viernes, 31 de mayo de 2019

Hoy viernes he pasado por la Gran Vía de Majadahonda toda adelante a las dos de la tarde y no he notado excesivo calor. No me he achicharrado con el cemento en mis pies. Ahora  a las cuatro y media, me asomo por la ventana y veo pulular pájaros por entre los álamos. Se puede vivir.
Quizás traiga este año un verano no muy caluroso o de intermitencias llevaderas en cuanto al calor.
Veremos cómo se porta julio. A finales de agosto suele hacer cierto fresco. Recuerdo cuando mi hermano y yo fuimos a Gijón el aguacero que cayó toda la mañana por la provincia de Valladolid. Increíble.
Hecho mucho en falta la lluvia, un tormenta al menos.

Hemos hablado con los colegas de lo del chico que fue atropellado por un camión. Los están explotando pero nadie estaría llevando macutos si no se ganara dinero. Me recuerdan a los ricksaws y el libro "La ciudad de la alegría". Eso sí que es pasarlo putas. Y dicen que está basado en hechos reales.
Bueno. Dicen que le van a meter un paquete a la empresa.
No todo lo que reluce es oro ni nadie se muere de hambre si no quiere.
Lo malo son esos 3.000.000 de parados que hacen la goma.

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