Un pobre se me acerca y me pide dinero para comer. Unas chicas preparan enredos. La familia está encendida por la noche. La máquina del numerito quizás no funcione y me atoro. Me dan pastillas que no son las verdaderas. Yo zozobro como una barca en alta mar. Una tarde no me conocía. Líos con el móvil, líos con las tremendas ganas de ver algo de realidad tras la mentira. Todos mienten y yo me miento a mí mismo con todas estas historias de gentes con las que me cruzo. El pobre ya no le veo por la calle, la familia ya no se enciende, las chicas han desaparecido. La máquina del numerito funcionó. Conseguí pastillas buenas. Pude dormir.
El sueño va llegando poco a poco.
Los demás van cambiando poco a poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario