En esta vida hay ratos festivos, ratos penosos y ratos de ver pasar el tiempo. Los más, estos últimos. Ya decía un poeta medieval que pensar en el tiempo ido da dolor. No es un dolor físico, es un dolor así como que se mete en la médula de los huesos. Necesitamos matar ese dolor y por eso hacemos cosas. Nos vamos a la calle como huidos, llamamos por teléfono a alguien y charlamos. No sé. Hacemos cualquier cosa para que ese dolor desaparezca. El dolor del paso del tiempo, que de pronto son años. La plaza del pueblo sigue ahí y acoge nuestro cuerpo que fue. Miramos tan atrás que da miedo. No conseguimos quitárnoslo. Qué agobio. Da más miedo que Frankenstein, que Drácula, que los zombis.
Andan las horas persiguiéndose.
Hay que hacer cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario