domingo, 27 de febrero de 2022

Gravity Wave es una empresa que se dedica a recoger plásticos del mar por medio de los mismos pescadores y luego, a hacer muebles con ese plástico recogido. Me ha sorprendido gratamente que existan estas empresas que luchan contra el poder del plástico en los mares, un poder maligno contaminante. Lo leí en "Alfa y Omega", del diario ABC. No deja de sorprenderme el "Alfa y Omega" cada vez que lo leo. Hoy estoy intentando dejar de fumar otra vez. A ver lo que duro en el intento. La guerra contrar Ucrania es de locos, puede activar una guerra en toda Europa y eso sería la III guerra mundial. Aunque es muy improbable porque nadie, ni Putin, quiere una guerra extendida en Occidente. Ayer vi una película muy buena de un abuelo que oculta la verdad de un embarazo a su propio hijo. El abuelo incluso se convierte en un asesino atizando con el bastón a aquel que estaba investigando sus mentiras. El que miente, roba y el que roba, mata. Menuda gentuza hay por ahí que escala en la violencia desde la mentira y la ocultación.


miércoles, 23 de febrero de 2022

Lauren Bacall, Marilyn Monroe, Rita Hayworth (Margarita Carmen Cansino, nacida en Brooklyn), Ava Gadner... Son las ánforas del cine, mujeres manipuladoras, frías, odiadoras y odiosas, que manejan pistolas, que matan con ellas. Fueron vestidas por la señora Chanel y el señor Cristian Dior, que tenían sus cuarteles en el París de posguerra. El diminuto Humphrey se las veía y se las deseaba para dar la talla (nunca mejor dicho) ante estas reinas de Hollywood. La moda en la guerra no existió pero sí después. Gabrielle Coco Chanel vivía permanentemente en el Ritz de París. La marca Chanel es poderosísima por sí misma. Perfumes, objetos suntuarios, trajes negros de seda como el que llevó Rita en la peli tan famosa, guantes como de felina, escote palabra de honor, esas sí que eran mujeres venerables y adorables que llegaban a Madrid y querían ver los toros y llevarse al catre a un torero que, por aquellas fechas era el inefable Dominguín. En fin, mujeres que no vuelven, que dan envidia a esas amas de casa fondonas, que no se quitan del chocolate y los choricitos fritos.

martes, 22 de febrero de 2022

 Había un cenobita en un cenobio que se cansó de ser cenobita. Y ya no oró, sacrificó su vida, murió del siglo en que vivía. Entonces, se puso una chaquetilla que ponía "Norway" y se fue a ver la aurora boreal a Groenlandia. Y vio los fenómenos atmosféricos que tanta fama dan a tan grandioso país. Y jugó al fútbol con otros cenobitas que habían tenido la misma idea. Y más tarde, se emborrachó con cerveza de la que hay en esa maravillosa isla. Y luego, volvió de Groenlandia pero no contó nada a nadie de su estancia en ese islote norteño. Porque él era así: no hablaba de dónde había estado. Sin embargo, este cenobita que dejó el cenobio por las dulzuras del siglo moderno y virtual en el que estamos, sufrió un colapso coronario y traqueal y devino en muerte. Y así murió este hombre cenobita de forma trágica pero rápida, así que no se puede quejar. El cenobio del cenobita cerró sus puertas al público y dentro del cenobio se puede leer una inscripción: "aquí vivió un hombre muy callado que nunca contó dónde había estado".

Aunque había estado en muchos sitios, el niño del ruido quería ir a Groenlandia con sus amigos pijos a ver la aurora boreal. El viento Bóreas se quejaba de los turistas todos los años, le tenían frito, no le dejaban respirar como el quería. Además, lo dejaban todo lleno de latas y bolsas de patatas fritas. La aurora boreal es de mil colores cambiantes y difusos. Hay que amanecer muy pronto para verla así que mejor no dormir y pasarse la noche de juerga y, ya borrachos como mosquitos trompeteros, contemplar el fenómeno natural. Qué bonito es Groenlandia. ¿Cuándo vamos? Cuando ahorremos para ello. Pero el coche está roto. Hay que arreglarlo (qué palabra más curiosa). Bueno, da igual. Iremos a ver los fuegos artificiales que hay en mi honor en Benalmádena. Muy bien. Pues todos rumbo a banalmádena o como se escriba eso: cojamos dinerito fresco y a disfrutar. O a lo mejor nos vamos a Gerona a comer butifarra y monchetas. A lo mejor. Menuda mierda.

Había un hombre feliz que miraba el horizonte tan vasto que dibujaba el mar. No era feliz por mirar el vasto horizonte que dibujaba el mar, sino porque estaba solo en la vida. A sus espaldas, en la ciudad, le esperaba una cena tranquila y Dios. La vida no era para él motivo de ninguna prisa ni ambición. La vida para él era ir pasando días frente al mar, solo mirando, solo mirando allá donde se juntaba el cielo y el océano, dos infinitos que le acompañaban más que cualquier persona lo había hecho en su vida. Pero todo cambió un día en que se encontró por la ciudad con una mujer bastante atractiva. Y se unieron en el abrazo del amor los dos. Pero él conoció el sufrimiento al lado de esa mujer; él, que no lo conocía. Y sintió una puñalada honda en el alma al conocer el sufrimiento tan picante, como el pimentón en un embutido demasiado sazonado. Y siguió sintiendo otras cosas: el abandono, la traición, el desprecio. Y un día, dijo a la chica aquella: déjame. Y otra vez hubo un hombre feliz que miraba el horizonte tan vasto que dibujaba el mar. 

 Hace mucho calor para el tiempo en el que estamos. Hay gente que cuida mucho su aspecto físico quizás porque su aspecto psicológico o espiritual da asco. Y entonces se ponen muchas chaquetillas de moda, de los países escandinavos y ya así pueden salir a la calle sin que les entre algún complejo de inferioridad u otro complejo de la clase que sea. El PP hace aguas y no se determina a restablecer el orden dentro del partido. Pero eso a mí me da igual. Hay un vecino de mis padres que se coge unas cogorzas de aúpa. El portero de la urbanización de mis padres se pasa la mañana charlando con todo el que pasa. Pasan vecinos y a pegar la hebra. Eso es bueno pues hay gente que no tiene con quién hablar de lo solitaria que es su vida o sea que el portero de la urbanización de mi padre sirve para mitigar la soledad y quizás la tristeza. El PP hace aguas. Yo me voy a ver a unos amigos en un parque donde da mucho el sol, da tanto que molesta. Qué asco de sol a mediados de febrero.

La vida pasa mientras hacemos el tonto o ejercemos de listos por las horas que nos trae el día. Da igual lo que hagas, todo te lo tasa el tiempo, ese tiempo que iguala a los que pecan y a los que hacen el bien, a los que traicionan y a los que siguen fieles a quien quieren, a los que saludan por la mañana temprano y a los que no dicen ni mu y desprecian al que tienen delante. A Todos barrerá la escoba infinita de la parca y dejad mi barca en el mar con un viento de Levante. Pero hay gente demasiado soberbia que se cree más que nadie. Pues cuando descansen en paz, descansará de su soberbia y dejará a la gente que le ha rodeado muy a gusto. Eso es lo que pasa con aquellos que han venido al mundo con deseo de mando: que el mando les sirve hasta que acaba su vida. Y muchos celebrarán su muerte porque habrán descansado de gente arbitraria, estúpida, faltona y que no dice buenos días por la mañana. Luego, están los otros, que también quieren mandar y no saben. Es que hay gente que da pena por el mundo y por la vida. Qué se le va a hacer. 

lunes, 21 de febrero de 2022

Todos los seres tienden irremisiblemente hacia sus semejantes. El Cid, el que en buen hora ciñó espada, se queja de los mestureros malos. En todas las familias hay gente que le hace imposible la vida a otra gente. Ella recoge el aire circundante porque es la venus pequeña del inútil negociante. Si llamo esta noche a Clara, me aclarará el tema de Saturnino prontamente. Conócete a ti mismo y si luego no te gustas, no hables contigo mismo. Como de todo y todo bien aceitado, que los tontos los hay en todos los sitios. No vayas al médico a darle la tabarra, solo cuando estés falto de azúcar o de calcio. Casi me quedo calvo pero el dinero bien empleado me recubre la azotea. Dos chicuelos se casan y gastan sus dineros, pero yo no lo entiendo del todo, no dejarán de ser jóvenes, no dejarán de ser tontos. Vive la vida y sé feliz, dice uno de mi pueblo que se cogía unas cogorzas de órdago y envite a la grande. Si quieres ir a Madrid, no lo digas y vete ya que en Madrid cabe mucha gente todavía. Mira y reflexiona y serás sabio. No hagas caso a los de tu familia y serás un gilipollas.

"Hace falta ser tonto para no ser mi amigo", decía uno que lo sabía todo menos tener amigos. Estaba solo en la vida. Aunque tenía una hermana que le comprendía, pero aún así, no era su amiga. "Yo tengo dinero para todo el que quiera ser mi amigo", pero le dijo una persona que rondaba por su vida muy sigilosamente: "solo serán amigos tuyos cuando estés para diñarla. Se te juntarán sobrinos, amigos, adláteres que no has visto en tu vida para ver qué dejas después de muerto. Entonces tendrás muchísimos amigos que querrán verte muerto cuanto antes y tu dinero será su amigo verdadero, no tú". Entonces ese que quería tener amigos, esperó a hacerse viejo para tener amigos y efectivamente: cuando estaba muy viejecito, venían de todas partes gente que no había visto antes, familiares que no sabía que existían y una chica muy guapa que quiso hacerse su novia. Y se lo dio todo a ella en el testamento. Y colorín, colorao, la mierda se repartió justamente.

 El tránsito del viento por los patios helados detiene con escudos nobiliarios los pasos enjoyados de la Muerte y con poderosas lanzas echaremos al infierno al fondo del mar. Unos gemelos lo pasaron mal una vez (cosas de un enfermedad que los hacía comportarse como ellos no querían). Ocurrió todo el último día del año. Nadie llamó a ver cómo estaban. Lo pasaron mal pero no dependen de esa gentuza que no llamó. Llegó reyes y nadie preguntó por el que estaba en el hospital. Esas gentes que viven pero no viven porque quieren ser el muerto en el entierro y que los miren y estar allí haciéndose el importante y dejan el casco de la moto en la mesilla como diciendo: aquí estoy yo y soy superior a todo el mundo y luego comen en silencio perdonando vidas y luego, en el pueblo, después de un año sin vernos dan la mano sin un ápice de alma y no preguntan nada sobre el que dan la mano: solo dan la mano como la de un gorrino asqueroso y purulento. Y hay otros que dices buenos días y no te devuelven el saludo. Imbéciles todos que hay que aguantar. Y preguntas y no saben o callan que han estado allí o allá pasándoselo bien con jersecitos de marca y con amigos especiales.

A uno le ha salido una protuberancia. ¿Y dónde le ha salido la protuberancia? En la cabeza, dice Macario el bien vestido. Ah, dice Eutimio, el que siempre triunfa porque no tiene hijos que cuidar. Entonces hay que marginarle: no hay que llamarle nunca porque la protuberancia le hace ser díscolo y burlón y aún atrevido. Qué mala la protuberancia. Y eso que nada en la abundancia. Qué montón de dinero tiene en el banco el de la protuberancia. No le llamemos, no le hagamos caso. Un día, el de la protuberancia tuvo un problema y nadie le llamó a ver qué le había pasado. Claro, es que tiene protuberancia. El de la protuberancia ha vuelto a tener un problema de tipo hospitalario pero nadie le ha llamado. Es que vaya protuberancia que tiene. Pero los que no llaman qué sinvergüenzas son, que poco sentido de la caridad tienen. Y no tienen protuberancia. Lo que no tienen es alma, que es peor. Vente a ver a mi niño por favor.

 El mundo da el tañido de una luz que viene en la resplandeciente monotonía del día. Acaso una flor, acaso un monte de alegría hay que subir para no estar durmiendo todavía el sueño de horrorosas apariciones que nos despiertan intranquilos. Daba a la flor temprana su dulce tañer de la dulzaina. El que las sabe, las tañe y vaya esto por el autor de la inmensa tercera que vivió hace 800 años en Salamanca. Y poco he de contar ya que no se sabe quién o quiénes me fastidian los días a base de mentiras y de egoísmos vanos. No sé quiénes son esos secretos de mal agüero que me rodean con sus desagradecimientos y sus ocultaciones y sus manías. Pero me da igual, el agua tomará la forma de la jarra y del vaso también y si es necesario, de la serpentina del licor del olvido para no verles más, para no quererlos más. El agua, como la palabra, se devalúa, no vale en el fondo del mar, toda ella hecha masa informe.

domingo, 20 de febrero de 2022

Ayer tarde vimos mis padres y yo "Fugitivo", de Harrison Ford. Me gustaron los comentarios que hizo mi madre sobre los protagonistas. Todos eran feos y barbudos. Mi madre dice que cómo no les da vergüenza sacar a esos tíos por la televisión. Mi hermana no sé si vino ni a saludar ni tampoco mi sobrino ni nadie. Hoy domingo he visto una película de un tío que está en la cárcel por defender a unos gorilas. No ha venido nadie a vernos. Luego, cuando mi sobrino va con mis padres, Paco y yo vamos a ver a su hijo. Yo lo paso bien con mis padres viendo películas. El otro día salió Manolito Gafotas y el posterior salió una película divertida de un demonio o algo así que explotaba y se rompía en cachos. La primera en poner normas fue mi hermana (había que llevar comida que si no, estabas de visita) y la primera que rompió su turno y tuvimos que ir Paco y yo fue ella misma. Menudos cara jaulas están hechos todos.

sábado, 19 de febrero de 2022

Me acuerdo de aquellos miércoles en que mi madre nos hacía una tortilla para cenar. Venían mi dos sobrinos por parte de mi hermano. No solían faltar. Otras veces, se llevaban un bocadillo para ver el fútbol. Venían corriendo, mi madre les hacía el bocata y se piraban. Recuerdo otra temporada en que mi sobrino mayor por parte de hermano venía a comer: dejaba el casco de la moto, decía buenas tardes, luego se callaba la boca como si nos perdonara la vida a mi hermano y a mis padres; decía adiós, cogía el casco y se piraba. Se murió mi hermano, mi madre se puso mala. Pocos días ya la visitaban. El otro día me dice mi padre: " le Ceci dice que por qué damos voces". Mis padres no dan voces. No les he oído en mi vida dar voces. Mi hermana es una histérica. Mi hermana es muy rara. Mejor tenerla lejos. Otra vez compré perfumes para todos. La próxima vez, compraré mierda para todos.


Hace mucho tiempo que mis sobrinos por parte de mi hermano están "missing", como se dice ahora. Mi sobrino por parte de mi hermana está más que "missing", no sé si está vivo o está muerto y vive a un minuto de mi casa. A mi cuñada no la veo hace más de medio año. A mi hermana y mi cuñado los veo de causalidad y viven a cinco minutos de mi casa. Esta familia no es una familia como tal. Somos todos ajenos unos a los otros y, si nos vemos, sobre todo mi hermana, es para mal porque tanto mi hermana como mi cuñado creo que están un poco para allá. Solo me queda en el imaginario la creencia que mis dos sobrinos por parte de hermano y mi cuñada son muy derrochadores, pero a mí eso me trae al fresco. Mi sobrino por parte de mi hermana va muy a la moda y todo eso y trabaja para una hamburguesería americana muy renombrada y viaja mucho y debe ganar mucho dinero, pero a mí todo eso me importa un huevo. Todos los que he citado van muy a la moda y todo eso pero de caritativos y agradecidos tienen muy poco. Y eso es lo que importa.

jueves, 17 de febrero de 2022

 Leopoldo María Panero se enfrentó a Franco desde la extrema izquierda y por eso, ingresó en prisión. Luego se dio a las drogas, desde el alcohol a la heroína. Viajó en los tiempos de hipismo, en los 70. Sufrió una esquizofrenia que le llevó al psiquiátrico de Mondragón y de ahí, al de Las Palmas de Gran Canaria. La facultad de Humanidades de Las Palmas fue su refugio pues algunos profesores y alumnos le trataron sin marginarle, comprendiéndole. Murió en el 14. Estudió Filología Hispánica y Francesa. Toda su poesía es autobiográfica, habla de él mismo. Voy a buscar unos versos suyos y a comentarlos:

y las ostras

no esperaban a nadie en el fondo del mar (las llaves)

como un muñeco sin brazos cuando oscurece

(asesinaba por medio

de una cámara fotográfica) la palabra

está devaluada, flota en el vacío

y son torpes sus pasos, perezosa

como si fuera agua, así es preciso...


Las palabras no valen, son como agua que se moldea en cualquier recipiente. Las palabras solo adquieren valor según quién las pronuncie y tenga poder para hacer con ellas algo: el padre ejemplar puede mandar con las palabras a su hijo, pero el padre torpe no tendrá poder con sus palabras sobre el hijo. Dice "la palabra está devaluada". Así me pasa a mí con lo que escribo. No vale. También noto que, en esta sociedad, la palabra no tiene valor. La palabra es perezosa, es líquida, es ambigua porque no vale. El dinero y el poder valen más que las palabras bien dichas. Es una pena. Los poetas, que trabajan con palabras no llegan al público ya que la palabra se vuelve lenta y perezosa, hay que leerla, hay que perder el tiempo con las palabras y aprenderlas y dominarlas. No hay tiempo para eso y sí para estarse ante el ordenador viendo imágenes estúpidas. Esto es lo que me sugieren estos versos.

miércoles, 16 de febrero de 2022

 Estos son dos versos de Guillermo Carnero. Guillermo Carnero se opuso a la dictadura de Franco en varias revueltas. Salió en los periódicos de aquella época. Es especialista en el siglo XVIII y XIX. Ha sido profesor en universidades italianas y norteamericanas como Harvard. Trabajó muchos años en la Universidad de Valencia. Dicen estos dos versos aclaratorios:

Hoy que la triste nave está al partir,

con su espectacular monotonía.

Llamar a la monotonía "espectacular" es retratar la vida de cualquiera con una ironía propia de alguien muy inteligente. La triste nave podría ser el día que empieza (se me ocurre) y de ahí que la poesía siga haciendo la descripción de un barco muy poéticamente aunque yo me pierdo en el final del poema de lo que habla. Pero me han llegado al alma estos dos versos que a lo mejor me los aprendo de memoria o a lo mejor no, pero que creo que resumen la vida de millones de personas. Un barco que sale ya del puerto hoy mismo, no mañana y lo hace con su espectacular monotonía. Es como nuestro cuerpo que se levanta de la cama y ya va cargando con la mañana y la tarde de ese día que se parece al anterior y al que va a venir: espectacular monotonía. Hoy, que todo se califica de espectacular y viene un poeta y carga a una nave de espectacular monotonía. Qué poético y qué vulgar al mismo tiempo.

Es como decir: fantástico lunes por la mañana o algo así. Si ese lunes se ajusta a lo fantástico, bien. Si no, es pura ironía poética que todos sufrimos. Además, este poeta siempre ha estado estudiando la metapoesía o cómo la manera de decir las cosas afecta a nuestras emociones. Quizás es por eso que Guillermo Carnero juega con las palabras y asigna a la monotonía una espectacularidad que nunca tuvo. Para romper las palabras su conexión lógica, para jugar con la poesía a expresar lo no expresado por medio de la ironía o el sarcasmo. Me parece genial Guillermo Carnero por expresar bonitamente lo que nos pesa como una losa a los humanos todos los días: la maldita monotonía. Tiene que llegar un poeta para romper lo incomprensible y volverlo compresible solo si sabemos meternos en la piel de la poesía.


Detrás de la ventana con látigos y luces se sentía la lucha de la arena con el agua. El mar traía espumas de lejos, de muy lejos y las muchachas lloraban su triste sino de sirenas. El mar volcó su agua por minutos y minutos y yo no me dormía soñando con dulces abanicos que no paraban de dar envidia a los sátiros de la tarde. Se humedeció la cara de la novia con sus perlas transparentes de desdicha y al dejar de llorar, pidió una cerilla para alumbrar una virgen que consuelo le daba. Y todo es así, a modo de tristeza del mar y de las arenas y de los pocos que pisan las playas y de los pocos que se asoman al mostrador a sorber un café y de los pocos que montan en un avión y ven el océano por la ventanilla y de los pocos que viven en paz en una ciudad de provincias y toman un vino antes de comer. Y los pocos que tienen una enfermedad mental que les produce tristeza en el alma y quizás más allá y de los pocos que aman esta vida y no quieren sangre en los telediarios. Y todo es así: unos pocos quieren maltratar la vida y otros desean que la vida luzca cada mañana.

Dan miedo las gasolineras. Dan miedo los "ajustes fiscales" ( o sea, los nuevos impuestos o la subida de los mismos) para parar el déficit. La gente ya no sale a tomarse un café. En el supermercado la gente se deja 50 o 60 euros más de los que se dejaba antes. La vida se está poniendo difícil. La vida no la he inventado yo. Corren yeguas sin importar donde van, todas juntas sin saber adónde irán. El mundo está desatado por una posible guerra en occidente. La gente tiene miedo, no es que yo me lo invente. Todo sube pero no vemos el día en que baje, todo es una amenaza porque menores matan como adultos lo harían. El internet no trae más que mentiras por su canal. Los telediarios ya no saben cómo parar la información adversa que trae todos los días la realidad. Y parece que esto no tiene una solución fácil. El poder es ya una melodía tenebrosa que se usa para el beneficio del partido. Cuando la luna salga, no me hallaréis debajo de una encina sino por el camino que une pueblos pequeños y despoblados de Castilla.

Si no me animo yo, ¿quién me va a animar? Quizás mi hermano Paco; quizás, los amigos, pero no confío en que el ánimo que me den llegue muy lejos. No conocen la tesitura de mi desánimo o depre o melancolía que me recorre el cuerpo por dentro. Fumaré otro cigarrito, me iré a pasear, comeré de menú y daré otro paseo. Andando, la máquina de pensar y la máquina del desánimo se cuartean en el cerebro y dejan ver alguna luz. Me despierto en mis palabras abundantemente como un corazón que vertiera sangre a raudales. Y luego, no sé qué hacer con esas palabras porque son inútiles para la celebración del día nacido. En el cubo sin fondo va cayendo una a una las gotas del péndulo que van diciendo lucha, lucha por el día que amanece. De todas partes llega un run run de lluvia que no nace y se sacrifica en las nubes altas del dolor de mi alma. Libertad de la luz, damas altas, calandrias, ¿dónde estáis que no os veo? Viva el mediodía de todos los días para clamar por el sol en lo alto.

Voy a escribir un poema que me dé moral. Para ello usaré mucho la palabra felicidad e ilusión:


La felicidad llega de la ventana por la mañana hacia un rincón de mi ilusión por vivir la vida.

Y poco a poco, esa felicidad suena como una canción retrato de mi ilusión y canto y canto hasta perder la noción de las cosas que pasan a mi alrededor.

No me gusta hablar de los sitios caros donde yo voy pero ayer estuve en una gasolinera. Qué felicidad, qué ilusión llenar el depósito.

La felicidad es un caramelo de mil sabores que se mete en la ilusión de mi organismo por probar cosas nuevas.

La cerveza está barata y la gasolina cara: bebe y no conduzcas.

Tengo una cara de felicidad que no la tiene cualquiera. La causa la ilusión de vivir a mi manera.

lunes, 14 de febrero de 2022

 Hoy hemos comido queso fresco y anchoas y de postre, una naranja y un vaso de leche manchada. Me he tumbado y he estado hasta las dieciséis horas intentando dormir pero no ha sido posible. He ido con mi hermano a tomar unos zumos energizantes y quema grasas. Luego, hemos paseado a la biblioteca a dejar los libros incomprensibles para mí como son: "Lectura fácil" de Cristina Morales, que va de cuatro discapacitadas que habitan un piso tutelado. Una de ellas escribe su propia vida a la manera de "lectura fácil" y de ahí el título. No me enteré muy bien quién hablaba en cada caso y había en el libro una especie de "revolución institucional" de centros cívicos, la PAH, la Generalitat, el CRUDI y ciertas cosas que yo no entendía así que dejé de leer. El otro libro abandonado para siempre en la Biblioteca FU para siempre es de Juan del Val y se titula "Parece mentira". Es un rollo desde que empieza, aunque parece que el libro promete. Toma un deriva de sexo explícito y situaciones inverosímiles así que lo he dejado porque le faltaba verosimilitud y buena narración de los hechos literarios. He cogido prestados otros dos libros y me he venido a casa. Y aquí sigo. Voy a leer los nuevos libros a ver qué tal.

viernes, 11 de febrero de 2022

Fumo menos pero he vuelto. Maldita sea. He estado una semana sin fumar y la fastidié fumándome dos cigarrillos el día que se cumplía la semana de no fumar. No me lo creía ni yo: estar sin fumar. No fue una decisión difícil ni sentí esos seis o siete días en ayunas de la nicotina nada especial: ansiedad o angustia. Esa falta de ansiedad por la abstinencia me llamó la atención. Creo que lo podré repetir. Ahora fumo un paquete, no salgo con tabaco a la calle, solo fumo en casa. Hoy me han quitado la cera de los oídos. Una enfermera me ha dirigido una jeringa en el interior de mis oídos y ha salido la cerilla asquerosa. Llevaba días que no oía bien. Me he aplicado una solución de glicerina estos días de atrás que disuelve la cera de los oídos y por fin esta mañana me lo han limpiado. Otra cuestión es llamar a Antonio Salgado para quedar en Madrid. Lo haré el domingo y quedaré el miércoles. Iré en metro y veré gente. La gente me inspira cosas, me llama la atención. La vida es un discurrir de gente al lado de ti.

miércoles, 9 de febrero de 2022

Bécquer fue tuberculoso; o sea, tísico, palabra que viene de hemoptisis. Hemo es sangre, sangre que fluye. Pero Bécquer escribió el libro de los gorriones. Bécquer no fue el que le puso ese título, sino otros a los que Bécquer dio sus "Rimas" para publicarlas y es que en la encuadernación estaban pintados unos gorriones. "Yo soy un himno gigante y extraño", decía en uno de sus poemas. Nos acordamos mucho de las golondrinas de Bécquer pero poco de sus leyendas que escribió poéticamente, como por ejemplo, "El miserere" o "El monte de las ánimas" o "Los ojos verdes". Bécquer encandilaba con sus ojos verdes pero la gente se retiraba de su trato así que tosía sus sangres de dentro. Ayer, espiando un móvil ajeno, de un amigo, decía el móvil: "¿por qué escribes si nadie te lee? Respuesta: los pájaros cantan aunque nadie les escuche. Los pájaros cantan para que otros pájaros de su especie les escuchen. Eso es lo que tiene internet en el móvil y en el ordenador: absurdos. Absurdos que la gente cree y se hace también absurda y no piensa. 

Pío Baroja fue un hombre muy austero, que regentó las panaderías de Viena Capellanes, que no conoció mujer, que estudió para médico, que casi le cazan en su fuga a Francia a comienzos de la guerra civil. También hay que leer "La voluntad", excelente novela de Martínez Ruiz "Azorín" para darse uno cuenta de lo mal que estaban las cosas por aquella España de finales del XIX y principios del XX. Unamuno escribió nivolas que no novelas para ganarse el sustento mientras escribía en la prensa y regía la Universidad de Salamanca. Luego vinieron otros, claro, pero no supieron decir lo mismo que estos, por lo que fueron olvidados. Nadie se acuerda ya de Pérez de Ayala ni de Ortega y Gasset, quizás por alentar una mierda de república asquerosa pero querida por todo el pueblo español, el siempre engañado pueblo español. Yo digo que para qué queremos políticos en España si dan cinco de arena y una de cal. Bueno, es común en España sufrir a nuestros políticos, no que los políticos nos sufran a nosotros al menor despiste. Aquí se juega con el Congreso y con las leyes y no pasa nada. Aquí se miente por lo gordo y no pasa nada. A la mierda los españoles, que no los políticos por su ignorancia y el pasotismo de la gente española. No nos curaremos nunca de nuestra ignorancia, nunca.

martes, 8 de febrero de 2022

¿Cómo diferenciar la fauna humana de Madrid capital de la de Majadahonda? En Majadahonda, esa fauna está como domesticada, sujeta a unos límites, es parecida a mí más que la de Madrid. En Madrid la fauna humana es salvaje, extrovertida, ambigua, desordenada como el manantial que nace. En Madrid la gente que se ve lleva una vida de poco normatividad, de poca regulación de la conducta. Ves a uno que sale de un portal a fumarse un cigarro. Lleva un ropaje extravagante, está en carnes tristes, viste a la moda pero también tristemente, quizás sea la juerga que lleva metida para el cuerpo, el desorden de su vida, la poca jerarquía que lleva su día a día. Come a las diez, no merienda, cena cuando puede. En fin, gente extraña. En Majadahonda, el reloj nos marca la misma hora a todos, no hay juerga, no hay vida indócil, no hay salvajismo en las costumbres. Por eso me gusta ir a Madrid. Como dice la canción es como dar un paseo por el lado salvaje de la vida pero de miranda.

 La timidez es un gran obstáculo para hablar en público. Por eso yo elegía a grupos de tres personas en mi aula para que hablaran de un tema a todos sus compañeros. Yo me situaba en el medio del aula, en un pupitre de los alumnos y tomaba nota de cómo era expuesto el tema a tratar. La primera virtud que debía tener el tema es su interés para el público, para la clase entera y la mejor forma de que ese tema fuera escuchado con interés era la buena exposición del mismo. Para ello, yo facilitaba a los alumnos en breve síntesis de qué constaba una exposición, una argumentación, si el texto daba para ello o una narración, si el texto pertenecía a este género. Tenían que hablar los tres representantes del grupo. El primero hacía una presentación del tema, el segundo exponía el desarrollo y el último, el tercero, sacaba las conclusiones finales. Así me aseguraba de que hablaban todos. Lo hacía en todos mis cursos y me iba bien pues se esforzaban, vaya si se esforzaban a juzgar por los temas que elegían. Eran temas muy interesantes sobre escritores, la pobreza en el mundo, política, etc. Y así, hablaban al público hasta los tímidos y yo les emplazaba a que levantaran la voz, uno de los requisitos para que escucharan los de atrás.

Contemplar las palabras / sobre el papel escritas, / medirlas, sopesar / su cuerpo en el conjunto / del poema, y después, / igual que un artesano, / separarse a mirar / cómo la luz emerge / de la sutil textura.

Estos son versos de José Agustín Goytisolo. El arte de escribir lo que sea debe de ser así, como el poeta lo dice, pero yo siempre tengo un saborcillo de desprecio a todo lo que escribo. No me parece un arte serio y afortunado este de las letras. Ya decía Larra que, en España, escribir es llorar. Dice el poeta: la luz emerge de la sutil textura. En eso estoy de acuerdo. Debe ser la poesía algo sutil, que atrape la atención por su finura, pero yo no veo finura ni en mis poesías ni en mis novelas que ya están almacenadas de cualquier manera por mi casa. Solo sé que voy a comer una morcilla que reviente en la sartén, como decía Góngora en sus letrillas satíricas. Una morcilla de dimensiones heroicas como puede ser el maná bíblico o la ambrosía pagana. Sea esto así y váyase la poesía por su parte y la morcilla por la otra parte.

 

Hoy estoy perezoso para escribir blogs pero no para decir que por fin, he leído de cabo a rabo "Fortunata y Jacinta". La verdad que el título parece indicar que el personaje Jacinta tiene la misma importancia que el personaje Fortunata pero, a mi modo de pensar, no es así. Mayor importancia tiene Maximiliano en la obra o Juanito Santa Cruz. Este último es el amante de Fortunata y Maximiliano es el pobre hombre loco con el que se casa. Se sacan muchas conclusiones de la locura de Maxi. Había ya preparados farmacéuticos para la locura como el carbonato de sodio y las duchas frías. Cuando Fortunata tiene a su segundo hijo (el primero se le muere) todo gira en torno de ella en una habitación que da a la Plaza Mayor de Madrid y al bronce de Felipe III a caballo. El libro acaba con Maxi encerrado en Leganés. Maxi es un pobre hombre al que pega una pequeña paliza Santa Cruz y que compra una pistola para arreglar su honra, pistola que le quitan Ballester, el jefe de la farmacia y Plácido, el criado de la familia Santa Cruz. El poderío de esas familias ricas aparece al principio del libro. Las clases bajas aparecen en la segunda parte de la novela porque Fortunata tiene que coger el petate y largarse de la buena sociedad.

Todas las lenguas se manifiestan en sonidos creados en las cuerdas vocales que se combinan con la lengua, los labios, el paladar etc. Luego, si la lengua es importante, por ejemplo, pertenece a un imperio, esa lengua poseerá una importancia grandísima y se difundirá por gran parte de la Tierra y tendrá una representación de textos escritos en ella muy importante. Así pasó con el español en los siglos XV y XVI. Toda Europa hablaba español si quería ser alguien en el mundo de la diplomacia o de la literatura. El español, como dijo el emperador Carlos I y V de Alemania era el idioma para hablar con Dios. Santa Teresa de Jesús fue doctora de la iglesia en lengua española. En fin, el español fue un idioma predominante en Europa. Ahora, sigue siendo el idioma de unos 700 millones de hablantes. Debemos cuidar el idioma aprendiéndole; esto es, teniendo cuidado en la escuela a todos los conocimientos que los profesores nos aporten a nuestro propio idioma, pues el idioma es nuestro, pero hace falta pericia para hablarlo y escribirlo bien.

lunes, 7 de febrero de 2022

 Me parece que es en Retiro donde está ubicada la estatua de los hermanos Quintero, dramaturgos de lo popular español. Pero no es eso lo que voy a tratar aquí, en este blog. Vale ya de estatuas, que se las lleva no el viento sino la ignorancia de la gente. Voy a tratar de lo que es la fama literaria. La fama literaria es cuando lo que escribe el poeta o el novelista gusta a mucho público lector. Si eso que gusta es en vida del escritor que lo ha escrito pues ese escritor se pone una chaqueta de azul marino y quizás un fular y se echa a las conferencias "a hablar de su libro", pues este libro tiene interés mientras el escritor vive. Y así, el escritor habla de su libro pero no desvela toda la historia porque al fondo del local donde tiene lugar la conferencia, estratégicamente colocados, están los ejemplares que hacen rico a ese hombre escritor o poeta. Si hay gente que viene a la conferencia ya leída la historia, se le incita a que compre otro libro recién escrito por el poeta o escritor. Y así, el escritor ve muy bien el esfuerzo realizado hablando de su libro pero no hablando del final o anunciando otro rollo que continúa el libro primero que escribió. Y la poca o mala fama literaria la sufrimos los escritores que escribimos mejor o al menos, igual que los famosos, pero para publicar nuestro libro, tenemos que pagar. Bueno, así no nos tenemos que comprar una americana azul marino ni llevar al cuello un ridículo fular.

Al final de la cuesta de Moyano, donde se venden los libros de segunda mano, está erigida la estatua de Pío Baroja. En una recurva del Parque del Oeste de Madrid está muy quieta, muy quieta, la estatua de Miguel Hernández. Y en una plazoleta de Salamanca, cerca de una discoteca con futbolín, está medio muerta de risa, la estatua de Miguel de Unamuno. ¿Qué más nos dan estas estatuas y lo que representan? ¿No eran seres humanos que meaban y cagaban como los demás? Algo deben de tener estos tres literatos y otros literatos a los que se les pone una estatua en determinada sea la parte de la ciudad para que nos percatemos de que su recuerdo importa para esa ciudad. Llegará el día, si no ha llegado ya, de que no nos interesemos por esta gente de la cultura y de los libros que escribieron, pues ya no los lee nadie y, acaso ya ha llegado el momento de que no los lee nadie fuera de gente universitaria o algún bachiller de los que no copian en los exámenes. Y eso es lo que les pasará a estas estatuas: la gente del común que pase cerca de ellas no leerá quién es el personaje que representan para no darse cuenta de su ignorancia. Así, uno leerá al pie de la estatua: "Miguel de Unamuno" y, no sabiendo quién fue y no habiendo leído ni un libro suyo, dirá: "será algún alcalde famoso". Y lo dirá a sus hijos iletrados por las malas leyes de educación o a su mujer y todos quedarán contentos con la aclaración falsa y peregrina del padre de familia. Y entonces, el padre de familia irá leyendo letreros de otras estatuas, como  la de fray Luis de León en la plazuela de la universidad de Salamanca y, como un fraile no es susceptible de ser alcalde y como no sabe qué quiere decir eso de fray, dirá el hombre, con pura lógica: "será el arquitecto de la universidad." Y así quedarán en la familia las explicaciones del padre si algún libro no le desmiente el día de mañana.

 Zorrilla se erige en forma de estatua en Valladolid, junto al parque donde graznan los pavos reales. Zorrilla escribió "Don Juan Tenorio", siguiendo los pasos de Tirso de Molina, un escritor muy desconocido en España, tristemente; siguiendo los pasos, decíamos, de "El burlador de Sevilla y el convidado de piedra" que ya es un concurso de a ver cuántas deshonro en un día. Tirso de Molina, del que he leído "El condenado por desconfiado" y "El burlador de Sevilla", es un monstruo capaz de poner en escena unas complicadas normas éticas sobre el libre albedrío, la honra y todas esos temas candentes en la sociedad barroca de su época. Hoy en día ya no hay honra, ya no hay libre albedrío. Todo el mundo piensa lo mismo que el vecino. La gente se divorcia, no coge una pistola y lava su honra con un par de balas, como en la obra de Valle Inclán "Los cuernos de Don Friolera" aunque ya veo que voy mezclando géneros. En fin, está todo muy barato: la honra, las creencias religiosas, las creencias propias de cada uno, etc. Ya decía Groucho Marx, parodiando la sociedad moderna: "aquí están mis principios. Si no le gustan, tengo otros." No hay gente de principios. No hay gente valiente. No hay sentido religioso en la gente. El sexo está banalizado. Todo es hueco y simple como el papel.

Tengo que acabar dos historias que se van volviendo entre empalagosas y podridas allá en el archivo en que están guardadas. Voy a ver si las acabo de una vez. León Felipe es un poeta que huyó a México tras el triunfo del ejército franquista en España. León Felipe escribió poemas comentando El Quijote cervantino, le dio unas vueltas en su poemario. Uno de esos poemas lo canta J.M. Serrat muy bonitamente. La televisión sigue hablando del conflicto ucraniano. La Biblioteca Nacional guarda todas las publicaciones que se publican en España. Quizá mi libro "El profesor enfermo" esté en la Biblioteca Nacional a modo de inventario. Este libro que yo escribí tiene ciertos rasgos que le hace único: es breve e intensa la historia que se cuenta, pues abarca casi 20 años en unas 100 páginas. No es irónico y sarcástico como el Lazarillo pero tiene algo de aprendizaje y de ironía en él. Creo que es muy lineal y fácil de leer, como el Lazarillo y el protagonista (yo mismo) va pasando de amo en amo (como en el Lazarillo) en cuanto que visita muchos institutos de enseñanza secundaria. No es mi libro tan crudo como el Lazarillo pero en ciertas cosas sí que es crudo y ciertamente, algo violento.

viernes, 4 de febrero de 2022

Me encuentro bien después de despejadas unas dudas picajosas que tenía yo en el magín. La vida brinda normalidad a la mente, aunque la mente no para de cerdear y pensar cosas incapacitantes o molestas. Este viernes como de menú, como está acordado entre Paco y yo y yo pienso elegir arroz, que en el restaurante al que vamos les sale genial. Luego me quedaré leyendo El mundo con un cafelito y quizás más tarde me eche a andar mi consuetudinario paseo. En El País esta mañana había un reportaje sobre un señor que se hacía llamar Capitán Bazofia y era hijo de sevillano y palentina y anda por ahí, recorriendo la Madrid periférica. Es muy bonito tal reportaje aunque yo no esté de acuerdo del todo con ese progresismo del tal capitán. Bueno, al terminar este blog me piro y como y luego me tumbo y más tarde me piro a pasear. Tengo una barriga prominente que tengo que echar fuera de mí, como se echan las migas de pan del mantel. En fin, ya es viernes y la gente parece más dicharachera que el pasado lunes. Algo se gana con el paso de los días. 

jueves, 3 de febrero de 2022

Dice una canción de Rosendo: "en el buen sentido vamos mal" y luego dice en otros versos: "el deber cumplido da moral". Este último verso sí que parece decir algo objetivo y serio mientras que el primero parece más nebuloso e incierto. Aunque es verdad que la gente no suele ir en el buen sentido de su vida y se mete en muchos líos que hace que vaya mal. Y dice "vamos", como si en ese "vamos" metiera a toda la humanidad. Lo cierto es que todos contaminamos mucho y en este sentido vamos mal pues si el mar sube a 2 grados quizás las Canarias desaparezcan y eso es ir mal en el buen sentido, el sentido de la naturaleza. Hay que cumplir nuestra obligación con el planeta y no subir la temperatura de la misma. Y eso se hace no emitiendo CO2 a la atmósfera. Por eso quizás vayamos mal, según Rosendo pues yo lo puedo interpretar así pues los versos que lo dicen no especifican en qué sentido vamos mal. Yo diría que en lo meteorológico y en lo ecológico, vamos muy mal. ¿Podemos revertir la situación? No lo sé pero si pudiéramos hacerlo nos daría moral.

 La vida surge en cualquier esquina. Esa hebra de verde que sale del asfalto debería ser cantada por los poetas. Yo oí en la radio a Eugenio, el de los chistes, que aludía a esa hierbecilla como una obra majestuosa de la naturaleza o de Dios. Hay una expresión que la repiten sin querer creídos y descreídos: todos somos de Dios. Como queriendo decir que todos tenemos derecho a existir. Hubo una falsa filosofía que daba a la existencia un tono sombrío. Esta filosofía nació después de la guerra mundial, del desastre total en que medio mundo estaba en contra del otro medio. Y dice esta filosofía que nuestra vida es semejante al mito de Sísifo: subir una piedra a lo más alto de la montaña para que caiga y otra vez tenerla que subir. Menuda filosofía, como para echarse a llorar. Yo no creo en filosofías que hacen al hombre pequeño. La religión se puede considerar como una filosofía que ayuda a la gente a centrarse en algo, no en verlo todo negro. La filosofía pesimista esta se llamaba existencialismo y fue cacareada por un tal Camus y un tal Sartre. Menudos cuentistas.

La mañana ha estado bien en el sentido que no ha hecho frío por causa del cambio climático. Los inviernos no son lo que eran, se van desprestigiando. El frío del invierno en España está atrapado en algún lugar de la corteza terrestre y no se atreve a salir de ese lugar. Yo mañana voy a ejecutar un acto administrativo de poca monta que me valdrá 12 euros. El rumor del mar está muy lejos, no digamos el rumor de altamar de aquella canción. Mi primo Perico está luchando. Dejémosle que luche a brazo partido y obtenga la señal de la salud. Por aquí, por Majadahonda, casi no veo a nadie conocido con el que trabar unas palabras; estas se quedan en la garganta y hacen daño ahí metidas. La vida pasa, eso sí, no para de pasar la muy tunanta. Ya voy acabando la novela de Galdós, obra grande sin duda, de un genio. Voy a bajar estos días la medicación y no sé si eso me pondrá más triste, más ansioso o más nervioso. Veremos. La primavera ya huele antes de que acabe el invierno. No sé si es buena cosa este olor sobrevenido.


miércoles, 2 de febrero de 2022

Cuando eres atendido por un torpe (mujer u hombre), las cosas ya van mal desde el principio. No te dan la información adecuada y resulta que están en ese puesto comercial o de servicios para eso, para darte la información adecuada. Si la información, encima, la tienes que aportar tú por negligencia u olvido, entonces casi hay que echarse a temblar. Mi psiquiatra no sabía del todo qué medicación estaba yo tomando. La farmacéutica no sabía a qué hora venía la furgoneta con el reparto de medicamentos y el policía al que llamé para la renovación de mi DNI no me dijo la manera de pedir cita, ni de pagar el trámite, ni de los requisitos que requería (perdón la redundancia) la renovación del DNI. Este es el nivel que hay en estos asuntos que yo denuncio aquí para nada pues los torpes seguirán siendo torpes quizás porque el cargo que ocupan no lo ocupa ya nadie más que ellos y se los tolera en ese cargo. La verdad es que da pena y yo hablaba el otro día de la vocación en los trabajos. Cualquiera sería partidario de que si eres un torpe en tu trabajo te dediques a otro.

Rubén Darío fue un poeta nicaragüense que tuvo mucha influencia en los autores españoles. Fue un grandísimo lector y escritor. Sintió el placer de ser aclamado en vida y de llevar una vida de lujo. Recuerdo un soneto suyo a una amante "apelotonada en el sofá / mientras la nieve cae en París o algo así. Por otro lado, yo tengo que renovar el DNI en la policía local de Majadahonda. Menudo rollo. También estoy pendiente de mi medicación, que no la había en la farmacia, han quedado en llamarme esta tarde. Ayer estuve con la psiquiatra que me han asignado. Por fin ya pasó la entrevista. La noté un poco despistada. Pero, ¿quién no anda despistado estos días tan raros a los que asistimos? Estamos todos un tanto perplejos y asustados, con miedos dentro: ¿pillaré el virus? ¿lo habré pillado y no me enterado? ¿me vacuno la tercera dosis? ¿saldrá una nueva variante más agresiva? En fin, todo eso referente al virus y a las vacunas y lo demás, a lo que trae la vida de por sí: hijos, hermanos, maridos, esposas y padres. Qué complicada es la vida en ciertos momentos o épocas.

martes, 1 de febrero de 2022

 En literatura las generaciones de escritores saltan cada 15 años. Así, se habla de la generación del 98 y la generación del 27. Pero en este caso son 30 años de diferencia. En términos generales, las generaciones van cada 10 años. Yo soy de la generación X, la del baby boom, y la siguiente generación es la "Y". Y leí hace tiempo que esta generación "Y" es práctica, descreída y materialista. La gente de mi generación todavía cree en algo espiritual y no niega el valor de la religión pero los que vienen detrás no respetan creencia alguna y cuentan sus atractivos en la ropa que se ponen y en el dinero de que pueden disponer. Son tristes los de esta generación porque son muy huecos y predecibles. Todos adoran al dinero. Pensemos que a todo el mundo le gusta el dinero pero en esta generación se da una idolatría al dinero. Esta generación también quiere ser el niño en el bautizo y el novio en la boda, quieren aparentar y figurar. Pero bueno. La vida nos va poniendo en nuestro sitio y cosas que desechamos a los 30, las acogemos como buenas a los 40. Todo es un pasar.

 La verdad es que a mí me afecta mucho ver gente mayor o muy mayor por la ciudad. Majadahonda es ciudad para mí tanto en cuanto que veo gente a la que nunca he visto antes. O sea, todos los días que voy por la calle, veo gente totalmente desconocida, como me pasaría si voy por Madrid. La gente mayor va con lentitud, con penoso paso acompañada por las chicas internas generalmente sudamericanas. Yo ya he tenido en mi familia experiencia con las internas. Yo creía en septiembre que no existían este tipo de personas o trabajo, pero luego me di cuenta por la calle que Majadahonda está llena de ellas. A una necesidad, su respuesta. Estuve renegando de que existiera una interna como Dios manda hasta que apareció Sara, la marroquí Sara, que fue como una bendición en casa de mis padres pues estos la aceptaron de inmediato. Digo que ver ancianos y ninis y extranjeros sin oficio ni beneficio me pone tenso. Cada persona en este mundo debería tener su lugar, su ocupación que no fuera el alcohol, el ocio improductivo, las malas compañías, etc. Un país noble, una ciudad noble debería dar soluciones a la gente que la habita y no relegar a algunas personas a la marginación y la perdición (aunque este último término suene a iglesia o a novela de bajos fondos).

 Procuraré preguntarme y contestarme a una pregunta que creo que la gente se hace con respecto a la vocación profesional. Cuando alguien va a un médico nuevo y este médico le ha saludado con efusión más o menos verdadera, ha preguntado con cariño sobre los males que le duelen a ese paciente, incluso ha hecho algún chiste inocente con el que han roto el médico y el paciente la tirantez entre los dos, se dice: "es majo el médico, muy amable". Y quizás ese sea el modo de romper el hielo y pensar que ese médico quiere ayudar al paciente. Quizás a eso se llame vocación. Vocación viene de la palabra latina "vox", (llamada, voz, atracción). En España, yo creo que como estuvo muy católica tiempos ha, se entiende vocación en términos eclesiásticos; así, la vocación o llamada la sienten los curas, los sacerdotes. Pero es que lo que quiero yo contestarme es si todos los oficios necesitan vocación o alguno hay que no. Barrendero: ¿necesita vocación? Taxista, joyero, limpiacristales, conserje, escritor, pintor de brocha gorda, albañil. Yo, sin ninguna duda pienso que para hacer cualquier cosa en esta vida se necesitan ganas y por lo tanto, vocación. Yo no le niego la vocación de servicio a nadie y al que no tenga ganas de estar en ese oficio yo le diría que se buscara otro pues aún no ha sido llamado por la vocación. Donde más se está a gusto es en un trabajo productivo y beneficioso del que no renegamos ni pensamos mucho en que lo ejercemos. Cuando algún trabajo se ejerce sin pensar se llama trabajar en flujo y eso quiere decir que hay vocación.

 Según M. Aurelio, que escribió sus "Meditaciones" entre guerra y guerra con los bárbaros que asediaban la frontera con el imperio romano; según M. Aurelio, digo, no debemos ni entristecernos ni alegrarnos excesivamente porque vamos a morir. Si alguno nos hace mal, podemos ayudarle a entender su error, pero si no podemos hacer nada, el error no es culpa de nadie. No debemos pensar mucho en los demás ni en los agravios que puedan hacernos los demás, pues ya digo, nos moriremos y dejaremos este mundo antes de lo que nos imaginamos pues, como dice Quevedo, otro estoico de la raza de M. Aurelio, "vivir es caminar breve jornada". A veces yo me asusto de lo que dicen estos señores estoicos, por lo drástico de sus resoluciones para el género humano, pero otras veces me doy cuenta de que tienen razón. Yo no veo la vida que sea tan breve pero ya tengo una edad en que ya me ha pasado de todo un poco. Otros autores más tenebrosos todavía hablaban de que la vida es tierra, polvo y humo. Así que siempre hay gente de mayor tristeza que los que dicen que la vida dura poco. ¿La vida es corta? Esa es la pregunta del millón. Pero no dejamos de decir a cada paso: ¡Cómo pasa el tiempo!

 Me siento un poco aislado y como temiendo algo. Han sido días un tanto inciertos desde el mes de diciembre y yo no salgo todavía de mi debilidad, de mi asombro y de mi duda. Pero bueno. Hoy vemos a la nueva médica que parece que me va a bajar la dosis para estar mejor. A lo mejor me pasa como la otra vez, que tuve ansiedad y nervios y escribí tantos blogs. Por otro lado, estoy acabando de leer "Fortunata..." Es una novela muy buena bajo mi criterio y muy larga, de casi 900 páginas. Aparecen en ella dos locos: Ido del Sagrario y Maximiliano Rubín. Fortunata se casa con este último y la cosa no puede salir peor. Las condiciones de los enfermos mentales en aquellas épocas da para pensar que los de ahora nos podemos dar con un canto en los dientes, sin ser tampoco una gloria en la que vivimos. La verdad es que los enfermos se tejen su propio lío si no siguen las consignas y mandatos de sus médicos y no viven una vida tranquila, ajena a magnificencias y locuras del deseo. Casi siempre, un enfermo mental, al final, ha de matar un poco el deseo.