Voy a escribir con parsimonia. Trump no quiere guerras aunque ha promovido acciones tremebundas. La vida ejecuta al tiempo, lo va ahorcando en el reloj, lo va desperdiciando cada mañana y cada noche. Tengo unos sobrinos que no saben hablar. Risto Mejide era del Opus Dei pero luego se borró. Contar cosillas de amor entre el acto del amor es lo sabroso. Lo otro, ya lo hacen los burros en el prado. La Celestina se perdió por una cadena de oro. En el Quijote, el verdadero oro que existe es el diálogo. No hablar, no saber hablar, trae el desconocimiento de las personas. Así me pongo de fiesta para no ir a ella. Hay gente que pasa por el mundo y deja algo a los demás. Los hay también que logran muy dudosamente ser los más ricos del cementerio. Y los hay que no dejan a los hijos más que deudas. Hay un límite para el ahorro: comer mierda con tal de no gastar. Aunque algunos desearían y desean que la mierda fuera comestible.
Bajo los helechos mojados limpio mis pies de barro llenos
para seguir andando, para seguir andando.
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