La calle nos hace solitarios. Vamos y saludamos a unos conocidos, a unos que no harían nada por nosotros si un hermano sufre alucinaciones y delirios. Saludamos en ocasiones de fiesta a unos familiares. Son como los conocidos pero tienen nuestra sangre. Son como advenedizos también ellos. Luego conoces gente y te juntas con ella y sabes que no te conviene. Y tienes que saltar de la barca en marcha. La calle nos hace solitarios por no sufrir males mayores. Hay un rumor en la calle. Un rumor de jetas despectivas que van diciendo: si pudiera, te mataba o todo lo tuyo es mío. Un familiar me dio unas voces en la playa. No me pidió perdón. Pasé bochorno. La vida está llena de gente que te echa a la calle solitaria.
Soledad.
Bien mirado, mejor que la gente que no te quiere.
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