No va bien el día de hoy. No sé por qué pero no va bien. Los árboles de Dublín son verdes y frondosos y además, los podan, los riegan, los miman. No como en España, cuyos árboles están desatendidos y tristes como míseros mendigos.
A los envidiosos les viene bien una capa de amor y comprensión.
No es difícil ganarse el sustento.
El amor viene y va. Lo importante es el aprecio por los demás.
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