Quién quita que, al ser optimista, algo bueno te llegue o te suceda, pues ese es el papel del optimista, esperar algo bueno de la vida. Aunque parezca que los minutos pasen ahora inútilmente, puede que más tarde, algo aparezca si tienes esa fe del animado, del que espera sin desesperarse. Yo he escrito hoy por la mañana que la gente no me llama la atención como lo hacía antes pero no dejo de creer en la gente, esa pandilla inmensa que pasa a mi lado. Y debemos estar siempre al lado de quien nos quiera para que surja ese misterio propio del optimismo. No ha mucho tiempo que yo me desesperaba ante las horas. Ahora procuro que pasen sin pesarlas demasiado en mi mente. Algo surgirá en un horizonte próximo que me hará creer de nuevo en mí, en mis seres queridos y en la gente que me rodea.
El placer de dejar pasar las horas uniendo pensamientos con palabras.
Y un cigarrillo.
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