martes, 30 de enero de 2018

La televisión no es educativa, más bien al revés. La televisión muestra películas de asesinatos, programas feos del "corazón", concursos del dinero, gilipolleces sin fin. La televisión no avisa sobre el consumo de drogas, lo trata como un tabú así como el sexo o cualquier cosa interesante que hay en la vida. Lo que mejor se le da a la televisión es mostrar entretenimientos absurdos para que la gente tenga un comportamiento absurdo o un gusto penoso.
La televisión no muestra arte, idiomas, lugares bonitos. La televisión muestra petardas y petardos haciendo el gilipollas.
La televisión da pena verla por los motivos enumerados. La televisión solo merece la pena cuando da noticias, un partido de fútbol o de otro deporte o una película mínimamente fumable.
La pantalla de la televisión podría tener unas funciones cojonudas para la promoción de la cultura, la educación y la prevención de enfermedades, por ejemplo, pero no las tiene.
Lo que no entiendo es por qué la televisión no cumple esas funciones básicas de conocimiento. La gente quiere seguir tan borrega como cuando era joven.
El gusto de la gente está estropeada entre otras cosas por la bazofia que sale por la tele todos los días.
Me gustaría que saliera DE UNA PUTA VEZ el retrato de Dostovieski en la tele.
Me gustaría que todos fuéramos un poco dostovieskis en la vida y no meros salvamés de mierda.
Quisiera un mundo mejor donde las cosas cumplieran su función como un sustantivo cumple su función de sujeto en la frase. O de Objeto Directo.
Quisiera que todo lo útil de este mundo lo fuera y lo inútil y dañino fuera postergado y olvidado para siempre.

Si no te gusta este mundo, no tienes otro.

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