miércoles, 18 de marzo de 2015

Esta mujer daba mítines. Se ponía muy cachonda dándolos, se le ponían tiesos los pezones y el clítoris se avivaba como un gusanillo mientras decía a su público: "ganaremos". Hasta que un día esta señora se comió un regaliz negro que le produjo por dentro una reactivación del estómago atroz.
Entonces ya no  puedo enfrentarse al público. Ahora va a la compra con la resignación de haber vivido unos días felices haciendo campaña y claro, ya no la votó nadie.
Dejó de salir en la tele, dejó de tener orgasmos políticos. El maldito regaliz negro, causa de todos los males de aquella mujer fue prohibido para siempre.
Pero así no robó, ni blanqueó dinero, ni comió gambas a costa del contribuyente y algo se fue ganando.
Ahora ve canales porno la pobre chica y se mete el dedo pero no era lo mismo que subirse aun estrado y decir: "compañeros, acabaremos con el paro en un año que yo gobierne, agggg, qué gustito"
En la escritura de mi novela, he llegado a un estado de agotamiento. Ya no me motivan mis personajes, han perdido su atractivo para mí, de modo que no voy a escribir en una temporada y luego lo retomaré.
Por otro lado, siempre que hay puentes últimamente en mi familia se monta un pitoste por el tema del pueblo: que si se va, que si no se va. Además, yo me pongo un tanto nervioso porque la gente está como alterada al perder la rutina diaria. Bueno, así lo noto yo. Seguro que hay gente muy feliz de disfrutar de unas vacaciones pero yo, como no estoy en activo, los puentes representan un lío, salirme de mi rutina, como los veranos.
Para un enfermo como yo la rutina es muy importante porque ayuda a estabilizarme y a no tener follones. Las novedades me sacan de mis casillas y me ponen nervioso y encima, las discusiones que se producen por esas novedades, me ponen aún peor.
Vacaciones y fiestas, alteraciones manifiestas.

martes, 17 de marzo de 2015

Me ha dicho mi madre que se ha muerto un hombre del pueblo que me hizo reír un montón. Era un hombre muy gracioso. Podría resultar un hombre estrafalario pero era un buen hombre que se ganó el jornal con la máquina perforadora en sus tiempos.
Se llamaba Lalo, apodo de Gonzalo y siempre estaba el hombre inventándose chistes y coplas para pasar el rato. Se muere tanta gente al cabo de un año en el pueblo que cuando te dan estas noticias me entristezco un poco al recordar los tiempos que pasamos juntos el finado y yo.
Una anécdota suya es haberse dormido y perdido el autobús que le llevaba a Majadahonda a trabajar. Un señor le cogió en su coche y llegó antes que el resto de sus compañeros.
Bueno, lo dicho, que descanse en paz.
La gata Flora cuando se la metes chilla; cuando se la sacas, llora

lunes, 16 de marzo de 2015

Estoy leyendo el libro más adecuado para mi estado de ánimo y no es de aventuras ni de amores. Se titula "Es fácil dejar de fumar si sabes cómo" de Allen Carr. En este libro, su autor confiesa que se fumaba cien cigarrillos diarios en los días malos, no menos de sesenta diarios habitualmente. Esta forma de fumar le produjo serios disgustos hasta con su mujer. Pero lo bueno del caso es que el tipo dice que fue muy sencillo dejarlo y que cuando lo dejó fue un día mágico y que luego se puso a observar el hecho de fumar y quiso ayudar a los fumadores que siempre estamos deseando dejarlo sin saber cómo. Este tipo lleva una cadena de ayuda a los fumadores llamada "easyway" donde triunfa en el 75 % de los casos. Y se explica muy bien. La nicotina es una droga que actúa más rápido que la heroina y es muy adictiva pero dejarlo, según él, no es tan difícil, lo difícil es pensar que no se puede dejar. Los fumadores nos hacemos pajas mentales con que necesitamos la nicotina y no es cierto. No la necesitamos. La abstinencia es muy leve. Lo que no nos deja dejarlo es la mente, que nos juega una mala pasada. En fin, este hombre dice que si lo lees, lo dejas, así que voy a seguir leyendo a ver. Por otro lado estoy un poco triste.
Si te molesta el tabaco que fumas, intenta vencerlo sin pensártelo. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Unas amigas de mi novia, tía y sobrina, funcionarias ambas de Madrid, muy sufridoras ambas de la arbitrariedad de la administración, me cuentan sobre ciertos buitres políticos como Esperanza Aguirre. El neoliberalismo cutre de estos gobernantes de la derecha española en Madrid pone la sanidad y la educación en un tenderete de compra y venta. Ponen a sus amiguetes a hacer cambalache y beneficio de lo público, de lo que pagamos todos. Hacen lo que se llama la privatización de lo público. Y se quedan tan anchos. Y encima presumen con una sonrisa de oreja a oreja y no se les cae la cara de vergüenza. Me cuentan la historia del Palacio de Correos y del Hospital Puerta de Hierro. Mayores despropósitos, arbitrariedades e injusticias no caben. Todo para favorecer a unos cuantos empresarios que sacan tajada. A mí el socialismo, desde Zp, no sé qué me pasa que no me gusta pero esta derecha de jeta y manga ancha tampoco me va. Habrá que votar alternativamente; esto es, Upyd, Ciudadanos o cualquier otra opción que nos aleje de este biparditismo manchado de soberbia o de necedad.
La maldad existe; la política, también.

sábado, 14 de marzo de 2015

Hace unos días íbamos Paco y yo a Valdemoro, donde pasó sus días el bueno de Cánovas del Castillo que acabó asesinado, como todos los buenos en España, y cogimos la M 50. Me quedé asombrado del desvío que hay a la nacional IV. Increíble: en una curva, sin visibilidad, con otra carretera de acceso a la M 50 en el mismo sentido. Es como si fueras de una carretera nacional a un camino de cabras sin transición. El otro día oía yo a la ministra de Fomento. Todo muy bonito. Y una polla. Las carreteras españolas son una trampa en muchos sitios. Trampa que puede ser mortal si no vas con cien ojos. A la vuelta de aquel pueblo, un  lío inmenso de carteles tapados por plantas, salimos a la M50 otra vez. Era de noche. Si no es por la habilidad de mi hermano, no sé dónde habríamos ido o qué nos habría pasado. Rodamos tres o cuatro kilómetros con la carretera cuarteada. ¿Dónde se quedan los millones que no echan en el asfalto? España, país de cabreros, de estafadores y señoritos. País de mierda. País de media pluma. País que fomenta la pandereta y el engaño. País que será siempre pobre en educación, en seriedad y en gobernantes como Dios manda.
Si vas por España, que nade te extrañe.
De mi simpatía, me da pena notarlo, va quedando poca. Soy huraño como una gato metido en un balde de agua. Por las circunstancias, por las putas circunstancias, como diría el bueno de Gasset. No en vano, llevo tres años como perdido en un ir y venir a ningún lado. No me convence lo que veo ni lo que hago. Pero me repito mucho. Más vale valorar lo único que uno tiene, aunque sea a regañadientes, que ponerse a malas por lo que se perdió. Estas mañanas en que me levanto y desayuno tranquilo, ando en internet, luego voy a la calle a ver la gente y tener alguna charla; las tardes escribiendo mi novela o yendo a ver a mi madre, ¿por qué han de estar mal? Yo lo veo mal pero si me pongo a pensar que esas cosas son buenas, tenderán poco a poco a ser buenas y beneficiosas al fin y a la postre. Es cuestión de cómo se vaya ordenando la mente y el sentimiento. Hay gente que reniega teatralmente de su presente y representa un melodrama pobre de su existencia. El que se queja, se descalifica, dicen por ahí. Bueno, algo hay que quejarse pero con razón. Yo tendré que hacer un ejercicio de amoldamiento a lo que hay. Si no, me comeré dos tazas todos los días.
Ten presente tu constante presente y quiérelo.

viernes, 13 de marzo de 2015

El calor y el buen tiempo favorece el trato. La lluvia favorece la concentración y reclusión en el hogar. No llueve. El calor hace estragos en las cabezas, que se asolanan, que se vuelven irritables. Los ojos y la nariz, por la sequedad del ambiente, se secan, se irritan, viven todo el día maltratados.
La lluvia hace pensar en cosas húmedas, como el coño de las mujeres y la ova que dormita en los ríos. El sol hace pensar en ponerse a la sombra, salir a la calle, hacer el gilipollas, todo a la vez. Con el sol vemos mujeres que se destapan pero que no se las puede ni tocar y eso irrita. Provocan, aunque dicen las feministas que no provocan. Hay modelitos y diseños para provocar y enseñar y luego te quedas mirando. Con el sol. Con la lluvia te quedas en casa, no ves nada más que una cortina de agua por la ventana y te quedas conforme con la tele, con el sofá, con tus escritos. Con la lluvia. Pero no hay lluvia. Hace meses y meses que no llueve como Dios manda en este país.
Tanto sol, tanto sol vuelve a Juan un tontorrón.
Mientras yo le hablaba al médico analista, vi que apuntaba en un folio en blanco: "taedium vitae". Yo sabía latín, así que supe en ese instante que mi vida se vaciaba como el agua de un wáter en el ocio y la nausea existencial. Mis músculos, por la mañana, estaban inertes a fuerza de inacción. Mi mente, durante muchos momentos del día estaba vacía y agotada de rumiar el mismo pensamiento repetitivo. Taedium Vitae: el tedio de la vida, el aburrimiento, en suma. Una insignificancia interior me decía que yo estaba de más en el mundo pero veía a otros que también lo estaban. Lo que pasa es que yo sufría ese estado de inutilidad vital y los otros lo llevaban mejor. Taedium vitae: no encontrar a la vida su jugo fundamental, su sentido. No era cuestión de dinero, ni de horarios ni de nada: era cuestión de una forma de ser: yo era aburrido o tenía tendencia al aburrimiento, la vida se mostraba ante mí como una serie de horas que había que pasar sin ningún aprovechamiento y que se iban sin más, haciendo el tonto cada vez más, entristeciéndome en el tiempo, no sabiendo cómo capear lo indicado por el reloj: esos minutos, horas que pasaban sin saber cómo ni por qué. Taedium vitae: dos palabras que lo decían todo: aburrimiento vital.
Si te aburres, no eres tonto. Vives una situación incómoda.

jueves, 12 de marzo de 2015

El otro día puse la radio. Oí primero la cadena SER pero al anunciar que iban a entrevistar a una diputada de Yiriza, cambié de dial y puse la COPE. Entrevistaron a la ministra de Fomento de España y me gustó mucho enterarme de los proyectos en infraestructuras del gobierno español. A mí la política ni me va ni me viene y está claro que lo del gobierno griego ha dado ya más vueltas que un gato de noche. Se vuelve todo muy pesado. Sin embargo, la ministra, con un verbo fácil y suelto estuvo muy bien y pasé un rato agradable oyéndola hablar del AVE, del dinero que se emplea en obras y todo eso. Luego empezaron los tertulianos, de los que huyo como de la cruz el demonio. Tenían que hacer esta labor divulgadora más las radios y dejarse de enredar con temas políticos que ni se saca nada en claro y pone la cabeza como un bombo. Está bien que haya muchas cadenas y haya pluralidad informativa para que cada uno oiga lo que le venga en gana, sea de derechas, sea de izquierdas o de lo que le salga el bolo.
Pluralidad informativa a tope.


miércoles, 11 de marzo de 2015

En las relaciones humanas puede pasar que uno de los interlocutores sea un cargo. Pero ese cargo debe ser y parecer un cargo y no un tocamerroque. Como en el ejemplo del banco, si el director engaña a un cliente con su pose de seriedad que le otorga el cargo, ¿no dan ganas de sacarle las tripas a ese tipo?
Si el cargo está representado por una persona, es unipersonal, que no tiene las habilidades básicas para su desempeño, ¿no es mejor que lo deje? Es lo que hice yo con el cargo de profesor porque yo como persona no podía soportar ese cargo encomendado.
Sea por engaño, sea por incapacidad, sea por falseamiento, el que ocupa un cargo y no está a la altura de las circunstancias debe dimitir al momento. Y el que lo usa para enriquecerse debe ir a la cárcel. 
Así es la persona, así es el cargo.
Ladrones, hijos de puta con cargo hay muchos. Personas de bien que detentan cargos, muchísimos. En la vida nos vemos las caras con abogados, médicos, funcionarios de toda índole, directores de no sé qué. Ojalá todo funcionara como dice el cargo pero a veces no funciona así.
Mira el cargo y mira la persona.
Por un tercero, he tenido una discusión con mi novia. Esta persona que tuvo la culpa de desorganizarme el día y acabarlo en discusión, es una persona engañosa, que parece que va dando pena y después se lo pasa bomba. Lo peor de todo es que es una malqueda. Dice que va a ir a un sitio y media hora antes de quedar llama y dice que se ha caído y se ha dañado la rodilla u otra excusa barata para no ir. Yo le iba a dejar mi novela ese día; o sea, que yo le hacía un favor. Encima me desbarató otra cita y tuve un día muy raro por culpa de ella. Voy a mostrar otra forma de tratamiento con ella y no me va a dar más pena ni voy a gastar más amabilidades con ella pues no se las merece.
En cuanto a los malquedas, son otra variedad de los impuntuales, solo que peores, mucho peores. Te fías de ellos y te traicionan en los minutos cruciales. Los malquedas son aviesos, taciturnos y crean un resentimiento grande en los que quedan con ellos porque desbaratan los planes de las personas para nada o para crear confusión. Inventan excusas malas en el peor momento y no respetan a su palabra dada.
Contra los malquedas, excusas baratas a millón.

martes, 10 de marzo de 2015

Cuando un ser te llena de piropos
pero luego está muy ocupado
y no te acompaña a ningún lado
y solo piensa en su cuerpo
y no quiere más que ir al gimnasio
y pasear y pasear y pasear.
Si con esa persona solo has visto
El escorial, El Escorial, El Escorial
más vale dejarla de lado
e ir a tu bola
que más vale solo que mal acompañado.
Además, de lo poco que la ves,
es como si ya no la vieras
y si al verla la querías
por no verla, prefieres estar solo
que ver su tontería.

lunes, 9 de marzo de 2015

Había una vez un colegio lleno de profesores mayores, próximos a la jubilación todos ellos. Eran funcionarios ejemplares, todos ellos. Eran narcisistas, todos ellos. Creían que no había nadie por encima de ellos, todos ellos. Pero se fueron jubilando. Acababan sus días dando paseos o se retiraban a un pisito en la playa a ver el mar. Y un día, poco a poco, callando, les alcanzaba la muerte. Ya no había nada que hacer que estarse muy quietecito, aquellos que estaban siempre innovando, creando, trabajando en aras de unos alumnos que debían sacar un diez.
Un joven profesor que pasó un año en ese colegio vio cómo le mantuvieron relegado a leer el periódico en las horas libres. Los profesores mayores, ancianos, viejos le negaban la charla, no eran de él y él no era de ellos. Este joven profesor, con los años, se murió también pero no negó la compañía y el buen humor a nadie que se lo mereciera. Y no presumió tanto como estos profesores viejísimos, que presumían de todo, sobre todo, de ellos mismos.
Funcionario y viejo, ponle lejos.
Los bancos han robado impunemente. Con lo de las preferentes, unos papeles que no hay quién entienda todavía, han estafado a ancianos. Con las hipotecas han engañado a manta. Los bancos se han cubierto de mierda para no confiar ya nunca más en ellos. Cuando la gente ponga un pie en un banco andará con cien ojos, sino con mil para ver dónde está la trampa, el engaño, la mixtura, el lazo que no se ve, el atracador de turno. El atracador está dentro ahora y hay que desenmascararlo.
En casa no se puede tener el dinero pero tampoco en el banco. En el banco hay ladrones, gente dispuesta a arrancarte parte del dinero que tienes allí metido, no hay más que buitres en el banco.
Por eso yo no voy al banco. Yo no voy donde me puedan engañar.
Todo ese trato que hay con los oficinistas del dinero yo lo rehuyo porque han demostrado ser unos saqueadores de la inocencia ajena.
Si vas al banco, no conozcas a nadie.
El alma castellana llama al pan, pan y al vino, vino y no te soba la espalda con palmaditas hipócritas que es lo que sobra de Madrid para abajo. En Madrid no hay más que adulones de mierda, progresistas que no quieren más que medrar ellos y a los demás que los parta un rayo y pijos, también de mierda, que no saben más que trepar como monos. Lo digo porque es lo que veo muchas veces entre la gente ñoña que hay por aquí que me da asco su forma de ser. Tampoco hay un respeto a los mayores y los niños hacen su santa voluntad con padres débiles de ella. Llora el niño y parece una tragedia y acuden todos a consolar el capricho del menor, menuda estupidez de los mayores de los que se ríe el niño porque los tiene en un puño. Aquí,  por los madriles, se falta el respeto a los ancianos, aquellos que sufrieron una posguerra. Aquí, por los madriles, hay jóvenes que dan pena porque se limitan a vivir de sus padres y no espabilarán nunca por ese trato de favor que reciben hasta que se vuelven totalmente gilipollas. Me quedo con mi pueblo, donde nadie es más que nadie sino el que se sabe buscar las habichuelas como Dios le dé a entender y hay un respeto entre la gente.
Si vas a Castilla, aprenderás un respeto.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Estoy en mi habitación.
Si miro por la ventana no veo más que noche.
Quizás es la metáfora perfecta de la vida.
No vemos más que una noche
que se tiende, que lo ennegrece todo.
Quizás vayamos por la vida sin entender nada.
Ni nuestro pasado, velado por los errores,
ni nuestro futuro, que no vemos nunca.
Quizá el día en que morimos
una rúbrica exacta lo haga todo inteligible:
Aquí yace fulano de tal.
Más cierto que eso no lo hay.
Ni la noche, ni el día ni lo que tenemos enfrente
podemos decir que lo entendamos plenamente.
Yo, en realidad, no entiendo la política. En qué se ha convertido la política o las vertientes que toma la política en la actualidad. Definirlo todo mediante los términos derecha-izquierda no creo que tenga mucha fiabilidad a la hora de analizar la cuestión de la política. Yo sé que política deriva etimológicamente de polis. Sería lo que tiene que ver con la polis en la que todo ciudadano intervenía. En la Revolución francesa hubo renegados de la revolución, porque se asustarían de dónde estaba yendo a parar aquello, a los que se les aplicó la guillotina por contrarrevolucionarios. Quizás fueron los primeros políticos de derechas de la historia. Si ser de derechas es optar por un modo de vida moderado, yo seré de derechas antes que tomar la calle y pelearme con los policías para que las cosas cambien. Las cosas cambian cuando tienen que cambiar, no cuando les conviene a unos colectivos y a la fuerza. Tiene que interesar a la generalidad de los ciudadanos. Y si nos toca aguantarnos a todos, como con las crisis, pues nos aguantamos todos porque la crisis se cuela en todas las casas y dependen de factores ecónomicos. No las inventa nadie para joder a nadie. Las crisis surgen de muchos errores económicos, no de errores políticos; por lo tanto, la solución es económica. Bueno, lo dicho: no entiendo la política porque es algo basado en una mentira, en unos intereses a veces, de partido, que no interesan a nadie más que ellos. Yo solo he escrito esto para entretenerme con algún tema, lo demás, son tonterías.
La política, como las lentejas; hasta que no las pruebas... 
Al hablar de filosofía o filosofías yo no entiendo mucho de ellas pero sé, por ejemplo, que el marxismo, cuna de todas las izquierdas de este mundo, habló de algo más que el hombre, la existencia, la sociedad, la moral, etc. O sea, que el marxismo no se limitó a dar una interpretación del mundo como hicieron las filosofías anteriores sino que quiso transformarlo mediante una revolución social y económica. En nombre del marxismo se han cometido atroces aberraciones contra el género humano. Lo que yo digo es que yo no he leído interiormente cada filosofía pero me han instruido sobre algunas de ellas, de modo que sé "de qué van". Lo que me fastidia de este mundo en el que vivo es que parece que si no eres de izquierdas, no eres progresista cuando el marxismo, por ejemplo, aplicado en una nación como Rusia o ahora en Venezuela no trajo más que atraso y pobreza y está trayendo atraso y  pobreza en ese país sudamericano. A mí no me gusta considerarme ni de izquierdas ni de derechas pero me disgusta que la izquierda se atribuya el mérito del progresismo, como si ser de derechas "no mole" o no pueda ser progresista en el sentido de modernizador de un país. La justicia también se le atribuye a la izquierda en exclusiva cuando yo creo que tampoco es así. La justicia, aunque sea social, no depende de la política y sí de un orden moral de las cosas que puede perseguir un grupo humano o una persona sea esta de izquierdas o de derechas o mejor, no sea de nada. Porque, Ghandi, ¿era de izquierdas o de derechas? Si lo etiquetáramos de una de estas opciones desfiguraríamos a la persona que aunó sentimientos religiosos, políticos y morales de una índole superior que simplemente ser de esto o de lo otro. Una última observación: si Zapatero, en su gobierno, fue etiquetado de izquierda radical, a efectos de gestión de gobierno, ¿qué fue más que un desastre completo? Ya le juzgará la historia, no yo ni nadie más sabedor.
He llegado a un punto en mi novela que hace falta documentarme sobre un tema para poder proseguir. Hasta que no sepa todo lo que pueda sobre ese tema, la historia no va a avanzar. No desvelaré de qué tema se trata pero es un tema que condiciona mucho la vida de mis personajes.
Cuando algo en la vida te sobreviene de sopetón, sin que lo esperaras en lo más mínimo, hay un periodo de adaptación grande hasta que vas asimilando que aquello que te ocurre va a estar presente en tu vida para siempre. Yo me conciencié de mi enfermedad a los dieciocho años y ya he vivido con ella lo mejor que he podido dándome cuenta de que lo mejor que se puede hacer en estos casos es eso: concienciarte de que eres un enfermo y que ya no puedes hacer todo lo que deseas sino lo que la enfermedad te permite. Así les pasará a mis personajes pero con otro tema distinto, otra situación a la que tienen que hacer frente por su bien.
Si algo te limita, aprende de esos límites.
Ya me he leído "Después del invierno", de Guadalupe Nettel, premio Herralde 2014. Es una historia a dos bandas: Claudio y Cecilia. A lo largo de la historia, Claudio y Cecilia coinciden por poco tiempo como pareja. Una es mexicana y el otro es cubano. La novela se basa en unas aventuras amorosas de ambos. La historia de Claudio es de carácter egoísta pues quiere a una mujer a la que hace su esclava prácticamente. Cecilia es la entrega total a un amor, Tom, que está desahuciado por una enfermedad terminal. París es el lugar de esos enamoramientos. La verdad es que, fijándome en el lenguaje empleado al contar la historia, me doy cuenta de que yo soy más abrupto en mis historias, además de que mis historias son más directas, van más al grano pero tampoco he considerado esta historia como una que deja impactado al lector. Es una historia bien contada. Punto. Yo me imaginaba algo más impactante, con retorcimientos en la trama o un lenguaje más sofisticado. No. Me ha parecido más simple, más ordinario que otra cosa. No ha causado en mí la admiración de los clásicos como Víctor Hugo o Stendhal que iban paso a paso, analizando todos los detalles. En fin, no creo que me compre otro premio Herralde.

domingo, 1 de marzo de 2015


El bajón anímico que me sorprendió la semana pasada y que me impedía hacer cosas como ir al supermercado y hacer la comida (solo de pensarlo me daba una pereza enorme que me mantenía tumbado en la cama) parece que ya ha pasado. Los pajaritos cantan y el sol relumbra en el cielo. No llueve nunca por estos parajes. Ojalá haya aguaceros primaverales que den un poco de frescor al ambiente tan seco que se respira. Dentro de veinte días, llegará la primavera si no ha llegado ya. 
El otro día, en una reunión de poetas se me vio cuestionada mi capacidad lírica, provocándome un malestar grande del que me recuperé haciendo unas liras y una octava real precisamente sobre lo que yo entiendo por poesía y lo engañoso que es el mundo.
A mí a poeta no me gana nadie si me da la gana.
Por lo demás, sigue el mismo aburrimiento y falta de sentido vital en mi vida pues las horas pasan estúpidamente la mayor parte del tiempo. Sigo con mi novela que se está haciendo madura. Por las mañanas me despierto tarde y quizás por la tarde recupero un poco el tiempo perdido. Fumo mucho y me da miedo.
Si ves las nubes pasar es que estás mirando al cielo.