jueves, 8 de octubre de 2015

Cuando estoy mal, busco hostilidades pueriles allí donde no debería haberlas y me enredo en odios pequeños y absurdos, en manías por determinadas cosas o personas y lo paso aún peor. "Me encabrono", como me decía un médico y las cosas van encenagándose hasta que se me pasa el mal humor. Hay en las cosas y personas que me rodean un punto que fomenta esa hostilidad porque yo creo que no es gratuita del todo, no me la invento sino que ciertas actitudes de cierta gente que me rodea provocan ese malestar y acritud en mis valoraciones. Lo que pasa es que el comportamiento de esas personas me afectan en mi vida pues las tengo cercanas y me comparo con ellas o las juzgo de manera malévola y así, yo lo paso mal. De la incorrrección de ciertas posturas hacia mí, yo empiezo a hacer un ovillo de malas impresiones sobre ellas y acabo teniendo una postura crítica que me hace mal. No me gusta que haya gente que me oculte su vida y luego quiera saber de la mía, no me gustan ciertas posturas arrogantes sin causa definida, no me gusta que me juzguen o que quieran estar por encima de mí los que no hacen nada o no lo han hecho para estarlo. Me molestan los tontos fatuos, los chulos, los que van de misteriosos, los que callan y se dan tono, etc.
No busques bronca con las personas que te molestan. Es peor.

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