Un día andaba yo por Atocha y me acerqué a la cuesta de Moyano, donde los libros, y la dueña de uno de los puestos, encarecidamente, me dijo que comprara un libro nuevo que había salido esa semana. Que lo había escrito un negro de Zanzíbar y que era muy bueno, sobre todo, divertido. Contaba el negro, de cuyo nombre no me acuerdo, la historia de una negrita muy asustadiza que se asustaba del color negro de toda su familia. Eran tan pobres que no tenían un espejo para que viera que ella también era negra y tal. Hasta que esta negrita va a una casa a limpiar y en la entrada de la casa hay un espejo enorme y allí la negrita se da cuenta que también ella era como el resto de su familia. Es un shock para ella, pero se pone a limpiar la casa y ya no pasa nada más reseñable. Cuando llega a su casa la negrita se la ve avergonzada y como con cara de tonta y todos sus miembros se dan cuenta de que ha caído del burro. "Se habrá visto en un espejo de esos que tienen los negros ricos", dijo la madre y toda la familia calló y no quiso ensañarse con la torpeza de la negrita. Entonces llegó al barrio un batiburrillo de actores y actrices y cámaras y luces y todo eso que lleva el cine que es muy sabroso de leer en el libro. Y la negrita se hizo actriz de comedia e hizo reír un montón a todo el mundo pues la chica se sabía muchos chistes de negros y de blancos y le pasan muchas cosas pues a las personas cándidas y buenas les pasa de todo y se acaba el libro y es muy bonito leerlo.
Si tienes un problema,
cuéntalo, ya con contarlo está un poco resuelto.
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