lunes, 12 de octubre de 2015

Hay en España, y supongo que en el mundo, gente iconoclasta o que no le gusta el pasado común de la gente. No les gusta la Virgen del Pilar, las iglesias ni la tumba de Franco, al que fusilarían después de muerto, ni las rosquillas de San Isidro, etc. Pero son estos que quieren romper con el pasado los que se abrazan con fuerza al comunismo, al anarquismo y enarbolan la hoz y el martillo o la bandera de la CNT. Como si eso no perteneciera a un pasado igual de rancio que el otro. Lo que pasa es que es su pasado, es el pasado de donde vienen ellos y ese pasado quieren hacérselo tragar a los demás. Quitan los crucifijos y ponen a Marx de capirote, ese Marx que condujo a ese comunismo de mierda en Rusia y en Cuba.
Y lo llaman utopía, como si la utopía tuviera algo que ver con el socialismo rancio del XIX o con el anarquismo de bombas y asesinatos a cargos públicos, terrorista, que hubo en el XIX. Y a eso lo llaman utopía y defienden que hay que ser solidarios con el que sufre por la acción directa. Y esa gentuza quiere quitar a Dios y poner el de la utopía, otro Dios. Y vengan dioses para confundir a la gente y quítete tú que me pongo yo, la misma mierda.
Si te hablan de solidaridad, que empiecen dando.

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