martes, 12 de diciembre de 2017

Cada mañana calculo mis carencias y mis pecados de la vida que llevo. Y salen unos cuantos que rumio como una vaca. Lo paso mal durante unos minutos en los que creo que soy un ser desgraciado como otros muchos. No sé si me falta un amor o una amistad. No sé si el pasado me está haciendo daño porque salió mal. No sé cómo salir de esta mañana en que me veo como un erróneo ser que va midiendo sus fallos.
Y luego el día avanza y se va borrando esta idea de que mi vida está mal y entre la gente o entre mi hermano y yo vamos destruyendo esa idea de que hay algo equivocado en mi existencia.
Por otro lado, ya voy acabando la historia de los dos gemelos. No sé si me ha salido bien o mal pero la estoy acabando.
Hoy daré otra vez mi paseo a Las Rozas y lo pasaré bien, todo lo bien que permite este corto vuelo que hago todos los días.
Hoy he soñado con montañas inmensas que se alzaban ante mí y unos caminos que salían de la base de las mismas para alcanzar la cima.
La vida va pidiendo explicaciones a los que la derrochan sin ningún sentido.

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