jueves, 31 de octubre de 2013

Ha llegado el día de los muertos. Salen un poco entumecidos de sus tumbas y se dan un paseo al bar, a recordar a los mortales que son polvo y putrefacción, salen los ojos de sus cuencas inyectados en sangre, salen esas manos puercas y corrompidas a tocarlo todo, a dar los buenos días mientras una sonrisa abyecta les recorre el rostro, salen los peores muertos que no podían descansar a gusto bajo tierra por sus malos pecados y vienen al terreno de los mortales a decirnos que se está muy mal enterrado y reconcomido por la mala conciencia que dan los vicios y los crímenes cometidos cuando vivos, salen los muertos, salen a ver a los vivos y a recordarles lo feo que se está bajo el imperio de los gusanos hambrientos de carne inerme.
Y salen los muchachos de sus casas y van a buscar caramelos disfrazados de brujas y demonios y otras cosas peores y ensayan con el vecino el truco o el trato, el truco o el trato y así pasa una jornada en que reina el poder de la ultratumba más radical.

domingo, 27 de octubre de 2013

Ese día de domingo él estaba instalado en el sábado, creía firmemente que el fin de semana se estiraba como la goma. Quizás tuvo que ver que el sábado fue tranquilo e insulso como el pan sin sal.
Habían ido los tres a la sierra a pasear y se quedaron solos en el camino de montaña cayéndoles la noche encima. En el bar del puerto, cuando salió a fumar un cigarro el escenario era espectral, con la oscuridad reinante por las dos vías que conducían hacia otras montañas, solo se veía a doscientos metros el cruce de las carreteras, un símbolo de lo que le ocurría a él porque se le cruzaba un destino incierto, muy poco alumbrado en su vida. Un camino se agotaba y otro cruzaba pero estaba oscuro y gélido y fantasmal.
Ya por la autopista se centró en pensar que era domingo pero a la vez no le gustaba, quería seguir instalado en el sábado pero tampoco sabía qué tenía el sábado de especial como no fuera la antítesis del domingo, en el que todo es claudicante y fatal como un abismo. Ya en la cama, se dio cuenta, por el silencio reinante, que la día siguiente, muchos madrugaban, muchos madrugaban.

sábado, 26 de octubre de 2013

El hombre abrió la puerta despacito y dijo, dirigiendo su voz en la penumbra: "¿me perdonas?"
No halló respuesta. Sabía que su mujer estaba tumbada en la cama y le molestaba grandemente que ella siempre eligiera el mutismo en su enfado, un enfado muy particular, muy suyo.
Se fue al salón. Rememoró aquella tarde pasada con ella en su ocupación favorita, la lectura. Después de leer un pasaje en el que se cantaba a la juventud y al amor, él le dijo a ella que le gustaría que ella volviera a tener veinte años y ella se enfadó. Ella se fue a la habitación sin decir nada y no le había hecho café y no había comido con ella las galletas que compraban juntos en el supermercado.
Al hombre le gustaba ahorrar electricidad así que no dio la luz y se quedó allí a intervalos en los que se asomaba a la habitación y volvía a implorar tímidamente perdón sin respuesta alguna. El hombre pensaba: "no sé si es orgullo, vanidad o demencia senil. No sé por qué se amotina esta mujer por la edad, últimamente. No se puede hablar de su edad. Debí ser más cuidadoso. El otro día me dijo que nunca ha sido tan bella que a los ochenta. A este paso, nos encierran en una residencia". El hombre lo intentó de nuevo tras estas reflexiones. Le perdonó y le hizo prometer que no pondría más en duda "su juventud veterana". Luego le dio un beso pero el hombre estuvo pensando de más en la cama y le costó coger el sueño.
¿La vida es vulgar?¿Uno mismo es vulgar?¿la gente con la que se cruza uno es vulgar y así hace la vida vulgar?¿Hace falta hacer un esfuerzo para que la vida no sea vulgar?¿Tomando un café con una persona interesante la vida es menos vulgar?
La respuesta a todas estas preguntas que me hago a mí mismo creo que es que cada uno ha de saber transcender su propia vida del modo que sea porque la vida, en sí misma es vulgar; es, básicamente, más plana que un plato vacío.
Hay que llenar ese plato vacío de comida elaborada, de manjares que han tenido un trato delicioso en una cocina, en la cocina del ingenio.
No nos podemos limitar en la vida a pasar por ella como un televidente más. Hay que actuar, hay que ir de juerga, hay que querer a una mujer o un hombre lo mejor que se sepa, hay que ir llenando el lapso de tiempo en que el sol sale y se pone con actividades enriquecedoras de nuestro espíritu, no de nuestro estómago. Por ejemplo, podemos leer y después, agradecer nuestra dedicación intelectual comiéndonos un bombón de chocolate. 
Los cuentos infantiles se cumplen una y otra vez. Por eso son tan repetidos, traídos y llevados. ¿Quién no ha conocido a una Cenicienta que desea que sus sueños se cumplan? ¿Y quién no conoce a alguien que se fió de un lobo y ahora anda llorando por los rincones?
La literatura de autor, sin embargo, es más compleja porque lleva en sí sentimientos más complejos. "La metamorfosis" de Kafka quiere retratar un abuso que hace una familia a una persona de la que depende toda esa familia y también el absurdo de vivir como una máquina, como una animal las relaciones personales.
Parece que de obras literarias como "Por quién doblan las campanas" no se extrae una lección tan inmediata como de "Caperucita Roja" que es muy fácil de entender. La primera tiene un escenario: la guerra civil española y Caperucita no tiene tiempo, ni lugar ni nada, por eso es tan sencilla y comprensible.
Los personajes deben ser todo lo universales que puedan para que perduren, si no, pasan a estar en el campo de la erudición literaria y no en la cultura diaria de todos los hombres.
Tener deseos y encontrarte con el muro de tu propia incapacidad, envidiar al que ha conseguido algo en la vida, eso nos ha pasado siempre a todos. Lo mejor es no ansiar demasiado eso que queremos, tomárnoslo con toda la calma posible e ir poco a poco.
No me refiero a tener el coche que tiene el vecino, que también crea envidia, si no envidiar todo un modo de vida que se ha alcanzado con mucho esfuerzo.
Hay una expresión que explica este sentimiento: "estar en la pomada", en la pomada de lo que sea, a cada uno le gustaría estar en una pomada diferente, según sus méritos.
Cuando yo era joven envidiaba a aquellos que llevaban una cartera y parecía que venían de hacer algo importante e iban a hacer algo importante en cuanto se tomaran un trago.
Luego yo di clases e hice esas cosas importantes que yo envidiaba a otros, aunque yo creo que lo que hice era de relativa importancia por más que analizo quince años de docente. Por lo menos, llevaba una cartera de allá para acá y algo enseñé y algo di de mí a los demás. El difícil mundo editorial seguro que me cerrará las puertas a cuantos intentos haga yo de publicar pero lo seguiré intentando. Dice un refrán húngaro que si quieres ser papa, te lo tienes que meter en la cabeza.

viernes, 25 de octubre de 2013

La vida en común trae quebraderos de cabeza o inspira un montón; lo que no se le ocurre a un miembro de la familia o núcleo que convive se le ocurre a otro y de ahí que unas veces nuestros compañeros de piso nos molesten o nos complazcan.
Mi hermano con el que convivo no me ofrece grandes ideas para la novela, ni siquiera hablamos de literatura y eso que él ha leído un montón. Lo que sí le voy a pedir es que se lea mi borrador de la novela y me dé su opinión. Sé que va a ser sincera y crítica como la que más precisamente porque es muy leído y no le duele sacarme los errores; es más, disfruta con ello y se puede reír de mi invención.
Mi hermano se suele quejar de cosas prácticas de la casa y también ha sido de ayuda en muchos otros aspectos de la vida en casa y fuera de ella.
El que está solo sí que creo que es digno de ayuda por nuestra parte si nos la pide porque sólo tiene una cabeza para ponerse de acuerdo y eso, a veces, es difícil. Las penas compartidas duelen menos como menos son los desencuentros si estamos solos.
Yo no recuerdo la transición española, ni los primeros años de felipismo ni nada que tenga que ver con la política hasta una edad mía muy tardía.
Las decisiones de los dirigentes, que mueven la economía de un país en una dirección o en otra, que fomentan un sector económico u otro en función de no sé qué estudios o tendencias ideológicas nos pueden hacer polvo según en qué sector se esté.
La construcción, por ejemplo, se destapó en un boom de grúas y de horas extras que benefició a todo aquel que estaba en ese sector, mientras la burbuja inmobiliaria creaba que hubiera casas vacías sin gente y gente sin casas por su elevado coste. Se especuló con algo imprescindible para el ser humano, la vivienda.
La vivienda en España ha sido un motivo de preocupación para todo el mundo desde hace mucho tiempo. Leyes antiguas de alquiler, casas caras, sueldos bajos. No está muy en orden el tema de la vivienda cuando la hipoteca se lleva un gran pellizco del sueldo.
Aznar, con sus decisiones sobre la economía creó la burbuja, la burbuja inmobiliaria junto con la financiera estallaron y ahora estamos donde estamos, llenos de deuda.
Alguien que lucha por algo en la vida siente una gran insatisfacción, porque nunca se cumplen sus deseos como él quiere. Sólo los que se conforman con pasar el día y no dejar huella de sí mismos en el mundo están satisfechos.
Las amas de casa desean lo mejor para sus hijos, que son como su otro yo en el mundo y verlos empantanados en las dificultades les crea insatisfacciones múltiples.
Las personas de bien nunca creen que este mundo es perfecto, siempre piensan que hay que mejorarlo y sufren si otros sufren y este estado de insatisfacción perpetua se la transmiten a sus hijos que están muy pendiente de la cantinela que oyen a su madre o a su padre: "lo bien hecho bien parece".
A mí me gustaría crear una novela que estuviera bien acertada en el estilo, en la historia, en los personajes y no dejo de pensar en mejorarla, en pulirla, en adecentarla para el posible lector.
I can´t get no satisfaction. Todos los que sufren por hacer un mundo mejor, dejarán un mundo mejor tras sí o eso se espera si este mundo es coherente.
Los que no tienen más que la mañana con toda su claridad y energía de luz pero no tienen oficio ni herramientas con las que emplearse en algo. Y luego llega la tarde y es otro borbotón de luz y horas en que no hacer nada porque no tienen empleo, son muchos en España.
La crisis económica en España ha traído un montón de desempleados, de desocupados que miran la televisión con la esperanza de que se cree empleo. Y muchos ya no trabajarán en nada porque la crisis les ha llegado a una edad crítica.
Nada les satisface porque lo que ellos quieren hacer es trabajar en lo suyo. Albañiles sin poder hacer casas, ¡qué impotencia!
Y todo se vuelve en hablar de la crisis y un deseo de que las cifras vuelvan a ser amables, que la economía salga de este mal sueño de paro, carestía y mal humor.
Y en las casas se hacen números para que cuadre la comida, los estudios de los hijos y el vestir a fin de mes. Toda una odisea.
Otros ya han acudido a centros de ayuda para comer. Encima de no tener oficio alguno, pasear la indignidad de tener que pedir.
Este otoño y esta lluvia persistente me han hecho perezoso. Las calles se tiñen de un gris perla que viene del cielo que es la entraña de una ostra feroz que nos va a tragar en su cerrazón oscura y fatídica.
Me levanto por las mañanas sin interés alguno, con la zozobra del que se ha dejado invadir por la humedad reinante. Cualquier decisión se posterga para cuando deje de llover, para cuando escampe un poco y un rayo de luz aventurero cruce las nubes y devuelva a la ciudad un poco de claridad y sequedad tibia.
Enciendo un cigarrillo y otro más y me quedo mirando al techo o por la ventana y me hipnotiza tanta agua, tanto suelo mojado, tanta hoja del árbol que escurre la humedad del cielo de los días.
Me quedo así, mirando y recuerdo que hace unos días todo estaba seco, todo brillaba y hacía calor y ahora todo es acuático, húmedo y todo está como impedido, el agua hace estas cosas.
Da pereza salir, luchar con la lluvia, deshacer tu cuerpo seco que sale de las sábanas en el intento de no mojarte aliado con un paraguas.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Visitando un blog de un reconocido crítico literario, me doy cuenta de que no sigo la vida literaria actual de ningún modo.
En ese blog se citan un montón de novelas contemporáneas de las que yo no he oído ni hablar. Siempre he leído a los clásicos por tenerlos como más serios y modelos de la forma de escribir. Una novela actual que he leído, "París no acaba nunca" de Vila Matas me dejó más bien frío pues no veía en ella un argumento definido ni nada que valiera mucho la pena, sólo como algo testimonial ya que contaba la vida que había llevado el autor en París en sus principios como novelista.
Este blogero que he visitado estudió literatura contemporánea, no la vulgar Filología que estudiamos casi todos y es escritor asimismo y crítico de literatura. Se llama Luis Mora y tiene un premio el blog del que hablo.
Al crítico que mejor conozco es a "Clarín" que era cruel en sus críticas y todos los escritores le temían.
Espero no tener que someterme a un crítico y si lo tuviera que hacer, sería buena señal.

martes, 22 de octubre de 2013

Cuando se está solo, metido en un piso, por las ventanas nada más que oscuridad por las nubes y la lluvia, si no fuera por la radio que da noticias sin cuento, se diría uno metido en la boca de un lobo con el temor de que ese lobo cierre las fauces y no se sepa más de ti.
Así se deben sentir muchos que no tienen dónde ir a dejar muestra de su presencia, de su sentido existir. 
La radio y la televisión son sus compañeros por los que lo saben todo, no oyen voz humana cuando regresan de sus trabajos.
Sus padres murieron hace tiempo, los vecinos les saludan, también tienen a lo mejor familia en algún lugar lejano que les llama por su cumpleaños si se llevan bien.
Quizás estos días de quedarse encerrados por el mal tiempo devanen un poco la memoria y tiren del hilo de las ausencias que les ha dejado así: con la única compañía de sí mismos.
La gente solitaria tiene muchas causas, la soledad es tan fea que solo se besa cuando no hay a nadie que besar.
Esta tarde me he sentado a revisar y cambiar algunos aspectos de mi novela y no he podido porque al leer mi novela no la he considerado buena.
Parece mentira lo que hace en nuestro espíritu la percepción de las cosas.
Mi novela, desde luego, no es un dechado de virtudes literarias como para enmarcar; está hecha a base de golpes de escritura que daba yo cada tarde como entretenimiento. Quizás carezca de la calidad y de la tensión narrativa que haga que sea un buena novela.
Quizás por eso decidí renovarla y quitar elementos que la impedían una pureza argumentativa desde la que pulir el lenguaje de lo que cuento para hacerla más llamativa o más bonita.
Mi verdadera intención es esa: trabajar el lenguaje de mi novela hasta hacerla lo más atractiva posible al lector.
Isabel la Católica, que tenía una gran formación humanística y literaria proponía esto a los escritores de su época: sencillez escogida. 
Mirar bien el vocablo que se usa pero que sea legible y entendible a todos. Eso quiero yo conseguir en mi novela.
Un verano bastante significativo para mí leí en una semana de baños en el mar y paseos por la playa "Némesis" de Philip Roth. Me pareció un libro muy bueno, directo y de ida y vuelta pues contaba cómo un anciano vivía de forma abandonada y solitaria por un hecho crucial en su vida de profesor: la poliomelitis. Fue una lectura muy intensa de forma que vi cómo los alumnos que tuvo ese profesor de gimnasia creían en él y como él dejó de creer en sí mismo por un sentido de la culpa que llevó a extremos.
Luego, intenté leer otro libro de Roth pero fue una lectura tan rara y tan incomprensible que sólo recuerdo que iba de un profesor universitario y una mujer con problemas. No pude seguir su lectura por abstrusa. Ni siquiera recuerdo el título del libro.
De los autores americanos actuales, no he leído gran cosa entre otras cosas, porque son legión y es difícil escoger entre tantos aunque sí recuerdo un libro: "Proyecto Williamson", que no es literatura, digamos, clásica o académica pero lo pasé bien porque estaba basado en hechos reales. 
En casa del padre, una hija quiere controlar a su hermano en lo que gana y en lo que le conviene, según ella. Tiene la ayuda de su marido, el yernísimo, que sabe mucho de cuentas y de impuestos y de todo lo que el cuñado debe saber.
En un momento del debate sobre el hermano-cuñado, el yernísimo dice:
-Busca tus nóminas que vamos a ver qué te retienen del IRPF.
El hermano va a buscar sus nóminas a un cajón de su habitación y las lleva al comedor, donde el yernísimo va a dictar una sentencia.
El hermano oye las cosas que tiene que decir el yernísimo sobre su trabajo, sobre lo que gana, sobre lo que tiene que decir a su jefe en el trabajo pero el yernísimo jamás ha dicho una palabra de lo que gana, de lo que hace en su trabajo, de nada de nada.
El hermano-cuñado ya ha oído demasiado y se va a dar una vuelta. No se da cuenta de que su hermana y su cuñado son peligrosos porque se meten donde no les llaman sin parar en barras, como dos bestias. Su hermana y su cuñado quieren arreglar la vida a los demás, sin contar con los demás.
Todo lo que sabes, no lo digas. Cuidado con quien quiere arreglarte la vida.

lunes, 21 de octubre de 2013

El camarero rió con sorna e hizo esta pregunta con sorna también:
- ¿Tú crees que escribir novelas es un trabajo serio? No me hagas reír.
El cliente calló y no dijo nada. Sólo pensó en una crítica que había obtenido de su prima al leer su última novela. La prima dijo que qué facilidad de expresión tenía. ¿Le valía con eso? Por ahora sí, pues era el único lector con criterio que había tenido. Pensó en ahogar las risas del camarero escribiendo una novela de éxito. Pensó en bruñir su prosa hasta hacerla de oro, literaria y económicamente hablando. Pensó en escribir otra "Cien años de soledad" pero mucho más atractiva y sin tantos personajes raros. Pensó en otro Don Quijote moderno y festivo como el anterior que le diera pingües beneficios. Pensó que se le quedaría el café helado y sorbió de él.
Se despidió muy disgustado por tener esa fama de juntaletras que le estaba quedando. Cuando llegó a casa, corrigió la expresión de un fragmento de su novela. Quedó convencido de que conocía los entresijos de su lengua y la manera de hacerla bella en sus escritos.
Merendó feliz y mandó a la porra a los que le criticaban y no tenían su trabajo en cuenta. "Cuando vean mis obras relucir en los escaparates de las librerías ostentando mi nombre, ya pensarán otra cosa".
Siempre se asocia a los jóvenes un cierto pasotismo de los asuntos que ocurren a su alrededor, sobre todo, de la política, de la que no suelen tener una idea concreta.
También se asocia a los jóvenes una manera de hablar en su propia jerga juvenil, como descuidada, usando términos como mola, pibe y mogollón.
Un señor pasa a ser un pibe o un tío, lo que mola, es guay y hoy en día, los jóvenes, para decir "mucho" usan la palabra "mazo". Así con otros términos que ayudan a separar generaciones de "señores serios" de los "jóvenes modernos" que hablan de una determinada forma característica. Supongo que esta separación de forma de pensar y de hablar ha ocurrido en todas las épocas, llevando el peso de la modernidad en la lengua los jóvenes en cuanto las modernas tecnologías o usos nuevos de los que los antiguos no se enteraban.
Pero estamos equivocados si tenemos una visión generalista de las cosas. Habrá jóvenes que dominen muchos registros idiomáticos y sólo usen su jerga en situaciones de ocio.
También habrá jóvenes concienciados políticamente que usen su oratoria de forma brillante para convencer a los demás de una postura ideológica concreta.
La edad no condiciona el pensamiento sino al revés.
En España, un montón de gente escribe. Por tradición, yo creo porque en España quizás muchas cosas se solucionen escribiendo y la que más, el tedio.
El taedium vitae se resuelve contando las penas en una novela que cuente tus propias frustraciones o ideas de futuro que nunca se cumplirán.
O quizás se crea un personaje que le ocurra lo mismo que le ha ocurrido al solitario escritor que de paso denuncia una situación injusta que le tocó vivir.
Desde siempre, el español escribe para espantar unos fantasmas y crear un mundo mejor a través de lo inventado, donde la heroína o el héroe consigue triunfar aunque sea con el reposo monacal de la vida doméstica tranquila.
Mis personajes están confusos hasta que encuentran el amor, dice el escritor español.
Porque el amor es el principal tema literario español desde que Bécquer dijo aquello de. "¿Qué es poesía?"
Ama y haz lo que quieras, dijo San Agustín.

domingo, 20 de octubre de 2013

El hombre del que se habló tanto en el barrio, pero nada más que en el barrio, cometió la torpeza de irse de la lengua cuando tenía la posibilidad de haber podido vivir desde ese momento en que tenía a su disposición un montón de millones para hacer de su vida lo que hubiera querido.
Pero tuvo que comunicar el origen de su riqueza ilícita con Amparo, la chica con la que estuvo saliendo antes de dar el golpe.
¿Por qué no se fue sin decir nada?
Porque el ser humano tiene como una característica principal en su genoma la de comunicar sus alegrías con sus semejantes y si se tiene confianza con uno de esos semejantes, con mayor razón.
Arsenio nunca supo que esa alegría suya comunicada con Amparo después iba a ser comunicada a otras personas.
Y es que otra de las características del ser humano es su incapacidad para guardar un secreto.
Si quieres que te vaya bien, que te vaya bien a ti solo.
Los escolares romanos solían tener un pedagogo griego que les guiaba en los instrumentales de esta lengua (la griega) para mejorar en los trabajos literarios y oratorios estudiando autores como Homero (clásico entre los clásicos) pero también estudiaban a Eurípides, gran trágico, o a Demóstenes, que hablaba tan deprisa que se metía piedras en la boca para atemperar su elocución. Emulando a estos genios del lenguaje hablado y escrito, surgieron en Roma imperial genios como Cicerón, Virgilio u Horacio.
Yo, como no tengo pedagogo y quiero pulir mi estilo del modo que sea, he elegido este blog para escribir de temas variopintos e ir imprimiendo a mi modo de escritura unos matices estilísticos, líricos y narrativos de índole lingüístico literario para poder encumbrar mi modo de expresión a las alturas más insignes que darse puedan y teniendo en cuenta siempre a estos magos de la oratoria escrita y hablada como fueron los griegos que acabo de nombrar.
El arte es difícil, como difícil es componer un panal.

sábado, 19 de octubre de 2013

Soltando la pena como si se tratara de una meada desahogada frente a una farola, Marta lloró amargamente en su habitación. Cuando dejó de llorar, hizo las maletas y se fue en el primer tren a otra ciudad, una ciudad besada por las aguas del Mediterráneo.
En el tren recordó el injusto trato que se llevó de su propio padre.
En esa ciudad, un joven que huyó del yugo paterno haciéndose profesor la conoció sirviendo mesas en un rincón amable, en una plaza acogedora y mayoritaria, donde Marta enjuagó sus penas mientras la brisa del mar le fue soltando el pelo, la memoria, la pena de la otra ciudad donde cogió el tren.
Se hicieron novios el profesor y la camarera Marta y fueron a la playa muchos domingos y Marta estaba asombrada de que existieran hombres así y Mario, el profesor, estaba asombrado de la paciencia infinita que destilaba el corazón de Marta, que hacía juego con el rumor del mar y la brisa que azotaba sus rostros tan constante, tan suavemente mientras se daban un beso sentados en la arena.
Está el día tristón. El cielo se ha ensombrecido con unas nubes grises y alegóricas de algo oscuro como puede ser no saber adónde ir, con quién estar o qué hacer que nos entretenga.
El aburrimiento se ha adueñado de la ciudad.
Las televisiones emiten la retransmisión de un partido de fútbol que a todo el mundo cansa por repetitivo, la gente va al bar y no hay mucho diálogo, tensión comunicativa, empatía.
Por la calle no circulan más que los paseantes de los perros y los perros ladran un ladrido desacompasado y agónico como la misma tarde que ya se va convirtiendo en noche por efecto de los nubarrones que tapan la luz.
Una vecina ha regado los geranios rojos de la desesperación.
Y como obedeciendo a una ley que no está escrita, un niño pequeño llora en su habitación y no se sabe qué tiene, si llora de sueño, de un dolor escondido o del ambiente nostálgico que coge la noche por el horizonte.
Parece que si no escribo tres o cuatro invenciones en el blog, los seguidores escapan y hoy, dando vueltas a qué tema tratar, he decidido tratar el tema de mis novelas que, actualmente, son dos: una publicada que va de un monja a la que tienta el diablo y la convierte en un peligro sexual y la otra que está en fase de construcción que va de una prostituta.
La primera parte de esta segunda novela me ha servido para hacer un estudio de varios personajes que se juntan con esta prostituta.
En la segunda parte he empezado a meter personajes nuevos y no sé cómo colocarlos que sirvan a un argumento único.
Además, los capítulos o partes de esta segunda etapa vital de la prostituta son un poco irregulares por lo que tengo que homologarlos en capítulos significantes para el buen rumbo de la historia de modo que todos los personajes que aparecen en esos capítulos tengan su ligazón que les dé sentido unitario.
¿Me he explicado bien? Pronto en las librerías.

viernes, 18 de octubre de 2013

Con un poco azul del cielo
y tus ganas de vivir
vencerás a ese miedo,
ese miedo de vivir.
Los problemas de esta vida
nadie los llama
pero el azul del cielo
y tus ganas de vivir
siempre los ganan.
Que te asista la razón
y la fe de que eres bueno
para que el azul del cielo
y tus ganas de vivir
ganen a ese miedo, 
ese miedo de vivir.
Cuando todo vaya mal
piensa en el azul del cielo
y en tus ganas de vivir
para vencer la batalla
la batalla de vivir.
Con un poco azul del cielo
y tus ganas de vivir
ese destino fiero
dejará ya de existir.

jueves, 17 de octubre de 2013

Estoy leyendo una biografía de José Luis Rodríguez Zapatero al que el autor llama el Maquiavelo de León.
Zapatero hacía muchos pactos y se le daba bien. En el gobierno practicó la "democracia instantánea" que ya practicó Clinton.
Sus gabinetes de gobierno han sido demenciales, unos ministros a los que no hacía ni caso. Pepiño Blanco era su segundo, un hombre que iba con maletines a las gasolineras.
Con Zapatero se han inaugurado muchos aeropuertos fantasmas, muchos trenes de alta velocidad que llevaban cuatro viajeros.
Con Zapatero, hasta el alcalde más tonto se he enriquecido con desviaciones de fondos públicos.
Zapatero dejó el gobierno con cuatro millones de parados. Con Zapatero pelecharon los sindicatos y los artistas, a los que se pasó a llamar titiriteros.
A Zapatero le gustaba el cine y la Segunda República española y lanzó al viento la Memoria Histórica, exclusiva para el bando republicano.
Zapatero será recordado por el cheque bebé y papeles para todos y por negar la crisis.
Zapatero era un hombre que siempre necesitaba tensión. Tensión que sólo le valía para estar sentado en la poltrona haciendo daños.

"Hola, que guapa vas con ese peinado" o "Vaya carita de sueño" o "Adónde vas por estos barrios", son toquecitos afectivos que una profesora de Español Coloquial me dijo que son necesarios para subsistir en esta jungla de agravios continuos.
Por ejemplo, a esa profesora le llamaban tonta por ser gorda o así ella lo percibía; decía que estaba asociado el ser gorda con el estar tonta en algunos interlocutores que la trataban. Un agravio que tenía que soportar de gente soez aunque ella era muy inteligente.
Ofensas tontas las hay todos los días y cuando nos falta el saludo cariñoso de alguien conocido, lo echamos en falta. ¿Por qué? Porque somos seres sociales y esperamos del otro delicadeza, no crítica amarga.
¡Qué sería del mundo sin estos seres que nos quieren y nos lo demuestran con unas palabras amables y consideradas!
Aunque sea el vecino, ese vecino del que casi no tenemos noticia.
Nadie es tan pequeño que no haga algo de sombra. Nos tenemos que hacer querer como sea. ¡Como seaaaaaaa!

miércoles, 16 de octubre de 2013

Me he desvelado un poco. Voy a contar un cuento: una niña vio un gato en su patio y estaba desvalido. Le dio de comer todas las noches y el gato cogió fuerzas para ir por gatas. La niña le siguió en un deambular de calles y el gato comía un día en una plaza y otro día en un callejón inmundo, pero seguía engordando a costa de la niña, que no conocía el riesgo de alejarse de su casa y recorrer las calles llenas de peligros.
Un día la niña se asustó de un hombre que apareció en las sombras mientras el gato comía delante de ella. El gato huyó. La niña sufrió.
Cuando no son de tu incumbencia las necesidades de los demás, aléjate de los demás.
En la segunda parte del Quijote, el gran narrador Cervantes usa una expresión concienzudamente: la mentira y la verdad andan siempre como el aceite y el agua, entremezclados y el aceite, a veces, sobrepasa al agua, que es clara y transparente como la verdad.
Acontece entre los seres humanos que un malentendido tiene la delgadez que deja el aceite cuando flota en el claro elemento y a raíz de ese malentendido, la verdad de los sentimientos que había entre esas dos personas pierde su claridad y todo se enturbia con lo que todo se va al traste porque en las relaciones entre los hombres no debe caber la menor sospecha si entre los dos manda la voluntad de quererse y ayudarse mutuamente.
Cuando alguien desconfía de otro, todo empieza a ir mal y la comunicación se posterga en vicio de la sospecha y la desconfianza que hace que el amor que había se pudra, porque no se habla la herida que causó esa desconfianza o ese malentendido.
Hablemos sinceramente con los que queremos sin herirlos, contando las cosas con delicadeza e intentando subsanar susceptibilidades que se crearon por motivos que quizás nunca fueron queridos.
El recorrido que hace Ismael por los mares buscando ballenas es un recorrido espiritual, acompañado por los clásicos, por una sabiduría humana que le hace al narrador estar por encima de todos los marineros que le acompañan en el barco.
Conocemos la textura de la piel y los huesos de la ballena por él, sabemos de los oficios que se practican en el barco por él y sabemos de la dureza que se vive en un barco ballenero por él.
¿Sabemos algo del estado de ánimo de Ismael a través de Moby Dick?
No mucho, creo recordar, pues Ismael se emplea en contar cómo la locura del capitán Ahab va conduciendo el Pequod a la venganza contra Moby Dick y cómo piensan y sienten los marineros asustados por ese mismo capitán.
El esperma de la ballena es el beneficio de estos hombres que se dejan la piel en los botes, lanzando arpones contra los terribles animales de los que Ismael hace un estudio exhaustivo.
Ballenas y marineros. ¿E Ismael qué? ¿Qué siente? Sólo cuenta pues es esta su labor.
Mi paso por la universidad no fue muy glorioso, lo hice todo como pude, no como quise pero creo que aprendí mucho de lecturas, de comprensión de teorías y del intento de descifrar el lenguaje complicado que hacen los críticos sobre las obras creadas por los autores. A veces, llega a ser tan incomprensible lo que dicen los teóricos sobre las obras que te arruinan el disfrute de las mismas.
Pero bueno. Yo aprendí, que para eso estaba.
Las notas no las considero como algo definitorio sino como algo que evaluó mi esfuerzo. Hay otro montón de circunstancias y valores docentes que evalúan, no sólo la nota. Mis notas no fueron buenas pero yo aprendí.
Ahora vuelvo a la universidad... y el profesor no viene. He estado la mañana dando vueltas buscando horarios de clases y el profesor no ha venido.
En fin, a esperar a que se llegue el próximo día de clases y a esperar también que el profesor venga.
He visitado la biblioteca, los ordenadores y el departamento de inglés con varia fortuna.
Lo que natura no da, Salamanca no presta.

martes, 15 de octubre de 2013

El otro día oí hablar que Ronald Reagan fue un presidente muy querido pero que el verdadero artífice del desmontaje del telón de acero y de la democratización de la URSS fue Gorbachov, que luchó por el desarme y la paz.
Lo que consiguió Reagan y lo que consiguió Margaret Tatcher fue una liberización máxima de los mercados y una derechización del mundo en política y crearon grandes conflictos bélicos cuya consecuencia última fue la aparición de Bin Laden y los atentados del 11S.
En España da la sensación de que se va en ese camino de derechización en cuanto a la privatización de servicios públicos, el mercado libre, el abaratamiento de mano de obra y un síntoma que va en aumento: se atemoriza a todo el mundo y parece que todo el mundo necesita la protección de unas fuerzas como fueron las fascistas de Hitler, Mussulini y Franco. Se agita la bandera del racismo, de que hay amenazas por un tubo y de que el Estado no funciona y hay que rescatarlo con dinero privado.
No digo que el socialismo español (Zapatero) haya estado a la altura, más bien ha hecho el ridículo con afirmaciones pomposas y negaciones de la evidencia y derroches sin cuento. Pero la derechización mundial tampoco me gusta.
En un cuento de Chéjov aparece un personaje que es oficinista y que cuando llega a su hogar atestado de niños, todavía tiene que escribir un capítulo de una novela por entregas para una editorial para sacar esas perras que le ayudan a pasar el mes.
Al oficinista le daba sueño y se dormía y las campanas de la iglesia le volvían a despertar para poder acabar ese maldito capítulo a marchas forzadas.
La ironía del cuento está en que este oficinista se preguntaba si habría algún escritor que se preocupara de escribir la agonía que él estaba sufriendo por sacar adelante la familia.
Realmente, Chejov estaba dando cuenta de ese oficio de escribidor de novelas por entregas.
Yo me pregunto si sería capaz de escribir una historia por obligación, no guiado por mi imaginación sino por mi necesidad. Pero seguro que lo haría si me estuviera muriendo de hambre, como muchos rusos en la época de Chejov.
Me resultó curioso este cuento y pensar el montón de oficios que hay en el mundo tan dispares. No se sabe quien vive y quien muere.
Voy a hablar de una cosa que yo llamo "párrafo mental". Consiste simplemente en que yo, cuando estaba solo, aburrido, como se puede estar al esperar al autobús o dando un paseo contemplativo por la ciudad, al observar la realidad; esto es, un viejecito, una plaza pequeña, un balcón, incluso un gesto al aire..., esa realidad provocaba en mí un estímulo que hacía que yo inventara una pequeña narración sobre esa realidad imaginada que me duraba en la cabeza un párrafo: el párrafo mental.
A este fenómeno mental ha debido de contribuir mis ganas desde que tengo uso de razón de escribir, escribir con cierto estilo.
Entonces yo, desde ese banco del parque, iba escribiendo mentalmente, con toda la precisión y calidad literaria de que era capaz, un cuentecillo sobre aquella mujer que había visto pasar o sobre el lugar mismo del parque, donde yo situaba una acción hecha de palabras pensadas.
Ya mi cabeza no fabrica eso que he llamado "párrafos mentales". He debido de perder facultades mentales.
Era una manera de entretenerme buscando un adjetivo, buscando una acción para un personaje que pasaba ante mí en la acera contraria. Pero ya no.
Ahora estoy centrado en escribir novelas desde el espacio escueto de mi habitación y ceñido a un argumento.



Después de venir de Valencia, me encuentro mi blog muy abandonado, sin visitas.
En Valencia, todo bien. Me bañé en la playa, el agua no estaba fría en absoluto y comí paella. Había un montón de gente.
Los monumentos no me dijeron nada, son mudos, están ahí porque quizás una guerra los respetó o eran útiles para los que fueron naciendo después. Los monumentos hablan con el silencio de su piedra.
He visto un montón de turistas extranjeros, sobre todo italianos.
Me lo he pasado muy bien con mi novia, nos hemos reído mucho, hemos hablado de muchas cosas y hemos recorrido seiscientos kilómetros juntos. La paella estaba muy rica.
Cuando he llegado me ha costado acoplarme a un ritmo más lento, a sentir las mismas cosas de antes de irme. Estaba un poco apergaminado.
En la Plaza del ayuntamiento de Valencia corre una brisa que la trae el mar y el mar hace un ruido leve como el de una hora que se desenvuelve en minutos. Así para siempre. Como el viento nos hace marchar, así caminamos.

jueves, 10 de octubre de 2013

En la vida hay veces que el tiempo pasa rápido y otras en que pasa demasiado lento. Cuando uno no sabe qué hacer, el tiempo pasa muy, muy lento. Yo ahora pasaría el rato fumándome unos cigarritos pero como no puedo, el tiempo pasa lento.
Escribo esto por puro ocuparme en algo. Esto que escribo no tiene ningún valor anecdótico en su contenido si no es que vale para entretener el hecho de que tengo ganas de fumar y no puedo y estoy poniéndome bastante nervioso.
Al final, me tendré que fumar un cigarro porque no puedo más. No sé dónde poner la cabeza ni las manos y estoy perdiendo la calma.
Me propuse no fumar y hago lo posible para cumplirlo pero llevo ya más de una hora que estoy bastante intranquilo y no logro relajarme y sólo pienso en el puto cigarrito y creo que me lo voy a fumar.
Por uno da igual. Llevo toda la mañana en que me he fumado uno  a las once de la mañana. Por fumar otro no creo que pase nada en mis planes de dejarlo. Me calmaré y podré seguir con la idea de dejarlo. El aburrimiento es mortal para dejar de fumar. Hay que estar siempre haciendo algo para no fumar. Que no existan muchas horas muertas frente al aspirante a ex fumador.
Si te aburres demasiado, caerás en vicios malsanos.
Llevo tres días sin fumar. Se pasa mal. Se siente un decaimiento y un malestar mental, se pasa el mono de la nicotina. Hoy, que es el tercer día, me he levantado y no he fumado pero mentalmente estaba mal, no sé lo que me pasaba. Aun así he aguantado sin fumar.
Hay que hacer un esfuerzo de la voluntad semejante a estar sin beber o algo así, se pasa mal pero yo me refuerzo en que la vida me ha mandado esfuerzos que hacer y los he hecho por mi bien. 
Después seré envidiado por mis amigos que verán que soy un tío grande al dejar de fumar y yo me veré a mí mismo como alguien grande también.
El primer día, sin embargo, estaba bastante alegre, como si me hubiera olvidado de que existía el tabaco pero hoy no, hoy deseaba fumar pero no lo he hecho. He resistido todo lo que he podido.
Dejar de fumar es muy importante no solo porque el tabaco trae males sino porque la persona que lo consigue, sale fortalecida.
No hay mayor lucha que contra tus pasiones.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Si en tu propia familia hay seres que te amargan la vida, qué asco. Pero no lo puedes evitar y tienes que vivir con ello. Unas veces hay que pretender ser diplomático y no entrar en confrontaciones; otras, te rebajan tanto tu dignidad, que tienes que responder pero si no tienes posibles o ganas para marcharte de casa, la respuesta debe ser también atemperada.
No puedes más que soportar a esos seres que, si no es gravísima la afrenta que te hacen, lo soportas todo de ellos.
Y sabes que tú tienes razón, que tú te portas bien con ellos y no recibes más que sinsabores y abusos por parte de ellos. Pero, ¿a dónde vas? Si no has encontrado una mujer o un hombre con el que irte de casa y hacer tu vida, como hace todo el mundo (aunque no a todo el mundo le sale bien esa jugada) y si además está todo tan imposible que tampoco te puedes ir ni tu solo ni con nadie y debes seguir aguantando ese trato infame por parte de quien en teoría mejor te debería de querer. Es toda una tragedia y dan ganas de pegarse un tiro. La independencia personal a veces no es tan fácil de conseguir porque hay familiares que hacen lo posible para que no disfrutes de ella. Hay que hacer componendas pues.
Hoy me he sentido feliz quizás por la compañía de una tarde magnífica sin calor ni frío, una tarde de otoño muy agradable. Quizás se ha debido mi sensación de alegría al hecho de tomar la decisión de dejar de fumar. Quizás haya sido también mi felicidad debida a que me siento más de acuerdo con mi papel, con el papel que me ha destinado la vida que es más bien un papel secundario en el que puedo brillar escribiendo alguna novela de interés.
Mañana voy a entrevistarme con unas médicas que quizás, sólo quizás, quieran probar conmigo un nuevo medicamento y yo les diré que no, que los experimentos, con gaseosa. Que ya probamos mi hermano y yo en un ensayo clínico un medicamento y mi hermano salió perjudicado.
El otoño es benigno de temperatura y también de bienes. Me ha traído la idea de dejar de fumar y puedo empezar a ensayar con la novela a ver si me sale lo que quiero y quiero algo bello, digno de leerse.
Vengo de pasear. La noche estaba cálida y buena. Me acostaré y el viernes me voy a Valencia con Eva. Espero pasarlo muy bien.

martes, 8 de octubre de 2013

Por ahora, quizás la decisión más importante que pueda tomar en la vida es dejar de fumar. Me dan unos dolores en el pecho muy sospechosos. Los médicos sólo mandan pastillas, no previenen nada. Lo que había que prevenir es el consumo de tabaco y hoy por hoy, no existe nada que me pueda remediar el hecho de fumar.
Es duro dejar de fumar porque una vez que decides hacerlo no haces más que acordarte del puto cigarrito.
Dicen que se pasa una semana mala, con el mono, y luego todo es más sencillo o no te acuerdas más del tabaco.
Yo sé que se puede hacer, conozco gente que lo ha dejado y parece que está mejor.
Quiero probar y cuando me fume lo que me queda de un paquete, lo intentaré.
Lo malo es estar al lado de gente que fuma porque la tentación de pedirle un cigarrito es muy grande pero lo voy a intentar.
Es concentrarse en pasar una semana con el mono y acordarse de los dolores en el pecho que me pueden llevar al otro barrio. Concentración y fuerza. Podré.

lunes, 7 de octubre de 2013

Ayer domingo mi hermano y yo hablábamos de que la vida es un misterio y la muerte otro misterio quizás aún mayor. Nacemos sin permiso y sin orden y nos vamos "configurando" a medida que pasan los años.
Hacemos en la vida un montón de cosas por pura convención: en verano vamos a la playa o a la piscina, en invierno nos metemos en casa, los niños van al cole, la gente se casa. Son puras formas convenidas para que la vida se ciña a algo concreto y no vaya cada uno por su lado, sin saber qué hacer.
¿Por qué yo no nací en Moscú o más fácil quizás, en Móstoles? ¿Por qué me gustaron los estudios y no los odié? ¿Por qué empecé de profesor? ¿Por qué estoy enfermo? Y la pregunta del millón: ¿por que soy así y no de otra manera?
Pues eso: la vida nos da empujones, nos dirige hacia algún sitio.
Luego hablamos mi hermano y yo sobre la suerte que tenemos al tener un piso, haber trabajado, haber tenido unos padres como los que hemos tenido, tan buenos, haber vencido en  lo que hemos podido a nuestra enfermedad. En fin, analizamos nuestra vida y la comparamos con la de otros para evaluarla. Puro entretenimiento filosófico que consigue unirnos ante lo arbitrario. Más vale caer de la ventana que del techo.

sábado, 5 de octubre de 2013

Lo que pasa en la ciudad 
tiene los ojos sombríos.
Pasan los coches,
la gente muda pasa, 
ladrillo pa tus ojos,
aceras de la noche.
Lo que pasa en la ciudad 
tiene los ojos sombríos.
Se lleva la soledad,
el mar ya no son los ríos.
Por tu calle no sonrío, 
todo lo mata la edad.
Lo que pasa en la ciudad
tiene los ojos sombríos.
Un graffiti, una verdad
mueren sin brío
pegados a una pared.
Un coche vuelve a pasar.
Lo que pasa en la ciudad 
tiene los ojos sombríos.
Yo paso por la ciudad
mis pasos llenos de frío.
Lo que pasa en la ciudad
tiene los ojos sombríos.
El escritor escribe de lo que tiene en la cabeza o de lo que tiene en el corazón y aunque la historia que cuente sea ajena a él, hace sentir a los personajes sentimientos que ha sentido o que ha visto en otras personas, no puede ser de otra manera. También sus pensamientos van en esos personajes o en el trazo de la historia contada. Si yo cuento "guarradas" lo hago porque es una forma de liberarme de esta vida aburrida que llevo y porque me gustan más las "guarradas" que los crímenes.
Últimamente, todos los libros o películas que veo están motivadas por un crimen, por una muerte cruel, deliberada, causada por motivos económicos, pasionales, etc. Esos libros y películas, a mi modo de ver, incitan a la pura violencia para resolver los casos de la vida, son un mal ejemplo evidente.
En la primera escena de cualquier libro o película actual, ya hay un puñal o un disparo mortífero. Me hace vomitar tanto crimen. Nos toman por tontos a los lectores. "Ya se la ha cargao", es lo que se dice nada más empezar la historia. Todo lector inteligente sabe que en la vida normal no hay tantos crímenes porque si no, ¿qué sería de nosotros si todo se resolviera matando? Seamos sensatos y no pensemos que las historias precisan de muertes. La vida lleva otros derroteros más amables o más complicados que un simple "pues la mato o le mato". Yo no mato en mi novelita, los personajes se matan solos por sus malos pecados. Por favor, escritores, no matéis tanto. El arte imita a la vida.
Quiero hablar de mi novelita. De lo que recuerdo de mi novelita. La acción empieza y ya no termina, todo va pasando frente a los ojos del lector de forma rápida. La monja protagonista, la monja puta, está en una situación de caos total: ya no puede ser monja ni puede cuidar a nadie, ni puede creer ya en Dios. Entonces aparece el diablo a meterse en ese cuerpo pecador.
Yo quería dar a entender cómo una persona que deja de creer en sí misma cae en el mal y entonces pasa a creer en el mal. Es como con los vicios: a veces sólo se cree en la ginebra o en los cigarros que uno se fuma, le dan consuelo de alguna manera.
Mi novela no se puede comparar con una novela importante de estas que se publican y se venden en librerías pero no me atrevo a decir que es mala del todo, tiene su aquel mi novela.
Luego aparece al profesor, que está basado en mi propia experiencia como profesor. El profesor tampoco es bueno del todo.
Y la novela acaba bien, cada oveja con su pareja porque no soy yo un autor vengativo que mata a sus personajes y quiero pensar que después de hacer el mal todo el mundo tiene que tener su oportunidad, si puede el malo acogerse a ella.
He escrito un libro. Lo he publicado en internet, en amazon, que es una web para libros y mi primer lector ha sido mi primo Perico, de lo que estoy orgulloso, más que si hubiera vendido miles de ejemplares. Conociendo el carácter de mi primo Perico, para mí es el lector ideal: lector de tebeos, no influido por lecturas cultas y raras como el Quijote y crédulo en cualquier historia que se le cuente y le entretenga. Todavía no se ha leído entera la novelita para preguntarle qué tal pero me gusta un montón que haya sido el primer lector de mi libro.
Ha intervenido activamente en esta circunstancia lectora mi prima Rosa, que enseguida se prestó a comprarme el libro y quizás sea mi segunda lectora, buena lectora también por otras razones diferentes a las de mi primo.
Mi novelita me llevó un año escribirla aunque parezca que el estilo y la historia no tengan tanto artificio pero tiene su trama, sus personajes más o menos trazados, aparece el diablo para darle un tono un tanto misterioso y fue muy bonito ir haciendo el personaje de la protagonista. Quizás la novela es muy descarada en el aspecto sexual pero bueno, es lo que surgió de mi ingenio, una monja puta.
No creo que esta novelita se venda mucho más pero la calidad de sus lectores basta y aún sobra para que la novelita cobre su importancia que en un cajón de mi mesa no tenía. 

viernes, 4 de octubre de 2013

Ser profesor exige mucha paciencia, ensayar unos métodos y saber cuáles de ellos son válidos; o sea, con cuáles aprenden más los alumnos. Si algo funciona, úsalo y mejóralo para que no pierda eficacia. Hay que inventar todos los días programas e ideas que llevar a la práctica del aula.
Hay cosas que gustan a los alumnos, por ejemplo, actualizar de modo coloquial un personaje histórico para hacerles ver que ese autor fue un hombre al que le pasaron cosas. Para ello, hay que saber muy bien la biografía de ese autor y saber contarla de modo muy ameno y así ver cómo ese hombre se inclinó a escribir.
El profesor de literatura ha de ser un poco escritor él mismo.
Hay que proponer actividades atractivas para que las realicen los propios alumnos aunque no salgan perfectas. Por ejemplo, usar adjetivos, narrar, inventar una historia para que vean por ellos mismos lo difícil que es escribir. La teoría reducida, escueta es aburrida y además forma, como dijo Dámaso Alonso, una necrópolis de fechas y nombres. Lo académico ya no sirve como tal, hay que hacer participar al alumno en lo que se explica.
Cuando yo era profesor y tenía que explicar mi propia lengua a los alumnos procuraba que la pobrecita lengua a la que castigamos todos los días sin saberla usar con sinceridad, con eficacia y civilizadamente, no se hiciera desagradable a los mismos.
Si yo explicaba el adjetivo y el verbo, pongamos por caso, daba unas nociones teóricas de ambos que no abrumaran al alumno. Después le pedía que escribiera una pequeña redacción en la que describiera un objeto que hubiera en el aula y narrara una anécdota referente a ese objeto. Descripción y narración. Adjetivo y verbo. Podría complicarlo más si le dijera al alumno que escribiera de forma subjetiva un deseo sobre ese objeto en cuestión y así se emplearían los modos del subjuntivo verbal.
Es cuestión de poner en práctica lo aprendido, no que lo aprendido pareciese un cúmulo de fórmulas inhóspitas de uso.
Las redacciones eran, por lo general, muy malas. Pretendían cubrir el expediente. Pero siempre había alguna excepción que dejaba un regusto literario fino. Alguien había captado la idea y había empleado un lenguaje elaborado, había seleccionado los adjetivos, había empleado unos verbos adecuados para narrar un hecho y se había cumplido mi misión. Leía en clase esa redacción y la explicaba. Con redacciones posteriores, alguien más se sumaba al carro de poner por escrito lo teórico y todo rodaba gracias a la ejecución por los alumnos de un complejo teórico que, si solo se memorizaba, no tenía sentido.
Cuando yo daba clases y tenía que explicar una obra antigua de un escritor antiguo que usaba unas expresiones igualmente antiguas y que escribía de unos sucesos antiguos, se establecía una distancia enorme, por no decir insalvable, entre ese autor y los alumnos. Cuando yo explicaba el Poema de Mio Cid, que cuenta las hazañas de un guerrero que tomó Valencia a los moros, había cosas en ese poema incomprensibles para los alumnos porque pertenecían al mundo de la Edad Media. 
Cuando yo traté de explicar un autor como Larra, del 1800, y las cosas que escribía lo hice como pude, no como quise.
Hay que ser muy listo para salvar los puentes existentes entre épocas, costumbres, gustos y palabras que hay entre los siglos para explicar la literatura, algo que parece inútil para nuestra vida diaria.
Yo les decía a mis alumnos que con la literatura se adquiere mucha cultura, saber lingüístico sobre la propia lengua, valores estéticos, etc.
Pero el alumno está preocupado por lo que va a caer en el examen, por datos concretos, no por la belleza de un poema antiguo e incomprensible.
Y yo no era listo. Yo daba los datos de rigor. Yo creía que al que le gustara leer, ahí tenía el libro, el diccionario y el tiempo que quisiera dedicar a leer esos libros: la literatura llama, no hay que hacer un tortuoso camino para llegar a ella. La literatura se lee, no se explica y yo no era muy listo para explicarla, pero sí la he leído mucho por mi cuenta.
Caperucita Roja es un cuento que en su sencillez se ha convertido en algo universal, archiconocido, muy citado, muy traído y llevado para unas cosas y para otras.
"La Regenta" es un libro de unas ochocientas páginas, como "Ana Karenina" que cuentan los dos una historia maravillosa, muy bien escrita, con mucha crítica social, con un personaje femenino muy bien trazado, con una trama compleja, interesante y muchos otros logros literarios en su creación que hace de las dos obras unos libros emblemáticos de un época, el siglo XIX.
Pero es que tienen ochocientas páginas, señor mío.
No hay tiempo, en estas épocas que llevamos, para leer las instrucciones del lavavajillas, cómo va a haber tiempo para leerse 800 páginas por muy bien escritas que estén.
¿Alguien cita a La Regenta personaje o a Ana Karenina para hablar de adulterio? Son demasiado complejos y desconocidos para ponerlos de ejemplo.
Cuando estamos riéndonos de algo festivo, sexual, dramático, aleccionador, inocente, etc invocamos a Caperucita porque es fácil de aprender y es un personaje más plano que una oblea y la conocen hasta en Pekín. Seamos populares y no cansemos con prolijidades de otras épocas. Lo breve si bueno...
Escribir es una actividad solitaria que sólo afecta en su primera fase, la creación, al que la practica. Porque sólo el escritor sabe si su obra está bien o está mal en un principio. Luego, los lectores opinan de esa obra. Opinan de un manera muy libre: si les gusta, siguen leyendo y si no, no leen más.
Del escritor sabio depende hacer un libro que enganche al principio y no deje de tener valor. Decía Goethe que la belleza es el equilibrio entre el contenido y la forma. En este caso el contenido es lo que se cuenta y la forma es las palabras que se han elegido para contarlo.
El escritor bueno sabe que no sólo lo que cuente vale. Hay escritores que hablan de dragones, de enanos, de princesas, de castillos y de batallas, cosas todas ellas sorprendentes y alucinantes pero lo cuentan tan mal, sin la gracia que tienen las palabras bien elaboradas, que lo que cuentan se convierte en un rollo en las primeras cinco líneas.
El escritor debe sufrir para hacer una obra considerada, buena, digna e incluso excelsa.
Solo en el sacrificio está el arte.

jueves, 3 de octubre de 2013

Una familia con confianza entre sus miembros no dudará en escuchar los problemas que hay en esa familia y tratar de solucionarlos.
Si los soluciona, esa familia irá hacia delante y ganará más confianza.
En las familias, como en todo, se necesita saber qué ocurre, qué problemas hay y no ocultarlos porque ocultándolos, se crean rencillas y malhumor.
Cuando se afrontan retos y se vencen porque esa familia o grupo o persona en cuestión ha sabido ser sincera a sí misma y buscar los recursos necesarios para superar esos retos, se instala en una etapa de éxito al comprobar que un sistema de vida es capaz de llevar bien la vida en general.
La confianza es básica a la hora de vivir. Uno confía en el que tiene al lado, no espera que le haga algún daño y si hay problemas, cada uno sabe lo que tiene que hacer. Así se supera el día a día y los problemas que surjan. No te atormentes con tu pasado y prepárate para tu porvenir. 

miércoles, 2 de octubre de 2013

El otro día oía yo la canción de Amstrong, el negro trompetista, esa que dice "Its a wonderfull world" que quiere decir: "el mundo es maravilloso". En esa canción salen a relucir el arcoiris, las flores, los pájaros; o, sea, elementos de la naturaleza que todos asociamos a lo bonito del mundo en el que vivimos.
Yo pensé en mi capacidad de ver ese mundo maravilloso o si sólo lo podían ver corazones privilegiados y felices como Amstrong.
Yo creo que el mundo es feo y también a muchos con los que hablo les parece feo porque estamos influidos por las noticias que nos bombardean a cada paso de políticos malos, corrupción, etc.
Yo me pregunto si los medios de comunicación están empeñados en hacernos ver esa maldad y fealdad del mundo y nunca levantamos la cabeza del mísero suelo para ver el cielo y ver lo bonito que es.
Quizás tengamos menos dinero pero lo bonito del mundo está ahí para que lo disfrutemos a pesar de que lo más cercano y más cutre que tengamos a la vista sea una puta televisión que nos vomita malas noticias cada minuto. Démonos una vuelta en bici, andemos y veamos ese wonderfull world que tenemos al lado. Ser amable es ser invencible.
Todo lo que escribo yo en este blog, más o menos, lo escribieron otros escritores antes que yo. Las mismas ideas, más o menos, las reflejaron unos señores más o menos bien tratados por la vida o resueltamente, hechos polvo por cuestiones vitales como puede ser tener un padre cabrón o unos vicios que le llevaron al escritor en cuestión, a la puta ruina.
Entonces, ¿para qué escribo yo esto si otros ya lo escribieron? Pues simplemente, para pasar unos ratos y dejar constancia de que yo me siento como esos escritores a los que no les gustaba la vida, veían unos fantasmas que sólo ellos veían, odiaban ciertas cosas, les gustaban otras y así, como lo sentían, lo dejaron por escrito.
Escribir es sinónimo de estar solo. Solo ante tu propia cabeza que inventa una historia o piensa unas cosas que a lo mejor otros no las piensan o sí las piensan pero no las ponen por escrito. ¿Por qué ponerlo por escrito? Dicen que es más duradero lo escrito pero también porque lo escrito precisa de una maduración y lo escrito lleva tiempo y así se pasa un rato entretenido. Horacio, poeta del imperio romano, tenía buena inventiva y ya escribió todo esto que escribo yo, más o menos. Nadie sabe ya quién fue Horacio pero el caso es que existió. Quien ensancha su corazón, estrecha su boca.
La vida nos hace andar con el pie cambiado muchas veces; o sea, que no se cumplen los más mínimos deseos que le pedimos a la vida y ese incumplimiento nos va haciendo daño y más si se va pasando el tiempo y casi tenemos que renunciar a ellos.
¿Por qué los que nos rodean, que conocen nuestros deseos, no nos ayudan a cumplirlos?
Quizás la persona que desea cosas que no se cumplen está llevando un rol que le impone justamente lo contrario: esto es, hacer cumplir los deseos de otros y cuando esta persona pide no se le da porque ella, se supone, está para dar.
Pero qué esfuerzo de generosidad sería para esos que se benefician de una persona el hecho de invertir esa tendencia y pensar que deben dar algo a esa persona que hace tanto por ellos. 
Esa persona que da se negará a que los demás le beneficien en algo pero si son convincentes los que desean su bien, el deseo se cumplirá y la persona caritativa disfrutara de un deseo cumplido. Quizás el deseo a cumplir es mucho más simple que el de esas personas que están hechas a pedir. ¿Por qué no dar un poco a cambio de tanta generosidad? Al árbol que te da sombra, salúdalo en voz baja.
En mi teoría del acabamiento, por la que notamos cuando tenemos cierta edad, que todo se acaba, incluso llega una época en la que notamos en que nos acabamos nosotros, que nosotros "ya no estamos de moda" y que la gente que vemos en el telediario es joven y desconocida y que los que conocíamos han muerto, existe también, en esa teoría, el desengaño.
Lo que antes nos parecía excitante y lleno de atractivos, deja de tenerlos y ahora es una sucesión de hechos rutinarios.
Yo lo llamo a esto "el desengaño del mar". Porque yo de joven tenía mucho deseo de ver el mar, muchas ilusiones puestas en el mar y todo fue decayendo de modo que el mar ya significaba menos para mí. Este desengaño viene dado por limitaciones de todo tipo: económicas, físicas, etc y un cierto desencanto que acude a nosotros cuando nos hacemos mayores y nos conformamos "con lo que hay". "Esto es lo que hay", decimos para justificar que ya no hay lo que nos gustó o nos gusta todavía. Hemos de conformarnos y lo hacemos porque ya no somos aquellos jóvenes que con una pizca de ilusión pasaban la mañana o todo el día. La vida nos parece dura y fea pero nos conformamos. El desengaño del mar. Cierra la mano y di que no tienes nada en ella.