viernes, 29 de diciembre de 2017

En el Quijote, dice Cervantes que hay que "ser humilde con los humildes y soberbio con los soberbios". Lo primero creo que puedo hacerlo pero lo segundo no porque deriva en violencia y a mí la violencia no me gusta. Si alguien me ofende desde su chulería, yo me suelo callar porque el chulo enseguida se enfurruña e interpreta una ofensa que vayan en contra de él. Prefiero dar la razón como a los tontos que verme en una pendencia.
Últimamente, he pensado mucho en un "amigo" al que le gusta ridiculizar a la gente con la que está. Le gusta hacer bromitas con la realidad de los demás pero él no tolera lo contrario. Además, es un tipo que no hace más que hablar de todos los derechos del mundo y de que siempre le están pisando sus derechos no sé qué fuerzas extrañas, sobre todo, de derechas. Ve fachas o nazis por todos los sitios que le incordian la vida y no le dejan vivir en paz. Es un hombre de izquierdas mal interpretadas. No ha trabajado en su vida y creo que está frustrado por eso y otras cosas. Es un hombre frustrado que saca su mala baba con los demás. Es soberbio pero no merece la pena ponerse soberbio con él, sino hacer como que no ha dicho nada y punto. No se le puede preguntar nada de su vida pues guarda un riguroso misterio sobre todo lo suyo pero él pregunta hasta la saciedad a todos los demás. Embroma y embroma y hace chistecitos con cualquier realidad de sus "amigos" (yo creo que este tipo no sabe tener amigos ni respetarlos) y creo que si se le enfrenta, se pone mosca así que lo mejor es dejarle por imposible, a ver si un día deja de reírse de los demás, que lo dudo. De tanto decir que hay nazis a su alrededor, no se da cuenta de que su postura de desprecio hacia los demás es de nazis. No se da cuenta de que hace con los demás todo lo que critica de la derecha, esa que solo está en su cabeza.

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