jueves, 23 de octubre de 2014

Para hacer más llevaderos los problemas, tenemos que obviarlos y tirar para adelante. Yo, a menudo, me imagino a otros con más problemas y desgracias que yo y así intento relajarme. Como el sabio de "La vida es sueño" que arrojaba hierbas y las cogía otro sabio que estaba peor. Ahora me acuerdo de una cajera que está mal de las cervicales y tiene que estar 8 horas en su caja. Ahora me acuerdo de un hombre que pide en la Gran Vía, un señor mayor, a saber cómo se apañará. Lo que pasa es que las situaciones no son comparables. Uno puede estar rodeado de dinero y rodeado a la vez de coyotes. Uno puede malvivir con cinco euros al día y no tener que preocuparse de la gente que le rodea pero quizás no le rodee nadie y está más solo que la una. A mí me daría mucha pena tener que vivir solo. Las penas las vive uno solo y las resuelve o no en su interior, esa es la verdad. Y sus penas las siente como las peores del mundo, sin compararlas con otras. Si tienes una pena, cuéntala, quizás sea el primer paso para combatirla.

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