jueves, 30 de octubre de 2014

Se acercan las Navidades. Yo espero pasarlo bien estas Navidades. Me da en la nariz que lo pasaré bien. Es algo que siento desde octubre. Las Navidades pasadas fueron como un presagio de desgracias. Estas Navidades ya no habrá ningún presagio.
Yo rezo todas las noches por mi familia y por Angelito, mi hermano mayor y se te quedan como las manos vacías porque ese ser querido ya no está. Es la cruda realidad. Pero rezo por si está en algún lugar mejor, ese sitio que llaman cielo.
Mi relación con el resto de la familia ha mejorado. El otro día, un sobrino mío que yo creía altanero y chulo, me hizo un regalo y charló conmigo amablemente. Esa chulería de mi sobrino no es tal. No es chulo. Lo que pasa quizás es que está acomplejado, está fuera de sitio y demuestra su complejo mostrándose reacio a los demás. Es buena persona. Y con mi hermana las cosas han cambiado porque ya he olvidado las ofensas. Vive sin sentirte ofendido y vivirás mejor.

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