miércoles, 21 de mayo de 2025

 Los minutos pasan lentos esta mañana. Es la cuenta atrás de algo que ni yo mismo sé qué es. El sol ha ganado a los nubarrones, pero yo sigo queriendo que llueva. La lluvia me calma y luego el suelo huele a fresco, a tierra. Los rosales de mi urbanización ya dan flores. El agudo piar de los pájaros me cansa. En Segovia quizás hoy será un día tranquilo porque las capitales de provincia así lo son. Aquí, en la ciudad, ladran demasiados perros, pían y graznan demasiados pájaros. Si yo hubiera nacido en Móstoles, ¿me creería pobre? Me imagino un piso 15 en los barrios del sur y no sé qué siento. No sé si es impotencia o ganas de mejorar o, simplemente, vértigo. Mi prima la de Segovia vive también en un bloque de pisos. En Majadahonda, la altura es de cuatro pisos. ¿Soy un privilegiado? No sé. Seguro que en Móstoles la vida es más comunitaria y solidaria. Creo que a mí, ciertas personas me consideran rico por vivir en Majadahonda. Rico, yo creo, es el que es grande por dentro.

Rico, pobre, buen pasar, pensionista.

Yo no sería pensionista si no fuera un enfermo crónico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario