miércoles, 9 de febrero de 2022

Pío Baroja fue un hombre muy austero, que regentó las panaderías de Viena Capellanes, que no conoció mujer, que estudió para médico, que casi le cazan en su fuga a Francia a comienzos de la guerra civil. También hay que leer "La voluntad", excelente novela de Martínez Ruiz "Azorín" para darse uno cuenta de lo mal que estaban las cosas por aquella España de finales del XIX y principios del XX. Unamuno escribió nivolas que no novelas para ganarse el sustento mientras escribía en la prensa y regía la Universidad de Salamanca. Luego vinieron otros, claro, pero no supieron decir lo mismo que estos, por lo que fueron olvidados. Nadie se acuerda ya de Pérez de Ayala ni de Ortega y Gasset, quizás por alentar una mierda de república asquerosa pero querida por todo el pueblo español, el siempre engañado pueblo español. Yo digo que para qué queremos políticos en España si dan cinco de arena y una de cal. Bueno, es común en España sufrir a nuestros políticos, no que los políticos nos sufran a nosotros al menor despiste. Aquí se juega con el Congreso y con las leyes y no pasa nada. Aquí se miente por lo gordo y no pasa nada. A la mierda los españoles, que no los políticos por su ignorancia y el pasotismo de la gente española. No nos curaremos nunca de nuestra ignorancia, nunca.

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