martes, 22 de octubre de 2013

Cuando se está solo, metido en un piso, por las ventanas nada más que oscuridad por las nubes y la lluvia, si no fuera por la radio que da noticias sin cuento, se diría uno metido en la boca de un lobo con el temor de que ese lobo cierre las fauces y no se sepa más de ti.
Así se deben sentir muchos que no tienen dónde ir a dejar muestra de su presencia, de su sentido existir. 
La radio y la televisión son sus compañeros por los que lo saben todo, no oyen voz humana cuando regresan de sus trabajos.
Sus padres murieron hace tiempo, los vecinos les saludan, también tienen a lo mejor familia en algún lugar lejano que les llama por su cumpleaños si se llevan bien.
Quizás estos días de quedarse encerrados por el mal tiempo devanen un poco la memoria y tiren del hilo de las ausencias que les ha dejado así: con la única compañía de sí mismos.
La gente solitaria tiene muchas causas, la soledad es tan fea que solo se besa cuando no hay a nadie que besar.

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