Hay un águila en la sierra que es de piedra y no se cansa. La luna lunera la ilumina de noche y parece esta escultura la viva imagen de la libertad, las alas abiertas, el pico altanero. Esto es por la sierra de Quesada, que no sé dónde está. Yo me siento un poco entripado por algo que comí anoche. La vela del barco se arría, se pone firme contra el viento y hace rielar al enorme cascarón. Si lo pensamos, la vida es un sufrir daños menos otros, que viven como si fueran entre rosas. Si me tocara la ONCE, me compraría un jet para mí solo, como el Falcon del presidente, y me iría a recorrer mundo hasta que se gastara el fuel.

Hay gente que no sufre por nada.

Quizás por eso hacen sufrir a otros.