Antes de prejuiciar a otro por sus ideas políticas, hagamos el ejercicio de ver si ese otro es válido en sus actos. Este es de izquierdas o de derechas. Eso ya no debería valer en una sociedad moderna. Si tú me ayudas, yo te ayudo, esa es la regla que deberíamos seguir y no otra. Hay que confiar en el otro, pasarle la pelota cuando sea para que también juegue; a lo mejor, mete gol y eso que ganamos. Hay gente que no se prepara, que dice que esto no vale y esto no me apetece cuando se trata de ayudar y van orgullosos diciendo que son de esto o de lo otro. Esos no valen un pimiento. La gente formada, que es curiosa y aprende de los demás, esos son valiosos en la vida. Hay gente que todo lo justifica por ser de esto o de lo otro y luego ni saben ni hacen nada. La gente sabia se tiene por tonta y va viendo a los tontos que se tienen por sabios y los olvidan pronto.
Es preferible un poco de curiosidad en la vida
que un montón de doctrina barata.
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