Como tengo que esperar casi dos horas para oír un programa que me gusta en la radio; como si voy a andar al pueblo de al lado suenan mis pasos solitarios al no haber nadie por la calle, como no hay nada abierto; como hay puente y todo el mundo se ha largado aunque sea a echar una cagá al río, etc, etc, etc, voy a escribir unas cosas para pasar el rato. La tarde está en suspenso. El dinero a crédito ya está gastado. Por lo tanto, hay que pedir otro crédito, a riesgo de arruinarnos, para las navidades, para los regalos y los centollos, que no falte de nada. La vida va poniendo chinitas en el camino del perdedor para que se acostumbre a estar molesto y agrio como perdedor que es. Así pasa la gloria de este mundo: muy silenciosamente. Gasta, gasta y gasta, fúmate el dinero, que para eso están los bancos. Ya crearon los fondos buitre, algo crearán hoy en día para que no falte de nada.
Las gotitas en el cristal resbalaban antes, cuando llovía en este mundo.
Para que supiéramos qué era la lluvia, qué era el agua, qué dolor atravesaba el estado líquido transparente.
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