Escribiré casi sin ganas. Este es blog campanas, se escribe sin ganas. Amada en hipótesis, chica que se pinta los ojos, gótica que recita a un cantante de moda, llego a mi destino. Cuántas cosas sorprendentes en la melodía de un autobús verde. Suena el motor como un rugido de algún animal. Las copas de los árboles pasan certeras. La carretera vive como una sabana llena de ruedas que marcan el asfalto. No es fácil escribir. Este blog es la expresión de algo que ni yo mismo sé. París es una fiesta, tituló un escritor una simple y pequeña biografía que yo leí en el pueblo como el que se agarra a una tabla en medio del mar. No sé qué más decir por ahora. No sé si es jueves o sábado. No sé si las licencias poéticas que uso son un tanto desconcertantes. Hay gente que no entiende de licencias poéticas. Hay gente que no escribe nunca ni lee nunca, así que no sabe de nada.
Al volver la vista para ver el último torreón bañado por la luna
pensó que no era eso lo que quería para sí, pero que de algún modo lo había alcanzado.
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