sábado, 4 de mayo de 2019

Me queda poco para terminar con el libro titulado "Walden" de Henry David Thoreau. Es un gran libro. Es un libro del que desea por todos los medios disfrutar de la naturaleza. Yo sé que hay poca gente que conozco que lo haya leído ni lo vaya a leer, así que no puedo comentar su belleza con nadie. Solo lo leo a modo personal, como hago con tantos y tantos libros. Hay gente que pone el énfasis en celebrar cumpleaños de niños y mayores y parlotear con los amigos y vecinos de otros amigos y vecinos. Yo he pasado unas tardes en los soportales del ayuntamiento de mi pueblo leyendo este libro. No se aprende más que leyendo un libro bueno, no cuchichear de las vecinas. Cuando vino gente al soportal, tuve que dejar la lectura y me hicieron un interrogatorio. La gente de mi pueblo se asombra de que yo viva en un sitio como Majadahonda. "Allí hay de todo", dicen, y se les llena la boca con una estúpida admiración. El local que más me gusta de Majadahonda es la Biblioteca Municipal, cosa que a esta gente de mi pueblo los extrañaría mucho. "Ahí no hay más que libros", dirían como asnos. Pues eso. Prefiero un buen libro que conversaciones absurdas con gente que quiere enterarse de lo que yo hago donde vivo.
"Walden" tiene preciosas descripciones, tiene una historia muy bonita, tiene el latido de un hombre que quiere vivir en la naturaleza, tiene una reflexión sobre la naturaleza humana. Y los de mi pueblo, ¿qué tienen? Una curiosidad enfermiza.

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