Ayer oí que una influencer ha inventado el té de sol, que es hervir agua y dejarla al sol y sale cómo se la bebe. La ridiculez no tiene límites en lo que llaman las redes sociales. También oí hace tiempo de niñas de 12 años que se maquillan influenciadas por este tipo de gente que vive de vender. También oí que una influencer pasaba una semana en un hotel con todos los gastos pagados hablando bien del hotel y subiéndolo a las redes. Esto último me parece más normal. Lo llaman contenido y, a los influencer, creadores de contenido. Vienen a decir: cómprate esto, haz esto otro, adelgaza, vete a tal sitio, no digas esto a tu pareja, etc. Son una especie de guía para lo físico y para lo espiritual estos influencer que, a lo mejor, han experimentado ellos el jarabe que aplican a los que los siguen. Pero todo es muy relativo y lo que vale para uno no vale para otro.
Sigue tu vida, mejórala, siente la necesidad de hacer cosas
y no te aísles.
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