La vanagloria de la piedra que rueda por el río y llega mucho más allá de lo que imaginamos. Así quisiera yo vivir sin anclaje en una casa en la que todo se repite. La cadencia de la arena que ya ha caído hace muchísimo tiempo es la metáfora perfecta de la inmensidad del mundo. Huele a agua de río que arrastra ramas, peces y batracios hacia otro río más grande. ¿Qué sería de mí si atravesara la frontera con algún país y me fuera lejos, lejos hasta que mi persona fuera como la piedra de río? Los ríos rompen fronteras con Portugal, se cuelan en el país vecino mientras en los bares se toman un café solo, negro, sin azúcar y casi hirviendo.
La luz me ayuda a ser otro.
Gritaré a las nubes de mi alma.
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