Escribo aquí, en el blog, para pasar el tiempo y quizás, para dar alguna idea. Afuera llueve. Las paredes son opresoras, parece que te anulan de un momento a otro. Hay que ser optimistas. Si esto es lo que hay, es porque no hay otra cosa y debemos, quizás, aceptarlo. Unos, harán punto. Otros, ven películas o, simplemente, la televisión a granel. Otros dan paseos por los pasillos para calmar la impaciencia. Y yo escribo. Unas líneas no muy ostentosas en su exposición, pero líneas al cabo. Líneas que dan cabo a unas ideas que quizás tenga todo el mundo en la cabeza pero que, en este blog, se hacen de un brillo, lucen un poco, comunican algo. La idea es seguir en ello, no dejar decaer el ánimo. Vienen días impredecibles, vienen días raros, entre fiesta y contrariedad. Hay que animarse. Hay que ceñirse al guion impuesto. No tenemos dinero para irnos a una isla a disfrutar de 20 grados. Quizás tú sí. Pues vete.
¿Por qué no me he ido a Las Canarias?
Tremenda cuestión.
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