llueve como nunca lo hacía. Desde esta mañana temprano mezclada con la nieve. Como es lo que pedí a los Reyes Magos, me hace ilusión. Me imagino esta lluvia cayendo sobre la masa exagüe de los pantanos. Si lloviera así durante tres o cuatro días, me daría por conforme. Los suelos se mojan y la naturaleza disfruta de este agua fría de finales de marzo que cae como una bendición.
La pena es que no va a durar mucho. Yo tampoco quiero que este gobierno mentiroso e ineficaz dure mucho. Ojalá haya fuerzas políticas que hagan que la mafia PSOE-Podemos se vayan a mentir y a engañar a otra parte o que ya no valgan ni para dirigir un kiosko pipas.
Yo les daría a cada ministrilla de estas de la igualdad y del feminismo mal entendido un kiosko de pipas a ver si lo sabían dirigir y a Sánchez le daría un puesto en la telefónica para que allí engañara a los clientes si ese es su afán. Y a Iglesias le daría pasaporte para Venezuela y que allí gestionara el hambre: su hambre.
Hay una política que pide perdón a los mayores por la manera en que han sido tratados en esta crisis. La verdad es que nuestros mayores no se merecían haber muerto en esas condiciones. Recemos por ellos cada día y pensemos que ya nada se puede hacer por los mayores más que pedir perdón y rezar por ellos. No son un número sino la vergüenza de una nación que no ha sabido prever todas estas desgracias que son sus muertes en soledad.
A mí lo que no me gusta es la gestión de esta pandemia. Creo que estamos lejos de atajarla. Creo que nos tiraremos hasta mediados de mayo para acabar con ella. Yo no soy de esos que piensan que esta crisis sanitaria o pandemia nos va a transformar o vamos a ser mejores personas que no nos interese el dinero después de pasarla y nos interesen más los valores humanos o que valoremos más la cultura y esas cosas que se dicen: que la crisis es una oportunidad.
Esta pandemia es una jodienda que traerá consecuencias graves. A mí lo que me jode del todo es que hay partidos a los que les gustan estas crisis para que la gente les vote porque no hacen más que airear el sufrimiento y el dolor. El sufrimiento y el dolor hay que paliarlo, eliminarlo si podemos pero no airearlo para sacar tajada política. Son los del bocadillo fantasma, son los que te dicen constantemente que hay gente pasando hambre mientras ellos comen de lo mejor y no dan de alta a quien los ayuda. Son los que persiguen el comunismo, ese fantasma de los millones de muertos que recorrió Europa. Son los que se aprovechan del sistema y luego te dicen que el sistema falla porque los obreros ganan poco.
Pero luego está ese partido mafioso que es el PSOE, que de lo público hace puñados de amigos que les votan. Vaya mierda de izquierda tenemos en este país.
Gran oportunidad para Podemos de "politizar el dolor". Según esa gente, buscan desestabilizar el sistema para luego crear su sistema. Hay que ser rastrero para desear que algo se destruya para luego sacar tajada política. Así, odian a los que crean riqueza mientras ellos no se bajan el sueldo o no dan a sus empleados ni la seguridad social. Berrean como niños a los que se les quita el juguete: el juguete es salir a la calle quejándose, insultar a todo el mundo llamándole fascista, criticar actos generosos, decir que la "gente" les apoya, cuando esa gente es de lo peor de la sociedad, igual que ellos. Yo conozco varias personas que los votan: son gente ruin, inculta, que siempre quieren tener razón a costa de quitársela a su interlocutor por medio de descalificaciones. Esos son los de Podemos: tan cerriles como los dirigentes de ese partido político que, a mi parecer, no ha hecho más que daños en la sociedad. Podemos pretende partir la sociedad, beneficiarse de lo mal que están unos para crear desestabilización en vez de ayudarlos. Quieren que España (esa palabra que nunca dicen) se parezca a Venezuela y luego, ellos chapotear en la mierda que están creando. Así que esta crisis sanitaria la van a usar para insultar, traficar con el dolor ajeno (ellos no sufren), desear todo el mal a la sociedad española y seguir disfrutando de sus sueldos. De hecho, son los más ricos de todos los políticos.

lunes, 30 de marzo de 2020

Día 16 de encierro. Yo me dispongo a oír a un profesor mayor que relata la historia de la literatura española de forma amena. Cada uno se busca los trucos para pasar la cuarentena como sea. Mi novela no va, no me encuentro con ganas de inventar una vida para el personaje principal; no sé si después de la cuarentena me vendrán ganas, seguro que sí. Mi personaje será de lo más insólito por la elección vital que hace en esta vida tan poco espiritual, tan materialista. Es lo único que sé.
La vida va pasando entre cuatro paredes solo rota para ir a tirar la basura o para ir a comprar.
No se ven en Majadahonda ni guardia civil ni policía. Paco ha ido hace poco al Dia a comprar. Luego tiene que ir a sacar el coche del garaje y aparcarlo porque se nos ha acabado el alquiler de la plaza de garaje.
Da mucha pena todo esto. La mala gestión, el desprecio que hace el presidente de las otras fuerzas políticas, la injerencia comunista de un líder cuyo ejemplo a seguir es la Venezuela dictatorial, la falta de elementos indispensables para la práctica médica, etc., etc., etc.
Menuda mierda nos hemos tragado con este gobierno chapucero. Ojalá todo remonte a pesar de ellos y toque a su fin pronto.
Ya digo: para mí lo peor son esos ancianitos desprotegidos y solos. Recemos por ellos.
Este gobierno se cae. Está desbordado. Se buscan responsables por lo del 8M y allí aparecen los que están llevando la responsabilidad de esta crisis: Sánchez, Simón, etc., que con diez avisos de no promover aglomeraciones, promovieron aglomeraciones. La Calvo no ha dado la cara. Irene Montero no se siente culpable de nada y no pide perdón. Iglesias se salta la cuarentena hasta 4 veces.
Este gobierno, según dice "El Español", tiene 7 razones para sobrevivir tras la crisis pandémica: una de ellas es el montón de periodistas dispuestos a echar la culpa de la crisis a Rajoy y sus recortes todos los días del año. Pero "El Español" acaba diciendo que los numerosos errores y desprecios que ha hecho este gobierno los debería pagar. Y los pagará.
En el horizonte están los hombres de negro que asumirán el control de la economía tras la crisis.
Pero lo más duro es ver cómo unos ancianos mueren sin ayuda, en soledad completa, en centros de mayores y hospitales. Ojalá haya habido, en casos de estos, personal que haya aliviado la angustia de estos mayores que agonizaban solos. Una enfermera, un médico, cualquiera que hiciera estos momentos finales más dignos para el anciano.

Si en un momento delicado, lo haces mal, todo son críticas.

domingo, 29 de marzo de 2020

Estoy estos días siguiendo las enseñanzas de literatura y de geografía españolas de Carlos Herreras. Es un tipo muy simpático que va lección por lección dando un ejemplo de amabilidad, sentido crítico y sabiduría sobre temas como el romancero viejo, Lorca o los ríos españoles. Me ha hecho pasar estas tardes aburridas el tiempo de manera sutil y amena. Es un tipo gracioso, con donaire y chispa en las explicaciones. Siempre se aprende algo de él y la manera de contar es de lo más ameno.
He leído que van ya 15.000 altas en los hospitales de Dios. Es una muy buena cifra. Ha habido un señor de 84 años que se ha salvado y ha vuelto con su familia. Roguemos por los enfermos ancianitos que sufren solos la enfermedad. Ojalá las enfermeras les hagan pasar más amablemente el trago final de sus vidas.
La vida es como una caja de bombones: no sabes qué te va a tocar vivir. Yo debería estar dando gracias a Dios en mi encierro por no tener a nadie de la familia con el virus.
Este blog hace que pase el tiempo más ameno, escribiendo un articulillo o dos a la semana o al día.
Por último, diré que mi novela no va. Tengo ideas acerca de ella pero no me meto en ella por miedo a estropear lo que ya hay escrito.

Recemos por las almas de los viejecitos y por aquellos que también han muerto cumpliendo su misión en la vida como policías o médicos o enfermeros.
Al final, no he tenido que hacer la tortilla de patatas sino que hemos comido unos garbanzos hechos de otro día. Luego, me he tumbado nada más después de comer y allí, en el lecho, he olvidado por unos momentos la situación hostil que me amenaza.
No puedo dar el paseo dominical a Las Rozas. Tampoco me da por pasear por el pasillo, como hacen todos los que oigo por la radio cuando los entrevistan.
Esto del coronavirus va para largo, para mediados de mayo, supongo. No sé cómo pasaremos tantos días de inacción.
Ayer fui a la compra y traje dos bolsas llenas y pesadas desde el supermercado. Como no estoy hecho a esfuerzos, hoy me duele un costado.
Ya digo: no sé cómo pasaremos estos días de gobiernos y virus pero los pasaremos y lo primero que haré al salir de esta es dar un paseo a Las Rozas y también me vendré andando para ver la maravilla de mis piernas ir una al frente de la otra, ejercicio que no he hecho desde la aparición de esta peste.
Pero ya llevamos 15 días de encierro por orden del gobierno y eso ya es mucho. De aquí en adelante todo será bajar una pendiente donde empezarán las buenas noticias a recorrer los periódicos, las radios y las televisiones.
Pobres ancianos que han muerto en residencias casi sin atención, pobres ancianos muertos en los hospitales sin poder ver a su familia en los instantes finales de su vida. Recemos por ellos.
Las enfermeras y los médicos han escogido esa vocación para curar y son profesionales que se ven en estas ocasiones tan duras. Recemos por ellos.

Ahora que he leído el horóscopo, que me dice algo sobre mi familia política, y leído la portada de El País, debo concentrarme para ponerme a hacer una tortilla de patatas de tres huevos. Si mi hermano supiera cocinar, ejercicio doméstico al que siempre se ha negado, podría hacer la tortilla y librarme a mí de tal encomienda.
Todo es hablar del coronavirus en los periódicos. La crisis que está creando, los errores del gobierno, la pesadilla económica que seguirá a la erradicación de la pandemia, los parados, los despedidos. Pero sobre todo, hay una consigna: quédate en casa.
Quedarnos en casa y solo salir por comida es lo que hemos hecho mi hermano y yo. Largas tardes de aburrimiento viendo videos de You Tube, largas mañanas fumando y viendo TV, leyendo novelas, aburriéndonos en el sillón; yo me tumbaba en la cama algunas veces y me daba por meditar: cuándo acabará esto, el techo necesita una mano de pintura, hace sol, hace viento, está nublado...
Y así se está pasando este inusitado ataque de un ser vivo minúsculo que tiene a bien meterse por nuestros pulmones y hacernos la vida difícil. Hoy domingo ya llevamos 15 días de confinamiento. Creo que llevar 15 días encerrado significa algo bueno. El virus tarda 14 días en salir de nuestro cuerpo. A lo mejor, lo peor está pasando ya y vienen días de esperanza y de pensar en salir al campo y pasear y divertirse en una terraza.

sábado, 28 de marzo de 2020

Ya llevamos 14 días de confinamiento este sábado. Mañana domingo yo lo siento como una curva de 15 días en que, si no me equivoco, todo irá amainando. El virus está 14 días en el cuerpo. Los que primero lo padecieron, ya lo deben haber soltado. Leo y me informan de que los casos de curaciones aumentan mucho todos los días a partir de ayer o antesdeayer.
Fue una señal el hecho de que los chinos que en Majadahonda tienen una tienda de alimentación se fueron a casa y cerraron las tiendas tres o cuatro días antes de la declaración del estado de alarma. Quizás conocían. Bueno, seguro que conocían cómo estaban pasando la crisis sus compatriotas chinos y se adelantaron. Los últimos días antes de cerrar, todos estos chinos atendían con guantes y mascarillas. Sabían más que nosotros, por lo tanto.
Yo no entendía esta postura hasta el viernes cuando Sánchez anunció el decreto de alarma pero vi como un anuncio de unas personas que sabían cómo actuaba el virus y que ya tomaban medidas. Sin embargo, aquí, el domingo 8 de marzo, en España había demasiados abigarramientos de gente que nadie quiso ni supo evitar.
Creo que fue hace dos meses cuando el enemigo era el CO2. CO2 por aquí y CO2 por allá. La ecología se nos metió a todos en la cabeza y no sabíamos hablar de otra cosa. Y del plástico. Y de los osos polares, etc., etc. Todo porque Madrid acogió no sé qué encuentro de países de todo el mundo que hablaron de estas cosas.
Ahora la preocupación es la sanidad. La salud, la sanidad, los hospitales...
Yo creo que ante esta avalancha de personas infectadas por un virus hay que dejar trabajar a los profesionales, dotarles de lo necesario y poco a poco, aunque sean días los que pasarán, irán haciendo desaparecer la pandemia o la pandemia se irá sola por efecto del calor, nadie sabe muy bien. Pero deberíamos hablar menos, yo creo.
Como pasó con lo del CO2, que se habló mucho de la ecología y fue una moda efímera o una forma de insistir en lo mismo, pues ahora igual. No sirve insistir en lo mismo, sino quedarse en casa, informarse normalmente y dejar que pase el tiempo sin meterse en diatribas políticas que a nada conducen.
Yo me metido en una diatriba en este blog sobre las responsabilidades de unos y de otros y de echar la culpa al que no la tiene, etc. pero ya se me ha pasado. El que tenga poder, que haga uso de él para mejorar la vida de los ciudadanos y el que quiera escurrir el bulto, que no lo haga fácilmente.

viernes, 27 de marzo de 2020

He leído el libro "Mario Benedetti. Un mito discretísimo." de Hortensia Campanella. Lo he leído saltándome muchas páginas, muchos párrafos. El principio me ha resultado interesante pero cuando Benedetti se dedica a la política, ya es un rollo de nombres y títulos de libros y de artículos para la prensa que aburren un montón. Su poesía no me gusta, parece prosa. Tengo un libro de poesía suyo y no me gusta. Sí que me gustó "La tregua", novela como un diario que cuenta el enamoramiento de un oficinista de una chica más joven que él.
Yo veo que este hombre dice que ha sido un exiliado. Lo que realmente ha sido, a mi parecer, es un viajero. Ha viajado a donde le ha dado la gana viajar: Cuba, España, etc.
Benedetti estuvo muy relacionado con la revolución cubana y las ideas de izquierdas.
En un párrafo de Benedetti se asegura que Jesucristo es el vaticinio de Marx. Eso yo no me lo creo. No tienen nada que ver Jesucristo con Marx porque uno es espiritual y el otro es material y encima, niega a la religión y a Dios.
Lo que sí que dijo Cristo es que vendrían al mundo falsos profetas como Marx, Nietzche, Hitler, etc. Y de ahí vino la miseria humana del nazismo y del comunismo asquerosos los dos.

jueves, 26 de marzo de 2020

El otro día salió el "cómico" de la izquierda por excelencia echando la culpa de esta crisis al gobierno de Rajoy (los recortes). Bien sabe ese cómico para quién trabaja. Pero también lo saben los plumíferos del Psoe y de Podemos que tienen que lavar la cara de este gobierno socialcomunista feminazi y jiliprogre.
O sea: se trata de poner en marcha el ventilador y acusar a la derecha de todo el problema sanitario que hemos tenido.
Espero que la gente no sea tan tonta de dejarse llevar por esta ola demencial y mentirosa y sepa quién ha sido culpable de esta crisis sanitaria: los del Psoe y los de Podemos y sus manifestaciones contagiosas.
El País, de la mano de izquierdistas como Almudena Grandes ya están engrasando la mentira de los recortes y que el asunto del coronavirus sea como otro Prestige que, sin comerlo ni olerlo, se trague la derecha.
Espero que los dirigentes de la derecha no se arredren y sepan contraatacar esta campaña de desprestigio falsa y asquerosa.

lunes, 23 de marzo de 2020

En el ABC de este domingo se preguntaba a varios escritores cómo llevan esto del confinamiento. Unos decían que lo llevan bien porque para escribir sus historias hacen precisamente esto, meterse en casa. Otros decían que tenían varios proyectos y que estaban metidos en ellos. Otro hablaba de que la gente sale sola a la calle, que hay mucha soledad en este asunto del coronavirus. Otros decían que nos han quitado derechos fundamentales, etc., etc.
Yo ando con un proyecto y estaba estos días bloqueado porque no sabía cómo continuar mi historia. Le he dejado a Paco que lea lo que llevaba escrito y le ha gustado mucho. Espero que pueda continuarlo unos de estos días a ver qué sale.
Hoy no me he echado la bendita siesta que me deja inconsciente de las horas por un rato pero tampoco he podido ponerme a escribir. En fin.

Bueno. Cada maestrillo tiene su librillo y yo me pongo a dar vueltas a personajes y argumentos hasta que me dé por hacer algo.
Ayer por la noche salió en la sexta José Miguel Monzón y Jordi Évole a ver si había manera de darle la vuelta a la tortilla a esto del coronavirus y echarle la culpa a la derecha. Para ello, este cómico (que a mí no me hace ni maldita la gracia) recurrió a hablar de los recortes y de la privatización de la sanidad pública. O sea, que se remontó al gobierno Rajoy. Pero yo le preguntaría a ese cómico: ¿qué es peor: la política del derroche llevada a cabo por Zp o los recortes? ¿Qué es peor: 5 millones de parados o una reforma laboral? ¿Qué es peor: 50 aeropuertos sin aviones o la política de austeridad que hicieron posible a España superar la crisis?
Ahora, los titiriteros de todo a cien de la izquierda tienen que hacer un esfuerzo en contra de las caceroladas que se dan a las 9:00 de la noche en contra de este gobierno. Tienen que construir un relato para el poder y ya le están construyendo diciendo que Rajoy fue muy malo y por eso hay pocas camas en los hospitales.
Pero igual que José Miguel Monzón se remonta a la era Rajoy de los recortes, yo tengo a bien remontarme a la era Zp del derroche sin fin. Y acaso, ¿no había que pagar el paro a esos 5 millones de parados? Creo que sí pero el estado estaba lleno de facturas sin pagar. ¿Cuál ha sido la causa de tanto recorte? ¿Es que los recortes nos afectan hasta el día de hoy? ¿Y cuando Zp tiró de la cadena porque ya no había más dinero que gastar y se fue a ver a su amigo Maduro? ¿Eso no es causa de los recortes?

domingo, 22 de marzo de 2020

Con este asunto del coronavirus me he dado cuenta de que la vida puede estar más limitada de lo que imaginaba yo. Mira que yo pensaba que mi vida no salía de un circuito aburrido de horas que pasaban iguales unas a otras. Cuando escribo, creo personajes a los que le pasa esta circunstancia: que su presente es muy repetitivo y falto de interés. Lo que sucede es que a mis personajes sí les cambia la vida de una manera u otra (porque si no, no habría conflicto o historia) pero mi persona no sale de ese círculo triste del día a día contemplando los mismos paisajes (si se pueden llamar paisajes a una serie de puntos urbanos repetidos) y creo que la creación literaria me sirve para romper esa rutina o para olvidarme de esa rutina al crear una historia.
Pero mira por dónde, veo que aún se puede limitar ese circuito cerrado con el decreto de estado de alarma y la confinación de que soy víctima.
Yo me lamento muy interiormente de que no viajo, de que no conozco gente ni cosas nuevas, de que no salgo de Majadahonda, etc. pero me voy dando cuenta de que es así el paso del tiempo o de que el paso del tiempo se manifiesta así en algunas personas: te vas confinando a una serie de lugares, de personas y de actos.

Ayer por la noche mi hermano y yo vimos los 40 últimos minutos de la película "Descubriendo a Forrester". Sean Connery hace de Forrester, un escritor aislado y triste por la pérdida de toda su familia al que un chico negro del Bronx se le acerca y se hace su amigo. Este chico está en un colegio en el que dan clases llamadas aquí en España "talleres literarios". Resulta que este chico es muy bueno creando textos bonitos con ayuda de las palabras (lo que se llama literatura) y a la vez, ayuda a Forrester por alentar en él una amistad en el desierto de vida que lleva. Además, este chico le sirve de coartada en una ocasión para no salir a luz pública.
Cuando Wallace (el chico negro) comete una serie de errores en su colegio que le impiden seguir estudiando allí, Forrester rompe su soledad y da la cara por este amigo y el chico se salva de volver al arrabal.
Yo me pregunté, después de ver la peli, qué estructuras mentales hacen que una persona logre crear belleza por medio de las palabras. Si esas estructuras son innatas o adquiridas a través de muchos ejercicios literarios, si hay personas que tengan en su cabeza el ritmo del idioma que hablan, de modo que saben cómo combinar las palabras para que el texto creado con ellas suene bien.
Pasa lo mismo con una canción: enseguida vemos si es buena si la gente que la oye la presta atención y luego la repite.
Hay gente que a fuerza de medir y sopesar plabras adquiere un estilo literario mientras que otras personas parece que ya nacen con esa medida de las palabras en su mente.

sábado, 21 de marzo de 2020

Yo creo que un experto en algo primero mira qué ha pasado con ese algo en el primer país en manifestarse, luego mira en su entorno y luego toma medidas. Pero no se tomaron.
Ya es tarde. Ahora lo que hay que hacer es estarse en casa lo más posible hasta que este virus desaparezca de nuestras vidas.
Ya llevamos mi hermano y yo, como todo el mundo en España, el 7º día de confinamiento en casa.
Dice mi hermano que a principios de abril, los chinos ya tendrán la vacuna. Ojalá. Que sea así. Sería el fin de esta situación tan lamentable.
Yo escribo, leo, doy paseos por casa, tiro la basura y así huelo un poco el aire libre.
Los lunes, vamos a comprar para toda la semana.
Este martes comeremos boquerones fritos y el miércoles, lombarda.
A veces, me entra la desesperación pero se me pasa.
La vida nos depara sorpresas.
Hoy la vida me gusta mucho menos, pero siempre me gusta vivir, me parece que es un verso de alguien famoso. Viviremos pues.
He mirado en google "coronavirus en Alemania" y solo llevan en ese país 44 muertos y muchísimos menos contaminados que aquí en España. Luego he mirado en YouTube un tipo que saca declaraciones de supuestos expertos en epidemias diciendo que en España "solo habría tres o cuatro casos". Luego salía Lorenzo Milá diciendo que lo del coronavirus era como una gripe y que había demasiado alarmismo. Luego he visto a la Grisso animando a ir a la manifestación del 8M y también a otra satélite de la izquierda animando a lo mismo. Luego, salía una imagen de las mujeres de izquierdas voceando: "si tocan a una, nos tocan a todas". Yo creo que si se racionalizara lo de las muertes de género en vez de hacer política con esas muertes, otro gallo nos cantaría. Aparte de esto, ¿cómo puede ser posible que un supuesto experto en epidemias siga al frente de parar la epidemia cuando no tomó medidas como hicieron en Alemania y no avisó a tiempo del potencial mortal del virus? ¿Ese es el experto en epidemias que tiene España? ¿Es lo único que tiene España respecto a epidemias mortales un tipo que dice que solo habrá 4 o 5 casos? La verdad es que la ciudadanía española no se merece tanto lerdo dirigiendo la nación. Otro caso es el de los de Galapagar: uno con coronavirus y otro saltándose la cuarentena. Hacen las cosas inmejorablemente mal para que la gente los tenga asco. Pero como es la izquierda la que hace estas cosas... pues todo vale. Si esta epidemia coincide con un partido de derechas en el poder ya habría habido una jauría de la izquierda en contra del gobierno para echar la culpa a las derechas y ocupar el poder. La izquierda, que se sepa, no hace más que politizar todo, convertirlo todo en la puta política y así nos va.
Ya es tradición que la izquierda nos hunda en la quiebra económica. Pues esta vez, por improvisación, por hacer que "la política de las mujeres" triunfara, vamos a ir rápido a esa quiebra.

viernes, 20 de marzo de 2020

No hay mal que por bien no venga. Hay que aplicar este dicho sobre el coronavirus al haber paralizado el tráfico y llegar a unos niveles de CO2 en el ambiente más normales. He leído en el periódico que en China dejarán de morir 77.000 personas de muerte prematura por ese hecho. Otra cosa es la preciada vacuna que persiguen los dos gigantes, China y EEUU para parar la pandemia.
Una china llamada Chen, que es comandante del ejército, especialista en guerra bacteriológica y no sé que cuantas cosas más, está luchando por encontrar la vacuna contra el coronavirus, mal llamado "virus chino".
En China se construyeron 16 hospitales en tiempo récord y ya parece que han alcanzado el famoso pico en el que son más los curados que los enfermos por el virus. La disciplina de la población china, puesta a prueba, hizo que la pandemia no llegara a números alarmantes.
Se diagnosticó por la OMS que el foco estaba en Italia en vez de en China cuando los infectados en ese país superaron a los infectados del país oriental.
Llevamos ya el 6º día de confinamiento. No quiero saber cómo ha sido en el norte de Italia el confinamiento. Los italianos también están dando un gran ejemplo de disciplina.
Urge la vacuna para acabar con esta pesadilla asquerosa.
La lectura, la televisión y las canciones de la radio nos hacen llevaderos estos días tristes.
Lo que estuvo mal en España fue la manifestación del 8M. A cualquiera se le hubiera ocurrido prohibirla, menos a estos gobernantes de medio pelo que tenemos.

martes, 17 de marzo de 2020

El domingo empezó el confinamiento después de que el gobierno, el sábado por la noche, decretara el estado de alarma. Ayer lunes, fuimos Paco y yo a comprar y compramos para la semana. Había normalidad en el supermercado, todos distantes un metro, con señalización en el suelo para que pasáramos por caja de uno en uno. Con la excusa de tirar la basura, yo he salido dos veces a la calle y es raro que no encontré policía. Ni vi guardia civil ni local ni ejército, cuando un amigo que tengo en Las Rozas me ha llamado y me cuenta que en esa población está la UME.
Sí he oído esta tarde martes la megafonía de la guardia civil diciendo que está velando por nuestra seguridad.
Hoy hemos comido alcachofas con carne picada y jamón y mañana voy a guisar unas judías.
Esto se hace cansado y aburrido y solo la lectura de libros (una biografía de Benedetti, una obra de Isabel Allende, otra de John Grisham, etc) la está haciendo llevadera.
He hablado por wasap con mi amigo Antonio y está teletrabajando. "Hay que entretenerse", me ha dicho. Y hay que entretenerse como sea, digo yo.

domingo, 15 de marzo de 2020

Está claro que desde febrero-marzo de 2018 no ha caído agua en Majadahonda digna de reseñar. Hoy sí ha caído una tormenta que ha durado 20 minutos pero para mí es claramente insuficiente. Dicen los pronósticos que va a nevar mañana. Veremos a ver. Quizás haya influido en que esta tarde por fin lloviera el hecho de que la contaminación de los coches no ha tenido lugar por causa del estado de alarma en el que nos encontramos y el cielo, libre de humos tóxicos, ha decidido llover. Ojalá se tirara este estado de alarma bastante tiempo porque así la gente dejaría de usar transportes que contaminan y que llenan el aire de impurezas y humos tóxicos malos para la salud. Yo he dejado de fumar paquete y medio de tabaco y solo me fumo un paquete. También echo yo menos humos al estar confinado y entretenido con aparatos tan inocuos como la radio, la televisión y este ordenador.
No veas lo bien que me ha sentado el llamado confinamiento: no veo tontos, no bebo en demasía, no fumo ya lo que fumaba antes...
En fin, solo me falta encontrar el hilo argumental de una novela que estoy escribiendo y no sé por dónde llevarla, pero cuando encuentre el hilo, tendré también otro motivo de satisfacción y de estar en casa haciendo algo provechoso.
Hoy he visto llover aunque sea solo por unos veinte minutos pero me ha gustado porque en esta ciudad o pueblo no llovía desde hace la tira de tiempo.
Mañana tenemos que ir a la compra y el jueves, a la médica.

lunes, 2 de marzo de 2020

El otro día me encuentro a una vecina de Las Rozas que es amiga mía porque perteneció a la asociación de la que soy miembro. Ella ya no va por la asociación pero de vez en cuando viene por Majadahonda a darse un paseo por su famoso mercadillo. La vi y tomé un café con manolitos, que son unos dulces propios de un local muy céntrico. Nos fumamos un cigarro los dos mientras hablábamos de libros. Pura, como la llamamos, ha leído todas mis novelas y le han gustado. Le digo que estoy sin historia, que no se me ocurre ningún tema del que escribir y ella me dice que encontrar algo de qué escribir depende de una rutina y de que una historia primariamente pequeña se convierta en una grande.
Hoy lunes me he puesto a escribir en un cuaderno grande qué historia podría yo escribir. Pero no ha salido nada. Mañana, para seguir con el método y una rutina, seguiré escribiendo ideas, temas posibles y personajes de los que yo pudiera ir tirando para iniciar una novela.
Me estoy leyendo un libro que empieza con la invasión de un bosque por las mariposas monarcas, esas que llevan a cabo esa larguísima emigración desde Canadá a México.
Un acontecimiento inusual puede ser el comienzo de una historia. Un personaje aventurero, también.
Pero yo no sería capaz de escribir sobre un viaje porque no viajo apenas. Ni tampoco de un lugar lejano ni de asuntos de brujas o vampiros.
Mis novelas serán de algo sorprendente dentro de la normalidad de la vida.
O la normalidad de la vida interrumpida por algo sorprendente.