Estaba a gusto en su casa. La encontraba acogedora, amplia, luminosa, etc. Pero se quería ir a un pueblo de la sierra de Almería, a escribir sus novelas que le darían de comer. Escribiría un drama rural pues ahora se llevan mucho. Solo tendría que buscar entre la gente que habitara esos pueblos y ver por dónde podría saltar la chispa, el enfrentamiento. No sería por unas tierras sino que el conflicto tuviera que ver con los cuernos. Decía un amigo suyo que no nos imaginamos la cantidad de cuernos que hay que no se ven, pero existen. La infidelidad, en los pueblos pequeños adquiere una dimensión muy trágica, muy poderosa. Y allá fue a la sierra de Filabres a escribir y comer de un huerto y cabrito asado y de los cuernos.
Un pueblo de la sierra de Almería:
El desconocimiento absoluto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario