miércoles, 28 de octubre de 2015

Me he presentado hace unos días a un concurso de poesía que se llama "Gastón Baquero". No me han dicho por mail quién ganó pero yo me he enterado que ha ganado Salvador Galán Moreu, que es un psicólogo granadino que trabaja como educador social con niños difíciles. Tiene un texto hablando de esto, de su oficio. Yo vi chavales en institutos que estaban perdidos y me imagino que acaban mal. Es muy bonito el oficio de este poeta. Y muy difícil. De la  poesía no se vive pero uno es poeta como puede ser zapatero. Yo he leido en una página web de poetas andaluces a este Salvador. No he entendido mucho, la verdad. Es poesía que rompe con la lógica y esas cosas y yo no trabajo ese tipo de poesía.
Pero bueno, me alegra que la gente se dedique a la poesía aunque sea por afición porque un buen poema es muy bonito de escribir y de leer después.
Mientras vas viviendo, vas conociendo gente. Y existen las coincidencias. Y existen los acontecimientos que juntan a dos o tres personas en el mismo quehacer. Y luego la gente va vagando en sus vidas sin acordarse casi del quehacer y de la coincidencia que unió dos o tres cuerpos y mentes para hacer una cosa en común. Los escritores se unían entre ellos para hablar de lo que escribían. Y hacían viajes, como Gide, como Wilde o como Máximo Gorki, que llegó a dirigir la Revolución soviética.
En fin, todos vamos a una aunque no lo parezca pero hay ya quien se ha quedado en el camino dejando un feliz recuerdo porque fue buena persona. Quién sabe lo que queda por hacer, las paces que firmar, la aceptación del otro que hay que asumir, las guerras que quedan mirándonos en el futuro como horrorosa quimera y los proyectos de vida que hay que ir cumpliendo cada tarde en la obra, frente a un volante o un ordenador.
Comamos, bebamos, pongamos gordos y a lo que digan los demás, oidos sordos.

lunes, 26 de octubre de 2015

Tras años de mostrarse uno arrogante, distante, incomunicativo y de algún modo, superior, trae como consecuencia que aquellos con los que te has mostrado arrogante, distante, incomunicativo y de algún modo superior, te muestren su incomprensión e incluso su desprecio. Yo no he sido con nadie arrogante; más bien, humilde. No me he creído nadie especial por ser profesor. Ni más sabio ni  más inteligente ni nada. Y no he mostrado mi desprecio a los demás aislándome de nadie. Pero sí me aislo de aquellos que son unos chulos. No quiero saber nada de ellos como ellos no quieren saber nada de mí porque no estoy en su onda. Yo soy un friki, un lector, un aspirante a erudito pero también soy una persona que sabe quién le quiere y quién hace caso omiso de él. Yo no puedo preguntar qué tal te ha ido esta semana y que me digan: "bien", de mala gana. De algún modo yo también dejaré de interesarme por esas personas que se creen que tienen una vida muy emocionante mostrándoles mi desinterés. Porque eso es lo que se merecen.
Si no te hacen caso aquí, te lo harán allá.

sábado, 24 de octubre de 2015

Cuando dos personas que se quieren se ven después de un tiempo, es algo magnífico. Surge una vía de comunicación muy agradable  y divertida. Se ríen, se cuentan cosas que vistas al trasluz de su querencia suenan muy bonitas y la risa surge como sin querer. Es estupendo vivirlo.
El ser humano no sabe con qué poco se puede contentar y llevar una vida feliz. Generalmente se complica la vida con excentricidades, cosas caras y superfluas y estupideces muy variadas que no consiguen contentarlo.
El ser humano es feliz si tiene amor en su vida. Solo con eso podría vivir muy feliz pero la moda, una interpretación fallida de lo que es verdaderamente la vida, hace que el ser humano sea infeliz.
El dinero no vale si no consigue hacer que vivamos de acuerdo con un plan concebido sabiamente.
El sexo fácil, los amigos de barra y otros estupideces dejan un vacío interior difícil de llenar si no es con amor verdadero. 

viernes, 23 de octubre de 2015

Hay una canción de Rosendo que se llama "verguenza torera" y los primeros versos dicen así: "albero rendido al sol, eterno folletín. Podemos decir que no pero va a ser que sí". Seguimos con la crisis y la corrupción de unos y otros. Vaya mierda de país. Aquí la política, está visto, es un foco de ladrones y nos los tenemos que comer.
Me da igual de izquierdas que de derechas. Son todos una bazofia. No saben más que trincar y nos quieren dirigir. Qué van a dirigir esa pandilla de ladrones babosos.
Montan la barraca y tiroriro y luego yo no he sido, los muy barbianes ellos. Bien les venía un palo de escoba bien espetada por el culo, como decía el negro que barría el club en aquel libro de cuyo nombre ya no me acuerdo.
Va a ser que sí: que nos tragemos tanta mierda que han fabricado unos y otros y el sistema sigue erre que erre, jodiendo a todo el que los vota. Todos mienten y se llenan los bolsillos.
Si conoces a un político, no le conoces.
Si hay dos personas que tienen una relación estrecha pero una de ellas no sabe cómo se usa el móvil;o sea, no responde las llamadas ni los wassapp del otro, el otro puede cansarse de esta conducta. Pueden pasar dos cosas: que el otro le disculpe la falta de atención del que no hace caso del móvil o que el otro haga lo mismo, por despecho, que el que no contesta y no contestar las llamadas. Entonces se produce una falta de comunicación por ambas partes y hoy en día el móvil es esencial pues los horarios no suelen coincidir ni para verse durante media hora escasa. Ayer me pasó eso con mi novia. La llamé a las siete, a las ocho, a las nueve y a las diez y no contestó. Como su padre está delicado de salud, me temí que hubiera pasado algo y estuve con la preocupación hasta la noche.
Yo no pienso contestar sus llamadas ni sus wassapp a ver qué tal le sienta a ella que pasen precisamente de ella por la cara.
Ella siempre pone la excusa tonta de "que no oí", de "que tengo mucho que hacer", etc pero no son excusas válidas. Si se tiene móvil es por algo,  no para adorno o para pasar de él.
Yo no es que llame mucho pero lo que llamo cae en saco roto y como no nos vemos mucho el móvil es fundamental, cosa de la que no se da cuenta ella.
Organización y buena salud es lo que necesitamos.

jueves, 22 de octubre de 2015

Ha vuelto el chatarrero para poner las cosas en su sitio. Hubo un tiempo en que no había chatarreros. Ni los perros tenían pulgas y siempre estábamos de estreno. Eso era cuando había mucho dinero y el saco no se rompía. Luego se rompió el saco. Y se ha ido por otro saco pero no se acaba de llenar. La cola de la tía Manolita, en Madrid, que reparte suerte y premios que da gusto, ya alcanza dimensiones míticas. El dinero es de lo poco que entiende la gente, el valor del dinero.Por el dinero serían capaces de matar muchos pero no lo hacen por decoro,  por lo que diría de ellos la gente, los vecinos. Por dinero van las cosas como van, con una avaricia loca, por cincuenta euros se pierde hasta el buen nombre, qué no se perderá por dos mil. La gente quiere cosas, esa es otra cosa que entiende muy bien la gente, cuantas más cosas se tengan en casa, mejor y si son de marca, todavía mejor. Eso y la Belén Esteban y cuatro petardas más llenan la cabeza de la gente hasta no poder más.
La vida consiste en cosas simples, de ahí la simpleza absurda de la vida.

martes, 20 de octubre de 2015

El oficio de escritor precisa de mucha paciencia pues doscientos folios no se escriben de la noche a la mañana. La longitud de una novela es precisamente esa y una novela exige dedicación y buen hacer; pero sobre todo, tiempo. Así que no se le puede exigir al novelista predisamente prisa. Es como un orfebre o como un pintor que plasma su manera de ver el mundo en una pieza única.
Mi novelas no valen un pimiento aunque también me han llevado tiempo. Dice un consejo de guionista que leí en un libro: escribe tu primera novela, deja que la lean tus amigos y familiares y luego tírala y escribe una novela como Dios manda.
Así me ha pasado a mí, que mi primera novela no resiste ni la menor lectura crítica. Pero es la manera de aprender de los propios errores y continuar con la tarea, que no es fácil. 
El otro día oí decir a un escritor que de su trabajo solo viven cincuenta escritores en España.
A mí me gustaría ganar un premio literario.
Bueno, se trata de escribir y me dispongo a ello. No todas las canciones que escribieron los cantantes son buenas ni tiene que serlo. Con la intención de entretener el rato se hace todo: escribir y leer.

lunes, 19 de octubre de 2015

La creación literaria tiene algo de filosófica. Crear un personaje o un mundo imaginario tiene una carga de pensamiento grande, pensamiento del que escribe volcado en las situaciones que recrea o en el personaje al que le pasan cosas o reflexiona o reacciona ante las cosas que le pasan.
Lo que pasa es que la filosofía es pensamiento puro, es puro razonamiento. Si Nietzsche dijo que Dios estaba muerto fue por una serie de razonamientos que le llevaron a decir eso. Y así, Sartre con la idea del existencialismo y Marx con la idea del comunismo.
Lo que pasa es que los personajes de novela pueden ser comunistas, existencialistas o matar a Dios en su cabeza en un determinado momento de la novela, según quiera el escritor o según le haya llevado el personaje al escritor a determinadas situaciones porque a veces el personaje vive al margen de su prpio autor; o sea, vive su propia vida literaria.
Yo no entiendo mucho de filosofía pero entiendo un poco de razonar el mundo en el que vivo y no es muy divertida la conclusión que se saca. Mis personajes generalmente son infelices porque no podría ser de otra manera una visión pesimista de la vida.

domingo, 18 de octubre de 2015

Ante una situación difícil, no sabemos cómo vamos a reaccionar. No solo por lo difícil sino  por lo nueva y desconocida. No sabemos lo que nos traen las circunstancias y no podemos saber el tiempo que nos traerá adaptarnos a la nueva situación. Los histerismos, los victimismos y el acusar al otro de lo que nos está pasando es muy posible que pase. Podemos perder el control y hacer cosas estúpidas que los demás no van a entender cuando una situación nos supera. Porque no la entendemos o porque nos ocupa mucho tiempo que antes era nuestro o porque nuestra naturaleza no está hecha para aguantar con entereza eso que nos está pasando.
Queremos que todo el mundo esté al tanto de lo que nos pasa y nos duele el ver que los demás siguen su vida mientras nosotros estamos empantanados en ese ciclo malo de nuestra vida. Pero si reaccionnamos con rencor y odio, es peor, las cosas se ponen peores y ya es cuando nadie nos ayuda porque no entienden nuestrios histerismos y victimismos absurdos. Además, es una señal de que estamos desbordados cuando actuamos creyéndonos víctimas de todo y contra todo. Y entonces la cosa se complica porque perdemos uniones que son válidas pero con nuestra conducta las perdemos.

viernes, 16 de octubre de 2015

Hay en Radio Nacional un programa de música que se llama Radio 3. Dentro de ese programa musical, hay una hora de 10 a 11 de la noche que se llama "Coordenadas" y en él escuché a un tal Niño de Elche que habla en sus canciones de política. También escuché a Alda Facio, abogada y escritora feminista que dice que las mujeres deberían estar en puestos de toma de decisiones para el bien de la Humanidad. Solo tomando como ejemplo a mi madre podría decir que las mujeres son unas organizadoras fenomenales, dialogantes, consoladoras de todo mal menos las que no saben más que gastar el dinero de sus maridos y esas feministas que quieren matar a los hombres para quedarse solo ellas en el mundo. Luego oí otro asunto: el de la agroindustria, que hace que el mundo esté desnutrido u obeso. La agroindustria actual está fallando como sistema. La comida basura está fallando y parece que lo obvio, esto es, una alimentación saludable que se lleva desde hace siglos, hay que explicarla de nuevo.
Oye y sabrás. Mira y descubrirás. Piensa y actuarás.

miércoles, 14 de octubre de 2015

Me dispongo a añadir unos renglones más a mi novela. Mi novela no debería tener las aspiraciones de otras novelas como "Crimen y castigo" o "Luz de agosto" de Dostoviesky y de Faulkner respectivamente. Mi novela es de andar por casa, mi novela no cuenta más que cosas volanderas y casuales, tal cual me vinieron a la cabeza. De todos modos, esas dos novelas que he nombrado no las lee ya ni Dios por lo complejas que son y los sentimientos profundos que expresan. La gente de ahora no quiere oír más que de zombis y de crímenes al atardecer. El exito de mis novelas vendrá, si un día viene, por lo de entretenidas que tengan, por lo bien que hagan pasar el rato, por lo original del caso, quizás.
La gente es ya de playa y de nieve y no quiere autoridades que escriban como manda la Academia ni que pongan casos en la narrativa de ejemplaridad ni nada de eso. La gente quiere entretenimiento como querían los romanos en el coliseo, que haya sangre y lucha, acción, nada de reflexión ni de romperse los sesos. Vengan zombis y detectives y marcianos y desatres nucleares. Pues bien, yo de zombis paso. Me arrimo a la historia bien escrita, sea esta de una fregona o de un dependiente de ultramarinos.
"Ponme una canción triste", dice una canción de Paul Simon. "Llévame a los mares del Sur", dice otra canción de otro cantante de aquellos años en que no había guerras tan crueles como las de ahora. Las canciones tristes adornan a un hombre que toma café por las mañanas solo y sin nada que hacer.
Me recorre una amargura parecida al café de las mañanas, una amargura suave, contrarrestrada con el blanco azúcar de un sobrecito, ese sobrecito que aguarda a que yo llegue todas las mañanas y abra ese periódico problema y lo lea y después sienta cómo el mundo puede estallar por cualquier costado y luego me pongo a pasear por la Gran Vía y veo gente de edad considerable y veo la mañana decidirse por ser la misma que ayer.
Ayer por fin escribí dos folios de la novela, me quedé contento y hoy tengo la tarea de continuar.
Han cortado los árboles que se veían desde mi ventana. Ya no los agitará el viento sus ramas haciendo un ruido de mansedumbre.
La vida, algunas veces, es el paso lento de las horas.

martes, 13 de octubre de 2015

Hay veces que veo que la gente saca fotos en un bar, saca fotos en la calle, se tira todo el rato sacando fotos. Luego veo gente que se descarga películas de todo tipo, películas que no va a ver nunca, almacena y almacena en su ordenador miles de películas y luego no las ve. Veo gente que se compra un aparato muy moderno, que tiene un montón de prestaciones, de botones, de avances técnicos de todo tipo y veo que esa gente es un desastre.
Deberíamos empezar por nosotros mismos, ser unas correctas personas antes de digitalizarnos o modernizarnos del modo que sea. La gente, por lo general, es gilipollas y es muy fácil de engañar. La engañaron con hipotecas basura, la engañarán con aparatos que no necesita y la seguirán engañando porque lo que la gente necesita es un poco de formación humana, saber estar en el mundo. Saber estar en el mundo o en un bar es muy difícil porque exige unos conocimientos mínimos que la gente no suele tener.
Siento decir que ese estado de saber estar se adquiere leyendo libros que hablan de eso precisamente, de cómo debe ser una persona que se precie de ser persona. Hay mucha gente que viaja mucho, compra muchas cosas y es gilipollas con todas las letras. Porque nunca se ha leído un libro.
Como yo estudié en el Bachillerato, había antes escritores a los que no les gustaba el mundo que les tocó vivir. Yo, desde que he cumplido una serie de años, el mundo se ha vuelto de otro modo menos simpático, digamos. Los escritores a los que no les gustaba el mundo en que vivían, lo transformaban con su propia literatura, su literatura era un arma con la que luchar contra la fealdad del mundo. En aquella época, la literatura no era un negocio de masas, los escritores y poetas no aspiraban a crear un best seller. La literatura era una forma de vida, como describe Valle Inclán en "Luces de Bohemia". La literatura no daba riqueza pero sí un nombre y una forma de ser en el mundo, no como ahora, que los escritores se pliegan a una forma de escribir x para ganar dinero, se pliegan al capital, al negocio. Los escritores se convierten en negociantes y quizás así sí les guste el mundo que los acoge como héroes de decir cosas, de contar disparates llamativos.
Lo que es por mí, ya he dicho: la vida ya no es igual de atractiva que en mis irreflexivos y felices años en que yo jugaba al fútbol, estudiaba cosas interesantes, tenía un montón de amigos, era feliz. La edad lo trastoca todo: esta edad no me gusta. Mi cuarentena ha sido penosa. Y escribo para que la vida sea más bonita, me meto en mundos que aunque no sean comerciales, me gustan a mí. La vida para en seco la irrreflexión algún día.
Según pasan los años, parece que la vida nos arrrincona y nos sitúa en una soledad inexorable. Aquellos amigos de juventud se olvidan, acaban, no se los ve. Es muy difícil hacer amigos nuevos a una cierta edad. El círculo en el que nos movemos a partir de los cuarenta años es breve, difuso y descorazonador. Es como si se te cansara la vista de ver siempre la misma gente.
La soledad que de cuarentones empieza a asomar en lontananza ya es para siempre, casi hasta que te mueres pues ya no vas a hacer muchos amigos que se diga y el que los tiene, son amigos de pacotilla, de tomar un cubata.
La soledad debe ser tomada entonces como un patrimonio del que disfrutar sin compañías molestas que no hacían más que meter ruido alrededor. Si tienes mujer e hijos te habitúas a ese paisaje cotidiano ya para siempre y los demás ya no te hacen la falta que te hacían antes.
La soledad viene con la vejez, cuando nos hacemos viejos y ahora viejo es cualquiera que supere los cincuenta pues está muy mitificada la juventud en la cabeza de la gente ignorante por las cargas propagandísticas de los medio de comunicación.
Total, si pasas de una cierta edad, viene la soledad a visitarte.
Hoy he leído en el periódico un articulo sobre la era digital en la que estamos. Se hablaba de la técnica y de lo que opinaban Ortega y Heidegger sobre ella. Yo no sé ni papa de lenguaje filosófico así que no me he enterado de gran cosa ya que los que escriben no lo hacen para el común de los mortales pero yo deduzco de esta etapa virtual en la que vivimos y de adoración a la tecnología que vamos a sustituir una realidad de la que todavía sabíamos poco por otra de la que sabemos nada apenas.
Y esta sustitución es mala para la gente que no se entera ni de una ni de otra realidad. Si en vez de invertir en aparatitos inmundos invirtiéramos en educación y en saber un poco de nuestra propia historia,  de nuestro propio lenguaje con el que nos comunicamos, de nuestra vida diaria en la que estamos (algunos) inmersos, adelantaríamos más que dando a los ciudadanos herramientas absurdas que no sabrán usar porque tienen un desconocimiento de todo. En la vida, la ignorancia es una reina que se pasea haciendo mucho ruido.
Ya ha pasado el puente del día del Pilar. Menudo rollo. De aquí se va todo el mundo y siempre nos quedamos los mismos. He pasado un aburrimiento mortal. El aburrimiento te impide hacer cosas y al no hacer cosas, te aburres. Es una pescadilla que se muerde la cola. Encima, cierto malentendido ha provocado tirantez con mi novia. Lo que faltaba. Bueno. A ver si hoy me pongo con la novela de una vez y la voy acabando. La historia de siempre. Al levantarme por la mañana el periquito estaba muy excitado y no paraba de piar. Algo le pasa. Iré a ver si me ha tocado la once y luego leeré algo de "Luz de agosto", que ahora está muy interesante o del libro de Biopsicología. Tengo que enterarme si ya me han matriculado en la uned o no. Menudo rollo la página web de la uned, ahí no hay quién se entienda. Pero bueno. Poco a poco. La verdad es que si me compro los libros, tendré en qué estar ocupado. El periquito sigue erre que erre, venga piar. En fin, qué le vamos a hacer. Que píe.
La vida es el paso de las horas.

lunes, 12 de octubre de 2015

Hay en España, y supongo que en el mundo, gente iconoclasta o que no le gusta el pasado común de la gente. No les gusta la Virgen del Pilar, las iglesias ni la tumba de Franco, al que fusilarían después de muerto, ni las rosquillas de San Isidro, etc. Pero son estos que quieren romper con el pasado los que se abrazan con fuerza al comunismo, al anarquismo y enarbolan la hoz y el martillo o la bandera de la CNT. Como si eso no perteneciera a un pasado igual de rancio que el otro. Lo que pasa es que es su pasado, es el pasado de donde vienen ellos y ese pasado quieren hacérselo tragar a los demás. Quitan los crucifijos y ponen a Marx de capirote, ese Marx que condujo a ese comunismo de mierda en Rusia y en Cuba.
Y lo llaman utopía, como si la utopía tuviera algo que ver con el socialismo rancio del XIX o con el anarquismo de bombas y asesinatos a cargos públicos, terrorista, que hubo en el XIX. Y a eso lo llaman utopía y defienden que hay que ser solidarios con el que sufre por la acción directa. Y esa gentuza quiere quitar a Dios y poner el de la utopía, otro Dios. Y vengan dioses para confundir a la gente y quítete tú que me pongo yo, la misma mierda.
Si te hablan de solidaridad, que empiecen dando.

domingo, 11 de octubre de 2015

Ayer, sábado, día 10 de octubre fue el día mundial de la salud mental. Yo fui a una manifestación con ese motivo. Acompañé a mis amigos de la asociación "tú decides" a lo largo del recorrido que fue de Plaza de España a Sol. Éramos muy pocos, unos 100 en total. Yo fui mirando los edificios de la Gran Vía. Vinieron de varias televisiones e hicieron entrevistas. Luego, en la Puerta del Sol, cogió el micrófono un señor y se perdió en una serie de divagaciones que me aburrieron, al igual que a mi hermano Paco. Decidimos irnos. Tomamos una cocacola en la Plaza de Santo Domingo. Parecía que Madrid estaba recobrando el pulso después de la crisis pues mientras subíamos por Preciados, la gente compraba y compraba y miraba productos. Es lo que pasa, que cuando la gente es pobre no hace más que pedir y quejarse y cuando es rica no se acuerda ni de su padre ni de su madre. La gente no tiene término medio. La gente es gilipollas.
No siempre se pierde la dignidad cuando uno es pobre pero sí cuando se es rico.

viernes, 9 de octubre de 2015

Tengo por lo menos veinte historias empezadas pero no tengo ganas o fuerzas para continuarlas. Decían los antiguos que había que tener a todas las Musas encinta y que no debía pasar ningún día sin escribir una línea pero mi alma perezosa no se pone a cubrir Musas ni a trazar líneas.
Me tumbo después de comer, como me tumbaba en verano, pero ahora noto que la noche viene más presta y no me siento bien tumbado. Me recorre una inquietud que no es productiva pues esa inquietud no me pone delante del ordenador a escribir historias.
Escribir historias tiene mucho de voluntad pues, ¿a quién interesa crear algo que no está en el mundo, que surge de la imaginación y que necesita de mucha sintaxis, vocabulario, noción del párrafo y otras exquisiteces narrativas y gramaticales más para llevarse a cabo? Da miedo pensar en pensar una historia.
De todos modos, me voy a poner con alguna historia a ver si es del gusto de mi carácter narrador y la puedo continuar aunque sea malamente.
Si no te sale a la primera, habrá unas cuantas otras.
Todo pasa, pasa el verano, pasan los días de nervios, pasa la hora de comer y se vuelve a la normalidad, una normalidad relativa pues en la vida del hombre no hay cosa totalmente normal. Siempre hay cosas para que esa normalidad se resienta, incluida el propio carácter de ese hombre o esa mujer. Se llega el viernes, se llega el sábado y parece que el hombre o la mujer se pierden en ríos de gente que los hacen parecer normales o por lo menos, homogéneos en su vulgaridad o su modo de vida o su carácter o digamos que su crácter se diluye en un no carácter de la masa. La gente compra, visita lugares donde hay cuadros, holla las aceras para hacerlas numerosas y el hombre y la mujer no saben que entran en una horda sin carácter alguno, en una compacta masa de gentes sin ningún tipo de individualidad. Todo es atrabiliario y torpe, todo se compra y se vende en comercios pasajeros.
Pero la idea es que yo tengo que decir que no a una costumbre, la costumbre de andar siempre de la misma forma y no tener tiempo para mí. La vida da muchas vueltas pero hay que saber en qué vuelta estas tú.

jueves, 8 de octubre de 2015

Cuando estoy mal, busco hostilidades pueriles allí donde no debería haberlas y me enredo en odios pequeños y absurdos, en manías por determinadas cosas o personas y lo paso aún peor. "Me encabrono", como me decía un médico y las cosas van encenagándose hasta que se me pasa el mal humor. Hay en las cosas y personas que me rodean un punto que fomenta esa hostilidad porque yo creo que no es gratuita del todo, no me la invento sino que ciertas actitudes de cierta gente que me rodea provocan ese malestar y acritud en mis valoraciones. Lo que pasa es que el comportamiento de esas personas me afectan en mi vida pues las tengo cercanas y me comparo con ellas o las juzgo de manera malévola y así, yo lo paso mal. De la incorrrección de ciertas posturas hacia mí, yo empiezo a hacer un ovillo de malas impresiones sobre ellas y acabo teniendo una postura crítica que me hace mal. No me gusta que haya gente que me oculte su vida y luego quiera saber de la mía, no me gustan ciertas posturas arrogantes sin causa definida, no me gusta que me juzguen o que quieran estar por encima de mí los que no hacen nada o no lo han hecho para estarlo. Me molestan los tontos fatuos, los chulos, los que van de misteriosos, los que callan y se dan tono, etc.
No busques bronca con las personas que te molestan. Es peor.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Me estoy leyendo "Luz de agosto" de William Faulkner. Había oído decir que este autor es tan grande como Dostoviesky o cualquiera de los novelistas clásicos y como tal, es muy exigente con el lector. Para contar cualquier cosa se regodea en quisquillosas zonas del alma o de la psicología del personaje. Es un pequeña tortura leerlo pero voy a ver si la acabo a ver qué conclusión saco. Voy por la página 200 o así y la novela tiene 477 páginas. Voy bien pero no estoy para pequeñas torturas. Ya me siento mejor de mis pesadillas y de mi mal humor mañanero. La mañana ha ido avanzando, el cocido se ha ido cociendo y yo estoy mejor. El análisis que hace el amigo Falulkner del personaje es como para saber hasta lo que sentía cuando meaba una noche de verano, en fin. La historia va de una mujer que sale al encuentro de uno que la ha dejado preñada pero es tan denso lo que cuenta que me asusto en los renglones.
Si un escritor es pesado, da igual que sea bueno.
Llevo unos días malos, en que duermo mal por culpa de un ligero insomnio o unas pesadillas. Quizás se deba a que tengo cosas por hacer que no hago y eso no me gusta. Tengo que acabar la novela, enterarme de lo de la Uned, estar pendiente de la novela que he mandado a las editoriales, etc. Pero dentro de todo esto que tengo por hacer, también estoy un poco estresado con el asunto del padre de mi novia, que tiene un cáncer de próstata y pasea todos los días y hay que acompañar a mi novia y a su padre todos los días, lo que me asfixia un poco la libertad que yo pudiera tener de andar para allá o para acá. Ayer estaba yo tan a gusto en la asociación con mis amigos cuando me llamó mi novia: "estoy en Gran Vía, estoy en Gran Vía" y allá que fui corriendo sin pensarlo dos veces, como si fuera una obligación para mí. Y eso no es bueno, andar con prisas, andar obligado para luego pasarme la tarde en una farmacia comprando medicinas. Es todo un poco absurdo.
La vida es una obligación y la más importante, la de estar vivo.
Esta noche he tenido una pesadilla: yo iba con mi hermano en un coche y perdía el control del mismo, se aceleraba y le perdíamos de vista. Sorprendentemente, nos quedamos mi hermano y yo a pie y vamos a una especie de gasolinera donde se había perdido el coche. Luego, se suicida un sobrino mío tirándose por la pared. Curiosamente, mi sobrino es pequeño en el sueño, cuando en la realidad es ya mayor. Luego entran en la gasolinera unos señores que empiezan a hacer cosas raras y nos nos atienden y yo pregunto: ¿son uds sordomudos? Y luego ya mi hermano me quiere dar besos y yo le golpeo. La situación es tan absurda y delirante y angustiante que me he despertado. Luego he fumado un cigarrillo y por la mañana, cuando me he despertado, lo he hecho de muy mal humor, sin ganas de hacer nada. Pero tenía que hacer un cocido y me he puesto manos a la obra. Pero el cocido no tiene ni jamón ni huesos que le den sabor. He puesto la olla y la he tapado para que el cocido se haga antes y aquí estoy malhumorado y triste por haber soñado un rollo que no veas de pesado y angustiante.
Las amas de casa tienen malos días, pero han de hacer de comer.

martes, 6 de octubre de 2015

El otro día fui a la asociación "tú decides" porque hablaba un periodista que trata en la radio temas de enfermedades mentales. El hombre se explicó muy bien y estuvo muy animado el coloquio que tuvo lugar. Hablaba el hombre a la pata la llana y es forma esta de hablar que a lo mejor puede ofender a almas sensibles o cursileras pero es la mejor forma de poner los puntos sobre las íes y darnos a entender que si no hablamos claro sobre la propia enfermedad, todo se vuelve un lío y nadie nos entiende. Yo le pregunté que por qué ahora hay tantos términos para llamar a la enfermedad: unos dicen trastorno, otros dicen discapacidad y otros no quieren oír de nombres de ninguna clase y dicen que "somos personas". Personas somos todos pero precisamente todos estábamos allí porque sufríamos una enfermedad del cerebro y por lo tanto, éramos todos enfermos mentales, que es el término que a mí me gusta decir.
A mí me fastidian esas personas, sean enfermos o no, que al oír la palabra "enfermo mental" dicen: yo no lo soy o eso no se dice, somos personas. Si ya lo sé que somos personas pero nos marca la enfermedad en muchos aspectos y por eso se debe decir que somos enfermos mentales, a mi entender.
 Somos personas, sí, pero cada una con su historial debajo del hombro.
Me temo que ya barrunto el cambio de hora. El año pasado hablaron los políticos del uso horario de España y dieron un dato que yo no sabía: Franco puso el huso horario de Alemania en España por simpatía con el Fuhrer. Otra necedad del estúpìdo dictador. A propósito: ¿Por qué todos los dictadores tienen ideas estúpidas cada cuarto de hora? Será porque no les llevan nunca la contraria. El caso es que ya tiemblo que a las seis de la tarde sea de noche hasta la hora de dormir. Cosa injusta después de haber tenido horas de luz hasta las diez de la noche. Yo no sé a qué se debe este fenómeno nefasto del cambio de hora pero a mí me fastidia anímicamente de manera brutal.
Ni quiero tanta luz en verano ni que me la recorten ahora a mediados de octubre. Me da asco. No lo puedo soportar. Este tiempo gris sin lluvia verdadera, este mortecino ambiente que hay en las casas, este deambular de un lado a otro sin precisión alguna y este acabamiento de las horas me tiene ya un poco nervioso.
Pero bueno, dice el refrán que al mal tiempo, buena cara y yo intentaré ponerla mal que me cueste.
No te roban solo dinero.
Por fin, ayer, llovió a gusto, con ganas, a eso de la diez, cuando me despedía de mi novia y me vine a casa. Ese rumor de agua inédito durante meses, me devolvió a épocas pasadas, me llenó de satisfacción en lo que duró. Por fin llueve más de diez minutos seguidos. La tierra habrá acogido el agua como una bendición.
Pero hoy ha vuelto a clarear el cielo, como una venganza de lo que ocurrió ayer, como si el cielo dijera: tomad sequía y seguid con la racanería del azul que no da nada. Ayer, en una tregua que hubo en el cielo, a eso de las tres de la tarde, me fui a comprar. Quizás la vida se trate de aprovechar esas treguas que da el cielo, que da Dios a los mortales para que podamos hacer nuestra voluntad y no la de Él, que nos tiene un poco atemorizados con tantas guerras, dramas, confusión que llega de lo alto. El mundo se va al infierno por correo urgente, decía el borracho de la pensión sin saber que que se estaba cumpliendo su delirio de borrachera nocturna.
Lo triste es que vuelve esta sequedad inmunda a hacernos vivir una vida de carencia afectiva con las nubes que solo sobrevuelan nuestras cabezas inútilmente.
 El agua debe ser querida, venga de donde venga, si no es con atropello.