martes, 20 de mayo de 2025

 Me tocaron clases de teatro en los institutos tres veces: la primera, en el instituto "María Guerrero", de Villalba. La segunda, en el instituto "Miguel Delibes" del barrio de las Rosas. La tercera, en el instituto "Leonardo da Vinci" de Majadahonda. No salí muy satisfecho de la experiencia. Yo no tengo formación teatral más allá de aprender títulos de obras de teatro. Di un curso de teatro de una semana que no me valió para nada. Fueron tres aventuras académicas sin saber yo ni cómo hacer títeres. Los alumnos de Villalba, me pedían cigarrillos que yo no les di en ningún momento. Ensayábamos una obra en la que iban unos en una barca. No les gustaba. En Majadahonda sí hubo un público pero no gustó mucho la obra. Era una adaptación de un cuento de "El Conde Lucanor" de Don Juan Manuel. Era de un profesor que tenía dolores intestinales que va a cagar al barrio de las putas y pierde todo el respeto de los alumnos. Era tan breve, que lo tuvimos que representar un par de veces. Los ensayos fueron un poco caóticos. Los alumnos no ayudaban. Hice lo que pude.

El teatro.

Qué artificioso

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