La música no me cansa, decía una canción. A mí no me cansan las letras, las letras del abecedario. Me gusta verlas combinarse, aparecer ellas muy expresivas, contar algo bonito y súbitamente, crear un pensamiento. Aquí no me resulta difícil escribir, es todo muy espontáneo, pero escribir una historia me sale más complicado. Tengo que tener en cuenta unos personajes que deben evolucionar equilibradamente. Tengo que crear una peripecia o unas costumbres de esos personajes. Tengo que unirlos a esos personajes y que no chirríe su unión. Tengo que pensar mucho y me cansa, pero sigo escribiendo historias luego, más tarde, a eso de las 7.
Historia, relato, novela...
Todo es ir contando qué pasa, qué sienten unos corazones.
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