domingo, 29 de marzo de 2020

Estoy estos días siguiendo las enseñanzas de literatura y de geografía españolas de Carlos Herreras. Es un tipo muy simpático que va lección por lección dando un ejemplo de amabilidad, sentido crítico y sabiduría sobre temas como el romancero viejo, Lorca o los ríos españoles. Me ha hecho pasar estas tardes aburridas el tiempo de manera sutil y amena. Es un tipo gracioso, con donaire y chispa en las explicaciones. Siempre se aprende algo de él y la manera de contar es de lo más ameno.
He leído que van ya 15.000 altas en los hospitales de Dios. Es una muy buena cifra. Ha habido un señor de 84 años que se ha salvado y ha vuelto con su familia. Roguemos por los enfermos ancianitos que sufren solos la enfermedad. Ojalá las enfermeras les hagan pasar más amablemente el trago final de sus vidas.
La vida es como una caja de bombones: no sabes qué te va a tocar vivir. Yo debería estar dando gracias a Dios en mi encierro por no tener a nadie de la familia con el virus.
Este blog hace que pase el tiempo más ameno, escribiendo un articulillo o dos a la semana o al día.
Por último, diré que mi novela no va. Tengo ideas acerca de ella pero no me meto en ella por miedo a estropear lo que ya hay escrito.

Recemos por las almas de los viejecitos y por aquellos que también han muerto cumpliendo su misión en la vida como policías o médicos o enfermeros.

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