Dice un poeta gaucho: los placeres se disfrutan cuando palpitan. Pero en muchas ocasiones, los placeres han de aparcarse, han de olvidarse. La vida no está hecha de placeres y sí de renuncia. Creo que hay que renunciar a pasarlo bien. Hoy me ha sorprendido un tipo que estaba contento. Yo escribo estas cosas en este blog y no estoy contento. Ayer veía a los seres humanos como hechos de paja y hoy me he levantado mal. Ce est la vie. No tiene vuelta de hoja. A ver si el día de hoy me muestra otra cara, otra mirada buena de las cosas. No sé si hoy remontaré el ánimo o me perderé en pensamientos tristes y repetitivos. En fin. La vida no está hecha para ser mordida sino para ser soportada.
No sé qué poner aquí.
Pondré un verso: en tanto que de rosa y azucena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario