Ahora son las 10:20 del día 25 de marzo de 2025 en la Tierra, en la que estuve hace doce años en España, en un pueblo de la provincia de Madrid. Lo que más recuerdo son los gorriones. Son como unas pelotitas grises que vuelan corto. También me acuerdo de las urracas, más grandes y como más elegantes. Había muchos perros sueltos, que se habían vuelto salvajes y había que tener cuidado con ellos. Estaba yo solo en esa ciudad que en aquellos tiempos, pertenecía ya a Madrid, la capital. Había crecido mucho la ciudad aunque estaba a 15 kilómetros de Madrid. Y ahora juego al ajedrez con la máquina y como una barrita. Estoy a cientos de kilómetros luz de la Tierra, de la que soy originario. Soy un explorador galáctico. Debo encontrar otro planeta de parecidas características a la Tierra. Llevo ya 10.000 kilómetros recorridos. Nada hay parecido a la Tierra en el espacio. La Tierra es de una singularidad espeluznante. Pero ya no hay ni un ser humano en la Tierra. Todos huyeron o murieron. No supieron valorar lo que tenían. Las políticas erráticas, los locos al poder hicieron caer a ese planeta en la debacle. Ahora, en la Tierra, no hay nada. Solo animales. Ojalá encuentre algo parecido a la Tierra en mi viaje espacial. Se trataría de un milagro.
La Tierra en sí misma es un milagro.
La Tierra y su color azul es única en muchos kilómetros luz a la redonda.
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