viernes, 31 de mayo de 2019

Hoy viernes he pasado por la Gran Vía de Majadahonda toda adelante a las dos de la tarde y no he notado excesivo calor. No me he achicharrado con el cemento en mis pies. Ahora  a las cuatro y media, me asomo por la ventana y veo pulular pájaros por entre los álamos. Se puede vivir.
Quizás traiga este año un verano no muy caluroso o de intermitencias llevaderas en cuanto al calor.
Veremos cómo se porta julio. A finales de agosto suele hacer cierto fresco. Recuerdo cuando mi hermano y yo fuimos a Gijón el aguacero que cayó toda la mañana por la provincia de Valladolid. Increíble.
Hecho mucho en falta la lluvia, un tormenta al menos.

Hemos hablado con los colegas de lo del chico que fue atropellado por un camión. Los están explotando pero nadie estaría llevando macutos si no se ganara dinero. Me recuerdan a los ricksaws y el libro "La ciudad de la alegría". Eso sí que es pasarlo putas. Y dicen que está basado en hechos reales.
Bueno. Dicen que le van a meter un paquete a la empresa.
No todo lo que reluce es oro ni nadie se muere de hambre si no quiere.
Lo malo son esos 3.000.000 de parados que hacen la goma.

martes, 28 de mayo de 2019

Es casi increíble: son las tres de la tarde del 28 de mayo y corre una brisa fresca y no hace mucho calor. O sea, no hacen treinta y tantos grados como creo que hicieron hace dos años por estas fechas. Hace dos semanas, hubo una ola de calor de unos treinta y cinco grados que yo creí que iba a ser la tónica para este mes de mayo pero se paró en tres días abominables de calor. O sea, que está haciendo una verdadera primavera. Sin llover, eso sí. No ha caído ni una gota desde febrero del año pasado.
Hace dos años ya empezó a apretar el calor en abril, con treinta y tantos grados a mediados de ese mes. El año pasado, empezaron unas nieves y unas lluvias a mediados de febrero y no paró "el mal tiempo" hasta muy tarde, por junio o para allá. Este año oigo cantar al ruiseñor a las tres de la tarde, señal de que se puede dar señales de vida a esas horas.
A lo mejor, algo ha cambiado en el tiempo menos la escasez de agua que cae del cielo. No cae nada. No hay tormentas. El cielo no se nubla nunca.
Dicen que junio vendrá ya muy caluroso, pero en junio ya es más normal el calor.
El calor de la primavera no debe superar los 25 grados. Algunos días puede llegar a treinta, pero no debe ser la tónica.
Yo conocí veranos antiguos de treinta y pocos grados en que se podía coger la bici después de comer e ir al río a pescar. Eso ya no existe. Los calores veraniegos de hoy en día impiden cualquier actividad a partir de las dos de la tarde.
El planeta se ha calentado y el cambio climático está trayendo la cultura del calor y de soportarlo todo pero no es ni medio normal que hagan cuarenta grados a las tres de la tarde.
Por eso, hacen bien los jóvenes en manifestarse y decir que no soportan ni un grado más ni una especie menos porque tienen derecho a exigirlo ya que el planeta es de ellos más que de nosotros que ya estamos viejos.

El calor de ahora no es normal. Hay que hacer algo.

lunes, 27 de mayo de 2019

Me leí "Nada" de Carmen Laforet y me pareció una novela sentimental pero contada por una pobrecilla que lo ve todo desde lejos, desde el hambre y desde la locura. Me leí "Mi corazón bailando con espigas" de Carmen Rigalt. Es la historia de una mujer de clase media con un hijo y un marido que no la van y un amante que se la pega con otras. Esto lo descubre en el capítulo final. Es muy interior, de ir viendo sus manías, las de su marido y las de su amante que le manda cartas de lo más encendidas.
Ahora me estoy leyendo "Los demonios" de Dostovieski y no va de demonios, sino de política. También me estoy leyendo "La pequeña comunista que no sabía reír", que va de Nadia Comaneci. Y me estoy leyendo "La última palabra" de un escritor hindú que va de los secretos de un hombre mayor que quiere escribir sus memorias.
Casi me acabo ya "A corazón abierto", colección de cuentos de personajes bastante tristes por su soledad o por su desgraciada vida.
Es que si no leo no sé qué hacer porque las horas se me hacen de chicle.
Ahora voy a escribir, a ver qué sale.
Nos podríamos preguntar por qué existe la pobreza y nos podríamos contestar porque existe la opresión y la explotación y así sale África o países de Hispanoamérica. Luego, podríamos decir que la pobreza crea muertos y podríamos pensar en la tumba del Mediterráneo o las insuficiencias económicas de unos trabajadores a los que no les llega ni para comer. Eso quizás es el neocolonialismo. Pero el neocolonialismo (que un niño cosa nikes por un dólar al día, que unos hombres se mueran en una mina tóxica, que unas mujeres cosan y cosan prendas por sueldos malos, que a otras mujeres las prostituyan, que a otros hombres solo les quede buscar en vertederos tecnológicos que creamos en el primer mundo y les devolvemos al tercero, etc. Los llamados slams serían ejemplos de ese neocolonialismo. Pero: en esos países hay malísimos gobernantes corruptos y asesinos (y ya están independizados de la metrópoli), también hay guerras por culpa de dirigentes asquerosos. Ahora, nos podríamos preguntar por qué hay riqueza.
Hay riqueza porque hay educación. Al menos, con una educación buena, se crea riqueza humana. Para ello, el profesor debe dar ejemplo y ser honesto y el gobierno debe creer en la educación de sus ciudadanos como el mejor regalo que puede hacerlos. Así, habrá filósofos que trabajen barriendo, pero serán filósofos.

Si quieres riqueza en una nación, empieza por la educación.

jueves, 23 de mayo de 2019

Tengo que rellenar otro blog para poder fumar luego, tengo que entretenerme como pueda. No llueve. Para mí, más importante que el Facebook, el wasap, el twitter y esas gilipolleces es, infinitamente más importante, es que llueva. El agua, que no viene. Ya está todo el campo seco y estamos en mayo. En mis años jóvenes, el campo se secaba a finales de junio o a principios de julio. No hay animalillos en el campo porque toda la hierba está ya seca. Es desolador para mí ver esa sequedad inmensa de las plantas porque no llueve. Podrían inventar algo para que lloviera. Un Facebook de la lluvia.
Hay hijos de puta que no quieren que la gente se haga rica. Quieren que todo el mundo sea pobre. Menos ellos.
Hay hijos de puta a los que no les importa el cáncer de los demás. Vetan las donaciones de un señor que quiere ayudar. Hay que ser hijo de puta.
Bueno. Voy acabando. Con tanto invento de las redes sociales esto es cada vez más feo. No hay conversaciones, no hay conocimiento espontáneo. No hay más que lo virtual mentiroso.
Que se metan las redes sociales por el culo. 
Parece ser que hoy también va a ser otro día en el que el paso de las horas no me ponga nervioso, en que el horror vacui que me angustia ante el paso del tiempo no va a hacer mella en mi mente sino que veré cómo pasa el tiempo quizás para bien o quizás para nada pero no me pondré nervioso.
Lo que me molesta de esta sociedad es que se replantea todo: desde la relación entre hombres y mujeres hasta la relación espontánea entre las personas. Yo le digo a la gente moderna: ¿no querías modernidad y redes sociales? Ahora os metéis las redes sociales por el culo. No hace la gente más que montarse en el autobús y ya está sacando el móvil a mirar. Qué mirarán, digo yo entre mí, qué mirarán que les tiene tan abstraídos en una realidad fragmentaria, ruin y triste de las cosas. Pues que sigan así unos años ya verán lo reducido de sus conocidos (solos los suyos) y siempre los suyos. Una fotito, otra fotito, unas palabras de saludo, de felicitación, siempre de los mismos. Mi papá, mi hijito siempre conmigo a todos los sitios y luego casi no lo veo en casa porque llego tarde.
Crear wasap y otras aplicaciones es fácil, es más fácil que el mear. Crear unos horarios para que nos podamos ver cara a cara es más difícil. Y como tenemos Facebook nos conformamos con la mierda de la pantalla para siempre, para siempre, para siempre.
No encuentro palabras para referirme a la mala ostia que destilan estos parásitos sarnosos. No les gusta nada de lo que hay, no les gusta más que destruir y criticar y violentar el sistema. Dicen que apoyan a la gente y odian a los bancos y a los ricos. Dicen que son comunistas con la boca pequeña. Son de extrema izquierda de la peor, donde van a parar los delincuentes y los asquerosos rabiosos contra todo el mundo. Han asesorado a un coronel ignorante, bestia y mezquino y ahora quieren dar lecciones aquí en España de cómo hay que dirigir la economía. Decían: " odio sus sueldos, odio sus chalés, odio su vida...". Cuánto les odio yo a ellos por sus mentiras, su alusión a la pobreza para que les voten. Pero ellos quieren ser ricos, quieren que les votes para hacerse ricos y comprarse chalés como lo hacían los ministros conservadores.
Son una panda de asquerosos que poco a poco dejarán de ser votados porque la gente comprenderá que tener a esa gente en el congreso es una lacra, es tener un saco de mentiras entorpeciéndolo todo, es tener a unos delincuentes asquerosos que no saben, que no destilan más que odio a España y a los españoles. Qué asco dan. Que mierdosos son. Ya poca guerra van a dar ahora que ya son casta.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Hoy me encuentro bien, de acuerdo con la realidad, en paz con ella. No me sudan las manos, como ayer. No sufro ansiedad ni angustia ni temor a mi soledad y a la soledad de las horas. Solo me falta escribir unos renglones de esa historia que estoy imaginando para sentirme feliz del todo. He leído la biografía de Gonzalo Torrente Ballester y la de Camilo José Cela. Lo que hacían era escribir por encima de todas las leyes, todos los momentos, todos los dioses y mandamases y luego, publicar lo que escribían. Se rodearon de gentes estudiosas y con influencias, gentes sabias, como Pedro Salinas, Ridruejo, Rosales y otros muchos que los ayudaron a que su obra fuera conocida. Fundaron revistas ellos mismos donde dieron cabida a muchos escritores del exilio tras la guerra. Yo debería escribir esta tarde unos renglones que hicieran que mi historia avanzara y lo voy a hacer aunque mis historias no valgan mucho. Bueno, por lo menos han quitado esa ley que dice que si tienes una pensión no puedes dedicarte a cosas artísticas como la escritura sin perder tu pensión. Así que a lo mejor contrato a un agente literario o recorro yo mismo las editoriales de Madrid a ver si tengo suerte.

Si quieres escribir, escribe algo interesante.
Hoy me he levantado contento y no sé por qué. En el cuarto de baño lo he notado, como si me dejara fluir en la mañana. Como dice la canción, busco acaso un encuentro que me ilumine el día. Hoy, el encuentro posible es el mismo día, un día en el que la primavera parece en su apogeo. Los pájaros cantan con más fuerza que otros días y el sol ilumina mi corazón. Ojalá ese contento me lleve a escribir un folio o dos de la novelita que se me resiste pues yo, cuando paso delante de un trabajador, siempre pienso: pero yo escribo novelas. Dice un consejo psicológico que hay que cuidar los vínculos con los demás y contigo mismo. Yo, los vínculos que tengo conmigo mismo son la escritura y la lectura de novelas como hacía Borges, que decía que él, más que escritor era lector.
La vida pasa unos días torcida como un garabato y otras parece lisa y manejable como una tira de panceta bien grasienta. Hoy es de los días en que todo parece encajar en una orquesta de luz y de sonido hasta que se acabe el sol.

Si te levantas contento, haz que el día lo sea también.

martes, 21 de mayo de 2019

Todo el que se alcoholiza o se droga para ver otros mundos o no estar en este se libra de luchar contra la ruda realidad que nos rodea. Los que somos plenamente conscientes de esa maldita realidad del día somos los que merecemos lástima.
El alcohólico es aquel que parece darse un baño de cloroformo todos los días, al igual que el que fuma porros habitualmente. Pasan de todo, pasan de la realidad circundante. El cocainómano también huye de la realidad. ¿Hay que tenerlos pena? Sí, porque no viven como ellos quisieran. Tienen una dependencia. Pero esa dependencia les hace estar independientes del mundo, de la basura que es el mundo. Porque ahora no vamos a descubrir que el mundo es un inmenso cubo de basura. Desde que te levantas hasta cuando te acuestas con ligeros variantes. Ellos, los enganchados a algo, se pierden ese contacto íntimo con el cubo de basura, lo obvian a su manera. Los hombres posmodernos también parecen saltarse a la torera eso de vivir la vida tal como es y pasan de todo porque saben desafiar al mundo y asumir retos en soledad.
Los que merecíamos que nos mirara un psicólogo somos los que nos levantamos y nos lavamos las legañas y no vamos derechos a consumir un producto que nos haga olvidar quiénes somos y el mundo que habitamos a base de lingotazos o caladas o polvitos por la nariz, sino que bregamos con este apestoso aire caliente que deja la gente y las paredes y las cosas y luchamos por sobrevivir un día más a esta locura que es la vida.

Si no te drogas, qué duro es el día.
Mi formación académica deja mucho que desear y si no hubiera sido yo una persona con curiosidad por las cosas, no habría aprendido mucho de profesores vagos y perros que he tenido. Es un lugar común de las conversaciones entre mi hermano y yo la apatía y la holgazanería de los profesores que tuvimos en el instituto. Más de la mitad de los que tuve en enseñanza secundaria no eran honrados, no daban la clase, se tocaron los huevos casi literalmente.
He repasado mis cuentos y escritos y todos tienen una queja o un escepticismo grande de lo que yo he vivido. No es para menos.
En España se coge un cargo casi para cagarse en él. No hacer nada en él y empañarlo de mierda con la conducta de ese que coge el cargo. Yo he tenido profesores que se han sentado en su sillón y no han hecho nada en toda la hora. Unos verdaderos hijos de puta. En la universidad no era de otra manera. He tenido muchos que no hacían más que liar las cosas y no enseñar nada. No me han servido más que para perder el tiempo.
Y nos quejamos los españoles de que las cosas van mal. Cómo van a ir las cosas si la gente no quiere trabajar ni hacer las cosas bien sino abusar de su cargo o eludir las responsabilidades que uno tiene.
He leído que un tal Bernat Soria, ministro de ZP, estaba cobrando un pastón por no hacer nada. Así, muchos en España, muchísimos.
Hay algunas personas que tras curarse de un cáncer se apuntan a la asociación contra el cáncer y prestan su ayuda a otros que estaban como ella. Dicen que lo hacen para devolver a la sociedad lo que la sociedad les ha dado. Hay personas que para hacer creer que una persona en silla de ruedas es capaz de todo, cogen a esa persona en silla de ruedas y la suben a una montaña. No se trata de eso. Se trata de que el estado o el sistema o la sociedad dé a los discapacitados medios para poder valerse en esta sociedad que es más egoísta que otra cosa.
Yo soy un enfermo mental y no tengo que enorgullecerme ni un poquito de lo que me ha ofrecido esta sociedad. Sí mucho a lo que mi familia ha hecho por mí. Tengo una psiquiatra que me sigue cada tres meses y listo. Si me aburro, si no encajo bien en esta sociedad, si la gente piensa de mí cosas erróneas, me jodo y me aguanto porque no hay campañas de información sobre mi enfermedad ni sobre otras enfermedades que te hacen parecer un apestado o un imbécil de por vida.
La sociedad no lee, no se informa, es muy ignorante de las cosas comunes. ¿Cómo no va a ser ignorante de cosas no comunes como es una enfermedad mental o cualquier otra enfermedad incapacitante? El peor mal que veo yo en la sociedad española es la poca curiosidad que hay por las cosas. Solo se piensa en la playa y pasarlo bien y lo de los demás nos importa un huevo. Hasta que te toca.
La enfermedad que yo tengo lo único que consigue es que te aparte de los demás por los chismorreos que se crean entre la gente: "hizo tal cosa, se puso a dar voces, etc." pero nadie se toma la molestia de leer en qué consiste la esquizofrenia ni el trastorno bipolar. Te tiene que tocar para informarte.
Yo no sé mucho de discapacidades mentales como el síndrome de Down u otras en que ves a un chico o una chica mueve desordenadamente sus extremidades o no tiene un cociente intelectual como para lidiar en esta sociedad tan exigente pero si no nos interesamos por ellos, ¿cómo podríamos llegar a ayudarlos llegado el caso?
La verdad es que no nos interesamos por nadie de alrededor porque este nuevo hombre, el hombre posmoderno, solo piensa en su puto ombligo. Pero, ya digo, espera a que te toque y verás.
Probablemente escriba muchas entradas de blog estos días para matar el tiempo, para llenar la mañana. He mirado en Google "el concepto de amistad hoy en día" y ha salido el rollo ese de las redes sociales que a mí no me incumben pues yo no estoy metido en las redes sociales.
Otra web decía que a partir de los 30 es muy difícil hacer nuevos amigos, pero que por medio de internet, los podemos hacer. La amistad, desde siempre, merece una atención por nuestra parte y si esta no se da, adiós amigo. Por eso tenemos muy pocos amigos. Yo no tengo ninguno pues el amigo verdadero es el que te ayuda en los momentos difíciles. Yo tuve un momento difícil el año pasado y me las vi solo frente a ese momento difícil. No tenía amigos el año pasado y este tampoco.
Gente con quien hablar tengo y me satisface hablar con ellos de cualquier cosa pero tampoco están las cosas para contar problemas.
Esa web que digo decía que existe "el hombre posmoderno que asume sus retos". Eso es una gilipollez. El hombre ni es posmoderno ni es nada. El hombre ha tenido siempre los mismos problemas de siempre y no hay cosa más gilipollas que llamar al hombre hombre posmoderno.

Sí que noto que la gente va de sobrada, de independiente, de autónoma total pero cae en los mismos errores que el hombre de la Edad Media y está igual de desesperado. Ya la familia no es un referente, ni la fe ni la amistad. Yo solo contra el mundo, parece decir el hombre de hoy. El hombre de hoy no quiere ataduras y el hombre de hoy solo quiere creer en él y en lo material, en lo que toca y ve.
Menuda mierda el hombre de hoy.
Según una técnica psicológica, hay que buscar todos los días tres razones por las que dar gracias a estar vivo y el modo de estar vivos que disfrutamos. Podríamos decir que yo no soy un soldado, no soy una prostituta esclavizada ni soy un mendigo que pide en las calles. Es una forma de dar gracias a la vida que vivo muy exagerada pues me comparo con gentes muy desfavorecidas por la vida.
Si bajo el escalón, puedo decir que tengo la compañía de mi hermano y de mis padres, puedo darme un paseo al pueblo de al lado todas las tardes sin que ningún obstáculo de tráfico me lo impida y tengo suficiente dinero para gastar.
Estas tres situaciones valdrían para darme con un canto en los dientes todos los días de mi vida si no aspiro a más.
En ese mismo estudio psicológico se dice que hay que tener paciencia y esperanza para llevar bien la vida.
Por otra parte, Buda, considerado uno de los líderes religiosos más importantes del mundo, dice que en esta vida el deseo, el desear cosas y situaciones nuevas o bonitas es lo que nos trae la infelicidad.
Así que no hay que desear para ser feliz. Hay que meditar, estar con nosotros mismos pensando y pensando y hay que purificarse convenientemente.
Jesucristo, otro líder religioso, dice que hay que amar al otro, al semejante, incluso al enemigo de forma que con esta teoría de amor incondicional se puede revolucionar al mundo.
Yo no tengo enemigos a los que amar. Ni siquiera tengo amigos a los que amar.
Yo lo que tengo es un aplanamiento afectivo; o sea, no quiero a nadie o yo no me veo afectado por el querer de nadie. Yo me muevo en una sombra de amor.

Si no quieres a nadie, ámate a ti mismo.

lunes, 20 de mayo de 2019

Todavía con las manos sudorosas por los nervios pasados esta mañana, voy a ir a llevar "Sobre héroes y tumbas" de Ernesto Sábato a la biblioteca. Este libro es un rollo sin medida. Voy a buscar un libro que hable de la actualidad, aunque esta biblioteca de Majadahonda no está muy actualizada en sus fondos, no hay novedades, no hay nada. Quiero leer una historia que me agrade y me dé un buen rato. A lo mejor cojo una biografía de alguien interesante.
Esta mañana me he puesto a mirar el montón de escritos que tengo: crónicas, cuentos, memorias, novelas a medio empezar, inventos literarios, tratados sobre la paz, sobre el medio ambiente, sobre la soledad, sobre la muerte. He avanzado un poco en ellos y otros simplemente los he releído. Me he llevado más de una sorpresa.

La vida está en los vínculos que tenemos con las personas pero también con nosotros mismos.

Me gustaría pasear por París o por Budapest y luego tomar café con alguien que haya escrito algo o sepa de libros.

Me gustaría estar en contacto con la naturaleza como estuvo el hombre que se hizo una cabaña en el lago Walden. Y luego escribir sobre la desobediencia civil o sobre la consecución de la paz en el mundo.
Los nervios esta mañana han ido a más porque no sabía qué hacer. Tengo internet, tengo textos sin acabar pero mi voluntad no quiere meterse a hacer cosas y la casa se me viene encima. Tampoco deseo pasear o ir a un bar a tomar otro café. Los nervios me han agarrado fuerte y he tenido que forzarme a hacer algo para pasar el tiempo. El tiempo, qué palabra. Cuando corre a favor, pasa muy muy deprisa pero cuando uno se llena de tiempo con el valor de cero, el tiempo es como una prisión.
Cuando la mañana se instala delante de mí sin objetivos que la llenen, me da miedo y me pongo nervioso porque no he cogido hábito de hacer cosas por la mañana. Por la mañana lo que hago es vagar a casa de mi madre, por la calle sin destino fijo.
Pero hoy me he propuesto escribir algo. Por ejemplo, este blog o algún escrito que esté sin acabar para darle fin o seguir con la historia.
Mi hermano Paco puede estar mirando al tiempo pasar sin hacer nada y no le preocupa pero yo no puedo hacer eso. Los nervios me comen. Necesito una ocupación, un huerto que cultivar, unas actividades que tengo que crear yo mismo para que el tiempo no me engulla, me ponga tenso, me preocupe.

El tiempo pasa. Nosotros también, pero de otra manera.
Esta entrada nueva de blog ocurre porque no sabía qué hacer después de desayunar y barrer la casa. Es una manera de hacer tiempo para fumarme otro cigarro de la mañana. Por las mañanas, me levanto mal porque veo mi vida como una extensión de un camino muy largo y mi pereza no sabe cómo echarse a andar. A lo largo del día, esa impresión va acabándose pero a la hora de la siesta vuelven otra vez las horas en tropel a arracimarse en mi cabeza y no sé qué hacer en ellas y me angustio.
Las horas del día para mí son una indicación de mi torpeza para llenarlas. No solo una indicación sino una evidencia clara de que yo no tengo horario alguno, ni trabajo, ni algo entre las manos que me entretenga. Así, envidio al camarero, que está unas cuantas horas yendo y viniendo sin pensar en más que en ir y venir con platos y bebidas.
Tengo que escribir una historia pero mi pereza hace que esa historia no avance lo suficiente. Tengo la narración contada: hoy no creo que escriba más allá de folio y medio. Mi imaginación no da para más. Folio y medio suponen media hora de trabajo. Luego, miro en internet la historia de los 7 sabios, los consejos de Paracelso y otras peculiaridades filosóficas.
Ha habido días en que me ha preocupado mucho la política. Era también un entretenimiento, un pim, pam, pum con el que pasar el rato.
Yo, en mis inicios en este blog, escribía de la vida, sobre todo, de la vida, de la mía y de la vida en general.
La vida reparte angustia y alegría y pasión y dolor como semillas tiradas a la tierra.
La vida, sin embargo, es grandes dosis de tedio sin saber qué hacer y ahí es dónde se ve al imaginativo y al paciente y al resignado.

domingo, 19 de mayo de 2019

He buscado en Google "relaciones personales en el mundo actual" y aparte de un par de webs que hablan del tema, hay otras que venden libros o buscan seguros. Me he enterado que el ser humano es bio-psico-socio-espiritual. Quiere decir esto que es una vida (bio) que necesita alimento y cuidados y techo; es una mente que puede funcionar adecuadamente o erróneamente y que necesita equilibrio para desarrollar las funciones cerebrales adecuadas; es social; o sea, necesita de otros para poder encauzarse en la vida y además, el ser humano tiene una idea transcendente de la vida.
El ser humano, como dijo Heidegger, filósofo preponderante del siglo XX es un dasein (palabra inventada por él); o sea, que es un ser, dentro de todos los seres que hay en el mundo, que se pregunta por el propio ser. Quizás por ello sufra más que otros seres.

Pero vayamos a la idea de que internet ha revolucionado la manera de relacionarnos. Parece ser que al existir internet, donde con un clic podemos tener miles de gentes que nos escuche (aparentemente nos escucha), ya no hacemos hincapié en los seres humanos que comparten la calle con nosotros. Ya no se hacen conversaciones en los bares o esperando el autobús. Cada uno saca su artículo mágico y mira. ¿Qué mira? El otro día me tocó ir de pie en autobús y fui espiando lo que veía una mujer por el móvil: fotos, información para que compres algo fundamentalmente. Salen muchas fotos de conocidos que te "cuentan" algo porque en realidad son trozos de realidad cortados y sin sentido. Creo que la mujer, merced a unas fotos, finalmente, reservó unas habitaciones en un hotel de montaña. Internet, pues, es una gran tienda de todo lo que te puedas imaginar. El fin último de internet es vender. Es una enorme propaganda que se mete en la vida de la gente a través de la foto de su niño riendo o comiéndose un pastel que el papá ha grabado para la mamá. Este blog, supongo, cuando lo leéis, luego navegáis, navegáis hasta que encontráis algo que os gusta: un libro, una prenda, lo que sea: ese es el objetivo de internet. Miras cómo tu hijo ríe y luego reservas para él y su papá una habitación de hotel. Todo es dinero en esta vida, camuflado de relaciones personales al instante y multimedia para que lo dejes en las redes.
No me gusta internet. Me gusta más el cara a cara. Sale más barato. 

viernes, 17 de mayo de 2019

Resulta que vivimos en el Antropoceno. Antropos significa en griego, hombre, humanidad y sería la época del mundo en la que el hombre influyó sobre la Tierra. El Antropoceno empieza en la Revolución Industrial, cuando se empieza a consumir combustible fósil (primero carbón y luego petróleo). El carbón y el petróleo han causado muchos gases de efecto invernadero y ha hecho que la temperatura de los océanos suba. El efecto invernadero causa el calentamiento global de la Tierra y el calentamiento global de la Tierra causa el cambio climático (como estos días de mayo infernales que parece que estuviéramos en julio o esas riadas y lluvias torrenciales que observamos todos los días). Luego, se crean sequías pertinaces que crean incendios, la tierra se seca, no tiene nutrientes, desaparecen especies porque la primavera dura solo tres semanas y no hay saltamontes, ranas, escarabajos. El invento del coche ha sido y será un atraso: crea atascos, desorden, accidentes, locuras al volante, recorridos estúpidos y otras gilipolleces. Parece que el coche eléctrico solucionará la contaminación que mata a miles de personas en todo el mundo pero a lo mejor ya es tarde.
Yo, particularmente no sé que pensar de estos tres días que he pasado en mayo, del 12 al 15. Creo que es un aviso de la naturaleza o de un ente superior que podemos llamar Dios que está harto de la locura de los hombres. La naturaleza avisa, Dios avisa y lo que viene después, si no nos enmendamos y vemos los pecados que cometemos todos los días, será el puto apocalipsis. La Tierra ya está echando fuego por todas partes, la Tierra está harta de nosotros los humanos. Dios debe de estar harto de nosotros también. Ojalá todo tenga un solución en manos de gente sensata que lucha por la vida porque el que luche por la muerte recibirá muerte a cambio. Y luchamos los humanos todos los días por arrojar muerte al planeta y a otros humanos (aborto, guerras, etc.).

La naturaleza es fundamentalmente, vida. El hombre ya es demasiada muerte la que reparte al planeta.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Yo suelo leer los periódicos nacionales por internet por las mañanas por encima y por interés de compararlos. Me hacen mucha gracia los artículos de El País (solo leo uno) porque en esos artículos se dice, por ejemplo: el escritor holandés Fulano de tal ha escrito un libro (aquí un título muy largo) que dice tal y tal y tal. Esos escritores no son conocidos más que en el ambiente de la izquierda más rancia y se citan para tener más razón. A mí me recuerdan a una secta en la que todos leen los libros de los gurús que se inventan las cosas y todos dicen amén.
Todo el mundo (por muy zopenco que se sea) sabe que sitios como Cuba, Corea del Norte, China (aunque esta ha adoptado el sistema capitalista), Venezuela y Nicaragua, donde existen regímenes socialistas o comunistas se han convertido en reinos de unos cuantos que se han repartido la riqueza del país y la gente lo pasa putas. Algunas personas saben que Marx creía que la revolución comunista se iba a dar en Inglaterra por estar industrializada. Algunas personas saben que el comunismo es un falacia que ha conseguido mejoras para el trabajador pero no es un sistema político de éxito. Y el socialismo, más o menos.
Entonces, El País está escrito para una especie de secta que cree que las teorías que defiende la izquierda aún son válidas cuando la historia y los hechos han demostrado que traen la ruina a las naciones. No sé ya qué tiene que pasar para que la gente se desengañe de la izquierda.
Pero la izquierda, como tiene que subsistir de algún modo, coge otras banderas, fundamentalmente la del feminismo, y la agita hasta desfigurarla porque sabe que la defensa del trabajador ya no se defiende desde la izquierda. La izquierda es pura mentira. Se basa en una mentira ya descubierta.
Este tipo de periódicos dicen mentiras como si dijeran a los miembros de su secta que se desnuden en una habitación que va a venir un marciano a llevarlos a Marte.
Y hay gente que aún cree en estas mentiras y porfía en ellas. Pero como los demás sabemos historia y leemos, no nos engañan.

Las mentiras solo gustan a los mentirosos.

La corrección política no es otra cosa que no poder llamar al pan, pan y al vino, vino y no poder dar los datos esclarecedores de un tema. Es un truco de la política para llevar siempre la razón sin decir la verdad ni dejar que otros la digan. Todo se oculta, incluso los desastres, de los que no se puede hablar, y así, todo va igual de mal que siempre pero sin preocupación pues gracias a la corrección política nunca sabremos lo que ha ocurrido.
Ayer por la radio, por medio de un dirigente de Ciudadanos en la Junta de Andalucía, me enteré de que 500.000 andaluces estaban en unas listas de espera para sanidad que realmente eran unas listas de exclusión del sistema sanitario porque la Junta gobernada por el PSOE no daba a basto. Claro, tanta puta y tanto vino y tanto vicio que había que pagar... Pero la corrección política hace que no se pueda hablar de esto y sí del feminismo. Del feminismo hay que estar hablando a todas horas y además, se inventan términos como micromachismos u otros términos ofensivos contra el hombre para que los usemos habitualmente. Decir que si un hombre mata a una mujer por dinero no es violencia de género es tabú. Todo hombre que mate a una mujer es automáticamente violencia de género aunque la haya matado por robarle el bolso. A esos dislates hemos llegado. Ahora, una mujer mata a un hombre con el que convivía y eso no es violencia de género. Se extiende la opinión, el pensamiento y la idea de que el único género que puede ser violado, herido y asesinado es el femenino.
Eso va contra los derechos del ser humano que es igual ante la ley, sea hombre o mujer.
Pero como hay una tendencia claramente histérica a ensalzar lo femenino sobre lo masculino, a decir que las mujeres están sojuzgadas por los hombres, a señalar un patriarcado al que hay que derribar y otras estupideces que se repiten día tras día en los medios de la izquierda más rancia, pues quieren que no veamos en realidad una sociedad en la que hombres y mujeres cooperan y se llevan bien.
Quizás lo políticamente correcto incluye también crear una realidad paralela totalmente mentirosa para dominar a la gente precisamente con falacias y tenerlas agilipolladas eternamente, hasta el fin de sus días en una habitación leyendo libros rarísimos que dan la razón a la progresía que ya no sabe lo que es pan y lo que es vino.
Yo leo en El País cada parida y cada título de libro que va creando esta corrección política tan absurda que crea la izquierda porque la izquierda sabe ya que todo su discurso es mentira y algo tiene que inventar y entonces inventa la corrección política que es, simplemente una dictadura de lo que hay que decir y pensar.

Cuando defiendes una mentira ya manifiesta, tienes que inventarte otras mentiras para seguir engañando.

domingo, 5 de mayo de 2019

Circunnavegando afligidas égidas partidos de la curia más estulta, así va España a su encogimiento del caudal común por parte de manirrotos mentecatos. Venció la élite de los correctores del idioma y del rigor legal del ayuntamiento machihembra. Venció la estirpe de los justicieros que hacen tabla rasa con el peculio de los íberos. Las tasas y los diezmos que esquilmarán a los necios habitantes de la piel de toro no tendrán cuenta. Las dádivas a perezosos pegotes del erario para que tengan la andorga amable y decidan en las urnas no tendrá parangón en la Europa de los cerdos.
Así irá España. Pronto, sin advertir tamaña argucia de los equilibradores del sistema igualitario, muchos irán al reposo laboral de forma inédita y esperada, tal cual pasó cuando tomó el césar absurdo de las calzas estropeadas las riendas del país que coge ahora su hijastro más audaz y más zopenco.
Os advierto desde aquí, mis compatriotas, que no pasará un año en que este resistente, este chulo de putas narciso y alto, nos traerá la ruina que todos estamos mereciendo. No durará el dinero mucho tiempo en la caja del estado, pronto se irá como se fue en su día pues el social amigo del gobierno lo gasta como si no fuera de nadie.
No hace falta ser muy agudo para ver que de este al que hubo no hay mucho trecho. Los dos son muy chulos, muy tontos y se regalan las mañanas con un espejo delante de su pecho.
No hay que ser Holmes para ver que este es un necio, un necio que sueña con la justicia social y nos despertará con la ruina del país en poco tiempo.
Las ministras paritarias son idiotas, en el extranjero ya saben que hacen agujeros en la caja de caudales al instante. No hay empresa en España que no cosan a impuestos.
Si ya hubo, pronto habrá que lamentar gobernante que no sabe, gobernante que nos miente, gobernante de la mierda.
La justicia social que estos quieren es dar dinero y dar dinero para seguir cuatro años más jodiendo al que trabaja y dando paro al final del desgobierno.

sábado, 4 de mayo de 2019

Me queda poco para terminar con el libro titulado "Walden" de Henry David Thoreau. Es un gran libro. Es un libro del que desea por todos los medios disfrutar de la naturaleza. Yo sé que hay poca gente que conozco que lo haya leído ni lo vaya a leer, así que no puedo comentar su belleza con nadie. Solo lo leo a modo personal, como hago con tantos y tantos libros. Hay gente que pone el énfasis en celebrar cumpleaños de niños y mayores y parlotear con los amigos y vecinos de otros amigos y vecinos. Yo he pasado unas tardes en los soportales del ayuntamiento de mi pueblo leyendo este libro. No se aprende más que leyendo un libro bueno, no cuchichear de las vecinas. Cuando vino gente al soportal, tuve que dejar la lectura y me hicieron un interrogatorio. La gente de mi pueblo se asombra de que yo viva en un sitio como Majadahonda. "Allí hay de todo", dicen, y se les llena la boca con una estúpida admiración. El local que más me gusta de Majadahonda es la Biblioteca Municipal, cosa que a esta gente de mi pueblo los extrañaría mucho. "Ahí no hay más que libros", dirían como asnos. Pues eso. Prefiero un buen libro que conversaciones absurdas con gente que quiere enterarse de lo que yo hago donde vivo.
"Walden" tiene preciosas descripciones, tiene una historia muy bonita, tiene el latido de un hombre que quiere vivir en la naturaleza, tiene una reflexión sobre la naturaleza humana. Y los de mi pueblo, ¿qué tienen? Una curiosidad enfermiza.
El bien común. Es muy difícil hablar del bien común pero, sin duda, todo el mundo aseveraría que los políticos que gobiernan deberían tender a ese bien común, aunque no sepamos los ciudadanos en qué consiste ese bien en su globalidad tan extensa. Los dirigentes tienen una legión de asesores pagados por el ciudadano y aún así, esa legión de asesores y la inteligencia supuesta de los dirigentes no nos acercan al bien común. ¿Acaso el dirigente solo era inteligente para alcanzar el poder y en el poder se comporta como un pato estúpido que da patadas sin saber adónde?
Yo siempre parto de que los partidos políticos adolecen de unos prejuicios ideológicos que los atrofia para conseguir el bien común. Yo veo en el PSOE una defensa cerrada y cerril de la mujer por encima del bien común. Yo vi en el PP una defensa atrofiada de la macroeconomía por encima de los ciudadanos. Yo vi en ambos una corrupción desmesurada que está en contra del bien común. Los ciudadanos, en la medida en que podemos, nos procuramos el bien común que podemos sin pensar en que los políticos nos lo procurarán. Así, el científico pone las bases para curar el cáncer de páncreas. Quizás haya en ese descubrimiento algo político pero lo más que hay es la capacidad de un equipo de científicos que miran por un microscopio incesantemente. La gente que ve pedir en un supermercado a una vecina, saca de su cartera 10 euros y le compra un pollo. Y los ejemplos los hay a miles de millones. Si los políticos tuvieran un mínimo de la idea de bien común que tenemos los ciudadanos impresa en nuestra voluntad, el mundo rodaría como una bicicleta alegre y feliz. Pero no, en los políticos hay intereses que pagar, codicia, sectarismo al que hacer caso, colectivos que son mejores que otros, ideologías que empañan su mirada. En fin: mucha mierda en los ojos que les hace imposible ver el bien común y tender a él.
Que cada uno aporte según su capacidad y que le den según su necesidad. Esto es lo justo y sería lo ideal en una sociedad adecuada. Eso hacen las hormigas, que reparten sus bienes igualitariamente. Pero la avaricia de los humanos no tiene límites, eso lo sabemos. Y la pereza y la irresponsabilidad de algunos hace que otros sufran. Yo me negaría a que un pelele que no hace más que beber y beber o pervertirse tuviera ni un privilegio más que otro que lleva una vida acorde con lo que todos entendemos por la civilidad. Hay gente que cumple y hay gente que quiere vivir mejor que los demás a costa de los demás (por ejemplo, muchos políticos que tienen casas de un millón de euros y no las declaran). Yo reclamaría para los incapacitados todo tipo de recursos y adelantos para que vivieran mejor y también para los ancianos pobres que viven mal en residencias pero no para jóvenes que desean que llegue el fin de semana. Tampoco daría recursos para aquellos que hacen un trabajo ínfimo y encima se quejan y no quieren más que días libres y cobrar más. En mi trabajo, yo cumplí como el que más y a los liberados sindicales los tenía asco.
Hay gente que puede aportar en esta sociedad porque sabe cocinar, cuidar ancianos o limpiar o quizás se sabe muchos refranes antiguos, qué sé yo pero la democracia no es el paraíso comunista.
Hay políticos que se hartan a retorcer las leyes para que digan lo que ellos quieren que digan pero luego viven con el triple del salario mínimo y tienen casas que te mueres. Por cierto, me ha encantado que Podemos baje de votos. Es lo que esperaba ver estas elecciones. Se acabó el espejismo y la hipocresía del bocadillo mágico. Otra cosa: las democracias son mejorables si votamos a los mejores o menos malos pero en las dictaduras como en la cubana, te despojan de todo: tu propiedad no existe, tu dignidad no existe, etc. Y eso que es el paso al comunismo donde todo el mundo es igual de gilipollas en un hipotético paraíso. Los paraísos en la tierra no deben existir porque la misma naturaleza humana los niega. ¿No es un hombre un lobo para el hombre? ¿Cómo va a crear un lobo un paraíso para el hombre? Ya sabemos que el poder tiene esa cosa indescifrable que lo pervierte. Porque el poder no lo ostenta una mosca. Lo ostenta el hombre. Ya veremos las flaquezas y las miserias de Sánchez en el poder. Ya las vimos antes en el innombrable. Y cada uno que pase por el poder, se retratará como retrataba Velázquez a los reyes: con todos sus defectos, con todo su mefistofélico realismo.