sábado, 23 de agosto de 2014

En este blog me las doy de listo y doy consejos en él que nadie me ha pedido. También me quejo de formas de vida que van en contra de lo que yo opino o pienso. Son formas de vida que yo he visto o deducido de ciertas personas que me rodean. Si no escribo de aquellas personas que me rodean, ¿de quién voy a escribir? Yo no cito nombres y personalizo solo de vez en cuando pero salvando, creo, la identidad de quien escribo. Nadie sabrá por este blog de quién es la persona de quien hablo, digo con nombres. Solo cito veladamente. Lo peor de todo es que hablo de vicios, como lo haría un articulista del XIX en un periódico para tratar de reformar la sociedad y los que se vean reflejados en esos vicios dirán que yo hablo directamente de ellos pero no es así: yo hablo de vicios en general como el gusto por el gasto, por el dinero, la incultura que puede convertirse en un vicio, la envidia, el mal gusto etc que la verdad que no me invento sino que veo en aquellos que conozco pero que veo también de forma general en la sociedad entera de modo que no concreto en ninguna persona sino que hablo en general y deseo que se me entienda que es para sacar una lección, no meterme con nadie por gusto. O sea, que lo que me molesta lo escribo y así me quedo a gusto, ese sería el esquema. 

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