sábado, 30 de diciembre de 2017

Después de pasar la mañana con unos amigos charlando de las disposiciones gubernativas con respecto al aforo de la Puerta del Sol me he ido a comer con mi hermano. He frito pescadilla, unos filetes importantes. Luego, me he tumbado y he sentido una calma mental como hacía tiempo que no sentía. Allí tendido, he pensado a la ligera en los asuntos más dispares, los que han querido llegar a mi mente, con toda la paz del mundo venían y se iban. Después me ha entrado el gusanillo de la escritura: tenía que escribir. En la novela o intento de novela que persigo, he de resolver un conflicto con varios personajes. No sé cómo dar cabo a un tema de traición de un personaje a otro. Pero lo haré. Lo tengo que resolver. Cada vez que me siento a escribir en el ordenador, es como una especie de examen que yo me hago, me lo hago a mi propia imaginación. Lucho con ella para resolver un capítulo o una escena que me trae en vilo durante uno o dos días. Lo resuelvo como me da mi ingenio y sigo creando otras historias.
Por lo demás, yo llevo una vida de batalla o de batallitas, bastante pobre sino fuera por lo de escribir y alguna cosa más. En fin, espero que algo se mueva en mi vida, que algo se ponga en marcha.

viernes, 29 de diciembre de 2017

En la televisión pública española existe un canal público llamado la dos, que dicen que sienta bien. Bueno, eso depende de lo que echen por la dos. Estaba yo viendo una película de Rodrigo Cortés que lleva por título "El concursante" que ha sido valorada recientemente como una película que vaticina la crisis de 2007. Esta película es de 2006. La fueron a ver poca gente (¿por qué será?) Parece que no hay películas españolas o del ámbito de la lengua española que no sean malas últimamente y las echen por la dos. Esta película cuenta (aunque decir cuenta quizá sea demasiado decir) la triste historia de un concursante que gana un premio hipermillonario. Tiene muchos chistes de una voz en off. Pero creo que nada más que eso. Gusta más en la película la voz en off que todos los personajes que salen en ella. En fin. El otro día viernes echaron otra película de Ray Loriga que lleva por título "La pistola de mi hermano" que no es mala, es malísima y a mí solo me sirvió para ver cómo no se hacen las cosas.
Abundando, espero no ver otra película de este jaez en la dos porque entonces se me quedará una cara de tonto si me quedo a verla y no disfruto de una triste cerveza en compañía de un triste compañero como yo en un bar.
Resumiendo, parece mentira que en España se hagan, se hayan hecho y visos tiene de que se harán tan malas películas que de modo fatídico terminan echando por la dos.
Acabando, no vuelvo a ver ni una sola película de la dos.
Mi hermano Paco se lee los evangelios en las fiestas navideñas y va a misa un par de días o tres. También oye Radio María, una emisora católica. Yo hablo con él de la fe. Yo creo que uno nace con fe o sin ella. Yo he nacido sin ella o quizá los acontecimientos que he vivido respecto a la religión, me la han quitado; sobre todo, mi experiencia durante la confirmación. Ayer vi la situación del Yemen, con un niño esquelético que se mordía los dientes de pura angustia y desolación y de hambre. A mí, ver estas cosas me hacen nacer la fe y dejar de creer a la vez. Todos los desdichados de este mundo, según Cristo, serán los primeros que verán la cara a Dios, Dios está con ellos. Evidentemente, no creo yo que si existiera Dios estuviera al lado de un hombre o mujer orondo que acaba de comer langosta y disfruta de unas vacaciones en Marbella. Sería triste e indecoroso que así fuera. Aunque no se crea en Dios, se siente que Dios está con los que sufren. Otra cosa es que la muerte y la vida son caras de la misma moneda pero no debería la muerte ir acompañada de tanto sufrimiento y tampoco la vida de aquellos en que vivir es un infierno. Yo llevo una vida tenue y tibia, no sufro pero tampoco río. Los días pasan como una extensión tonta de mi ser. Podría ayudar a los demás pero ni mi falta de fe me mueve a ello ni mi enfermedad está para aguantar la miseria de los demás. Dice mi hermano que ha oído que los enfermos mentales nunca están bien del todo aunque tomen pastillas, nunca están a salvo de una depresión o una angustia o un sufrimiento mental. Yo no necesito ayuda por ahora. En lo cotidiano, me voy defendiendo pero no estoy para ayudar. Solo podría económicamente y ya ayudo a ACNUR de esa manera.
En el Quijote, dice Cervantes que hay que "ser humilde con los humildes y soberbio con los soberbios". Lo primero creo que puedo hacerlo pero lo segundo no porque deriva en violencia y a mí la violencia no me gusta. Si alguien me ofende desde su chulería, yo me suelo callar porque el chulo enseguida se enfurruña e interpreta una ofensa que vayan en contra de él. Prefiero dar la razón como a los tontos que verme en una pendencia.
Últimamente, he pensado mucho en un "amigo" al que le gusta ridiculizar a la gente con la que está. Le gusta hacer bromitas con la realidad de los demás pero él no tolera lo contrario. Además, es un tipo que no hace más que hablar de todos los derechos del mundo y de que siempre le están pisando sus derechos no sé qué fuerzas extrañas, sobre todo, de derechas. Ve fachas o nazis por todos los sitios que le incordian la vida y no le dejan vivir en paz. Es un hombre de izquierdas mal interpretadas. No ha trabajado en su vida y creo que está frustrado por eso y otras cosas. Es un hombre frustrado que saca su mala baba con los demás. Es soberbio pero no merece la pena ponerse soberbio con él, sino hacer como que no ha dicho nada y punto. No se le puede preguntar nada de su vida pues guarda un riguroso misterio sobre todo lo suyo pero él pregunta hasta la saciedad a todos los demás. Embroma y embroma y hace chistecitos con cualquier realidad de sus "amigos" (yo creo que este tipo no sabe tener amigos ni respetarlos) y creo que si se le enfrenta, se pone mosca así que lo mejor es dejarle por imposible, a ver si un día deja de reírse de los demás, que lo dudo. De tanto decir que hay nazis a su alrededor, no se da cuenta de que su postura de desprecio hacia los demás es de nazis. No se da cuenta de que hace con los demás todo lo que critica de la derecha, esa que solo está en su cabeza.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Estos días he estado escribiendo lo que parece una nueva historia. El protagonista es un punk. Un punk obsoleto y reflexivo que canta canciones en un bar. Le sucederán aventuras, como la de los huérfanos que pretenden suicidarse una noche de mucho viento. Por lo demás, he recuperado una vieja amistad que perdió el contacto conmigo de la manera más tonta y damos paseos y tomamos chocolate por esas cafeterías de Majadahonda.
Este año he ido al mar y me he bañado, he pasado un aburrido verano en el pueblo, he terminado mi novela "La moneda de la soledad" y me gustaría escribir una novela que se pareciese algo a las novelas que se venden masivamente en las librerías, no sé por qué.  Quizás por un intento de emulación fatuo. Este año me he dado cuenta de que no puedo publicar novelas porque me quitan mi pensión, mi sustento, así que solo escribiré para entretenerme y entretener a los amigos que quieran leerme.
La vida ha pasado este año de modo informe y gris, como una enorme nube que no haya descargado ni una gota de agua productiva. Me gustaría tener un amigo con el que charlar de libros, con el que poder hablar de lo que a mí me interesa. Ya he probado en internet pero no hay nadie al que le guste escribir que haya leído mi anuncio. La gente es muy garrula, qué le vamos a hacer.
Quizás lo que yo busque (amigos escritores) esté tan escondido que nunca aparecerá y estaré solo ante mi oficio y mis inquietudes.

martes, 26 de diciembre de 2017

Lo último de los hermanos Coen es una película sobre un cantautor. La Navidad ha pasado de puntillas por mi vida, ha pasado descafeinada, desvaída, como si no quisiera hacer ruido.
Mi amigo Antonio ha estado de vacaciones estas navidades; es lo mejor, lo más divertido, lo que merece la pena.
Mi hermano y yo tenemos dinero, suficiente dinero para pasar la navidad casi donde nos dé la gana o la imaginación pero nos quedamos en casa, aburridos, cansados, estupidizados por tanta inacción.
Me duele la espalda de dormir siempre en la misma cama, de pasar tantas horas encima del mismo colchón. No estaría de más largarme por ahí a coger aire e inspiración donde no me conociera nadie ni yo conociera a nadie. Aunque me da tanta pereza que no lo hago y luego lo lamento siempre.
Mi historia del punk va bien. Voy rellenando todos los días un par de hojas con las aventuras de este ser tan peculiar, un punk en los años dos mil.
Mi vida va como va: ni conozco gente extraordinaria, ni veo cosas nuevas. Por eso me las tengo que inventar a la gente y a las cosas, para no perecer en la agonía de la rutina que vivo.

Si ves todo del color de rosa, desconfía.
Si lo ves todo negro, ten esperanza.


sábado, 23 de diciembre de 2017

Después de ver las noticias en el periódico, noticias que intranquilizan, noticias que ponen los pelos de punta, noticias que matan, me dispongo a escribir este blog al que dedico algunos ratos. Ya llega la nochebuena, mañana es. Nos veremos las caras gente de raro pelaje y nos aguantaremos el comentario no sea que moleste a alguien de los allí presentes.
Dice Confucio que si sabes lo que hay que hacer y no lo haces estás peor que cuando no lo sabías. Menos mal que yo no sé lo que hay que hacer y me limito a pasar los días como Dios me da a entender, pobremente, con pocas alegrías ni fiestas y con una resignación a prueba de bomba.
Es lo que hay. El otro día estuve con un amigo que reunió en un cumpleaños a 75 personas. Creí que eso ya no era posible. Se lo debieron de pasar bomba. Parece mentira la capacidad que he tenido yo para ir abandonando amigos por el camino y no haberlos repuesto con otros.
Quizás mi enfermedad tiene algo que ver pues yo creo que hasta los treinta y tantos no he estado estable totalmente. He estado peleándome con una enfermedad que no sabes cómo se va a manifestar durante mucho tiempo y mi hermano también.
La falta de amigos se puede explicar por la enfermedad o por la indisposición que procura ésta.
De todos modos, no hay que quejarse mucho. Aunque a mí me gustaría bailar el twist con una extranjera, la vida no me va mal del todo. La vida es de agradecer si eres agradecido y no hay más.

viernes, 22 de diciembre de 2017

Me dispongo a escribir la historia de un punk. Ya no hay punks, por lo menos con el aspecto que tenían cuando surgieron, con sus crestas, sus botas o sus chupas de cuero. Por eso yo quiero hacer resurgir ese afán contestatario que tenían los punks. Será que la realidad que vivo no me gusta y tengo que inventar a alguien diferente. Yo ya no veo punks o gente disfrazada de algo que había en los ochenta en España. Los llamaban siniestros a los que iban con gabardina y les gustaba el tema de la muerte. Los pijos iban con ropa de marca y los pantalones pesqueros. Los rockers llevaban el flequillo engominado. Todos y cada uno de ellos querían expresar algo. Ahora parece que la gente expresa lo mismo: un aburrimiento supino sobre la vida. Todos hacemos lo mismo a las mismas horas. Esa forma de vestir iba más allá de la música y expresaba algo, algo de la personalidad del que vestía así. Todo ha ido desapareciendo a la vez que surgió OT y sus cantantes de lo mismo, todo amor y desgarro sentimental huero. Antes, las canciones estaban rodeadas de un significado que se extendía más allá de su entonación. Los grupos de música creaban tendencias más allá de la música. El punk que yo voy a crear es un disfraz que me permitirá criticar agriamente el modo de vida que llevamos tan formal, tan viejo, tan obsoleto. Creo que debe venir una época en la que volvamos a ser intransigentes e incorrectos, en la que la imaginación tome las calles sino el poder que ahora está totalmente en manos del dinero. Por eso creo un punk. No una banda de punks sino un punk que expresará lo que yo creo de esta sucia sociedad que nos tiene a todos marcando el paso.
Leyendo "El idiota" me doy cuenta de cómo se rellenan páginas y páginas (hasta 700) de unos diálogos insólitos de unos personajes rarísimos (debe ser el alma rusa). Dostovieski tenía la pluma fácil y yo no. Debo hacer lo posible por escribir, escribir y escribir.
Nada más levantarme me ha dado por pensar en una viuda que hay en mi pueblo a la que no di el pésame por la muerte de su marido a finales de verano. Me he llegado a obsesionar. Luego, he mirado las noticias para comprobar que han ganado los independentistas en Cataluña. Otra matraca mental. Dice mi hermano que los ricos suelen tener problemas sexuales; los pobres, solo problemas.
La navidad me está cansando y poniendo a prueba. Cada vez llevo peor esto de la navidad. Como no trabajo, no tengo nada que hacer y la navidad es como si yo notara más el hecho de no hacer nada. No me centro en hacer cosas por esta sensación de fiesta que hay en las calles, una fiesta mentirosa pues no hay alegría por ninguna parte. La nochebuena acaba con un trámite tonto de pasar la semana esperándola. No tengo casi amigos con los que celebrar nada. No puedo beber y emborracharme. Y encima, he dispuesto mal las comidas de estos días y no tengo menú en casa así que he de improvisar cualquier cosa para comer a mediodía. Y no tengo hambre a esa hora porque me despierto muy tarde de la cama, teniendo el estómago estragado a todas horas. Qué mal me sienta la navidad, coño.
La gente que trabaja está centrada y a lo suyo, como debe ser. Pero yo no hago nada en todo el día y no aprovecho mi libertad para hacer cosas como viajar porque a mi hermano no le gusta coger el coche e irnos por ahí.
Dicen que el placer es un lenitivo del aburrimiento, que el verdadero remedio contra él es el trabajo. Yo no tengo trabajo, ni siquiera placer de nada. He dejado de leer "El idiota" que tanto me entretenía. Todo flojea estos días y encima las noticias no alientan nada bueno para España.
Hace sol y no hace mucho frío a pesar de haber entrado el invierno. Pero no me muevo. Soy un blanco fácil de la desesperación.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Para evitar referirme a la navidad como lo hice el año pasado (dudando de su espíritu o existencia) voy a hablar de los perros: los perros domésticos (los salvajes no), comen de la mano de su amo y por lo tanto le deben fidelidad. Quiere decirse esto que si el perro no muestra un amor grande por su amo, no come. Luego, el perro desea pasar ratos con el amo como si se tratara de una novia y por eso el amo o dueño (quizás estos términos estén en desuso) tiene que pasear con el perro por las calles hasta que el perro desee de nuevo el calorcillo de la casa y le haga ver al amo que ya está bien de paseo. Los perros son una bendición cuando un hombre o una mujer o una pareja de lo que sea no tengan amigos humanos y deseen la amistad fiel de un perro a cambio de darle comida y de gastos veterinarios (últimamente sucede mucho que no tenemos amigos porque los fuimos perdiendo o no los vamos encontrando de nuestro gusto). Los perros, sin embargo tienen la virtud de estar casi siempre muy animados y de hacer zalemas al amo con tal de comer y vivir bien. Los perros tienen dos amores por lo tanto: el amo y todo aquello que consiguen del amo (comida principalmente). Por eso los perros son muy felices con la vida. Para ello solo tienen que ser fieles al amo. Los cínicos eran unos filósofos que no sé muy bien en qué creían pero cínico viene de la palabra kiné que quiere decir perro en griego. No sé qué tendrá que ver ser cínico con los perros, pero así lo hacían ver los griegos. Quizá un perro es cínico en cuanto ama al amo solo por lo que consigue de este. Su amor no es sincero entonces. Por otro lado, deberían educar bien a los perros y llevarlos atados pues, quieras o no quieras, son animales y no entienden de semáforos o aceras. Estas últimas no deberían sufrir sus excrementos sino que los amos deben recogerlos para que nadie se manche o resbale con ellos. Como ya he hablado de los perros, voy a contar un chiste que habla de soltar el rollo: es un profesor que pregunta a su alumno: "hábleme de la guerra de los treinta años". El alumno comienza: "Pues el primer día, a las siete de la mañana... Le interrumpe horrorizado el profesor: "queda usted aprobado. No siga."

lunes, 18 de diciembre de 2017

Esta Navidad es como otras que han pasado pero todas tienen un significado especial de unión y alegría. Yo lo único que pido a la Navidad es tener una historia que contar para pasar el resto del año escribiendo. La página en blanco es tarea que necesito, son tardes de ilusión cuando me sale un párrafo bonito. Espero contar una historia lo más delicadamente que pueda.
Estos días en que toda la familia se reúne para celebrar el nacimiento de Dios en la Tierra me gustaría que fueran para que todos seamos un poco más humildes. Ayer oí la canción de Phill Collins que dice: "another day for you and me in Paradise". Eso es lo importante. Que demos importancia a unas sopas de ajo y a un filete porque otros no pueden comerlos. No seamos tan burros de pretender tenerlo todo sino que nos comparemos con aquellos que no tienen nada. Y así la Tierra será un lugar más justo y no abusaremos de las entrañas de la misma para ser más aborrecibles a los ojos de ese niño que nació en un pesebre.
Ya nos lo indica Dios con su nacimiento, creamos o no en Él, que el niño vino a nacer de forma indigna para que supiéramos que al mundo se viene a servir, no a exigir. A mí me gusta mucho eso, que Dios naciera en un pesebre para dar ejemplo de pobreza.

jueves, 14 de diciembre de 2017

Hoy he entrado en un foro de escritores y me lo he pasado bien viendo cómo gente que se dedica a escribir plantea sus dudas sobre la trama, los personajes. Había una chica que hablaba de que ella quería que el lector reflexionase sobre si el mundo es verdad o solamente es producto de nuestra mente pero no tenía la trama adecuada para expresar esta idea. Le contestaban que la trama surge al escribir, en el oficio del teclado y le daban consejos. Quizás esa chica quiere expresar algo que ella considera muy profundo o grandioso y ninguna trama puede abarcar esas ideas que piensa para su novela. Nosotros mismos, los humanos reales, nos hacemos a veces preguntas de un tamaño tan descomunal que no encontramos la respuesta a las mismas. Es como Segismundo en su cueva o Hamlet ante la duda que le embarga. ¿Quién no ha sufrido en esta vida un plantearse todo lo que ha vivido hasta el momento para intentar un camino en la vida que sería la trama que nos deja seguir viviendo?
Porque la vida quizás esté hecha de tramas, unas que no nos gustan u otras en la que vivimos sin darnos cuenta de la propia trama.
Y es que yo soy un personaje de la vida y lo que me pasa es la trama en que me expreso peor o mejor.
Hoy el día está nublado. Apenas se ve para leer. Me he obsesionado con unas patatas con bacalao que tengo que cocinar. Últimamente no cocino mucho, no estoy pendiente de hacer comidas como lo estuve en un pasado. Creo que estoy perdiendo práctica con los fogones. Estoy pensando en hacer una sopa de pescado pero no la hago nunca.
La verdad es que no tengo gran cosa que contar, como la mayoría de los mortales. Si fuera a Nueva York quizás sí tuviera algo que contar a la vuelta pero no voy por el engorro que supone ponerse a viajar. Hubo una época en que yo me ponía a montar en el cercanías y daba unas vueltas por Madrid cuando cambiaban la hora. El cambio de hora me agobiaba por el montón de horas de noche que tenía que soportar. Pero eso ya pasó. Ya no me monto en ningún vagón y me voy a San Fernando de Henares a dar una vuelta.
Los vagones de cercanías van sin mí. Los vagones de cercanías dan la vuelta a todo Madrid. Los vagones de cercanías transportan un halo de misterio cuando pienso en ellos. Anduve mucho en los vagones de cercanías un tiempo, cuando era profesor.
Ahora que quiero hacerme escritor, veo que es una profesión más difícil porque se necesita la aprobación de un público que lea lo que has escrito. Ya he escrito algo pero no lo doy a conocer. Mi vida se oculta tras unos deseos infatigables de ser alguien, alguien que toque un poco el cielo con sus dedos.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

No tengo historia. Según mi amigo Antonio, un escritor debe tener una historia que contar. Por ahora me conformo con una historia pequeña que quiso ser grande. El argumento de una novela es fundamental. Debe tener algo que motive la lectura. Quiero escribir otra novela larga pero no sé cómo lo haré. Pensé que el protagonista de mi próxima novela había de ser el asfalto pero no sé cómo articularla. Falta la chispa que empuje al teclado cada tarde y empiece a contar. Mientras, leo "El idiota" de Dostovieski. No sé todavía cómo ese libro puede ser un clásico. Son una serie de conversaciones sin acción alguna que cansan al lector pues no se ve a qué conduce tanta charla absurda pero lo leeré del todo para ver el resultado final.
Los libros son un misterio. Las novelas buenas dejan un poso después de leídas.
Mientras leo y escribo, la vida avanza de modo inexorable, como dijo un filósofo: nos debe dar pena la pérdida de tiempo porque es irreversible. No creo que yo, leyendo y escribiendo, esté perdiendo el tiempo pero me gustaría viajar a algún lado, a algún sitio desconocido y evocador.
Hace mucho frío. Se está bien en casa. Quedan cosas que resolver en mi imaginación

martes, 12 de diciembre de 2017

Cada mañana calculo mis carencias y mis pecados de la vida que llevo. Y salen unos cuantos que rumio como una vaca. Lo paso mal durante unos minutos en los que creo que soy un ser desgraciado como otros muchos. No sé si me falta un amor o una amistad. No sé si el pasado me está haciendo daño porque salió mal. No sé cómo salir de esta mañana en que me veo como un erróneo ser que va midiendo sus fallos.
Y luego el día avanza y se va borrando esta idea de que mi vida está mal y entre la gente o entre mi hermano y yo vamos destruyendo esa idea de que hay algo equivocado en mi existencia.
Por otro lado, ya voy acabando la historia de los dos gemelos. No sé si me ha salido bien o mal pero la estoy acabando.
Hoy daré otra vez mi paseo a Las Rozas y lo pasaré bien, todo lo bien que permite este corto vuelo que hago todos los días.
Hoy he soñado con montañas inmensas que se alzaban ante mí y unos caminos que salían de la base de las mismas para alcanzar la cima.
La vida va pidiendo explicaciones a los que la derrochan sin ningún sentido.

lunes, 11 de diciembre de 2017

Desde la perspectiva del estómago lleno y no pudiendo dormirme la siesta, voy a escribir las sensaciones de la mañana, por pasar un rato: esta mañana no me quería levantar de la cama porque intuía mucho frío fuera de las mantas. Una vez levantado, me notaba sin voluntad de hacer nada, como si todo fuera muy poco maleable, muy poco vivible. He dado una vuelta por la ciudad y he notado frialdad física y espiritual. Pero voy a hablar de "Tacones lejanos". Lo que más me gustó de la peli, que la da título, es cómo la hija le dice a su madre, que se está muriendo, que ella esperaba todas las noches a oír sus tacones por la acera que daba a la ventana del sótano donde vivían sus padres. Y ahí termina la peli, con la hija abrazada a la madre. Para oír sus tacones, era imprescindible que la familia viviera en un sótano. Es como la última sensación que nos queda de la madre y la hija. Los tacones lejanos de la madre que conectaban con el deseo de imitación de la hija. Pero la visión de esta película me ha hecho pensar sobre la heurística. Cómo un científico o un escritor o un artista da con aquello que persigue, aquello que quiere expresar. El término creo que se debe a Einstein al descubrir la velocidad de la luz. La palabra "eureka" tiene que ver con heurística. A mí se me ocurren cosas alrededor de una creación narrativa, un personaje, el argumento de una novela, etc.
Me da mucha envidia aquellos que descubren cosas para el bien de la Humanidad y no solo aquellos que escriben o hacen buenas películas de entretenimiento. Entretener está bien pero descubrir algo poderoso como la velocidad de la luz está también muy bien.

sábado, 9 de diciembre de 2017

Me cuesta levantarme por las mañanas, con este frío. Mi móvil no ha sonado en todo el puente. No tengo ganas de escribir. Fuimos el sábado los usuarios del "Tú decides" a comer todos juntos. No estuvo ni bien ni mal. Yo hablé con Carmen, una psicóloga que trabaja en Moratalaz, sobre mi vida de profesor.
Luego, mi hermano Paco y yo regresamos a Majadahonda andando.
Si no es por el paseo que doy a Las Rozas todos los días, no haría nada de ejercicio. Hoy pienso ir andando allí.
No estudio ni trabajo. Pero escribo. Escribo historias después de comer. Este maldito frío quita las ganas de hacer nada pero yo voy a a seguir escribiendo y paseando, escribiendo y paseando.
La vida se burla un poco enseñándonos algo que no podemos coger.
La vida se traga todas las ilusiones que quizás teníamos desde pequeños, aunque de pequeños se piensa poco en el futuro. Lo que pensamos los adultos es que perdimos la infancia, el único paraíso que hay en la existencia.
Hace frío y la gente está en casa. La gente se recluye, la gente se refugia. Yo también me refugio en la idea de no exponerme a la vida demasiado.

martes, 5 de diciembre de 2017

Nos han impuesto, por medio de los medios de comunicación, que la lucha de hoy es la lucha de la mujer. ¿Contra el hombre? A veces parece ser que se plantea la cosa así. La tónica general es que una mujer y un hombre se entiendan para su bien y la sociedad prospere por medio de tal entendimiento. Por eso yo entiendo que el machismo y el feminismo son excepciones a la norma. Pero lo que quieren hacer ver un sector de las mujeres es que el machismo está extendido por todas partes y que todas las mujeres son víctimas de él. El feminismo pretende sacar a la luz una excepción y hacerla norma. Habrá hombres machistas, pero lo lógico es que sean una cantidad no muy grande porque si no, la sociedad sería una guerra continua entre mujeres y hombres y parece que no lo es. En "Lisístrata", esa obra de teatro, las mujeres hacen huelga sexual pero por causa de una guerra entre naciones, no contra un machismo.
Lo mismo puede hacer daño una mujer a un hombre que un hombre a una mujer y sin embargo, lo llaman machismo y no "hombrismo" y sin embargo, el feminismo parece tener un aura moderno y de lucha justa.
La gente vive su vida y la vive individualmente. Si tiene suerte, a lo mejor conoce un amor agradable y dichoso que le hace feliz. Eso es lo que persigue todo el mundo y suele acertar muchas veces. Poner encima de la mesa a todas horas palabrotas como machismo y feminismo me parece una forma de falsear la realidad y meter presión cuando no hay que hacerlo.

lunes, 4 de diciembre de 2017

El experimento de la rana en el agua da fe de la tolerancia que tenemos los seres humanos con las adicciones. Si tiramos una rana en el agua muy caliente, la rana da un salto y se salva. Pero si la echamos en agua templada y la vamos calentando gradualmente, la rana muere escaldada sin darse cuenta. Así obramos los adictos a algo. Un cigarrito tras otro parece que no hace daño pero al cabo de los años, te envenena. Y si estaba previsto, por la fortaleza de tu cuerpo y mente, que vivieras hasta los 90, mueres a los 80 o 70 por efecto del tabaco. Y no digamos las drogas. U otro tipo de adicción que te tiene con el corazón latiendo como un poseso a todas horas (me refiero al sexo) y te hace hacer cosas que nunca piensas. La adicción es como el vaso de vino que se bebió el monje de la Edad Media y este simple hecho le hizo cometer todos los crímenes vetados por el decálogo. Me acuerdo cuando traduje en la universidad este cuentecillo en latín vulgar. Me hizo pensar que no veas. Un cigarrito y te vas al garete. Un vaso y comienzan todos tus males.
Por otro lado, mi proyecto de novela se va a quedar en un relato lo más largo que pueda yo imaginarme. Para hacer la novela con ese tema me tenía que documentar o yo me imponía a mí mismo tontamente, documentarme, y ya me estaba hartando tanta documentación. Tendría que saber cómo se vivía en los años 50, 60 y 70 en España y eso era mucha tela que cortar.
He olvidado a la chica del cortejo por la simple razón de que ella me ha olvidado a mí totalmente. Es una chica que piensa en su bienestar físico y mental. No le gustaba la literatura. Yo no entro en sus planes de perfeccionamiento. A lo mejor yo era un estorbo para esos planes.
La vida la paso sin viajar ni ver nada especial (un paisaje, una iglesia, una plaza, una calle, un señor o señora extravagante). Mi vida es siempre lo mismo. Soy como la rana que se está templando y morirá olvidando el agua fría de su charca antigua.
Pero todo va bien. Como, no paso excesivo frío y escribo de vez en cuando.


viernes, 1 de diciembre de 2017

Llevo unos días con alteración en el sueño. O padezco insomnio (me duermo a las 2 o las 3 de la madrugada) o me despierto pronto, antes de lo habitual. Se han dado tres o cuatro circunstancias para que yo esté intranquilo y se produjese este fenómeno. La primer causa creo que es debido a la nueva inyección. Luego, al conato de cortejo que llevé con aquella chica, que me ha traído desasosiego y malestar porque esta chica es muy activa y envidiable y su influjo me ha hecho ver que mi vida no es muy boyante en comparación con la suya. Luego, el frío que ha venido que me ha obligado a cambiar de costumbres radicalmente. Hace solo una semana, se podía estar en la calle, pasear. El frío ha cambiado eso y me veo obligado a estar en casa demasiadas horas sin saber qué hacer. La cuarta causa puede ser que no encuentro la manera de iniciar un relato y eso me trae preocupado y tenso ya que desearía dar rienda suelta a la imaginación y ocupar unas horas escribiendo y creando algo. Hoy me he levantado a las siete para nada. Bueno, he comido café y porras y he comprado pescado pero seguro que no ocuparé ni una hora en crear algo valioso.