lunes, 20 de marzo de 2017

La corrupción está instalada en España como una puta costumbre. Roban todos los políticos todo lo que pueden. Y luego dicen que es por el común del ciudadano que se lleva folios de la empresa. Menudos aprovechados hemos tenido en bancos, partidos políticos y cargos públicos de todo tipo. Como dice Rosendo: dale a la matraca y raca y luego yo no he sido. Qué mierda de país. Qué poca justicia, que de dineros han salido de España rumbo a Suiza. Qué rumbosos han estado todos para trincar de las arcas públicas y para untar a amigos, amiguetes y amigotes. Cómo es la política en España. El que no roba es un gil, deben de decir todos los que se apuntan  a concejales. Cuando no es el amiguismo vergonzoso, es el trincar el 3% o lo que salga. Qué ganas me dan de vomitar encima de ellos. Menos mal que todavía debe quedar para hacer un colegio o tapar los baches de alguna carretera. Y a mí lo que se me ocurre pensar es en la vida que llevan con tanta pasta que trincan. Vivirán en Ritz temporadas larguísimas, se irán de safari, se acostarán con putas de lujo, comerán en el Bulli y luego dirán que no tienen nada ya porque se lo han gastado. Normal. Si es que el dinero público es inmenso. Viene de todos los españoles que cotizan. Y somos muchos españoles. Lo peor es que la gente exige que devuelvan el dinero y no lo devuelven. Porque se le han gastado en cosas de lujo. Si es que los corruptos tienen unos gustos especiales, difíciles de saciar. A mí me gustaría ser corrupto por un día, a ver de qué va la cosa. A lo mejor hacen un concurso y todo: corrupto por un día porque España está que da verdadero asco. Ni la política funciona, ni la justicia, ni la monarquía. Los estancos funcionan: voy a por un paquete de tabaco y voy a echar un poco de humo.

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